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El vídeo de la discordia por Kaoru Himura

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Sasuke intentó prestar atención a la explicación de su profesor pero le era una tarea casi imposible. No podía dejar de pensar que estaba atado a la persona que más odiaba, que tenía que aguantar su presencia a saber durante cuánto tiempo y, para colmo, sentía cómo muchos compañeros giraban sus cabezas con disimulo para mirarles divertidos y cuchichear. El moreno estaba hastiado de la situación y no llevaba ni una hora así. Pensaba que no sabía cuánto tiempo podría aguantar.

 

De vez en cuando, su mano era movida por los pequeños tirones que daba su compañero mientras tomaba apuntes o eso pensaba que hacía. Le sorprendió que el rubio no se encontrase en su mismo estado, parecía que era capaz de ignorar la situación en la que estaban y pasar del murmullo provocado por sus compañeros.

 

Curioso, alzó un poco su cabeza para poder ver por encima del brazo de Naruto y saber qué estaba escribiendo tan concentrado. Dudaba que ese idiota estuviese siquiera escuchando a Iruka. Una vena apareció en la frente de Sasuke cuando alcanzó a ver lo que había estado haciendo el rubio.

 

Naruto había dibujado una caricatura de Sasuke. En el folio había pintado un monigote con el pelo negro alborotado, bizco, con sonrisa de atolondrado que salivaba en abundancia y que se inclinaba ligeramente hacia delante como si tuviese joroba. La ropa que llevaba el dibujo estaba rota y a su alrededor había moscas y líneas onduladas que indicaban que el monigote desprendía mal olor.

 

Pero eso no era todo, al lado se podía ver el mismo personaje, tumbado bocabajo con los ojos haciendo una equis y encima de él, había una pierna que lo pisoteaba, la cual pertenecía a un apuesto joven perfectamente peinado, con sonrisa resplandeciente y ojos brillantes, marcados músculos, vestimenta impecable y con un gran detalle, rosas que caían desde cielo sobre él.

 

Naruto se había dibujado a sí mismo pisoteando a Sasuke en claro signo de superioridad. El rubio seguía dibujando rosas cuando la hoja le fue arrebatada de entre sus manos. Sasuke le había quitado el papel y lo sostenía al lado de su cara.

 

 - ¿Qué demonios significa esto? - preguntó irritado el moreno.

 - Está claro, ¿no crees? Es un retrato. Creo que te he captado a la perfección – contestó mientras cerraba un ojo y extendía su brazo con el puño cerrado y el dedo pulgar hacia arriba, como si estuviese tomando medidas del rostro de Sasuke para después plasmarlo en un lienzo.

 

Sasuke arrugó la hoja entre sus manos e hizo una bola con ella.

 

 - Hey, que era mi obra de arte – intentó no alzar la voz para que el profesor no le regañase.

 - ¿Obra de arte? Esto es basura y como tal, debe estar en su sitio – le contestó con una sonrisa que daba miedo.

 - Ni se te...

 

Pero Naruto no pudo terminar su frase ya que Sasuke se había levantado de su asiento arrastrando al rubio por el suelo, que no le había dado tiempo a impedir la acción del moreno. Sasuke se dirigió hasta la papelera que había en el aula cerca de una de las puertas aún arrastrando a Naruto consigo, el cual no paraba de patalear y quejarse por la forma en la que era tratado.

 

Al llegar hasta la papelera, Sasuke tiró el dibujo dentro de ésta pero al estar concentrado en su tarea, no pudo reaccionar a tiempo cuando Naruto, tumbado en el suelo, tiró fuertemente de la cuerda haciendo que el moreno perdiera el equilibrio y cayese encima del rubio. La postura en la que estaban no era la más... adecuada, porque placentera lo hubiese sido en otro contexto totalmente diferente.

 

Cuando Naruto tiró de la cuerda, éste estaba tumbado bocarriba, ocasionando que Sasuke cayese bocabajo encima de él, quedando la cabeza del moreno mirando hacia los pies de Naruto, mientras que éste tenía las piernas de Sasuke sobre su cabeza, aunque la vista que tenía cada uno no era precisamente de las piernas del otro. Ambos tenían la entrepierna del contrario muy cerca de sus rostros.

 

Los dos adolescentes comenzaron a forcejear cuando se percataron de la posición en la que se encontraban, pero sólo empeoraron la situación. Comenzaron a rodar por el suelo intentando levantarse, pero sólo conseguían que al girar y chocar contra el suelo, sus caras se pegasen más a esa zona delicada de ambos.

 

 - ¡Idiota! ¡Quita esa cosa de mi cara! - gritaba Naruto.

