-Profesor aprovechando su anuncio hay algo que me gustaría decir-, -De que se trata Aru-, me levanté, respiré profundo, no podía darle ninguna oportunidad a Yuno, -Simplemente me gustaría que todos supieran que estoy enamorado de Yukiteru, y que si él me acepta me gustaría que fuera mi novio- Todos miraron sorprendidos, Hinata con cara de desilusión, Yuno con una cara indescifrable, camine hasta donde Yuki, me puse de rodillas –Yuki, ¿quieres ser mi novio?- dije tan dulcemente como pude, quizá muchos podrán pensar que soy exagerado pero Yuki sacaba esa clase de detalles de mí.
-Yo…, yo-, Yuki tartamudeaba pero no era a mí a quien observaba sino a Yuno, -No es momento para ese tipo de declaraciones, siéntese Aru, ya- dijo el profesor antes de que Yuki respondiera algo.
En cuanto me senté volteé a ver a Yuki pero pasó de mí, en cambio le dio la bienvenida a Yuno con una gran sonrisa, quizá su destino era ser destruido por ella.
Toda la clase no pude concentrarme, moría de celos cuando se regalaban alguna mirada o sonrisa, parecía que Yuki siempre escogería a Yuno por encima de mí, incluso por encima de mi muerte, y ya no pude contenerlo más, una lagrima dibujo un camino en mi mejilla, me sentía impotente, en ese instante Yuki volteó a verme y sin poder evitarlo una lagrima acompaño a la primera pero por mi otra mejilla, me levante y salí del salón, no estaba preparado contra esto, quizá no podría ganarle a Yuno.
Corrí tan fuerte como pude, subí a la azotea un lugar en el que siempre me relajaba, me metí debajo del tinaco de agua, cruce mis piernas, recargue mi rostro y deje que las calientes lágrimas brotaran, escuche los gritos de Yuki pronunciando mi nombre y detrás los de Yuno pronunciando el de él, no podía permitir que ninguno de los dos me vieran derrotado, pero era muy tarde Yuki estaba frente a mi antes de poder pararme, no dijo nada, se sentó a mi lado, enlazó nuestros brazos y recostó su cabeza sobre mi hombro, Yuno nos observaba desde la puerta sin decir nada.
Yuki se levantó colocándose frente a mí, sus piernas en medio de las mías –Si quiero ser tu novio- me dijo antes de besarme, aunque anhelaba aquellas palabras y aquel beso, el primero que él me daba, yo sólo observe a Yuno quien había puesto su peculiar cara de yandere trance antes de ver sus coletas rosadas volar por el aire al darse vuelta demasiado rápido para salir de ahí, en ese momento supe que mi enemigo había regresado.
Yuki me pidió que regresáramos a clase y aunque yo casi siempre hacía lo que él quería en esta ocasión le pedí que se quedará un poco más conmigo, lo acomode entre mis piernas, el descansaba sobre mi pecho mientras yo acariciaba su cabello, me sentía realmente bien así pero tenía miedo pues sabía que con Yuno cerca esto podría cambiar en cualquier momento.
Yuki y yo regresamos en la tercera clase pues pasamos la segunda abrazados en el techo de la escuela, cuando regresamos vi a Yuno platicando con Hinata, estaba actuando rápido, era tan peligrosa como siempre, Yuki soltó mi mano y se apresuró a ir con las chicas, yo suspiré y caminé hacia Mao y Kousaka, la chica me tomó del brazo y me apartó un poco – ¿Estás bien?- me dijo, -Todo muy bien- intente sonreí al responder, -No estás tan contento como deberías-,yo la mire confundido por sus palabras, -Yuno nos contó que Amano kun te acepto-, -¿Yuno?-, -La chica nueva- me respondió, -Es muy amable, quizá demasiado- decía Mao mientras observaba a Yuno y Hinata, -Yo sé lo que es amar a tu mejor amigo y no ser correspondida pero Yuki te quiere, sólo que el mismo no sabe cuánto lo hace-, esta vez sonreí honestamente – Hinata algún día se dará cuenta- le comente antes de regresar a donde Kousaka dejándola muy sonrojada.
-Hay viene el tortolito, ¿ya le hiciste cositas a Yukiteru?- me sonroje de inmediato –Eres un tonto- le respondí sonrojado, comenzó a reírse sonoramente.
Volteé a ver a las chicas y a Yuki, Yuno lo tenía abrazado por la cintura, mis celos crecieron nuevamente, camine hasta ellos me coloque frente a Yuno, -Gasai es un placer, soy Aru Akise y veo que ya conoces a mi novio- le extendí la mano –Se muy bien quien eres- me respondió altiva y desafiante, me tendió la mano y al soltarnos esta vez fui yo quien abrazo a Yuki, me extraño la actitud de Yuno quizá también ella recordaba todo.
