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Hokoron Maal: Pequeño Enemigo por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

y pues de nuevo seguimos por aca. Espero que les gustara mi pequeña sorpresa del capitulo pasado, y ahora si continuare con lo que pasa con Rein, asi que sin mas...

El aire olía a humano, claramente. Suspiro antes de buscar perezosamente un lugar para esconderse, al menos en su forma humana. Estaban bastante cerca de él como para volar en ese momento y que no lo vieran.  O tal vez no haría nada y los humanos se alejarían.  El bosque en el que estaba era tranquilo, en los meses que había pasado vagando en los bosques no había tenido más acercamientos con humanos. En su forma de dragón podía comer literalmente cualquier cosa, y siendo francos ni el más idiota dragón pasaría la noche en un bosque en forma humana.  Tenía ya algunas semanas en ese bosque, junto a unas montañas  y un rio. Se levantó, estirándose. El hecho de que humanos se aventuraran hasta donde él estaba solo indicaba que eran cazadores. Lamentándose por perder ese pequeño lugar estiro las alas para salir volando antes de que llegaran, no encontrando un lugar para poder ocultarse. Ya en  el aire volvió a descender tras la montaña, no era idiota para volar en plena luz del día más allá de alguna zona habitada, y a los humanos les llevaría algunas horas para llegar hasta donde estaba, para ese entonces ya habría oscurecido y el estaría ya lejos de allí.

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Hacia un par de días que había comenzado a caer nieve. Usualmente no le molestaba, pero en esos momentos, la detestaba. No solo le impedía esconder su piel oscura entre el follaje de los bosques, sino que también hacia que la comida escaseara, y eso sin contar el hecho de que era fría.  Tendido sobre la nieve, en medio de una tormenta de nieve, pensaba en lo malo que era estar en medio de la nada. Si no hubiera sido tan impulsivo en casa de Rein, en ese momento podría estar en un lugar caliente y con comida. Gruño, moviendo la nieve frente a él.

Había tratado de no pensar mucho en Rein, después de todo él había decido marcharse… dos veces de hecho. Se había ido de su clan harto de tener que estar compitiendo cada vez por ser el mejor, la última vez ya ni había luchado, había perdido a propósito y finalmente se había marchado, diciéndole a todos y a él mismo que buscaría reivindicarse. Tal vez solo había querido marcharse. Con Rein había sido un motivo diferente, de verdad había considerado la idea de llevarlo con él y con eso ganar más estatus que cualquiera, solo el conocimiento de que nada bueno le pasaría a Rein estando allá lo había detenido, Rein no merecía eso.  Nunca había escuchado que un humano y un dragón hubieran estado juntos de modo romántico y mucho menos tener descendencia. Pensó en lo valiente que debió haber sido la madre de Rein, sacrificando todo con tal de estar con el pequeño bebe hibrido, manteniéndolos ocultos.

Cerro los ojos, sintiendo como la nieve lo cubría. No, no sería capaz de entregarlo. Si algo tenían en común los dragones era su fuerte sentido de gratitud, y Rein se había ganado la suya, lo había salvado y lo había mantenido oculto, sin contar que lo había alimentado, algo nada fácil de hacer. Supuso que enterarse de la verdad tras Rein lo había hecho sentir algo de simpatía por él.

Adormilado, su mente vago por la pequeña comunidad donde vivía, rodeada de árboles, un lugar que para él hacía mucho tiempo había comenzado a serle aburrido. Se había ofrecido voluntariamente para salir a expediciones por ciudades grandes. Eso le había mantenido entretenido por mucho tiempo, al menos hasta que su lugar como líder de expediciones fue reclamado por otro dragón.  La simple idea de repetir eso indefinidamente había hecho que al final dejara de luchar, había ido a su casa, recogido sus cosas y se había marchado sin decirle a nadie a donde iría, después de todo él podía cuidarse solo.  Con ironía recordó que había pasado mucho tiempo igual que como se encontraba ahora. Sacudió la nieve de su cuerpo, relajándose.  Pensando en buscar un lugar más cálido, cerró los ojos buscando dormir.

