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Tráfico de humanos por alois kun

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Notas del capitulo: Hola

Ok acepto tomatazos y golpes por la irresponsabilidad que le tengo a esta historia y demás. Perdón a Gen porque ella muchas veces me pidió el capítulo y yo por algo llamado flojera no le hice caso, en serio perdón.

Eso es por si aún hay alguien por estos lares, que lo dudo por cierto.

Sin más, perdonen mi actitud ante las cosas que se atraviesan en mi vida.
ーAngelina... Ven aquí un momentoー

Me llamó un chico pelirrojo, de tez blanca y sonreí ante el.. Era tan diferente e igual a mi, teníamos tantas cosas que nos diferencian y a la vez muchas que nos hacen igual.. Como me gustaría que me tomara más atención y que no fuéramos la simple relación laboral. Caminé hacia el sin ese movimiento de caderas que lo molestaba, tampoco gustaba de mujeres por lo que atraerlo de esa manera no era la más efectiva. Cuando llegué pude mirarlo allí sentado en el escritorio de madera escribiendo unas cosas.

ー¿Qué ocurre, Señor Sutcliff?ー

Deberán de estar confundidos con esto y se preguntarán del porque yo sigo vivita y coleando.. ¿No? Bueno porque no decirles como empezó todo desde el principio..

Flashback

ー¿Y dime cómo te llamas?ー pregunté con dulzura, lo menos que quería era asustar al pobre niño.

ーCiel Phantomive ¿Puedo preguntar su nombre?ー me preguntó y sonreí.

ーAngelina Durless.. ¿En dónde están tus padres?ー

ーMe dejaronー agachó su cabeza y empezó a juguetear con sus dedos. Era normal que le doliera decir esas cosas, un niño creo que de cuatro años contando que sus padres lo habían dejado.

ーOh... ¿Cuántos años tienes?ー

ーCincoー puse un dedo en su mentón y pude alzar su cabecita para verlo mejor. Tenía algunas lágrimas en sus pequeños zafiros y eso me hizo abrazarlo.

ーMm.. ¿Te quisieras quedar conmigo? Se que no te podrás acostumbrar fácilmente, pero sé que estarás bien a mi lado, nada te hará faltaー comenté ilusionada y el pequeño se abrazó más fuerte en mi cuerpo.

Desde ahí toda mi vida había sido feliz.. El pequeño zafiro siempre había alegrado mis mañanas, haciéndome más feliz. Me recordaba de cierta manera a mi hermana y a su esposo. Haciendo que me sintiera como una verdadera madre, la que nunca pude ser. Pasamos mucho tiempo de alegría juntos, siempre reíamos de cosas sin importancia, pasábamos algunos momentos de soledad y tristeza, pero yo ya estaba metida en una grande que preferí no contársela. Desde pequeña como a los siete años mi madre me separó de mi hermana porque la preferían a ella. Era la favorita de mamá y papá, pero jamás le tuve rencor a mi hermana porque ella no tenía la culpa de lo que sucedía en esos momentos, ninguna de las dos teníamos culpa de los que esos adultos hacían. Ella era demasiado inocente y dulce como para saber que era lo que nuestra madre quería hacer con nosotras.

Un día nos separaron pero antes de irme le juré que vendría por ella, no importaba a qué edad yo la buscaría y ella se quedaría esperándome aunque ambas tuviéramos la edad de siete años. Me llevaron a un orfanato en donde conocí a varias personas a las que no podía considerar amigas sino conocidos porque eso eran y poco a poco me acostumbré a llevar esa vida junto a mi espalda. Ya a la edad de trece años decidí no llevae más esa vida de quinta y terminé escapando hacia la ciudad. La gran ciudad.

Caminé por varias horas llevando una mochila conmigo que tenía ropa, zapatos y suficiente comida como para tres días como máximo, tendría que robar poco después.

El frío de la tarde me hacia pensar que pronto iría a llover fuertemente, el cielo estaba nublado y otras personas llevaban paraguas consigo.

Miré al frente chocando con unas personas que no había visto en mi campo de visión.

ーVaya, vaya.. ¿Que es lo que tenemos aquí? Una pequeña caminando sola por las callesー

ーA-alejenseー

No tengo que decir más para que sepan que fue lo que ocurrió exactamente, me dolió tener que perder la virginidad de esa forma pero tuve que aprender a socializar con aquellos que tenían de mi vida una amargura.

Cierta tarde caminé por las calles hasta encontrarme con una hermosa chica que llamó mi atención rápidamente. Era mi hermana. Por un impulso corrí hacia ella que al principio no logró reconocerme, pero luego que supo quien yo era. Me abrazó y hablamos un buen rato de cosas que le sucedían ahora que no estaba con ella en "casa". Me contó que después que me fuera de la casa en donde vivíamos retiraron todas las cosas que eran mías y las terminaron quemando con las otras basuras de allí.

