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Hokoron Maal: Pequeño Enemigo por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Aqui les dejo el siguient capitulo, espero que les guste.

Me acabo de dar cuenta de que ya no falta mucho para que acabe este fic, u.u. Crei que faltaba mas, pero revisando bien, faltan al rededor de unos ocho capitulos mas.  Pero por mientras, disfruten los capitulos que quedan y no se preocupen mas.

Cuando Rein despertó ese día, lo primero que había ido a su cabeza era que Kest se iría ese día.  Permaneció acostado mirando al techo, pensando en si Kest ya se había marchado y si era capaz de irse sin decirle nada más.  No quería admitir que le daba temor salir de su habitación y no encontrar a Kest.  Sabía que había pasado poco tiempo conociendo a Kest,  y que no se habían conocido en las mejores circunstancias, pero quizá eso había propiciado que su relación fuera diferente.  Kest le gustaba de una manera diferente, como un hermano o un gran amigo. Quizá si Slayer no hubiera estado ahí, podría quererle de una manera distinta. Se levantó, no viéndole el caso a seguir con esos pensamientos.

Lo primero que noto en la sala fue a Kest durmiendo en el sofá. Kest se había negado a usar la habitación disponible que tenía la casa y se había quedado con la sala como habitación y el sofá como cama. Reprimió un suspiro  de alivio, caminando en silencio hasta la cocina. El día anterior había sido agradable, a pesar del reclamo de Slayer cuando llegaron casi al anochecer.

.- buenos días.- pego un brinco. Parecía que no se había acostumbrado, ni se acostumbraría, a que le hablaran de sorpresa a sus espaldas. Tenía mucho que escuchaba hablar a ninguno en su idioma. Kest se inclinó para ver que hacía.- ¿Qué haces?-

.- nada aun. ¿Quieres algo?-

.- lo que sea está bien.- asintió, mientras planeaba que hacer. Slayer había entrado en la cocina cuando iba por la mitad de la preparación del desayuno.

.- ¿Cuándo te iras?- fue lo primero que pregunto, y no iba dirigido a él. Se quedó inmóvil, esperando la respuesta.

.- me iré hoy.-

.- espero que lo hagas por la noche. No resultara prudente que lo hagas de día.-

.- eso pensaba hacer.- reprimió las ganas de preguntar si no podía reconsiderarlo.- iré también a los bosques para irme de ahí.-

.- bien…-

.- quiero ir a despedirme.- ambos le miraron, como si apenas notaran que estaba ahí.

.- Rein…-

.- quiero ir. Hasta el bosque.-                          

.- yo no tengo ningún problema.- Slayer permaneció en silencio. Él le miró fijamente, esperando. Slayer suspiro al notar su insistente mirada.

.-si quieres que vaya, tiene que ser en el lugar que yo diga.-

.- eso no será difícil, solo dime donde…-

.- yo iré también.- Kest no dijo nada, pero él le dio una mirada incrédula a Slayer. Había pensado que Slayer se negaría y tendría que rogar más para poder ir.  Ahora que podría ir, no iba a ser el él quien se negara.- les llamare cuando tengamos que irnos.- Slayer fue al a habitación, dejándolos solos en la sala.

.- aun puedes cambiar de opinión.- le dijo Kest.

.- tú también.-

.- no hay mucho que podamos hacer ¿no? Tal vez en otra vida.-

.- tal vez.-

.- ¿puedes hacer más comida? Me gustaría volver a comerla.-

.- lo hare.- Kest también fue a la cocina, donde le ayudo. Dudaba que aun tuviera hambre, pero no preguntaría tampoco por qué le pedía eso.  La tarde la habían pasado solo ellos dos de nuevo, viendo televisión, charlando. Slayer había vuelto, diciéndoles que ya era hora. Kest se levantó inmediatamente, pero el tardo más en seguirles. Fueron directo hasta la estación de tren, que ahora añadiría un recuerdo más.