Se despertó cuando sus sentidos le indicaron la proximidad de peligro. Había dejado de nevar, y solo veía blanco a su alrededor. No escuchaba nada, ni el aire le traía olor extraño, pero la sensación de peligro seguía ahí. Estaba por amanecer. Algo no andaba bien en algún lado.  Estratégicamente se había quedado en el inicio de un precipicio, por lo que tras el solo había rocas. Tal vez sobre la montaña… y lo vio entonces, a lo lejos la silueta de otro dragón.  No se movió, no quería averiguar si ese dragón era peligroso o no.  La miro fijamente hasta que salió de su vista. No es que fuera débil, pero consideraba inútil entablar una pelea por nada. Pensó entonces en los caza recompensas y si seguían a ese dragón. De verdad queellos podían ser cosa seria si se lo proponían. También recordó como Rein lo había salvado de ellos, él era amable… ¿ayudaría a otros también? Estaba seguro que sí, Rein no sabría diferenciar entre dragones en su verdadera forma, gruño. La idea de que alguien más estuviera con Rein no le agradaba, Rein era confiado, algo ingenuo e increíblemente torpe cuando se encontraba nervioso, y no todos los dragones tomarían a bien que fuera mitad dragón. Se levantó, sacudiendo la nieve de su cuerpo. Si Rein había ayudado a otro dragón también había la posibilidad de que se metiera en problemas con los caza recompensas, y dudaba que fueran comprensivos con la situación mestiza de Rein… si, sin duda tenía que asegurarse que Rein estuviera bien, solo porque sentía que  su deuda con Rein no estaba completamente pagada, no era nada más. Estiro su cuerpo, desentumeciéndolo. Cuando se sintió listo, solo voló pegado a la montaña y luego giro. No podría volar de día, pero al menos buscaría un lugar no tan frio antes de que amaneciera.

 

Tres días, había tardado tres días en regresar a Sarátov,  y ni siquiera era Sarátov, había llegado a una pequeña zona urbana a varios kilómetros y ya había amanecido.  No le apetecía esperar hasta el anochecer de nuevo, era muy arriesgado estar tan cerca de humanos en su forma actual, así que sin más había robado un auto y había conducido toda la mañana y la tarde. Por la tarde considero seriamente volar, pues la gasolina del auto estaba por acabarse y no pensaba llegar a una estación sin dinero. Se había detenido en un paradero, donde por fin había ubicado el camino por el que iba. Con un gruñido, se dio cuenta que había tomado el camino más largo para Sarátov, esa carretera que pasaba por la casa de Rein y que por fin sabia a donde llevaba.  Siguió conduciendo hasta que el auto se detuvo, a pocos kilómetros de la casa.  Dudo unos momentos antes de bajar y optar por ir corriendo, después de todo, solo vería si estaba bien y luego podría irse sin remordimientos.  La vista de la pequeña casa, después de correr un tiempo, lo tomo por sorpresa, pues esperaba que estuviera más lejos, con precaución se había acercado. El auto de Rein estaba ahí. Estaba por regresar cuando noto el silencio. Prestando más atención también le llego un olor desconocido. Olía a más humanos. Extrañado llego a la casa. Algo no andaba bien. Los otros olores tenían algo familiar para él.

Camino hasta la puerta, tratando de ver en el interior desde su lugar. Dudo unos momentos. Rein bien podía haber salido con amigos… confundió trato de recodar si Rein había mencionado algo sobre su vida… con un suspiro recordó que él mismo había aterrado a Rein en el tiempo que estuvo con él, así que Rein no había hablado mucho con él, excepto para cosas extremadamente necesarias, sin contar el hecho de que le había impedido salir. Hizo una mueca cuando vio la puerta abierta.  Dentro no había nadie. Entro, notando las cosas de Rein en la pequeña cocina. Todo estaba ordenado, exceptuando la mesita de la sala que tenía encima cascaras de frutas. Cuando camino a la habitación, el crujido bajo su zapato le hizo mirar. Los cristales de un vaso estaban esparcidos  a un lado del sofá y había agua regada alrededor.

Definitivamente algo iba mal.  Nada de lo que veía le daba buena señal. Usualmente su instinto nunca se equivocaba, y por eso había sido líder de misiones en su clan.  Ahora solo faltaba encontrar a Rein...

 

 

.-yo-yo no puedo…- trato de pensar en alguna excusa, pero nada se le ocurría, en su nerviosismo golpeo el vaso, que cayó de la mesa quebrándose. La risa de Ulrik y la mirada penetrante de Emil lo ponían nervioso.

