Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El vídeo de la discordia por Kaoru Himura

[Reviews - 295]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Las clases pasaban relativamente con normalidad. Algunos alumnos prestaban atención a su profesor, otros se aburrían y se quedaban dormidos y el resto pasaba de él y se escribían mensajes con los compañeros.

 

 - Al próximo móvil que escuche vibrar, lo confiscaré y después pasaré al resto de alumnos del instituto todas las fotos vergonzosas y mensajes que encuentre – advirtió cabreado Iruka.

 

En ese mismo instante, captó toda la atención de sus alumnos que apagaron sus dispositivos con gran velocidad. Sobre todo algunas chicas que no les apetecía que todo el mundo viese sus fotos comprometedoras sin maquillaje o se enterase de secretos que preferían que se quedasen ocultos.

 

Iruka suspiró cansado. Pensó que cada vez resultaba más difícil que sus alumnos se centrasen durante las clases en vez de estar jugando o revisando su página de facebook o cuenta en twitter con su teléfono. Aunque aún había algunos de ellos que pasaban de la tecnología o la usaban con moderación y responsabilidad.

 

Uno de ellos era Sasuke, quien tenía su móvil guardado en su mochila donde no pudiese molestar en horario lectivo, aunque también influía que no mucha gente tuviese su número. El moreno ladeó ligeramente la cabeza para observar al rubio que se sentaba a su izquierda justo al lado de la ventana. Vio que Naruto puso cara de pánico al escuchar las palabras de su profesor mandándole una mirada asustada a su compañera Ino Yamanaka y guardó rápidamente su teléfono en su mochila.

 

''Seguro que se estaban escribiendo mensajes subidos de tono. Vaya idiotez, no entiendo dónde está la diversión en ello'', pensó molesto apartando la mirada de sus compañeros.

 

El timbre que daba la clase por finalizada resonó en todo el edificio. Los alumnos se levantaron de sus asientos animados cogiendo sus almuerzos para comérselos durante el receso. Algunos salieron del aula mientras que otros prefirieron quedarse dentro.

 

Sasuke sacó su comida de su mochila y se levantó para irse a un lugar tranquilo donde nadie le pudiese molestar pero antes de que se dirigiese a la puerta, una voz le habló.

 

 - Seguro que has contratado a algún chef de renombre para que te prepare tu comidita, niño rico – le dijo Naruto con la intención de fastidiarle.

 

El rubio intentó arrebatarle su almuerzo pero Sasuke fue más rápido y se lo impidió.

 

 - Al menos yo tengo el dinero para hacerlo, tú no podrías ni en tus sueños, pobretón – le devolvió el insulto.

 

Naruto se iba a lanzar a golpearle pero una delicada mano le detuvo sujetando la suya.

 

 - Vamos, Naruto, me prometiste que intentarías no meterte en más líos – le recordó Ino molesta.

 

El rubio observó su cara de enfado y se alejó de Sasuke caminando junto a la chica de ojos azules hacia la salida del aula.

 

 - No mereces la pena, Uchiha – le dijo sin mirarle antes de salir.

 - Sasuke-kun, ¿estás bien? - le preguntó Sakura acercándose a él.

 

El moreno tenía los puños apretados de la rabia, al escuchar la voz de su compañera, la fulminó con la mirada y salió de allí, ignorándola por completo.

 

''Ese idiota me las pagará. Nadie me humilla de esa forma y se libra fácilmente'', pensaba cabreado mientras se dirigía a la azotea evitando que alguna de sus compañeras le siguiese.

 

 

Al cabo de unos minutos, Naruto e Ino se reunieron con el resto de sus amigos debajo de un árbol apartado en el patio.

 

 - ¿Por qué siempre le insultas de esa manera? Sabes perfectamente que no es un niño rico - le regañaba la rubia a Naruto.

 - Puede que no lo sea pero se comporta como tal – se defendía el adolescente – siempre tiene esa cara de creído, pensando que es superior a los demás.

 - ¿Otra vez Sasuke y tú os habéis estado peleando? - preguntó Shikamaru, otro compañero de clase que tenía el pelo recogido en una coleta parecido a una piña y con cara de aburrimiento.

 - Sí, pero esta vez he conseguido pararlos antes de que llegasen a las manos – le explicó Ino.

 - Hace años os llevabais bien, me pregunto qué pasó entre vosotros para que empezaseis a odiaros tanto – le dijo Shikamaru mientras se tumbaba en el césped y cerraba los ojos.

 - Nada, sólo es un imbécil – le contestó Naruto tras unos segundos de silencio.

 

Shikamaru abrió sus ojos para observarle detenidamente y volvió a cerrarlos suspirando.

 

 - Lo que tú digas, Naruto – respondió dando el tema por zanjado.

