Ya en Grecia, Shura no habla con nadie sobre los días de descanso que supuestamente pasaría al lado de Aioros, pues el arquero no regreso junto a él, muchas veces se siente solo, frustrado y un poco desesperado, sin noticias del arquero, pero de algo si está seguro, a ese estúpido griego no le importó en lo más mínimo su partida.
Pasan los días, las semanas y su soledad ya se convierte en parte de él, como si fuese un estracto de su ser, tal vez esta soledad le hace muy bien, ahora se siente tranquilo, sin esa frustración, sin esa desesperación de saber que sucedía, se sienta en la orilla de su cama, mientras coge un cigarro, le prende fuego para halarlo, cierra los ojos lentamente para sentir ese humo por su ser, exhala mientras abre los ojos, su mirada se pierde sobre las cuatro paredes de su habitación, por un momento llega a su mente recuerdos con aquel moreno.
Cuando lo acariciaba, cuando lo besaba, el arquero sabía que puntos tocar para volverlo loco… y vaya que lo volvía loco…. Era un Elixir tenerlo en su cama, pero luego regresa a la realidad y nota que ese estúpido griego aún no ha regresado de aquel lugar con aquel tipo que tanto odia.
Sale de aquel templo, mientras se recuesta sobre la pared… escucha esos pasos que no puede olvidar, de inmediato su mirada se dirige a las escaleras, la impresión es tan grande que el cigarro cae entre sus dedos, era él, ha tratado de olvidarlo de mil maneras, creía haberlo enterrado en lo más profundo de su mente, pero allí esta, parado frente a el.
El arquero recoge el cigarro, le da una calada muy sutil, para luego lanzarlo, se le acerca pero Shura entra al templo de capricornio, el arquero lo persigue, tomándolo por la cintura mientras aspira el olor de su cuello, haciendo que la piel del pelinegro se erice por completo.
El español da media vuelta para verlo de frente, lo ve de pies a cabeza, la mirada del arquero es tan dominante, tan sensual y un deseo irracional recorre todo su cuerpo.
- ¿a que vienes? Ya te divertiste con Saga… vete con él, por lo que vi, ustedes son inseparables… ¿Qué esperas? ¡LARGO! (su boca decía eso, pero su corazón y mente no querían que se fuera, quería que se quedara, le perdonaría todo)
- Me gusta estar contigo (se le acerca y nota como no se aleja) no me ire, te quiero conmigo, solo conmigo… tu me haces ser yo mismo.
- Si lo que quieres es sexo, ¡olvidalo! (mientras da algunos pasos para atrás)
- ¡no! No lo malinterpretes, solo quiero estar a tu lado, solo espero me aceptes nuevamente, no quiero alejarme.
Shura no puede creer que sea tan débil, los vio juntos, ya sabe lo que pasa entre ellos, pero no lo quiere perder por nada… se lanza para abrazarlo, mientras sus lágrimas caen sin medida, Aioros lo abraza fuertemente mientras besa su cabeza y le repite una y otra vez que todo está bien…
El arquero susurra en su oído… eres mío, solamente mío Shura, el pelinegro suelta el abrazo, pero el griego, lo toma de la cintura para besarlo, lo besa muy tiernamente, Shura era esa clase de biscochos que debes de comerlos lentos, para poder deleitarte al máximo.
Sus manos pasan hacia sus glúteos, los toma, los aprieta, mientras pasa su boca por la piel blanca del cuello de su amante, sabe que eso lo hace estremecerse, pero Shura se separa de las caricias.
- Dije nada de sexo!!! Pero Aioros solo sonríe, se relame sus labios lascivamente
- Es lo que quieres…
El arquero da media vuelta y se va alejando, el pelinegro no sabe si se ira a quitarse las ganas con el maldito de Saga, por lo que corre para colocarse frente al arquero y lo besa. El caballero de sagitario vuelve a sonreír.