Después de la escuela quería salir con a solas con Yuki así que corte a los chicos, incluida Yuno quien regresaba a casa con los demás, no me agradaba tenerla tan cerca, no me agradaba que se hubiera hecho tan rápido amiga de Hinata, no me agradaba ella.
Yuki estaba ansioso por saber a dónde íbamos le dije que era una sorpresa, es tan lindo, cada gesto suyo me llena de ternura, recorrimos el camino en tren, cuando llegamos a la estación le pedí a Yuki cubrir sus ojos con mi bufanda, el me miró extrañado pero aceptó, me coloque detrás de él, mis manos sobre sus hombros y comencé a guiarlo, cuando llegamos me acerque más a él, lo abrace por la cintura, el pareció tensarse, quite la venda y literalmente exclamó un wow cuando vio el parque de diversiones, corrió como un niño pequeño para ingresar al parque, yo corrí detrás de él, tomé su mano cuando lo alcance, se veía tan feliz que yo estaba feliz por ello, cuando bajábamos de un juego el corría al siguiente al cual quería subirse, comimos algodón de azúcar y un helado, pero ya había transcurrido mucho tiempo así que no sentamos a comer unas hamburguesas.
-Parece que ya conocías a Yuno- , Yuno siempre Yuno, es qué no podía simplemente disfrutar el tiempo conmigo, -No realmente, conozco a Gasai lo mismo que tu-, el guardo silencio – ¿A ti que te parece ella?-, -Es muy extraño siento que si la conociera de siempre y me siento muy bien a su lado- simplemente no supe que responderle, lo abrace muy fuerte, besé su frente –Yo te voy a proteger Yuki- no pude ver su reacción sólo sentí cuando pegó su cara a mi pecho y acaricie su cabello durante varios minutos.
-Yo he escogido todos los juegos del día de hoy, así que dejaré que tu escojas el último- me dijo Yuki con una gran sonrisa, lo tomé de la mano y lo lleve hacia la rueda de la fortuna, hicimos la fila, lo noté un poco nervioso, quizá le daba pena que fuéramos muy cariñosos frente a la gente por lo cual traté de evitar serlo, cuando estábamos a punto de subir el apretó muy fuerte mi mano, -¿Qué pasa Yuki?-, -Me dan miedo las alturas- me dijo, -¿Confías en mí?- le pregunte, el asintió tímidamente, ingresé primero yo a la cabina, le tendí la mano para que subiera conmigo, lo senté alado mío, en cuanto la rueda comenzó a temblar el cuerpo de Yuki tembló, cerró los ojos y apretó nuevamente mi mano, -Ven aquí- le dije señalando mi pierna, el observó esa parte mía y ambos nos sonrojamos, aunque yo no tenía dobles intensiones con él, al menos no ahora.
Yuki se sentó en mi pierna, cuando la rueda se movió nuevamente él tembló y apretó fuertemente los ojos, llevé mi mano a su espalda y comencé a acariciarlo, -Calma, bonito, tranquilo, estoy contigo- parecía estar funcionando el juego siguió avanzando y el pareció ni siquiera sentirlo, comencé a masajear sus hombros y le pedí que abriera los ojos lentamente, lo cual hizo, estábamos en el punto más alto de la noria, el abrió los ojos muy grandes, se pegó a la ventana como un cachorrito, yo me sonroje un poco al verlo en esa posición, - Akise, es hermoso- observaba el paisaje, caía un dorado atardecer por un lado el azul como el de sus ojos y por otro la ciudad prendiendo sus luces nocturnas, Yuki se paró nuestra cabina se movió y por el susto se abalanzó encima de mí quedando con las piernas abiertas encima de mí y frente a frente , ambos nos observamos un segundos y el intento alejarse, en cambio yo lo abrace más a mi cuerpo recorrí su espalda con mis manos –Nunca haría nada que te lastime o que tu no quieras, no dudes de mí, yo nunca te traicionaré- Yuki se abrazó a mi espalda y yo suspiré.
Durante el trayecto de tren Yuki se durmió recostado en mí, yo acariciaba su cabello, siempre velaría sus sueños, lo amo tanto, me acerqué para besar muy ligeramente sus labios –Yuno- susurro muy quedamente, yo apreté mis puños, si Yuki no quería estar a mi lado era algo que podía entender pero no permitiría que Yuno le arruinará su vida, dejé que siguiera durmiendo, lo llevé a su casa, me porté un poco distante con él pero francamente no tenía ánimos para consentirlo, toqué a su puerta, nos recibió su madre, me invitaron a cenar pero no acepté pues ya era un poco tarde, -¿Estas bien?- me pregunto, le respondí que si secamente, me miró confundido, entró a su casa yo estaba por irme cuando salió –Te quiero- me dijo antes de volver a meterse muy sonrojado, yo era la persona más contenta de todo el mundo, camine hacía mi casa, llovía pero yo sonreía, pasé por la casa de Yuno y la vi en la puerta acompañada de una pequeña figura muy bien conocida, ambas me saludaron a los lejos, ¡estaba en problemas!.