Quien diría que dos meses después seguiríamos juntas. Nuestra relación se fortalecía cada vez más, al igual que nuestra confianza. Recuerdo el día en que me contó lo de su hermano y acabó llorando entre mis brazos. Aquello me animó a contarle episodios difíciles de mi vida. Y así poco a poco fuimos conociéndonos más.
-Buenos días pequeñaja... -escuché un susurro a mi lado.
Me estiré en su cama, empujándola con los brazos mientras ella reía.
-Buenos días -bostecé.
-Hoy vamos todos al pub a celebrar que acabamos el curso con todo aprobado.
-Sí -dije con voz infantil, levantando el puño en alto.
Aquello le hizo reír y acabamos dando vueltas en la cama mientras ella trataba de hacerme cosquillas.
Aquella semana habíamos acabado todos los exámenes y nos dieron las notas finales. Ambas habíamos aprobado todas la asignaturas. Se pasó un día entero agradeciéndome todo lo que le había ayudado a estudiar, pero realmente fue ella quien se esforzó, quedándose hasta las tantas de la mañana estudiando mientras yo no aguantaba, y siempre caía dormida en su cama, intentando aguantar con ella.
Aquella noche íbamos de cena con los de la clase. Ya que era la fiesta de fin de curso me había comprado un vestido negro de tirantes que me llegaba un palmo por encima de las rodillas, con un cinturón gris; y unas sandalias negras, atadas a los tobillos.
-Estás preciosa... -murmuró Chaerin cuando salí de casa y me acerqué a ella.
Llevaba unos pantalones de cuero negros, con una blusa también negra, una chaqueta gris y unos botines gris oscuro. Iba tan elegante que no podía apartar la mirada de ella.
-Gracias, -le di un suave beso en los labios- tu también.
-He hecho lo que he podido -se encogió de hombros con una sonrisa.
Caminamos hasta el restaurante cogidas de la mano, cosa que en el fondo de avergonzaba, pero a la vez me enorgullecía. Era un sentimiento demasiado extraño y contradictorio.
Recogimos a Bom por el camino, la cual se dedicó a mirarnos con una sonrisa mientras, de vez en cuando, soltaba que le dábamos envidia, cosa que hacía reír a Chaerin.
-¿Quién eres tú y que has hecho con Lee Chae Rin? -preguntó Minzy cuando nos vio aparecer.
En esos dos últimos meses, Minzy y yo no habíamos dejado de quedar, aunque tuviéramos pareja. Los viernes siempre era nuestra noche de chicas, cuando salía de clase de baile, cenábamos juntas y dormíamos en casa de alguna de las dos. Bueno, en ese tiempo, algunos días hacíamos “citas dobles”, por lo cual, Chaerin acabó volviendo a ser amiga de Minzy, y conoció mejor a Daesung, del cual también se hizo bastante amiga. Mi grupito de amigos se fue extendiendo en ese periodo de tiempo.
-Le he pegado una paliza y la he dejado en un callejón, maniatada, para que no vuelva -bromeó-. Esa tía no se merece semejante belleza -me cogió de la cintura.
-No digas tonterías -golpeé su hombro, provocando las carcajadas de todos los presentes.
En cuanto SeungRi apareció, entramos en el restaurante. Dentro, todos nuestros compañeros de clase nos esperaban en una enorme mesa rectangular, rodeada de sillas.
Pasamos dos horas allí. Cenamos, y con el postre, nos entretuvimos un poco. Todo eran carcajadas, sonrisas y bromas entre nosotros, recordando el curso. Yo había sido la última en entrar y había estado poco tiempo con ellos, aún así, entré a formar parte de la familia muy rápidamente.
A eso de las once, varios de nosotros nos fuimos al pub.
-Aquí tienes -dijo Chaerin ofreciéndome la CocaCola.
-Gracias.
Ambas bebíamos nuestros refrescos junto a la barra cuando alguien rodeó mis hombros.
-¿Te está molestando esta chica? -escuché a mi lado.
Aquella voz, aquella melena que pude observar de reojo, aquel aroma...
-¡Lydia! -me giré con una gran sonrisa al verla tras tanto tiempo.
-Ey, ¿qué tal? -me abrazó con fuerza, mientras nos tambaleábamos.
-Pues genial, ¿y tú?
-Bastante bien.
Cuando me soltó nos pusimos de cara a Chaerin. Cuando sus miradas se cruzaron, pude notar la tensión en el ambiente. Recordé lo que Lydia me contó de la última vez que se vieron y se me erizó la piel, no sabía nada de Chaerin desde hacía un montón, y tampoco sabía las razones por las que se había ido sin decir nada.
-Chaerin... -dijo con voz seria, sin apartar la mirada.
-Lydia...
Por primera vez desde que la conocía vi a Chaerin incómoda. Bajó la cabeza durante unos segundos, se pasó la mano por la nuca y cuando levantó de nuevo la cabeza, resopló y se acercó a ella para abrazarla. Aquello me sorprendió demasiado, pero no tanto como a Lydia.
-Lo siento -escuché a Chaerin murmurar.
Los ojos de Lydia se abrieron como platos, para luego dar paso a una sonrisa, devolviéndole el abrazo. Cuando se alejaron, Chaerin parecía a punto de romper a llorar.
