Miraba indecisa el armario sin saber que elegir. En media hora llegarían para recogerme y aún no sabía que ponerme para ir al pub. La semana había pasado rápido y sin ningún accidente como el del lunes, por lo que mi madre no puso ninguna pega a dejarme ir toda la noche.
Dejé caer la toalla que cubría mi cuerpo desnudo y me puse la ropa interior para luego sacar varios conjuntos y probármelos. Finalmente me decidí por unos vaqueros azul oscuro, ajustados, de cintura baja; con una camiseta de tirantes, de color negro, que dejaba ver parte de mi abdomen; una chaqueta verde militar por encima, y unas botas negras, desabrochadas, con los cordones cayendo por los lados.
Observé mi vientre y pasé un dedo por encima, notando los ligeros huecos que dejaban mis marcados abdominales. En Canadá nunca había llevado camisetas que dejaran ver mi abdomen, no sólo por el frío que hacía allí; si no también por las muchas burlas que había recibido en los vestuarios por parte de las chicas que comentaban que “los abdominales eran para chicos y lesbianas”, y por aquello tuvieron otra razón para burlarse de mi.
Alguien tocó al timbre y me sacó de aquellos pensamientos. Bajé las escaleras corriendo, le di un beso en la mejilla a mi madre y abrí la puerta para ver a Top, Minzy, DaeSung y SeungRi esperándome.
-Dios mio Dara... -murmuró mi amiga al verme- Estás preciosa.
Paseó la mirada por mi cuerpo, fijándose en mi abdomen y sonriendo. Sentí la mirada de los tres chicos sobre mi. Yo paseé la mirada por todos y cada uno de ellos. Minzy llevaba una falda negra, con una blusa en color azul claro; los chicos iban los tres con vaqueros, DaeSung llevaba una camiseta negra de manga corta, Top una camisa gris, y SeungRi una camiseta verde oscuro y encima una chaqueta vaquera.
-Tu también -me acerqué a ella para darle dos besos en la mejilla y luego saludé a los chicos, dos de los cuales no apartaban la mirada de mi, cosa que me incomodó.
-¿Nos vamos? -preguntó Top.
Todos asentimos y comenzamos a caminar, Minzy y yo nos quedamos un poco rezagadas pero sin perderles de vista.
-Vaya miradas que te echa DaeSung -le di un suave codazo en el costado.
-¿Qué? -se sonrojó- N-no digas tonterías.
Solté una carcajada.
-Ya veremos.
Alcanzamos a los chicos cuando en frente de nosotras divisamos el pub. Las luces de neón del cartel indicaban que habíamos llegado. Entramos y nos sentamos en una mesa redonda, rodeada de un sillón en forma de media luna. Tomamos unos refrescos y pasada una hora en que estuvimos charlando de muchas cosas, SeungRi saltó a la pista de baile cuando subieron el volumen de la música, a lo que Top le siguió. DaeSung se levantó y le tendió una mano a Minzy, la cual aceptó.
-¿Vienes a bailar Dara? -me preguntó mi amiga antes de seguir al chico.
-Ahora iré -le sonreí levantando mi vaso.
Me apoyé en el sofá y observé divertida como Minzy bailaba algo sonrojada con DaeSung. Paseé la vista por el local, fijándome en la gente que allí había. Entonces que quedé paralizada cuando a unos cuantos metros de mi divisé a Park Bom, su melena rojiza se distinguía a kilómetros. Estaba sentada en un sofá como en el que yo me encontraba. Encima de ella, sentada en sus piernas había una chica de pelo liso y negro; ambas se besaban con fiereza. Bom le sujetaba de la cintura mientras la chica rodeaba su cara con las manos.
Intenté no mirar mucho, entonces observé que a su lado estaba Kwon Ji Yong, y a su lado, una chica de melena color castaño. Ambos se besaban al igual que hacía las chicas de su lado. Él tenía la mano sobre su muslo, mientras ella se apoyaba en sus hombros. Se me removió el estómago cuando Kwon Ji Yong se levantó y, cogiendo a la chica de la mano, la llevó a los lavabos.
Fui a apartar la mirada cuando sentí unos ojos verde mirarme. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando miré justo al lado de donde Kwon Ji Yong había estado y encontré a Chaerin mirándome con una ligera sonrisa en la boca. Parecía divertida. Mi cara debía ser un mapa tras ver a dos de mis compañeros de clase liarse de aquella forma con esas mujeres a las cuales, seguramente ni conocían. Observé a Chaerin, la cual tenía a dos chicas a ambos lados de su cuerpo, una de ellas pasaba su mano por la pierna de la rubia, mientras la otra simplemente estaba apoyada en el respaldo del sofá y en su hombro. Una extraña sensación subió por mi estómago y sentí ganas de golpear a aquellas dos chicas. Entonces me di cuenta de que aquello era lo que llamaban celos y me sentí una estúpida. ¿Yo celosa? Mientras todas aquellas tonterías pasaban por mi cabeza, no pude evitar fijarme en lo guapa que iba. Llevaba maquillados los ojos, cosa que hacía que parecieran más grandes.