.- bueno, eso sería un problema…- Ulrik rio, interrumpiendo a Emil.

.- solo será una pequeña charla en la base, nada que preocuparse… a menos que tengas algo que ocultar.-

.- nada.-

.- entonces no tienes por qué negarte, solo serán unas horas.-

.- ¿unas horas?- repitió, pensando pasar más de una hora en compañía de ellos. Ya le era difícil no meter la pata en el poco tiempo que había hablado.

.- si, si tienes algo mejor que hacer será mejor que nos apresuremos… aunque...-

.- Ulrik, basta.- no supo si prefería saber cómo terminaría la frase o no.- preferiría estar en la base antes de que oscurezca.- Emil no dijo más, pero camino a la puerta hasta salir, Ulrik se levantó, haciéndole una seña para que saliera primero. Camino torpemente a la puerta, aun tratando de buscar una salida. Finalmente salió.  Emil estaba cruzando la calle, junto a un auto que no había visto antes. Siguió caminando hasta la calle.

.- andando.- Ulrik abrió la puerta del chofer, mientras que Emil rodeo el auto. Se sobresaltó cuando la puerta trasera se abrió. Con una última mirada a su casa entro al auto. Cuando la puerta se cerró, el sonido del seguro le puso más  nervioso.Ulrik arranco el auto apenas encendió. Una música estruendosa lleno el auto. Miro por la ventana, no había nada que pudiera hacer. Tratando de aparentar una calma que no sentía, pensando en cómo escapar, él no era una persona pesimista pero en esos momentos hasta él pensaba que solo un milagro lo salvaría.  Los seguros de las puertas estaban puestos, y aun así no pensaba que lanzarse de un auto en movimiento le ayudara en esos momentos. Discretamente miro a los asientos delanteros, Ulrik conducía sobre la velocidad permitida mientras Emil solo se había puesto el cinturón de seguridad y había encendido una pequeña computadora portátil en la cual mantenía la mirada.

.- ¿Qué haces?- Emil había  bajado el volumen de la música

.-calla, llego un mensaje.-

.- ¿Ahora?-

.-  no entiendo…- murmuro, ignorando a Ulrik.

.- ¿tú no entendiendo algo? Eso sí es una novedad.-

.- idiota, me refiero a que no lo escucho.- 

.-pon el altavoz.- la voz que salió de las bocinas llego distorsionada y con interferencias.

.-  ubicación… equipo… gro… ra… rep… p…cion….-

.- ¿Qué…?

.-te lo dije.-  una sombra los cubrió al tiempo que un pesado silencio se hizo cuando termino el mensaje. Una fuerte sacudida lo arrojo contra la puerta. Escucho una maldición del asiento delantero mientras Ulrik maniobraba con el volante. El auto derrapo en la carretera, emitiendo un chillido estruendoso. Algo más también hacia que el auto no se controlara. Finalmente el auto termino impactando uno de los árboles de las orillas de la carretera con una brusca sacudida.

.- carajo, ¿no podían mandar un mensaje más claro y a tiempo?

.- abajo.- Emil ya había abierto su puerta. Ulrik lo imito mientras el trataba de desesperadamente de abrir su puerta.  La mano de Ulrik retiro el seguro y por fin pudo salir, a tiempo para ver como el auto terminaba aplastado por otro árbol.  Estaba confundido, todo pasaba demasiado rápido para poder entenderlo. Emil lo jaloneo para llevarlo a otro lugar, mientras escuchaba más ruidos, escuchaba autos, voces gritándose, estallidos. La tierra bajo el temblaba y retumbaba. Entonces lo escucho, fuerte, ensordecedor. Un rugido.  Giro mientras seguían jalándolo.

Un dragón se encontraba en mitad de la carretera, dándole la espalda, sus alas extendidas, rugiendo con fuerza. El color rojizo-dorado de su piel brillaba como metal en el sol de la tarde. Había llegado más gente,  había muchas personas por allí, y también autos y armas, todos tenían armas…  No le fue difícil deducir lo que pasaba. Acababa de salir de su secuestro para terminar en una cacería.

 El sonido desapareció para él, sintiendo como entraba en shock. El dragón tampoco era una víctima. Podía ver como las personas eran lanzadas por el aire. La larga cola del dragón parecía hacer más daño que sus garras.  La presión de su brazo despareció y alcanzo a ver a Emil desaparecer entre la gente. Termino ahí, a media carretera, solo y con un par de autos a modo de protección.  Todo parecía irreal.  Podía ver también como los proyectiles que le lanzaban al dragón rebotaban, uno que otro impactaba.  Jadeo, notando que había estado reteniendo el aire.