Rein se esforzó por seguirle el paso a Slayer y Kest que iban delante de él, caminando sin dificultad entre el camino lleno de lodo, ramas y rocas que iba al espacio abierto donde Slayer iba de vez en cuando para transformarse.  Ya había oscurecido, aunque no era tarde.  Pudo ver como los arboles comenzaban a espaciarse, y supo que no tardarían en llegar.

.- apresúrate Rein.-

.- eso intento.- murmuro. Apresuro el paso y logro llegar al claro poco después. No estaba seguro de si era el mismo claro que el conocía, pero si no lo era se parecía bastante. Sus voces eran lo único que se oía en esos momentos. En el claro Kest ya estaba en el centro, viendo hacia el cielo, mientras Slayer le esperaba.

.- eres muy lento.- resoplo, agitado.

.- ya es hora.- a pesar de la distancia pudo escuchar la voz de Kest claramente. Camino de regreso a ellos.- muchas gracias por todo.-

.- Kest…-

.- no tienes que preocuparte, Micah. Todo estará bien.- asintió.

.- ¿vas a volver?-

.- ¿eso es lo que quieres?- lo pensó unos momentos.

.- si.-  

.- entonces nos volveremos a ver.- apretó los labios.- y de momento, no hay nada que puedas hacer para que me quede.- asintió, no negando que había pasado gran parte del día pensando en alguna manera para que Kest no se marchara a pesar de que sabía que no tenía caso.

.- ¿volverás pronto?-

.- no lo sé. Pero volveré.- le sonrió mientras le revolvía el cabello.- no tiene mas caso esperar más. De nuevo, muchas gracias.- dio dos pasos hacia atrás, mirando a Slayer, quien solo le dio un asentimiento de cabeza.- Micah.- le llamo, cuando el agacho la cabeza. Algo pesado le cayó la cabeza.- quédate con ella, vendré a ver si aún la conservas.-  reconoció la gabardina que Kest siempre llevaba, y sonrió. Alzo la mirada al tiempo de ver a como Kest terminaba de transformase en el gran dragón rojo que había visto hace meses.

.- Adiós.-  

.- que el viento sople a tu favor.- la voz de Slayer acompaño a la suya en su despedida. Kest pareció haberlos escuchado, porque les dirigió una mirada antes de las alas se elevaran y bajaran con fuerza, elevándolo. En cuestión de segundos, ya estaba muy arriba.

.- ¡adiós, Kest!- grito, corriendo un poco hacia el centro del claro, como cuando los niños pequeños persiguen a los aviones, diciéndoles adiós sin saber que nadie les ve desde arriba.

.- Rein…-  dio una última mirada al punto donde Kest había desparecido.

.- ya voy.- anduvo de regreso hasta Slayer.

.- ¿vas a ponerte a llorar?-

.- no lo hare.- refunfuño.

.- menos mal. ¿Sabes que esa es la última oportunidad que tenías para alejarte de mí?- la mano de Slayer se cerró con fuerza sobre la suya y le obligo a seguirle de regreso a la estación.

.- lo se.-

.- espero que lo sepas bien.- Slayer le sonrió.- ¿estas triste?-

.- un poco.- admitió.

.- no soy bueno. Y no seré como él, así que no esperes que te consuele ni que vaya a buscarle a quien sabe dónde.-

.- no lo esperaba.-

.- y si se te ocurre otra cosa como no comer o dormir, no te pediré permiso para hacerlo.- sonrió, pues se imaginaba que eso era lo que haría.

.- ¿estará bien?-

.-  lo está, y lo estará. Recuerda que le vimos rodeado de cazadores, y aquí estaba el muy inútil.- soltó una risa, recordando lo que había pasado en lo que parecía una vida anterior.  El camino de regreso a la estación le pareció mucho más corto. Se sentó en uno de los bancos, esperando a que llegara el tren. Slayer permaneció de pie.

