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El vídeo de la discordia por Kaoru Himura

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A Naruto le costó conciliar el sueño la noche anterior pero por suerte era sábado y no tenía clases, así que aprovecharía para levantarse tarde y recuperar el sueño perdido. Cerca del mediodía, unos suaves golpes sonaron en su puerta pero Naruto ni se inmutó ante el sonido, siguió durmiendo plácidamente como si no hubiese ocurrido nada. Pasaron varios segundos de silencio en los que la persona al otro lado de la puerta estuvo esperando una respuesta por parte del rubio la cual no llegó.

 

 - Naruto – llamó Minato tras volver a golpear la puerta con un poco más de fuerza.

 

El rubio menor estaba tumbado bocabajo con la cabeza escondida bajo la almohada y al escuchar a su padre llamarle, movió su mano con lentitud hasta alcanzar la almohada y apartarla. Soltó un gruñido de queja, que fue ahogado por el colchón, por haber sido despertado mientras giraba su cabeza hacia la dirección donde estaba la puerta muy lentamente con los ojos aún cerrados.

 

 - ¿Qué? - preguntó en un murmullo casi inaudible con la voz ronca.

 

Minato sólo pudo escucharle porque pegó su oreja a la puerta. Supuso que si le contestaba, aún sería incapaz de hablar con normalidad hasta que no se desperezase.

 

 - La comida está hecha. Será mejor que te levantes ya si no quieres que se te enfríe – le informó su padre, quien esperó a sentir algún ruido al otro lado de la puerta que le indicase que su hijo le había escuchado y se había levantado.

 

Dentro del dormitorio, Naruto había oído a su padre y fue levantándose lentamente aún medio dormido y con los ojos cerrados. Parecía que su cerebro había recibido y procesado la información ordenándole a su cuerpo que se moviese, aunque lo hacía como un autómata. Daba la impresión de que su cerebro no le había ordenado aún que se despertase por completo. Sus pasos le llevaron hasta su puerta y la abrió. Estuvo a punto de chocarse con su padre si éste no llega a apartarse.

 

 - Esperaré a que bajes para que comamos los dos juntos así que no tardes mucho – le comentó al verle dirigirse al cuarto de baño y suponer que Naruto se daría una ducha para terminar de despejarse.

 

Pero al rubio no le hizo falta llegar hasta la ducha para despertase del todo. Tras cerrar la puerta del baño con cerrojo y dirigirse hacia el inodoro para vaciar su vejiga, pasó frente al espejo que había sobre el lavabo y vio por el rabillo del ojo su reflejo. Tardó unos segundos en abrir los ojos de par en par asustado y dar unos pasos hacia atrás para confirmar lo que acababa de ver.

 

La somnolencia que tenía hacía tan sólo unos segundos atrás desapareció al instante y Naruto entró en pánico cuando vio que, efectivamente, su mente no le había pasado ninguna mala jugada y en su cuello se podía apreciar una gran marca morada.

 

 - Joder, joder, joder – repetía una y otra vez preso del pánico mientras se llevaba una de sus manos tapando el chupetón.

 

Al estar semiinconsciente debido al sueño que tenía aún, se le había olvidado por completo el chupetón que Sasuke le había hecho y que Ino había ayudado a empeorar, por eso salió de su cuarto sin tratar de ocultarlo para que su padre no lo viera.

 

 - Espero que no lo haya visto – imploraba el rubio – No creo que papá reaccionase mal pero si se lo cuenta a mamá...

 

En el espejo se veía reflejado su rostro lleno de terror, no quería ni imaginarse lo que le pasaría si su madre se enterase que tenía un enorme chupetón en su cuello. Tembló de forma involuntaria cuando un escalofrío le recorrió la espalda al pensar en el rostro endemoniado que ponía su madre cuando se enfadaba.

 

''Mamá no se puede enterar si quiero seguir vivo. Intentaré sonsacarle de forma disimulada a papá si lo ha visto'', pensó mientras volvía a girarse para ir hacia el inodoro.