Y paso, como si su jadeo hubiera sido un llamado, el dragón giro su cabeza. Sus ojos de un verde intenso recorrieron la calle hasta enfocarlo. Sus ojos se encontraron lo que le pareció un largo tiempo. El dragón avanzo un paso en su dirección, antes de volver a ser detenido por el grupo de cazadores. Con un brusco movimiento del dragón, el auto más cercano salió volando en su dirección. Casi en cámara lenta vio el auto dirigirse a él. Tarde recordó que tenía que moverse si no quería ser aplastado, en cambio se  quedó inmóvil.  Sintió un empujón y luego un zarandeo que lo hizo caer con fuerza al suelo. Despego la vista del auto, que había caído unos metros atrás de donde él estaba. Se encontraba en el asfalto caliente, con alguien sobre él, que se levantó en cuanto el auto cayó.  Sus ojos subieron lentamente por la calle. Su mente tardo unos momentos en reconocer el cabello oscuro, los ojos ámbar. Y ese gesto molesto que siempre tenía, parpadeo, notando que le gritaba. Trato de decir algo, pero no pudo encontrar su voz. La persona frente a él pareció notarlo, porque exasperado lo levanto de un jalón del brazo y lo levanto como si no pesara nada.  Por unos momentos no vio más que el asfalto. Luego termino siendo arrojado bruscamente al asiento de un auto. El reconocer su propio auto le hizo reaccionar. El auto ya se movía cuando miro al asiento del conductor. Frente a él, nadie pareció notar que se alejaban de ellos, que alguien mas había entrado en escena. El auto avanzaba en reversa, por lo que claramente podía ver el caos que había delante de él el dragón alzándose por encima de los humanos. El auto giro, y solo vio una carretera vacía  que perdía en la lejanía.

.-… in… Rein… ¡Rein!- se sobresalto al escuchar su voz. También al ver su casa frente a ellos.

.- mi casa.- susurro cuando el auto no se detuvo.- te has pasado…-

.- ¿acaso te golpeaste la cabeza? No puedes quedarte.-

.- pero es mi casa.- escucho un suspiro.

.- no creo que quieras quedarte… esperemos que se entretengan un rato mas, si no estaremos en problemas… Rein… Rein, mírame…- despego la mirada de la ventana y miro a Slayer fijamente por primera vez desde que salieran de la cacería, lo vio murmurar algo y negar con la cabeza.- ¿conocías a ese dragón?- negó con la cabeza.- ¿Qué demonios hacías con cazadores?-

.- iba a… no lo sé… ellos preguntaron cosas y luego…- su voz salió temblorosa.

.- ahhh… esto no se ve nada bien.- la velocidad no disminuyo.- Rein, tus ojos…

.- ¿mis…?

.-tus ojos se ven como los de un dragón… ese dragón te vio… supongo que sabe que hay algo raro contigo.- explico al ver su cara de confusión.- no puedes quedarte en tu casa.- como si eso fuera lo que necesitaba su mente, logro entender lo que pasaba. Con un gemido de desesperación, se inclino sobre el asiento.

.-mis cosas.-

.- yo creo que hay cosas más importantes en estos momentos…. Tampoco puedes seguir usando este auto… lo dejare en cuanto tenga oportunidad, y será mejor que no reclames.-

.- ¿Qué?

.- iremos a algún ciudad, dejare el auto, buscare un lugar para pasar la noche y luego decidiremos que hacer.-

.- p-pero no tengo nada.-

.- tome tu dinero… si, sé donde lo ocultabas.-

.- tomaste mi dinero pero no mis cosas.- susurro

.- hey, el dinero era más importante que tus cosas… además, acabo de salvar tu vida, deberías estar agradecido y no reclamando.- las palabras, el tono molesto… una risa se le escapo.

.- hey… ¿estás bien?- la mirada extrañada que le dirigió le ocasiono otra risa. Recordó como casi fue aplastado por el auto, y comenzó a reír.