 

Después de eso, todos los que se encontraban ahí comenzaron a comer y a charlar animadamente entre ellos. De vez en cuando, Ino le susurraba cosas al oído a Naruto provocando leves sonrojos en su rostro y una sonrisa bobalicona en su boca. Toda la escena era observada desde lo alto de uno de los edificios por unos ojos negros llenos de rabia. Sasuke frunció el ceño y apartó la vista del grupo de amigos.

 

 

Las horas pasaron, llegando a la última hora de las clases. Todos los alumnos se habían cambiado el uniforme de calle por el de gimnasia que consistía en un pantalón deportivo de color rojo, sudadera del mismo color con el emblema del instituto a un lado del pecho y camiseta blanca de manga corta.

 

 - Bien, hoy jugaremos un partido de baloncesto. La clase se dividirá en dos grupos, los chicos jugarán primero y luego las chicas – explicaba el profesor de educación física.

 - Eso es sexista – se quejaba una de las alumnas – Las mujeres podemos jugar contra los hombres perfectamente y vencerles.

 - Eso es verdad – animaba otra chica.

 - ¡Silencio! - las mandó a callar el profesor – Se hace lo que yo diga. Hoy jugaremos así, si tanto os empeñáis, otro día los grupos serán mixtos.

 - ¿Y por qué no jugamos chicos contra chicas? - saltó otra alumna.

 - Me tenéis harto, haced lo que os dé la gana – acabó por rendirse – Os diré los primeros grupos que jugarán.

 

El profesor fue nombrando uno por uno a cada alumno y alumna formando cuatro grupos diferentes: dos de chicas y dos de chicos.

 

 - Mierda – se quejaba Naruto – me ha tocado en el mismo equipo que la niñita delicada – dijo mirando a Sasuke.

 - El que debería estar protestando soy yo por tener como compañero de equipo a un cobarde como tú. Seguro que sales corriendo en cuanto veas que se te acerca el balón – le provocó el moreno.

 - ¿Qué has dicho, imbécil? - le dijo agarrándole de la camiseta.

 - Lo que has oído, gatito asustadizo – le contestó copiando al rubio.

 

Ambos chicos se tenían cogidos fuertemente del cuello de la camiseta y se lanzaban miradas de profundo odio.

 

 - Tsk, sois muy problemáticos – intervino Shikamaru separándoles – dejad vuestras peleas para luego, ahora estáis en el mismo equipo así que comportaos como tal.

 

Cada uno se fue por un lado colocándose en sus posiciones sin dejar de matarse con la mirada. El profesor sopló su silbato dando comienzo al juego. Los primeros minutos del partido fueron normales, cada jugador se centraba en su área mientras intentaba atravesar la defensa de las chicas, pero al poco de empezar el segundo cuarto, las cosas empezaron a empeorar.

 

Naruto evitaba tener que pasarle la pelota a Sasuke cada vez que él estaba en una buena posición para marcar una canasta, recorría la pista completa si era necesario con tal de no tener que dejarle el balón en sus manos.

 

A Sasuke no le hacía gracia la actitud del rubio, pensaba que se estaba comportando como un idiota pero él no se iba a quedar atrás. Cuando un chico de su equipo le lanzó la pelota a Naruto, Sasuke corrió todo lo que pudo, interceptó el pase antes de que llegase a las manos del rubio y avanzó rápidamente hacia la canasta contraria encestando.

 

El rubio frunció el ceño y apretó sus puños. Iba a ir hacia Sasuke con la intención de golpearle pero Shikamaru le advirtió que no lo hiciese. Frustrado, Naruto decidió que el moreno se las iba a pagar y cumplió su palabra. Cada vez que tenía la oportunidad, el rubio le robaba el balón mientras Sasuke driblaba o cuando el moreno lanzaba para canasta, Naruto saltaba para coger la pelota y machacar él mismo.

 

Ambos empezaron a comportarse como si estuviesen en diferentes equipos, compitiendo entre ellos sin tener en cuenta al resto de compañeros que también jugaban. Corrían todo lo que podían para superar en velocidad al otro, se robaban pases, interrumpían tiros a canasta, se sujetaban la camiseta para desestabilizar al otro... en definitiva, hacían todo lo posible para fastidiar el juego al contrario.

 

En uno de esos momentos, Sasuke empujó a Naruto haciendo que se cayese contra el suelo y se diese un fuerte golpe en la rodilla pero él siguió su camino ignorándolo. A los pocos segundos, el rubio se levantó muy cabreado del suelo y persiguió a Sasuke lanzándose contra él y tirándolo en el proceso.

 

Sasuke no se esperó ese placaje ni la forma en la que el rubio le dio la vuelta sentándose encima de él y le pegó un puñetazo apenas dándole tiempo a cubrirse su rostro con sus brazos. Sasuke se protegía como podía de los golpes de Naruto pero harto de ello, le hizo una llave consiguiendo cambiar las posiciones, ahora era él el que se encontraba encima del rubio golpeándole con todas sus fuerzas.

 

Rápidamente, todos sus compañeros de equipo y su profesor fueron a separarles mientras el resto de alumnos se alejaban de ellos asustados.