ーSiempre te recordé.. Pero no imaginé que quedarías así..ー comentó viéndome de arriba hacia abajo, era normal ya que el cambio que había dado fue drástico, no se podía esperar otra cosa.

Sonreí y bueno.. Yo tampoco había pensado que este sería mi resultado con el paso de los años. Con piercings en las orejas y la ropa holgada. Claro acababa de escaparme de un orfanato de mala vida en el cual me mantenían encerrada. En ese tiempo no tenía mi característico cabello rojo sino de color negro hasta más abajo de los hombros, lacio tipo emo. En ese instante pintaba mis ojos con delineador color negro y me mantenía en aquel aspecto siempre, sin importarme la decisión de los demás a mi persona. Pero mi hermana era diferente. Ella se veía hermosa, su cabello ondulado y naranja le caía lentamente por su espalda marcando su blanca piel y sus grandes ojos relucientes. Su piel era fina, hecha por los dioses griegos, como un mismo ángel. Ella era inocente y su sonrisa me lo demostraba, tenía un traje largo hasta las rodillas de color azul cielo y un lazo en el cabello. También tenía unas zapatillas del mismo color, hermosas y unas pulseras de diamantes en las muñecas.

Todo lo contrario a mí porque nuestra madre nos separó.

Yo que parecía una emo de esas con cabello negro, ojos delineados, camisa holgada color negra y los pantalones eran largos. Algo rotos por los lados y tenis robados de por la calle, su hermana era una princesa de oro.

ーCreo que es hora de irme. Lo siento por no traerte conmigo hermanaー


Nos fundimos en un abrazo más fuerte que el anterior y ella se fue con un chico adolescente que estaba al lado de un coche de lujo. Pero aún así no la odiaba o le guardaba rencor, era imposible. Caminé por las calles que se ponían desoladas y la gente que caminaba por allí quería llegar a su hogar para no presenciar lo que iría a suceder. Un mal presentimiento pasó por mi lado, pero no sabía a donde tenía que ir. No tenía un hogar para quedarme por lo que cuando sentí que me jalaron me dejé llevar simplemente. Ya me era tan común que hicieran lo que le diera la gana que ni me importó.

ー¿Qué quieren?ー pregunté tajante.

Cuando me llevaron al lugar que querían pude ver a un chico simplemente hermoso. De cabellos rebeldes color negro y ojos de un lindo y embriagador rubí que podían hechizar a cualquiera. Tenía que tener mi misma edad por lo joven que se veía y sus facciones de niño, pero con presencia de adulto. Habían unos grandotes a su lado y su complexión era algo delgada. En su cuello se posaban dos grandes collares con símbolos.. Que mejor no diré y por sus hombros se notaba su cabello. Su camisa en los hombros estaba cortada y era algo grande, sus pantalones eran de cuero, pegados a sus piernas demostrando el trasero y piernas que tenía. Finalizaban en unas botas de tacón largo y puntiagudo.

ー¿Yo? Tu ayudaー

Dijo simplemente y entrecerre mis párpados. No sabía para que el necesitaba mi ayuda, pero el niñato no se me hacia de fiar.  Lo miré directamente para encararlo pero el no me veía aunque mantenía una sonrisa cínica en sus labios.


ー¿Mi ayuda? Avanza y déjame irー

Ensanchó su sonrisa y me mostró a un niño de cabellos rojos que tenía unos lentes con unas carabelas y ojos verdes. Me sonrojé, jamás había visto tanto rojo en esplendor, era magníficamente hermoso, espectacular. Miré asombrada sus cabellos y este solo supo reír ante mi asombro.

ーHablale de lo que necesitamos, Grellー

Dijo eso último con la misma sonrisa pero esta vez era más escalofriante y se fue con los grandotes con paso fino y elegante al caminar, desapareciendo al instante. Volví a fijar la vista en el muchacho que estaba delante de mi y me sonrió cuando se presentó.

ーGrell Sutcliff querida.. ¿Sabes algo? Pienso que el rojo te quedaría mucho mejor en esos cabellos negrosー exclamó.

Sonreí tomando confianza ya desde el principio, el me llevó a su casa la cual no quedaba tan lejos de donde estaba y hablamos un poco de la supuesta ayuda que necesitaban. Ese chico que conocí se llamaba Sebastián Michaelis y está interesado en el hijo que tiene mi hermana, que por supuesto nunca me dijo. El niño apenas tenía unos meses de recién nacido, pero el pelinegro lo quería para el, nadie sabía porqué lo quería. Me dijo que necesitaba a el niño una noche y como no lo conocía y tampoco tenía una relación de lazos familiares con el bebé acepté, lamentablemente engañaría a mi hermana pero bueno. A cambio me darían una vida más cómoda y podría ver al bebé unas cuantas veces por mes. Que hipócrita.. ¿No?