-¿Por qué? -preguntó Lydia.
-Por haberme ido sin más, y después de un tiempo, cuando nos volvimos a ver... -me miró de reojo.
-Tranquila, lo sabe.
Asentí.
-Siento haber hecho todo eso. Te debo muchas explicaciones -continuó.
-No solo a ella -una cuarta voz se unió a nosotras.
Pude recordar a duras penas de quien se trataba.
-Bo Ah, -sonrió Chaerin- cuanto tiempo...
-Demasiado.
-¿Me dejaréis explicarme?
Ambas chicas se miraron y asintieron a unisono.
-Os llamaré, lo prometo. Quedaremos y os explicaré todo lo ocurrido.
-Genial -sonrió BoA.
Tras un incómodo silencio en que las cuatro nos dedicamos a acabarnos nuestras bebidas, Lydia me cogió del brazo y me llevó a un rincón.
-Ahora me vas a explicar que hay entre vosotras dos.
-¿P-por qué dices eso?
-Venga Dara, he visto como te mira -me sonrió.
-Estamos saliendo... Dos meses.
-Joder, nuestra Chaerin ha madurado -echó una mirada hacia atrás, donde BoA y Chaerin hablaban.
-¿Y tú qué? -levanté una ceja.
-Pues la cita salió genial, y una tras otra... Acabamos juntas -suspiró.
-Me alegro un montón por ti.
Tras un abrazo, continuamos hablando hasta que BoA apareció, pidiéndole a su novia de volver a casa. Me dijo que Chaerin había ido a saludar a una amiga, por lo que yo volví con Minzy y los demás.
-¿Y qué piensas hacer al año que viene? -pregunté recostándome en el sofá.
-Pues tengo pensado ir a la universidad, a estudiar psicología -contestó Bom.
-La verdad es que tus notas son buenas...
-Llevo bastante tiempo preparándome para sacar buena nota media y poder entrar.
-Me alegro. Yo iré a estudiar interpretación.
Bom asintió con una amplia sonrisa. Observé como recorría la sala con la mirada hasta que sus ojos se posaron en algo que le hizo cambiar de gesto.
-Mierda... -murmuró.
-¿Qué pasa?
Dirigí la mirada hacia donde estaba mirando. Justo al lado de la barra, Chaerin hablaba con una chica que tendría más o menos mi edad; tendía el pelo negro, ligeramente ondulado. Incluso a la distancia en que me encontraba, podía ver perfectamente como miraba a Chaerin, completamente embobada, mientras hacía pucheros y movía los brazos como una niña pequeña.
-Es SoHee, -dijo finalmente Bom- la ex novia de Chaerin.
-Pensé que Chaerin nunca había tenido novia.
-Ella fue la primera, la segunda eres tú.
No contesté. Aquello no me tranquilizó mucho. Me dediqué a seguir observándolas de lejos.
Chaerin estaba apoyada en la barra, haciendo algunos gestos con la mano, mientras la morena no dejaba de mover los brazos, como si tratara de explicar algo. En un momento, la chica se acercó a ella, pero no de forma sutil, se lanzó a por sus labios. Chaerin no pudo reaccionar y sus labios se juntaron, pero rápidamente la alejó.
Me levanté del sofá y apretando los puños me acerqué a ellas.
-¿Qué te crees que estás haciendo? -le grité, colocándome entre ellas.
-¿Yooo...? Nada... -contestó entre risas, para después darle un sorbo a su copa.
-Dara, vuelve con los demás por favor -me pidió Chaerin.
-¿Qué ocurre? -me encaré a ella.
-Nada, solo estamos hablando.
-¡Pero si acabo de ver como te ha besado! -grité.
-Tranquilízate, ha sido un error.
-Relájate niña, ¿quién eres? -dijo la chica entre hipidos.
-Sandara, la novia de Chaerin -me crucé de brazos.
-Encantada, -me ofreció su mano, la cual aparté de un manotazo- yo soy SoHee, su ex novia.
-Dato innecesario SoHee -intervino Chaerin.
-¿Podemos volver? -pregunté ignorando a la morena.
-Más tarde, dame cinco minutos.
-¿Para qué?
-¿Tengo que darte explicaciones de todo? -su paciencia parecía haberse agotado.
Me quedé paralizada por el tono que usó conmigo.
-No es necesario, ya me voy -dije seria, antes de darme la vuelta.
-Dara... lo siento, yo... -intentó arreglarlo, en vano.
-Deja que se vaya.... -escuché a SoHee mientras me alejaba dirección a la mesa donde se encontraban los demás.
Al llegar vi a Bom que me miraba con cara de pena, había visto todo.
-Esa niña siempre lo fastidia todo -murmuró al verme recoger mi chaqueta y bolso- ¿Te vas?
-Sí.
-Te acompaño.
-No hace falta.
-No voy a dejar que vayas por ahí sola un sábado por la noche.
Me rendí, no tenía ganas de discutir con nadie más, y menos con Bom, que sólo pretendía ser amable. Salimos del local tras despedirme y caminamos hasta mi casa en silencio, no tenía ganas de hablar, y ella pareció entenderlo.