Lo toma de la cintura y sin mas delicadeza caminan hacia los sofás, se van quitando las ropas, Shura lo quiere, lo necesita, lo desea como nunca, no dejaría que Saga vuelva a quitárselo, nunca más…
El arquero besa su cuello y baja a sus tetillas mientras sus manos bajan el pantalón del pelinegro para tocar su entrepierna…. Woouuu!!!! Uuuuufffff…. Shura no sabe cómo reaccionar. Lame su camino para abajo, lamiendo su ombligo, llenando el orificio de saliva, sus manos no dejan de acariciarlo, vuelve a subir para besarlo, someterlo como le gusta, mete su lengua en su boca, sin dejarlo respirar por un momento, se separan mientras ve como Shura abre los ojos lentamente y le sonríe, pero Aioros baja de inmediato para tomar su miembro haciendo que Shura se retuerza de puro placer, siente esa lengua pasar por todo su miembro, comienza a gemir, eso lo excita al máximo, siente esas manos sobre sus glúteos, buscando su entrada, se siente perdido, no puede dejarlo de apreciar…
Aioros se quita el pantalón para quitar esa presión que tiene encima, le da media vuelta a Shura para colocarlo en esa posición que adora, en esa posición donde sabe que entrara como nunca, el corazón del pelinegro late más fuerte, siente como la lengua mojada humedece su entrada y sin permiso entra, Shura grita… Aioros sigue, entra muy lentamente, tan lentamente, que el pelinegro se desespera,… ¡vamos! Entra ya… por lo que el arquero sonríe, para entrar de golpe… se acerca a su oído y le susurra… relájate cariño…
Lo toma de la cadera fuertemente para someterlo como quiere, entra y sale con fuerza, lo desea, lo hace como si nunca más lo fuera a volver a ver, como si nunca lo volviera a tener, una de sus manos baja para tocar su miembro…
No puede para de gemir, se siente estúpido, no puede decir nada, solo gemir, eso hace, su saliva sale de su boca cayendo a las sabanas y unas pequeñas lagrimitas caen de sus ojos color azabache, su cuerpo se movía, adelante para atrás, sentía como rozaban sus cuerpos, como lo tocaba. Aioros sabía hacerlo sentir loco de placer… ufffff… el calor comenzaba abarcarlos, el arquero hace que Shura se venga sobre su mano y el sofá mientras el sigue dándole lo más fuerte y penetrante que puede, cuando siente que ya casi se viene le da más rápido y profundo, haciendo que el pelinegro toma el sofá con fuerza, gritando su nombre de puro placer, hasta que siente como un líquido caliente lo llena por dentro, estremeciéndose de pies a cabeza, dejándose caer sobre ese viejo sofá, mientras Airoso se seinta en la orilla exhausto.
Besa sus hombros, su espalda, para luego pararse, y comenzarse a vestir…
- ¿te vas?
El arquero le sonríe y lo besa, pero se termina de vestir, se dirige al baño, pero Shura no entiende que esta pasando, no puede siquiera levantarse, pero trata de recoger su ropa y logra colocarse el pantalón. Nota como Aioros ya se va.
- ¿A dónde vas? ¿Por qué me dejas acá?
- Mi pequeño (se sienta junto a él) debo de reportame ante el patriarca que ya estoy en el santuario, pues hoy vine y debo de informar… no me tardo (lo besa nuevamente y se va)
Shura esta feliz, rebosa de felicidad, con dolor en su espalda baja no le impide tener una de las mayores felicidades de su vida, su amado arquero, aunque sabe bien, que ese maldito Saga se lo quiere arrebatar, no dejara que lo logre. Vuelve a recostarse…
Aioros se va, con la cabeza llena de pensamientos, que rayos hara con esto, ama a Shura como a nadie, pero no puede dejar de ver a Saga como el gran amante que es… se detiene un momento, en realidad no sabe que es lo que quiere…