.- Slayer, ¿Kest no podía quedarse?- pregunto, sin intención maliciosa.- él dijo que había hablado contigo antes…-

.-  moriría si se quedaba en un lugar tan frio.- le respondió, sin interés.- además, estuvo mucho tiempo fuera de su aldea.-

.- ¿fuera?-

.- cuando sales de la aldea, tienes cierto tiempo para volver. Kest aún es leal a su aldea, así que no puede estar mucho tiempo fuera. Ya es un problema el que oculte tu existencia.-

.- ah, entiendo.-miro la vía, tratando de ver si venia el tren.- ¿tu…? Kest dijo algo así antes. ¿Qué paso con tu aldea?-

.- ya no tenía nada que ver con ella.- 

.- ¿te exiliaron?-

.- ¿Qué te hace pensar eso? te he dicho que no tenía nada que ver con ella.- la luz lejana en la vía, le indico que el tren venia. Él se quedó pensando, sin decir nada.  Subieron al tren y Slayer busco los asientos más apartados de la gente que había, los cuales eran muchos pues el tren iba casi vacío. Pensó en la casa, en la sala vacía que tendría de ahora en adelante. Suspiro.

.- ¿Qué pasa?-

.-voy a extrañar a Kest.- murmuro.

.- ¿en serio?-

.- sí.-

.- supongo que solo te lo permitiré unos días.-

.- ¿me lo vas a permitir? Acaso necesito permiso…-

.- no lo digo por eso.- le interrumpió. Slayer le dirigió una sonrisa perturbadora, y luego se giró a la ventana, como cada que no quería hablar en la calle. Suspiro de nuevo, y trato de ver por la ventana. El camino en tren a la ciudad no era muy largo, así que llegó pronto la estación.  Tomaron el autobús que les dejaba más cerca de casa, a unas calles.

.- ¿los cazadores se han ido?- pregunto, en voz baja.

.- al menos de esta área. No he salido a seguirles en algunos días.-

.- ¿eso hacías antes? En tu aldea.-

.- un poco de todo, como ahora.-

.- ¿y la extrañas?-

.- haces muchas preguntas.-

.- aún estoy triste, y no tengo con quien más hablar.-  Slayer resoplo.

.- no lo extraño. Nada. Además, es mucho más emocionante estar acá. No es por ofenderte, pero tienes una suerte terrible, así que hago más encargándome de tu seguridad que lo que hacía antes.-  arrugo la nariz, no teniendo con que debatirle eso a Slayer.  Llegaron a la calle de su casa.

.- entonces, ¿prefieres quedarte conmigo?- pregunto, cuando estaban por entrar.

.- prefiero quedarme contigo.- Slayer le sonrió antes de entrar. El también entro, cerrando la puerta. Casi inmediatamente se encontró chocando con la puerta, con Slayer acorralándole con su cuerpo, besándole, sin dejarle escapar.   Se separó, jadeando.

.- ¿Por qué…?- intento preguntar. No habían tenido ese tipo de contacto desde la noche que Slayer había vuelto.

.- no tenía intención de que ese imbécil imaginara tus expresiones. Todo eso es solo mío.- trato de retroceder.

.- Kest no es así…-

.- eso, pequeño inocente, no lo puedes saber. Te recuerdo que te he visto besándote con él.-

.- él me beso.-

.- no importa. ¿Recuerdas que me preguntaste porque no te permitiría estar triste?- asintió, respirando agitadamente, pues las manos de Slayer se habían adentrado en su camisa.- eso es porque no te dejare pensar mucho en él.- le susurro, besándole de nuevo. Un escalofrió le recorrió. Podía no saber mucho de sexo aun, pero comprendía que era lo que venía a continuación.

.- a-aquí no.- logro murmurar, al tiempo que sentía que su camisa terminaba por algún lado. Slayer solo gruño,  y se vio arrastrado a alguna de las habitaciones.

Cuando despertó, supo que era tarde pero aun así no se levantó. Se acurruco más contra las cobijas, suspirando.