 

 - ¡Ya está bien! - gritó el profesor cuando por fin pudo separarlos – Un poco de competitividad no está mal, pero no hace falta llegar a estos niveles.

 - ¡Ha empezado él! - chillaron al mismo tiempo.

 - Me da igual quién haya empezado – dijo el adulto alzando la voz – informaré al director de esto, que no os quepa duda.

 

Por suerte, ninguno de los dos se había hecho ninguna herida grave, sólo algún pequeño corte en la cara o en los labios. La peor parte se la habían llevado los brazos de los chicos al intentar protegerse la cabeza con ellos, seguramente en unas horas les saldrían moretones y les dolería bastante.

 

 - Ahora todo el mundo, id a cambiaros y a recoger vuestras cosas, las clases están a punto de terminar – informó el profesor – y vosotros dos, en cuanto lleguéis a vuestras casas, poneos algo de hielo en los golpes.

 

Todos los alumnos se fueron a los vestuarios a quitarse la ropa de gimnasia y ponerse el uniforme. Naruto solamente se limitó a recoger su mochila y meter el uniforme de la escuela en su interior, marchándose de allí cuanto antes.

 

 

 - Ya estoy en casa – dijo Naruto con voz cansada al entrar por la puerta de su hogar.

 - Bienvenido, hijo – se pudo oír desde el interior del domicilio – la comida estará en breve – escuchó que le decía su padre.

 - De acuerdo, voy a ducharme primero, hoy hemos tenido educación física – le comentó.

 

Naruto dirigió sus pasos hacia su dormitorio pero se detuvo para observar la puerta cerrada de la habitación de sus padres. Supuso que su madre habría llegado hacía unas horas y había ido directamente a descansar.

 

Se metió en su cuarto, tirando su mochila al suelo y se acercó a la ventana. Desde ahí pudo ver cómo su vecino venía por la calle en dirección a la casa de enfrente, tenía un poco de sangre en el labio por el primer puñetazo que le dio pero Sasuke actuaba con normalidad como si no le hubiese pasado absolutamente nada y no le doliese ni un poco. El rubio apretó sus puños irritado y salió de allí hacia el cuarto de baño.

 

 

Mientras tanto, Sasuke ya había llegado a su casa. Estaba descalzándose cuando su hermano bajó alegremente por las escaleras al oír la puerta abrirse.

 

 - Hola, tonto hermanito. ¿Qué tal te han ido las... - no pudo terminar la frase cuando su hermano se giró mientras se levantaba y vio el aspecto que tenía - ¿Pero qué demonios te ha pasado? - preguntó preocupado.

 - ¿Tú que crees, imbécil? - le dijo sarcástico.

 - Que te han timado con el tratamiento antiarrugas que te han dado en el Spa – le contestó de igual manera el mayor.

 - Idiota.

 

Sasuke pasó de su hermano comenzando a subir los peldaños de la escalera seguido por Itachi.

 

 - Ahora en serio, Sasuke. ¿Qué te ha pasado? - volvió a preguntar.

 - Naruto – fue la simple respuesta que le dio Sasuke.

 

El mayor resopló cansado. ''Estos dos no van a cambiar nunca'', pensaba mientras alcanzaba a su hermano ya en el segundo piso.

 

 - Siempre andáis igual. Deberíais llegar a un acuerdo para intentar solucionar...

 - No hay nada que solucionar – le interrumpió malhumorado – Deja de decirme siempre lo mismo.

 

Itachi observó al moreno menor entrar en su dormitorio con un humor de perros y dar un fuerte portazo.

 

 - Tienes suerte de que ni papá ni mamá estén aquí para ver tu cara – alzó la voz para que le escuchase a través de la puerta – Será mejor que te cures esa herida.

 

 

El resto del día pasó sin ninguna incidencia o evento destacable. Sasuke había seguido los consejos de su hermano y profesor y, después se pasó las horas encerrado en su dormitorio descargando su cabreo y estudiando.

 

Hacía al menos una hora que había pasado la medianoche y Sasuke estaba en su cama intentando dormir. El dolor en su rostro y en sus brazos le complicaba la tarea. Se giró en la cama para sacar su mano de entre las sábanas y mirar la hora en su móvil. Vio que era más de la una y media de la mañana y dejó de nuevo el teléfono en la mesita, pero se sorprendió cuando a los poco segundos, éste vibró de repente.

 

Extrañado, cogió de nuevo su móvil pensando en quién demonios se dedicaba a molestarlo a esas horas y vio que le había llegado un mensaje desde un número que no conocía. Le picó la curiosidad, abrió el mensaje y pudo ver que le habían mandado un vídeo. Desconcertado, le dio al botón de reproducir observando el contenido del vídeo.

 

Poco a poco, su expresión fue cambiando de extrañeza a curiosidad para terminar abriendo los ojos de par en par totalmente sorprendido.

 

 - ¿Pero qué cojones...? - murmuró sin dar crédito a lo que veía.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).