 

Tras dejar su vejiga vacía, se quitó el pijama que llevaba y se metió en la ducha. Al finalizar, cogió un albornoz para protegerse del frío y para tapar la marca de su cuello. Aunque su padre debía estar abajo, no quería correr el riesgo de que le descubriese, así que se dirigió raudo hacia su cuarto para vestirse. Una vez dentro, echó el cerrojo y se dispuso a ponerse algo de ropa encima. Sacó de su armario ropa interior limpia, una camiseta de manga larga, unos vaqueros y una sudadera.

 

Cuando estuvo listo, se subió la cremallera de la sudadera hasta arriba del todo cubriéndose así el cuello y salió al pasillo para bajar las escaleras hasta la cocina. Entró por la estancia y vio a su padre sentado frente a su plato esperándole mientras veía la tele. Naruto carraspeó para hacer notar su presencia y se sentó al lado de Minato mientras le sonreía un poco nervioso. Su padre lo miró curioso fijándose en su sudadera y sonrió de forma comprensiva cuando intuyó por qué su hijo estaba así de nervioso.

 

 - No te preocupes, tienes novia y es algo normal en esta edad, pero intentad ser un poco más discretos – soltó de forma casual Minato consiguiendo sacar un fuerte sonrojo a su hijo.

 - Y-Yo no... - balbuceaba Naruto por la vergüenza.

 

Su plan acababa de irse al traste, no había podido poner en marcha ninguna de las estrategias que había pensado en el corto período de tiempo que había tenido desde que empezó a ducharse hasta ahora. Su padre con sólo mirarle había descubierto sus intenciones y había aclarado sus dudas de manera muy directa.

 

 - No se lo digas a mamá, no quiero morir joven – ''y virgen'', añadió en su mente.

 

El rubio mayor puso una expresión que indicaba que no estaba muy convencido de que fuese buena idea.

 

 - Sabes que no tengo secretos con tu madre, hablamos de todo y nos contamos todas nuestras cosas – le dijo Minato.

 - Pero esto no es algo relacionado con vuestra relación, es algo mío – trataba de convencerlo para que accediese a guardarle el secreto – Por favor – suplicó con una expresión tan preocupada y angustiada que Minato no tuvo más remedio que acabar aceptando.

 - Está bien, pero será mejor que escondas mejor ese chupetón cuando vayamos esta noche a cenar a casa de los Uchiha con tu madre, no querrás que se entere de algo como eso delante de los vecinos, ¿no?

 - Espera... ¡¿qué?! - preguntó muy alterado cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir su padre - ¿Qué has dicho?

 

El adulto lo miró desconcertado por la extraña actitud del menor, no entendía por qué de repente se había alterado de aquella forma.

 

 - Que será mejor que te escondas...

 - No, eso no – le interrumpió - ¿Qué es eso de la cena con los Uchiha?

 - ¿Acaso no te acuerdas? Tu madre ya nos avisó que esta noche cenaríamos allí. Hacía tiempo que no nos reuníamos y esta noche Mikoto y Kushina tenían la noche libre así que decidieron que nuestras familias pasaran juntas un rato agradable.

 

Naruto se había quedado petrificado con la noticia, no recordaba que su madre le hubiese dicho algo como aquello porque si lo hubiese hecho, se habría negado en redondo. Su vista se enfocó en su padre cuando le escuchó resoplar.

 

 - Ya me imaginé que no estabas escuchando a tu madre cuando lo dijo, estabas más pendiente de tu móvil que de lo que ella decía – le explicó su teoría y Naruto pensó que seguramente habría sido así y se arrepintió de no haber hecho caso a su madre cuando estaba dando la noticia.

 - No voy a ir – le comunicó muy serio pensando que no podía ver a Sasuke después de todo lo ocurrido el día anterior. Él creía que se libraría de su presencia durante el fin de semana y estaría tranquilo hasta el lunes.

 - Naruto, tienes que ir, ya avisamos que iríamos los tres y te estarán esperando, ahora no puedes ausentarte de repente, es de mala educación.

 - Pues os inventáis una excusa – dijo nervioso – Podéis decir que no me encuentro bien, que me he resfriado. Sabes que no me llevo bien con Sasuke.

 - No vamos a mentir, irás y te comportarás, no buscarás pelea con Sasuke, ¿entendido? - le ordenó Minato con seriedad.

