Aún medio dormida escuché el móvil. Estiré el brazo y, tirando al suelo lo que encontraba por mi camino, llegué al móvil, descolgué y lo puse sobre mi oreja.
-Sandara Park! -escuché al otro lado de la línea.
-Yo...
-¿Por qué no me cogías el teléfono?
-Minzy... -murmuré levantando la cabeza, buscando un reloj- Aún son las once del mediodía.
-¿Te he despertado? -escuché una risa.
-No... -respondí irónica, rodando por la cama.
-Bueno, que me cuentes que tal ayer con tu cita.
Entonces recordé la noche anterior. Lydia, el baile, el beso y cuando me llevó a casa.
-Nada especial -mentí.
-Cuenta.
-Estuvimos hablando, luego bailamos un rato y... -me mordí el labio- me besó.
Escuché como mi amiga reprimía un grito de alegría.
-¿Y qué mas? -preguntó bajando el tono de voz.
-Minzy-ah! No pasó nada más. Me trajo a casa y ya está... El viernes me ha invitado a cenar.
-Que guay. Me la tienes que presentar.
-Ya veremos... Según como vaya la cosa.
-De acuerdo. Bueno, te dejo seguir durmiendo.
-Ale, adiós...
Volví a dejar el móvil sobre la mesita, pero el sueño ya se había ido y no conseguí volver a dormirme.
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El lunes no perdí el autobús de milagro. Entré en el último segundo, recibiendo la bronca del conductor por haber tenido que esperarme tanto, pero Minzy se encargó de animarme con sus preguntas sobre el sábado.
En clase... Fue todo un poco extraño. Al lado de la ventana, en su sitio de siempre, Bom y Chaerin hablaban constantemente de cualquier cosa, hasta que la profesora las amenazó con separarlas y se callaron, sorprendiendo a toda la clase. Mis ojos cobraron vida propia y se giraron en busca de la rubia, no se porqué, simplemente lo hicieron. De nuevo, me encontré con su mirada, y ella soltó una suave carcajada, como burlándose de mi. Era como si me observara a todas horas. Deseché aquella estúpida idea y me giré de nuevo, atendiendo en clase.
Cuando sonó el timbre para comer, todos se acomodaron en sus sitios y sacaron sus almuerzos. Yo necesitaba salir un momento, despejarme. Y la hora de la comida era perfecta ya que la mayoría de alumnos y profesores se quedaban en las clases o salían al recreo.
-Minzy, voy al baño -dije para que no se empeñara en acompañarme a dar una vuelta.
-De acuerdo.
Salí de la clase y cerré la puerta tras de mi. Me quedé unos segundos con la espalda apoyada en la pared, mirando hacia la ventana que tenía en frente. La cabeza me daba vueltas. Me sentía agotada y a la vez, me costaba respirar. En mi cabeza, los ojos de Chaerin no desaparecían.
Tras unos minutos apoyada en la pared, me dispuse a caminar un rato por los pasillos vacíos. De dentro de las clases salía el jaleo de los alumnos y yo intentaba alejarme del ruido; puro instinto. Me dispuse a bajar las escaleras e ir a las máquinas expendedoras a por una botella de agua cuando tropecé con mi propio pie al no mirar por donde iba. Fui a caer rodando por las escaleras. Ya me veía con la cabeza abierta cuando alguien me sujetó de la cintura justo a tiempo y me pegó contra su cuerpo, evitando así la caída.
Suspiré entre aliviada y aún asustada. Tenía los ojos llenos de lágrimas y el corazón demasiado acelerado, ni siquiera me fijé en quien me sujetaba hasta más tarde; lo primero era volver a respirar.
-Ten más cuidado a la próxima -la voz era ronca y dulce a la vez.
Levanté la cabeza y entonces, pensé que habría sido mejor caer rodando por las escaleras.
Chaerin me sujetaba firmemente de las caderas mientras yo, con una mano en el pecho y otra en su hombro, intentaba volver a respirar tras el susto. Creo que mi cara debió ser un poema al ver que ella había sido quien me había salvado.
-¿Estás mejor? -preguntó.
-Sí...
Miré sus manos que aún no me soltaban, entonces me soltó rápidamente, sin cambiar su gesto serio; y sin volver a mirarme, bajó las escaleras con paso rápido. Girándose en el último escalón para mirarme y después, girar la esquina, desapareciendo.
-Dara... -escuché la voz de mi amiga mientras yo comía con desgana, aún estaba es estado de shock debido al susto- ¡Sandara!