.- Rein.- intento responder, pero solo logro emitir un sonido indefinido.- levántate.-

.- no quiero.- murmuro. Sentía que le dolía todo.

.-  se te hará tarde para tu trabajo.-

.- ya no quiero ir, voy a dejarlo.- escucho el resoplido cansado de Slayer.

.- llevo meses intentando que dejes eso, de haber sabido que lo dejarías por algo así, hace mucho que lo hubiera hecho.-

.- umm.- se giró, intentando dormir.

.- pero aun así tienes que levantarte.-  se levantó, reprimiendo el gesto de dolor que quería poner, y dirigirle una mirada malhumorada. Slayer en cambio, intento no sonreír.

Para el mediodía, se encontraba de nuevo en la cama, viendo la televisión. Después del desayuno había aseado un poco y revisado la despensa.  Slayer entro a la habitación, haciendo demasiado ruido con la puerta.

.- muévete.- le miro con pereza.

.- ¿Qué?-

.- vamos a salir.-

.- ¿salir?-

.- te espero abajo.- Slayer salió, dejando la puerta abierta. Las cosas habían cambiado mucho en los últimos días como  para que le extrañara el comportamiento de Slayer.  Se levantó, intrigado. Slayer salió a penas le vio. Llevaba de nuevo las gafas oscuras. Le siguió lo más rápido que pudo. Kest no podía salir mucho debido al llamativo color de su cabello. Sacudió la cabeza.

.- ¿A dónde iremos?-

.- lo sabrás pronto.- Slayer no le miro, y el solo le siguió, observando las calles e intentando adivinar a donde iban. Después de un rato de estar adivinando, Slayer se detuvo.- es aquí.-

.- ¿aquí?- miro alrededor, pues había varias tiendas de ropa alrededor.

.- dijiste que no tenías con quien hablar ¿no?-

.- no entiendo.- le dijo. Por respuesta, Slayer señalo el letrero del local más cercano, y que no había visto. Era un refugio de animales.- ¿es en serio?- pregunto, con escepticismo.

.- si no lo quieres, por mí no hay problema.- vio que Slayer no bromeaba. Miro a la tienda de nuevo.

.- supongo que puedo ver…-  si conseguirle una mascota era el intento de Slayer por animarle, era mucho más de lo que había esperado. Entro al local,  no muy seguro de eso.  El lugar olía a animal y había muchos ruidos. Paseo por los pasillos, viendo a los animales, en su mayoría gatos y perros.

.- ¿decidiste?- Slayer camino hacia él, pues se había quedado en la puerta. 

.- aún no.- se detuvo, observando al cachorro que estaba en el último lugar. El perro le miro, acercándose a él, sin el mismo entusiasmo de los otros. Tenía el pelaje color rojizo y ojos oscuros.  

.- ¿te gusta ese?-

.- no lo sé. No había tenido una mascota antes, así que no se si puedo tener una. Hay muchas cosas que deben cuidarse. No sé cómo llamarle.-

.- puedes llamarle Kest, y hacer que duerma en el sofá.- el tono “inocente” que uso Slayer, termino por hacerle reír.

.- si, supongo que podría.- si, estaba triste por Kest, pero no era igual a como había sido el pensar que Slayer le había dejado, aun sin tener alguna relación sentimental de por medio. Aun no sabía si lo que hacía estaba bien, ni siquiera sabía con exactitud que hacía, pero si Slayer estaba ahí para cuidarle, o más, todo estaba bien.  

Notas finales:

*Errores en el texto son sin querer.

 

Estoy... sorprendida. no habia esperado que las lecturas subieran tanto en este fic cuando al inicio iba un poco lento (solo falta que se animen a comentar si no lo han hecho). Estoy muy contenta por eso :3 Y solo por eso al final de esto, subire dos especiales mas, lo que hara que este fic dure un poco mas.

Hasta la proxima!!


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