 - Pero, papá... - se quejó Naruto. Quería librarse de ir, no podría enfrentar a su vecino después de haberse masturbado pensando en él.

 - No hay peros que valga – Minato observó a su hijo serio pero al ver su mirada preocupada, se compadeció un poco de él y rebajó su duro tono de voz – Tu madre está muy ilusionada por volver a estar todos juntos, ¿acaso no quieres que se lo pase bien y verla disfrutar olvidándose de los duros casos en los que tiene que trabajar? - le preguntó dando en uno de los puntos débiles de Naruto.

 

El adolescente adoraba a sus padres y haría todo lo que fuera por ellos, sólo quería verles sonreír de felicidad. Sabía que su padre se estaba aprovechando de ello haciéndole chantaje emocional pero, aún así, acabó aceptando resignado.

 

''Puede que sea una buena oportunidad para hacerme con el móvil de Sasuke y borrar mi vídeo'', intentó darse ánimos y ver el lado positivo de todo aquello.

 

 

Unas horas más tarde en casa de los Uchiha, Sasuke estaba en su cuarto leyendo en su dormitorio aunque su mente estaba bastante lejos del libro que tenía entre sus manos. No paraba de darle vueltas a su comportamiento de los últimos días, sobre todo cuando perdía los estribos por culpa de su hermano o Suigetsu, aunque ahora no dejaba de pensar en lo que había hecho el día anterior. No supo por qué le había irritado ver a Naruto intentando besar a Ino pero no quiso que la chica probase sus labios y por eso sacó al rubio a rastras antes de que se besasen.

 

Sintió un malestar durante todo el trayecto hasta que su vecino soltó lo de las chicas que iban a visitarlo. Una sensación de satisfacción le recorrió su interior al saber que Naruto había estado pendiente de él y no pudo evitar acercarse a él, tuvo la necesidad urgente de sentirle. Aún podía recordar el sabor de su piel y el placer que sintió al rozar su excitada entrepierna contra la de Naruto y ésta comenzó a endurecerse también. Debía admitir que se sintió dichoso por conseguir esa reacción por parte del rubio, por saber que se excitaba con él, con sus caricias y sus besos.

 

''Supongo que el dobe me atrae físicamente'', meditó con sus ojos aún pegados en la misma línea del libro.

 

Unos golpes en su puerta le sacaron de su ensimismamiento. Sasuke cerró el libro y lo dejó encima de la cama mientras se levantaba para abrir la puerta. Se encontró con el sonriente rostro de su hermano al otro lado y a Sasuke no le gustó nada aquella expresión de felicidad. Itachi le apartó para adentrarse en su habitación sin permiso y el moreno menor le miró irritado.

 

 - Adelante, pasa cuando quieras – le soltó con sarcasmo.

 - Oh, gracias, eso haré, tonto hermanito, eres muy amable – le respondió con diversión y Sasuke no pudo evitar rodar los ojos con fastidio.

 - ¿Qué quieres? - le preguntó cruzándose de brazos y mirándole con sospecha al darse cuenta de que Itachi no dejaba de fisgar de forma mal disimulada la estancia.

 - Sólo venía a recordarte que esta noche debes comportarte cuando vengan los vecinos a cenar – le contestó sin dejar de escudriñar el dormitorio.

 - ¿Y por qué no iba a comportarme? Siempre lo hago cada vez que estamos con Kushina y Minato.

 - Pero esta noche también vendrá Naruto – le informó su hermano mayor - Kushina se lo confirmó a mamá.

 

Sasuke se sorprendió al escuchar aquello apartando sus brazos de su pecho y dejándolos caer con lentitud. Rápidamente se le formó una sonrisa traviesa en el rostro al imaginarse las distintas formas en las que podría molestar al rubio durante la cena y pensó que se iba a divertir mucho. Aquella sonrisa llamó la atención de Itachi, quien le lanzó una mirada de advertencia al menor.

 

 - Ni se te ocurra empezar a molestar a Naruto o a pelear con él. Mamá está muy feliz por conseguir que nos reunamos todos de nuevo y si la lías, ten por seguro que papá y mamá se cabrearán y añadirán más años de sentencia a tu actual condena – le avisó recordándole el castigo que le impuso su padre hacía unos días atrás.