Levanté la cabeza de golpe, abriendo muchos los ojos y miré a mi amiga.
-¿Q-qué?
-¿Qué te pasa?
-Nada.
-¿Ha pasado algo mientras has salido fuera?
-No.
Mi amiga suspiró, se encogió de hombros, rindiéndose, y siguió comiendo. Entonces escuché la puerta y al girarme, vi a Chaerin con dos botellas de agua en la mano, una de las cuales se la lanzó a Bom, que la cogió al vuelo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y bajé la mirada.
-Dara... -volví a escuchar la voz de Minzy, esta vez sonaba preocupada- ¿Te ha hecho algo Chaerin?
-No.
-Dara...
-Yo... tranquila, -le sonreí- solo... me ha salvado -solté, viéndome incapaz de mentirle.
-¿Cómo? -dijo intentando aguantar una carcajada.
-Casi me caigo por las escaleras, ella me ha sujetado. No se de donde ha salido, pero ha aparecido en el momento exacto para sujetarme y que no me matara.
Minzy miró a Chaerin de reojo, y yo me limité a seguir mirando mi comida.
-Parece ser que sigue siendo la niña buena que yo conocí -suspiró.
-Vamos Minzy... cualquiera habría hecho algo así. No se iba a quedar de brazos cruzados mientras yo me caía, no creo que sea tan mala -puse los ojos en blanco y seguí comiendo.
-Supongo...
Seguimos comiendo mientras yo intentaba quitarme lo ocurrido de la cabeza. Recordaba una y otra vez como el simple contacto de sus manos con mi cintura me había quemado.
Salí de clase con prisa, le dije a Minzy que la esperaba fuera, tenía que hablar con alguien.
-Chaerin... -grité corriendo tras ella.
Esta se giró con el casco en la mano, a su lado, Bom se apoyó en la moto.
-Quería... agradecerte lo de antes -murmuré algo incómoda.
-No ha sido nada.
-Bueno, sólo eso, gracias. Últimamente estoy algo torpe.
Me di la vuelta para ir a por Minzy, pero entonces volví a escuchar la voz de la rubia.
-Eso de tener pareja te afecta.
-¿Qué?
-Estás con Lydia ¿no? Os vi besándoos en la pista el sábado.
-¿Te importa mucho con quien vaya o deje de ir?
-No, pero parece que a ti si que te interesa con quien voy yo, bien que me mirabas el sábado pasado.
Recordé avergonzada cuando la vi con aquellas dos chicas y me entraron ganas de pegarle un puñetazo. Aún así suspiré y le miré a la cara, ignorando las carcajadas de Bom.
-Además, ¿cómo conoces a Lydia? -pregunté ignorando su último comentario.
-Una antigua amiga... -hizo un gesto con la mano, como quitándole importancia a ese dato- Besa genial ¿eh? -me guiñó un ojo.
Negué con la cabeza, me giré y dirigí con paso firme hasta donde Minzy me esperaba. Chaerin se comportaba como una autentica gilipollas cuando sus amigos estaban delante.
-¿Ha pasado algo? -preguntó Minzy corriendo detrás de mi.
-No importa.
-Sabes que puedes contar conmigo.
Simplemente asentí y seguí caminando con paso rápido. Entonces escuché un grito por detrás de mi y al girarme vi a Minzy tirada en el suelo.
-Minzy ¿estás bien? -corrí a su lado.
-El tobillo me ha fallado, no es nada -se puso en pie con mi ayuda.
-Lo siento... estoy cabreada y te he hecho correr para seguirme...
-No importa -sonrió.
Sintiéndome culpable le llevé la mochila hasta su casa e hice que rodeara mi cuello con el brazo para que se apoyara en mi y no le doliera tanto.
Una vez llegué a casa un montón de preguntas invadieron mi cabeza. ¿Por qué Chaerin se comportaba bien cuando estábamos a solas y con Bom delante era una auténtica gilipollas? ¿Por qué me ayudaba y luego se burlaba de mi? Y lo más importante, ¿por qué me importaba tanto que se hubiera portado así conmigo? Otras preguntas como “¿de que conocía a Lydia?” o “¿cómo sabía que besaba bien?” invadían mi cabeza, pero esas tenían menos importancia.
Con todas esas preguntas sin respuesta y el dolor de cabeza que me causaban, me quedé dormida sobre el escritorio mientras intentaba estudiar.