Un día me comuniqué seriamente con ella y decidí pasarle confianza para tener al bebé entre mis brazos. El tiempo pasó y ella antes de lo esperado se comunicó una mañana conmigo diciendo que solo podía mantener al niño hasta los cuatro años ya que tenía una grave enfermedad y moriría pronto. Me dolió el saber eso y la abracé con lágrimas en el rostro, Vicent el padre del niño desapareció cuando supo de la vida del pequeño dejándola sola y desamparada. Y nuestros padres la echaron de la casa al saberlo, diciendo que no querían tenerla más a su lado. Cuando murió cinco meses después me informaron que el niño había desaparecido una noche por la ventana de su cuarto al buscar su madre y no encontrarla. Salí a buscarlo, era de noche y hacia frío por lo que me fue más difícil encontrarlo, pero no pasó mucho tiempo. Sonreí al verlo allí dormido en una banca con frío por lo que me lo llevé conmigo, pero el jamás supo de mi presencia, estuvo en varios lugares mientras crecía hasta tener los once años.

Un día me comuniqué seriamente con ella y decidí pasarle confianza para tener al bebé entre mis brazos. El tiempo pasó y ella antes de lo esperado se comunicó una mañana conmigo diciendo que solo podía mantener al niño hasta los cuatro años ya que tenía una grave enfermedad y moriría pronto. Me dolió el saber eso y la abracé con lágrimas en el rostro, Vicent el padre del niño desapareció cuando supo de la vida del pequeño dejándola sola y desamparada. Y nuestros padres la echaron de la casa al saberlo, diciendo que no querían tenerla más a su lado. Cuando murió cinco meses después me informaron que el niño había desaparecido una noche por la ventana de su cuarto al buscar su madre y no encontrarla. Salí a buscarlo, era de noche y hacia frío por lo que me fue más difícil encontrarlo, pero no pasó mucho tiempo. Sonreí al verlo allí dormido en una banca con frío por lo que me lo llevé conmigo, pero el jamás supo de mi presencia, estuvo en varios lugares mientras crecía hasta tener los once años.

En ese momento Sebastián empezó a interesarse más en el niño, me llamaba más a menudo preguntando cosas de mi sobrino, quería hablar con el pero yo no se lo permitía incluso me amenazó unas cuantas veces pero no le tomé la necesaria atención a ese asunto. Entonces esa noche que me quedé en la sala de estar a esas alturas vinieron ellos y me mataron cruelmente.

¿Cómo estoy viva? No lo se, pero lo que sé es que Grell no recuerda nada de ello, nadita de nada. Al principio no me reconoció hasta que me presenté y decidimos ser amigos porque estaba claro que habían borrado su memoria, eso fue mucho mejor. Trabajé para Sebastián nuevamente unos años, pero fueron demasiados pocos para pagar la supuesta deuda que tenía con el, sin embargo no me cobró nada porque ya andaba saliendo con mi sobrino. Eso me cayó como balde de agua fría a mi cabeza y salí de ese lugar lo más rápido posible para rescatar mi sobrino. No puedo permitir que mi sobrino haya caído en brazos de tal bestia, el necesitaba algo mejor para su futuro, no un cretino patán.

ーNecesito que investigues a ese chico del portafolio. Nos puede ayudar en el casoー

Comentó entregándole el portafolio y ella asintió tomándolo y saliendo de la oficina tan silenciosa como entró.

..
.


ーMe importa una mierda lo que tengas que decirmeー

ー¡Ciel! ¡Tienes que salir en cinco minutos!ー

El de ojos zafiro asintió antes de ponerse un poco de maquillaje en sus párpados y labios. Sebastian se mantenía detrás del menor viendo como iba y venía con otras cosas en sus blancas manos, pero sin prestarle atención.

Sentía que Ciel estaba enojado con el por estar pendiente del rubio, porque Ciel siempre había sido su favorito, siempre. Y lo sigue siendo, no porque llegase Alois el iba a dejar de consentirlo ni mimarlo porque a el le gusta Ciel, no Alois.

Pero Ciel no entiende eso. Está más tosco y frío.

ー¿Te vas a ir o te quedarás ahí?

Sus hebras azuladas se movieron al ritmo se su cuerpo y sus orbes zafiro se posaron en las orbes rubíes con insistencia. Llevaba un simple short blanco con una camisa de tirantes color blanca, medias negras y zapatillas blancas. Su maquillaje era simple, no muy elaborado, pero tampoco tan sencillo, sino simple.