Pasé la mano por mi cara, intentando alejar todos aquellos pensamientos. Me levanté del sofá y, esquivando gente, me acerqué a la barra mientras con la miraba buscaba a Minzy.
-¿Deseas algo? -escuché por detrás de mi.
Me giré para ver como una de las camareras se había apoyado en la barra y me miraba divertida. No pude evitar parpadear varias veces al ver tal belleza. Tenía el pelo recogido en un moño alto, que dejaba caer varios mechones que enmarcaban su cara, era rubia teñida; sus ojos eran pequeños pero aquello le daba cierto encanto.
-Una Coca Cola por favor -le devolví la sonrisa.
De debajo de la barra sacó un vaso con un cubito y una botella de Coca Cola, llenó el vaso y me la ofreció dejándola sobre la barra.
-¿Cuanto es? -pregunté metiendo la mano en mi bolsillo.
-Nada.
-¿Cómo?
-Invito yo.
-No puedo aceptar -reí.
Ella también soltó una suave carcajada y se encogió de hombros.
-Venga, ¿cuánto es? -insistí.
-Nada, es una simple Coca Cola, invito yo.
Negué con la cabeza mientras observaba como no apartaba la mirada de mi. Cogí el vaso y pegué un trago. Ella levantó una ceja.
-Sabe mejor si te invitan ¿verdad?
-Verdad -reí de nuevo- Esto no se queda así.
-Me basta con que me digas que el sábado que viene volverás.
Me quedé bastante sorprendida ante aquella confesión, aquella chica no se andaba con rodeos. Pegué otro trago de la Coca Cola y la miré.
-¿Para que?
-Es mi día libre y no tengo que trabajar, me gustaría charlar contigo.
-De acuerdo -dije finalmente.
Nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos mientras sonreíamos. Dios mio, si no dejaba de mirar aquellos ojos acabaría por desmayarme.
-Lydia, deja de ligar y vuelve al trabajo -dijo una chica pasando por detrás de ella con varias copas en la mano.
-Voy -gritó.
-Nos vemos el sábado -le dije levantando el vaso.
-Aquí nos veremos.
Dicho eso me guiñó un ojo y se dirigió hacia una pareja que llevaba un buen rato esperando para pedir. Yo me alejé con una sonrisa en la boca, mientras bebía mi Coca Cola, esquivé gente hasta sentarme en el sofá de antes, donde Top y DaeSung estaban sentados.
-¿Y Minzy? -pregunté tras sentarme.
-Ha ido al baño -contestó DaeSung apoyando los codos en las rodillas.
-¿Y SeungRi?
-Perdido entre la multitud.
Al momento apareció Minzy, que se sentó a mi lado.
-¿Qué tal te lo estás pasando? -preguntó.
-Genial.
Me sonrió y se acomodó en el sofá tras coger su vaso. Desvié la mirada en busca de Chaerin, fue un acto impulsivo. De nuevo, me encontré con sus ojos. Aguanté la respiración cuando me sonrió de lado y dio un sorbo de su copa, desviando la mirada.
El corazón se me aceleró cuando observé como se acercó a una chica que había a su lado y mordió su labio inferior para luego tirar de él. Rápidamente me giré para no ver lo que iba a continuación.
A eso de las cinco de la mañana los chicos nos acompañaron a casa. Me despedí de todos y entré en casa con mucha cautela; de puntillas, con las botas en la mano, subí las escaleras hasta llegar a mi habitación. Cerré la puerta y me tiré en la cama. Estaba agotada, había acabado bailando con Minzy en el centro de la pista y me dolían las piernas.
Pero mi cabeza estaba demasiado ocupada en otra cosa. ¿Por qué había sentido celos al ver a Chaerin con aquellas dos chicas? Ella no era nadie para mi, y mucho menos yo para ella. Simplemente era una compañera de clase. En cambio no había sentido lo mismo al ver a Bom en una situación peor. La sonrisa de Chaerin apareció en mi mente y me robó una a mi.
-¿Qué mierdas haces Sandara? -pensé en voz alta, sin esperar respuesta alguna.
Me levanté de la cama furiosa conmigo misma. Me descambié y me tiré de nuevo en la cama. El sábado tenía una especie de cita con la chica más guapa del pub y yo sólo pensaba en aquella gilipollas que se había metido conmigo en mi segunda semana.