.- ya… ya no puedo… ir a… mi casa…- apenas y pudo hablar con el ataque de risa histérica que tenia. Vio como Slayer suspiraba, negando con la cabeza, y luego volvía a ver la carretera. En esos momentos, riendo hasta llorar, creyó ver una sonrisa en el rostro de Slayer.

 

 

Entro a la habitación, solo para ver si encontraba alguna pista sobre el paradero de Rein. Ambas habitaciones estaban vacías. Moviéndose rápidamente saco del último cajón de la cómoda la cartera donde Rein guardaba su dinero, nunca estaba de más llevar algo de dinero. Salió de la casa, tomando las llaves del auto,  no se había topado con nadie en el trayecto, por lo que supuso que el único camino que quedaba era seguir adelante, y ya no pensaba correr ahora que tenía la oportunidad de usar un auto. El auto encendió y el arranco hacia la ciudad, sintiendo de nuevo una sensación de peligro, que trato de ignorar. No le convenía llamar mucho la atención en ese auto.

Condujo unos minutos después antes de ver más adelante la silueta de otro dragón. Pensó en detenerse, pero solo amento la velocidad con un mal presentimiento al ver al dragón bajar a la carretera.  Finalmente ante él se extendió la carretera. No era la primera vez que veía una cacería, ypor dios incluso él había sido cazado en más de una ocasión, pero debía admitir que ese dragón no se quedaría a ser la presa. Detuvo el auto unos momentos, concentrándose en qué hacer. No podía pasar, y no pensaba ayudar al dragón y por si fuera poco tenía que buscar a Rein…. Ah, podía olvidarse de eso, había encontrado a Rein.

Volvió a conducir hasta que el camino le permitió.  Rein le daba la espalda. Vio al dragón girar hacia ellos y mirar fijamente a Rein unos momentos. Maldijo mientras bajaba y corría hacia Rein, justo a tiempo para quitarlo de camino antes de que un auto lo aplastara. Se levantó rápidamente.

.- maldición, pon más atención.- Rein solo lo miro, aturdido.- vamos, levántate, tenemos que largarnos… ¡Rein, maldita sea muévete!-  lo jalo del brazo hasta levantarlo y echarlo sobre su hombro. No se detuvo a ver si lo veían. Casi corrió de regreso al auto de Rein, donde lo hecho sin cuidado al asiento. Se apresuró al volante, y condujo en reversa hasta que logro girar y conducir a alta velocidad, alejándose del enfrentamiento. Miro de reojo a Rein, quien mantenía los ojos fijos en el frente, muy abiertos. Comprobó el retrovisor, pendiente de que nadie los siguiera

.- Rein… Rein...- gruño.- Rein ¡Rein!- grito. Rein se sobresaltó pero no volteo. Llegaron a la altura de la casa de Rein

.- mi casa, te has pasado.- la voz de Rein apenas le llego.

.- ¿acaso te golpeaste la cabeza?- contesto algo irritado.- no puedes quedarte.

.- pero es mi casa.- suspiro. Notaba que Rein estaba aún impactado por lo que había pasado. No tenía caso molestarse con Rein.

.- no creo que quieras quedarte.- trato de sonar amable.- esperemos que se entretengan un rato más, sino estaremos en problemas.- Rein aún le parecía ausente, y reacio a escucharlo.- Rein… Rein, mírame.- Rein lo miro. Se le escapo una maldición. Negó con la cabeza. Los ojos de Rein se veían de un reluciente plata.- ¿conocías a ese dragón?- Rein solo negó. Bien, una carga menos.- ¿Qué demonios hacías con los cazadores?- soltó.

.- iba a… no lo sé… ellos preguntaron cosas y luego…- suspiro. Al menos Rein se veía un poco mejor.

.- ahhh… esto no se ve nada bien…Rein, tus ojos…- trato de buscar las palabras más sencillas que se le ocurrían.

.- ¿mis…?

.-  tus ojos se ven como los de un dragón… ese dragón te vio… supongo que sabe que hay algo raro contigo.- como supuso, ni así Rein le entendió.- no puedes quedarte en tu casa.- Rein gimió lastimeramente, inclinándose hacia delante. Por unos momentos pensó que iba a vomitar.

.- mis cosas.- la voz de Rein le llego apagada. Tratando de no desesperarse, respiro profundamente antes de hablar.

.- yo creo que hay cosas más importantes en estos momentos…. Tampoco puedes seguir usando este auto… lo dejare en cuanto tenga oportunidad, y será mejor que no reclames.- añadió al final, sabiendo que Rein le diría algo.