Sonrió y asintió antes de darse vuelta e irse caminando con paso elegante del bar, estaba más seguro de que Ciel necesitaría una silla de ruedas urgentemente porque esa noche cuando terminase el trabajo le iba a dar tan duro como no lo había hecho antes.

El peliazulado respiró lentamente antes de abrir la puerta y salir sonriente al público lascivo que al verlo empezaron a aplaudir con euforia.


ーClaude.. No seas malo, vamos sonríe para míー el rubio pidió y el pelinegro negó.

ーAlois.. Estoy agotado por favor dame tiempoー

ーClaude te quieroー

ーEs mejor que descansesー

ーEsta bien, pero ¿Vas a volver?ー

El pelinegro solo se bajó un poco a su altura y dejó un beso casto en ellos para salir de la habitación sin responder a la interrogante dem menor. Alois ya estaba un poco más acostumbrado al lugar aunque todavía no podía asimilar el acostarse con cualquier tipo que abriese la puerta de su cuarto para tener sexo. Sinceramente quería irse, extrañaba a Luka y Hannah, pero ahora tenía a Claude. El rubio más alegre por ese pensamiento se levantó de la cama y se fue dando salitos al baño que había en el mismo cuarto, había conocido más a Claude pero lo notaba raro algunas veces, sin embargo eso no importaba en esos momentos. También se había hecho muy buen amigo de Ciel ya que este venía los viernes por la mañana a darle una pequeña plática de lo que le sucedía constantemente con Sebastián. Ahora pensando bien Sebastián se parece al Sebastián que envió los mensajes de texto meses antes de llegar al lugar. Se extrañó.

ー¿Qué estará haciendo ahora Luka? Lo extraño muchoー sonrió nostálgico entrando al baño.

Mientras tanto en ese preciso instante.. Con Luka y los demás en la casa.

ー¡Por favor Luka calla boca un momento, carajo!ー vocifero a punto de querer entrar a esa habitación y calmarlo de otra manera.

ーNo te detengas.. Lukaー

ー¡Ahhh! ¡Aah! ¡Under! ¡Ngh!ー

ー¿Te gusta aquí? ¿Quieres más? ¡Grita para mi Luka! ¡Grita, grita más!ー

Hannah se tapó los oídos con las almohadas del cuarto, Luka gemía como una perra en celo, es más ya ni se escuchaban gemidos solo los gritos de placer que sentía el castaño, aunque ella no era la única en la misma situación. Varios vecinos se habían levantado del lindo sueño que tenían por escuchar como un chico de catorce años gemía descontrolado en brazos de un detective loco y eso que supuestamente no eran pareja. Es decir el sabía que ella estaba en la misma casa y no se callaba, bueno.. ¿Quien se va a callar en un momento de placer? Nadie, todos desean que sepas que te están dando duro contra la cabecera aunque a la mañana siguiente la vergüenza te carcoma el alma.

Mientras tanto con Luka la cosa estaba que ni siquiera sabía en donde estaba el norte o el sur, solo sabía que tenía las piernas abiertas y que le estaban dando lo más fuerte que podía y eso le gustaba demasiado. Ni siquiera sabía como rayos había terminado así.

~~~~~~~~~~~~

ーWill... Vamos invitameー

ーSeñor Sutcliff.. Se supone que si lo quiero invitar a algo sea porque yo quiero. No porque usted quiere que yo lo inviteー

El pelirrojo de cabellos largos se sentó en el escritorio del pelinegro. Sabía que a el no le gustaba eso.

ーPero tiene que ver con Sebastián.. Es para la investigaciónー

El de lentes fijó su atención al pelirrojo de ojos verdes que se había sentado en su escritorio y suspiró.

ーBajese del escritorio, hay más asientos y la puerta está disponible. ¿Qué tiene que ver con el?ー

El otro bajó del escritorio algo triste por la forma fría del pelinegro para contestarle, pero sonrió.

ーBueno tengo a una chica investigando más el caso en Japón y supuestamente hay una fiesta organizada por su organizaciónー

ー¿Porqué has hecho cosas sin decirme?ー

ーMmm.. Porque es más divertido e incluso estoy más rápido que la investigación que los demás solo llévame y lograré averiguar másー

ーBueno.. Si es para eso está bien, pero iremos todosー

ー¡Claro!ー

El pelirrojo escarlata salió dando saltitos de la oficina del pelinegro y el último mencionado solo ajustó sus lentes para seguir con el papeleo.

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Notas finales:

Maldito capítulo de relleno.

 

He visto el OoC que le he hecho a Ciel así que trataré de mejorarlo.

 

¿Les gustó? Aish, se que no.

Nos vemos lindas criaturas.


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