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"The baddest female" por Pik

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 La cosas en clase cambiaron, mis compañeros ya no tenían miedo de ofender a los malotes de la clase, ya que Bom y Chaerin habían comenzado a integrase entre los alumnos, pero seguían estando siempre juntas. He de admitir que aquello comenzaba a darme celos. No entendía de donde salían, más una vez se me pasó la absurda idea de que me estuviera enamorando de ella, pero era algo tan sumamente estúpido que me hacía reír e ignorar el tema.

 

El viernes, como Minzy tenía clase de baile y no quería quedarme en casa, salí a dar una vuelta con DaeSung y SeungRi. Cuando pasamos por en frente de un parque, vimos a Chaerin y Bom sentadas en un banco, fumando.

-Hola chicos -saludó Bom animadamente. Desde que Ji Yong se había ido, ella se había convertido en un amor de persona.

Los tres les saludamos agitando las manos mientras seguíamos caminando. Observé como Chaerin fijó la mirada en mí y, sin saludar, me miró durante varios segundos; luego sonrió y bajó la cabeza, dando otra calada al cigarrillo.

…............................................................................................................................................................

 

-Sandara -dijo mi madre sacándome de mis pensamientos mientras cenábamos.

-D-dime.

-¿Te ocurre algo?

-¿A mi? Nada.

-Te veo muy distraída últimamente... ¿Todo bien en el colegio?

-Todo genial.

-¿Y de chicos?

-No hay ninguno... -bajé la mirada al plato.

-Sandara -continuó mi padre- mañana por la mañana tu madre y yo salimos a Busan, ¿lo recuerdas?

Me quedé mirándole como si hubiera dicho la cosa más rara del mundo.

-La prima de tu madre ha tenido un bebé y vamos a visitarles, supusimos que no querrías venir.

-Tengo planes para mañana.

-Volveremos el lunes.

-De acuerdo -asentí sin darle mucha importancia.

…............................................................................................................................................................

 

Como ya era costumbre en nuestros sábados por la noche, Minzy y yo llegamos al pub, donde debíamos encontrarnos con DaeSung y los demás. Cuando entramos, nos sorprendimos al ver a Chaerin y Bom sentadas con ellos.

-Hola chicas -saludó DaeSung levantándose para depositar un suave beso en los labios de Minzy.

-Hola... -murmuré sin apartar la mirada de la rubia, que me miraba con una ligera sonrisa de lado.

-¿Os importa que estemos aquí con vosotros? -preguntó Chaerin echándose hacia delante, apoyando los codos en las rodillas, sin dejar de mirarme.

-Para nada -sonrió Minzy, tirando de mí para que me sentara.

Pasamos la noche hablando de cualquier tema que surgía hasta que Minzy y yo decidimos salir a la pista de baile. Tras un tiempo bailando, DaeSung apareció y con educación, me pidió poder bailar con ella. Me disponía a volver al sofá cuando alguien me cogió del brazo.

-Vaya vaya... -escuché una voz masculina por detrás de mi- pero si es el bellezón del otro día.

Me giré para encarar al chico con el que me había chocado el día de la cita con Lydia.

-Suéltame -le enfrenté.

-Relájate, veo que hoy la rubia no está contigo -dijo refiriéndose a Lydia- ¿bailas conmigo?

-No.

-Venga, no seas agua fiestas, baila conmigo... -me acercó a él.

Intenté soltarme de su agarre, a lo que de un manotazo le tiré la copa al suelo y luego le empujé, pero aún me sujetaba del brazo. El chico me miró furioso, me cogió de la cara con la mano libre y se acercó a mí hasta que alguien le empujó, haciendo que cayera al suelo. Entonces vi de nuevo aquella melena rubia, me cogió de la mano y echó a correr arrastrándome detrás de ella.

-No se como siempre te metes en líos, todo por tu cara bonita -murmuró Chaerin tras salir del pub.

-No es culpa mía...

Suspiró, sacó del bolsillo un cigarrillo, se lo puso en la boca y lo encendió con el mechero.

-Que asco... -solté cuando el humo me vino de cara.

Chaerin miró el cigarrillo, cogiéndolo entre los dedos y se encogió de hombros. Pasamos varios minutos en silencio, apoyadas en un muro de piedra que había detrás del pub.

-¿Cómo te las apañas para aparecer en los momentos más oportunos? -pregunté rompiendo el silencio que me estaba poniendo nerviosa.

-Ni idea. Te estaba viendo bailar, de repente has desaparecido, he escuchado un vaso romperse y he corrido hacia la pista hasta encontrar al tío ese que intentaba... -dio una calada a su cigarrillo- lo que fuera que estuviera intentando.

-Quería bailar conmigo.

-Iba tan borracho que en cuanto le he empujado ha caído redondo en el suelo -rió.