.- ¿Qué?-  Rein lo miro.

.- iremos a algún ciudad, dejare el auto, buscare un lugar para pasar la noche y luego decidiremos que hacer.- ordeno, más que explico. Eso haría, le gustara o no a Rein.

.- p-pero no tengo nada.-

.- tome tu dinero… si, sé dónde lo ocultabas.- trato de no reír al ver la mueca de Rein. Era obvio que Rein todavía estaba en shock.

.- tomaste mi dinero pero no mis cosas.- susurro de pronto, tomándolo desprevenido.

.- hey, el dinero era más importante que tus cosas… además, acabo de salvar tu vida, deberías estar agradecido y no reclamando.-  contesto, no pudiendo retener más la molestia de su voz. Él no era muy paciente, y Rein comenzaba a desesperarlo. Ante su sorpresa, una risa escapo de Rein.

.- hey… ¿estás bien?- lo miro, algo preocupado. Rein solo comenzó a reír.

.- ya… ya no puedo… ir a… mi casa…- miro el ataque de risa de Rein como si estuviera loco. Con un suspiro, pensó que al menos eso era un avance. Negó con la cabeza, para seguir conduciendo. Rein siguió riendo por un rato más. Noto que era la primera vez que lo escuchaba reír… bien tal vez no era lo más adecuado, pero… sonrió sutilmente.

Paso por unas zonas habitadas más, hasta que oscureció. No se quedaría en un lugar poco habitado, donde llamarían la atención. A su lado Rein se había dormido después de su ataque de risa. Detuvo el auto, al cual le quedaba también poca gasolina. Pensó en la suerte que tenia de que Rein tuviera el auto con gasolina.  Estaban en otra ciudad, pequeña. Bajo del auto y se dirigió a un pequeño supermercado. Compro comida, y algunos otros artículos. Rein seguía durmiendo cuando regreso al auto.

.-hey.- lo zarandeo un poco.- tenemos que irnos.- dijo, cuando Rein abrió los ojos.

.- ¿Dónde estamos?-

.- no lo sé… hay un hotel cerca, nos alojaremos ahí y nos iremos temprano.- ordeno, saliendo del auto.- no te  buscaran hasta mañana,  y mañana ya estaremos lejos.- Rein también bajo del auto. Guio a Rein hasta el hotel, donde los registro con  nombres falsos.  Subieron a la habitación que les habían asignado, dejo las cosas que llevaba sobre una de las camas.

.- toma, date un baño.- le arrojo un jabón, un shampo y un montón de ropa nueva.- suspiro. Definitivamente Rein necesitaba que alguien le dijera que hacer. Saco una botella de agua de las bolsas que había comprado y bebió. Encendió el televisor, buscando alguna noticia sobre el incidente de la tarde.  Rein salió, secándose el cabello. La ropa que había comprado le quedaba un poco grande.

.- come algo.- ordeno, señalando la bolsa, mientras el también entraba al baño.- y no hagas alguna idiotez.- se dio un baño con rapidez, se puso solo un pantalón, y salió.  Rein se encontraba sobre la otra cama. Había un paquete de galletas vacío a su lado, junto a una lata de jugo. Sin decir nada se acostó sobre la cama libre.

.- puedes dormir… yo vigilare.- apago la luz, dejando solo la televisión encendida.

.-emm… ¿Slayer?

.- ¿Qué?

.-… gracias… p-por salvarme…y…a-ayudarme.-

.- como sea… solo duerme.-  un rato después, solo escuchaba las voces de la tv. Fuera, todo permanecía en calma. De algún modo, habían logrado salir de una. Suspiro. Rein ya no podría vivir tranquilamente, se recostó, cerrando los ojos. Rein no le molestaba, y era obvio que alguien tenía que hacerse cargo de ese torpe semi humano, y tomando en cuenta que él ya no pensaba quedarse en un bosque, alguien tenía que alimentarlo y conseguirle un lugar donde dormir. Si, era un trato justo, muy justo. El cuidaría de Rein, mientras Rein le ayudaba a pasar desapercibido entre los humanos. 

Notas finales:

¿y que tal? Espero que les gustara el cap, y si llegue a equivocarme con los nombres me disculpo, es dificil recordar todo a la vez cuando escribo dos fic al tiempo. 


 


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