 - Por supuesto que no voy a hacer nada, ¿qué te crees que soy? ¿Un crío? – le respondió Sasuke aparentando estar ofendido.

 - El que avisa no es traidor – le dijo mirándole escéptico - sólo te advierto del peligro que corres si esta noche provocas a Naruto y fastidiáis la cena.

 

''No sabes bien de qué forma voy a provocar a ese usuratonkachi'', pensó divertido sin borrar su sonrisa lo que no pasó desapercibido para Itachi. Éste suspiró cansado y se acercó a Sasuke estrechándole con fuerza entre sus brazos.

 

 - No sabes lo mucho que te echaré de menos cuando papá te mate por estropear la velada – le dijo con lágrimas de cocodrilo mientras bajaba sus manos hasta llegar a los bolsillos laterales del pantalón del menor.

 - ¡Lo sabía! - le gritó Sasuke enfadado deteniendo las manos de su hermano y empujándolo para apartarlo de él – Sabía que lo de la cena era una excusa, sólo has venido para intentar robarme el teléfono.

 - Oh, vamos ya, Sasu-chan, sólo es un número de teléfono. ¿Qué más te dará que quede con Serpiente y juegue con su pitón? ¿Y si es el amor de mi vida? ¿Acaso no quieres que sea feliz? - le preguntó con ojos de pena pero Sasuke no se creyó su actuación y lo miró irritado – Podemos compartirlo si tú también quieres jugar con su pitón – le sugirió al ver que su estrategia no había funcionado.

 

Aquello enfadó más al adolescente quien agarró a Itachi del brazo y comenzó a empujarlo hasta echarlo de su dormitorio. Cuando consiguió quedarse solo de nuevo, dio un portazo y puso el pestillo para evitar que su hermano volviera a entrar. Como se imaginó, Itachi giró el pomo en un vano intento por colarse de nuevo en el interior pero al darse cuenta de que la puerta estaba cerrada desde dentro, desistió y se marchó de allí no sin antes pedirle a Sasuke que al menos le pasara el vídeo para sus noches de soledad. El menor se sentó en su cama ignorándolo y cogiendo de nuevo el libro que había dejado ahí y se dispuso a reanudar su lectura para tratar de apaciguar su ira y no apalear al pervertido de su hermano.

 

 

La noche llegó y con ello la hora de la cena en casa de los Uchiha. Naruto bajó con paso lento los peldaños de las escaleras mientras se lamentaba mentalmente por su mala suerte.

 

 - Naru, no pongas esa cara, ni que fuera el fin del mundo – le regañó Kushina al ver el aura depresiva que le rodeaba – Tan sólo es una cena, así que alegra esa cara, no quiero que Mikoto y su familia se ofendan por pensar que no te caen bien.

 - Para mí sí es el fin del mundo – murmuró el rubio sin darse cuenta.

 - ¿Qué has dicho? - le preguntó su madre enfadada y Naruto dio un respingo asustado.

 - Nada, nada, que estás muy guapa – disimuló sonriendo mientras sentía un sudor frío caerle por la frente al ver la amenazadora mirada de su progenitora.

 - Venga, será mejor que nos marchemos ya – intervino Minato salvando a su hijo – Ya deben estar esperándonos.

 

Dicho esto, cogieron sus abrigos y tras apagar las luces, salieron de su casa cerrando con llave. Cruzaron la calle hasta llegar a la casa de los Uchiha y tocaron al timbre. A los pocos segundos, Mikoto les abrió la puerta muy feliz y les invitó a pasar dejando sus abrigos colgados en el perchero de la entrada. La siguieron hasta el salón donde estaba el resto de su familia y los presentes se pusieron de pie para saludarles.

 

Naruto se llevó de forma inconsciente su mano hacia el cuello del jersey negro que llevaba y que ocultaba su chupetón. Sasuke lo miró al principio extrañado por su rara reacción pero pronto una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios al imaginarse por qué había hecho eso y se sintió increíblemente orgulloso y satisfecho por haber marcado al Uzumaki como de su propiedad, consiguiendo que Naruto sintiera un escalofrío al verle sonreír de aquella manera.

 

''Creo que va a ser una noche infernal'', pensó Naruto desanimado y nervioso.


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