-¿Y con Ji Yong?

Volvió a pegar una calada al cigarrillo y miró al cielo, soltando el humo.

-Él iba drogado cuando intentó... tocarte. Por eso pude con él. Pero ya viste que cuando está en plenas condiciones no tengo oportunidad contra él... -pasó un dedo por la gasa que cubría la herida de su pómulo.

-Quieres decir que los dos chicos que han intentado algo conmigo iban borrachos o drogados...

-Yo no he dicho eso.

-Pero es verdad... Entonces no es que mi físico sea bueno, si no que ellos van tan ciegos que no se dan cuenta -solté una carcajada.

Chaerin tiró el cigarrillo al suelo y me miró, seria.

-Eres guapa, por algo se acercaron a ti. Además, G-dragon te había visto cuando no iba drogado.

Bajé la mirada e, ignorando el tema, me senté en el muro, dejando las piernas colgando.

-¿A qué hora tienes que estar en casa? -preguntó mirando la hora en el móvil.

-Me da igual, mis padres no están... -bostecé.

-Vaya, los míos aún no han llegado, estamos en las misma... solas en casa.

Me tumbé boca arriba en el muro. Miraba las estrellas cuando sentí que mis párpados pesaban, entonces bostecé con mis últimas fuerzas.

-Chaerin... -susurré antes de caer rendida ante el sueño.

 

Desperté algo desorientada en una cama que no era la mía. Entonces me asusté y revisé mentalmente la noche anterior, no bebí nada raro. Lo último que recordaba era estar hablando con Chaerin en un muro. Entonces un dulce aroma me invadió, me giré poco a poco para descubrir a alguien tumbado a mi lado, de espaldas. Tenía el pelo rubio recogido en un moño, aún así quise asegurarme. Apoyándome en la cama con los puños, me asomé para comprobar que era Chaerin la que había dormido a mi lado. Una inmensa felicidad me invadió, aunque me negué a mostrarla. Entonces me di cuenta de que ella estaba durmiendo en sujetador y con un pantalón de deporte. Me miré y descubrí que seguía con la ropa de anoche, excepto porque no llevaba las botas.

Pasados unos minutos, Chaerin emitió una especie de gemido y poco a poco se estiró. Inconscientemente decidí hacerme la dormida. Cerré los ojos y la escuché sentarse en la cama, bostezó y se quedó en silencio. Sentí su mano pasar por mi mejilla, cuello y hombros. Suspiró y la cama se movió, indicándome que había bajado. Noté un beso en la frente y escuché pasos alejándose.

Pasé unos minutos tumbada hasta que decidí levantarme, buscarla y averiguar como había acabado durmiendo en su cama.

-¿Chaerin? -bostecé asomándome a la cocina.

Allí, la rubia preparaba café y sobre la mesa había una caja de magdalenas. Ella seguía en pantalón de deporte y sujetador, cosa que me incomodó bastante, hasta el punto de ruborizar mis mejillas cuando se giró y volví a observar su vientre plano y sus pechos recogidos en el sujetador.

-Buenos días.

-¿Me puedes explicar que hago aquí? -pregunté sentándome en una silla de la cocina.

-Anoche estábamos hablando y te quedaste dormida así que le dije a los demás que te llevaba a casa pero... -hizo una pausa para colocar un café delante de mi- cuando llegamos a tu casa te negaste a despertar, así que decidí traerte aquí... ¿Te ha molestado?

-No, no... te agradezco que me trajeras aquí.

-Como tus padres no estaban nadie me abría, y no encontré las llaves...

Entonces llevé las manos a los bolsillos de mi pantalón, sólo notando el móvil en el derecho y algo de dinero en el izquierdo.

-Mierda... -murmuré volviendo a meter la mano en ambos bolsillos.

-¿Qué pasa? -le dio un bocado a una magdalena.

-Me he dejado las llaves en casa.

-¿Qué? -soltó una carcajada.

-Salí con prisa y se me olvidó que mis padres no estaban -me dejé caer de nuevo en la silla y me tapé la cara con las manos.

-¿Cuándo vuelven?

-El lunes...

Chaerin bajó la mirada y dio un sorbo a su café, luego me volvió a mirar.

-Puedes quedarte aquí hasta que vengan.

-¿Lo dices en serio? -me sorprendí.

-Mis padres tampoco están, y tú no puedes volver a casa, -se encogió de hombros- sólo será hoy y mañana hasta que vuelvan.

-No se...

-¿Me tienes miedo? -preguntó con una sonrisa de lado.

-N-no, para nada.

-¿Entonces?

-De acuerdo... llamaré a mis padres para decirles que su hija es un desastre.

-Eso ya deberían saberlo.

Saqué el móvil y, dando el último sorbo a mi café me dirigí al salón para hablar con mi madre.


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