 - ¡Quita la tuya primero! - le chilló Sasuke.

 

Ambos chicos siguieron gritándose y rodando por el suelo, llamando la atención de todos incluso de Iruka, que se encontraba de pie con las manos en sus caderas y una vena muy palpitante en su cabeza.

 

 - ¡¿Queréis parar de una maldita vez?! - vociferó muy cabreado.

 

Los dos chicos se detuvieron al instante y miraron a su profesor asustados.

 

 - Volved a vuestros sitios y dejad de armar tanto jaleo en mi clase u os mandaré con el director para que os añada algún castigo más – les amenazó.

 

Esas palabras hicieron temblar a ambos, la sola idea de que a Kakashi se le ocurriese otro castigo similar o peor al que tenían ahora, les aterrorizaba profundamente.

 

 - Sí, Iruka-sensei – contestaron los dos a la vez.

 

Los chicos se quedaron extrañados al oír la voz del otro tan cerca, así que giraron sus cabezas para encontrarse con el rostro del contrario muy cerca del suyo propio. Al girar tanto mientras se peleaban, habían acabado en esa nueva posición. Se miraron sorprendidos y pusieron su mano libre sobre la cara del otro para empujarla todo lo que podían.

 

 - No sé qué es peor, si ver tu asquerosa cara o tu repugnante paquete – dijo Naruto haciendo una mueca de asco.

 - Como si verte el careto fuese el mayor de los placeres para mí – le contestó Sasuke.

 - ¡Chicos! ¿Qué os acabo de decir? - preguntó el profesor con los brazos cruzados y un aura oscura a su alrededor.

 

Ambos consiguieron levantarse y volvieron a sus respectivos sitios mientras se insultaban con disimulo para no cabrear aún más a Iruka.

 

 

Las horas pasaron hasta llegar al receso para el almuerzo. Naruto y Sasuke se agacharon al mismo tiempo para sacar su comida de sus mochilas, que estaban una al lado de la otra, logrando que sus cabezas chocaran haciendo un ruido sordo. Ambos soltaron un quejido de dolor y se llevaron una de sus manos a la zona afectada intentando mitigar el dolor.

 

 - ¡Ten más cuidado, imbécil! - gritó Naruto con una pequeña lágrima en sus ojos por el daño.

 - ¿Siempre tienes que chillar? Eres un escandaloso y un torpe – se quejó Sasuke.

 - ¡Tú eres el torpe! ¡Por tu culpa me va a salir un chichón! - le recriminó.

 

Siguieron discutiendo hasta que Ino se puso frente a la mesa de Naruto interrumpiendo su pelea.

 

 - Naru, venga, nos están esperando – le recordó la rubia.

 - Lo siento, Ino, me han entretenido – respondió mirando con los ojos entrecerrados a Sasuke.

 

Sacó su almuerzo de la mochila y se levantó de su asiento comenzando a caminar pero Sasuke le detuvo.

 

 - ¿A dónde te crees que vas, Uzumaki? - le preguntó malhumorado.

 - Está claro, con mis amigos – sentenció Naruto.

 - Ni lo sueñes. No tengo la intención de estar rodeado por tus amigos, suficiente tengo con aguantarte a ti – le dijo el moreno.

 - Pues yo no pienso quedarme contigo y tus ''amigos'' – Naruto hizo la señal de las comillas con sus dedos.

 - Entonces nos lo jugaremos a piedra, papel o tijeras – le retó Sasuke – Si gano, iremos adonde yo quiera y no pondrás ninguna pega y, si ganas tú, me iré contigo y tus amigos.

 - Trato hecho. Pienso patearte el culo, Uchiha – le dijo sonriendo muy convencido de sus palabras.

 

Sasuke tan sólo sonrió con superioridad y comenzaron el juego escondiendo sus manos detrás de sus espaldas.

 

 - Piedra, papel o tijera – dijeron a la vez.

 

Sasuke sacó papel mientras que Naruto había sacado la piedra, lo cual significaba que la victoria era para el moreno.

 

 - Seguro que has hecho trampas – se quejó Naruto – juguemos otra vez.

 - Como quieras porque vas a perder de nuevo – le contestó con prepotencia.

 - Eso es lo que tú te crees, Uchiha – le retó.

 

Ambos volvieron a llevar sus manos detrás de sus espaldas y al sacarlas Sasuke tenía piedra y Naruto tijeras, por lo que la victoria volvía a ser para el moreno.

 

 - Imposible. Cada vez estoy más convencido de que estás haciendo trampas – le acusó con los ojos entrecerrados.

 - No lo hago, es sólo que soy mejor que tú – presumió – Te doy una oportunidad más, pero es la definitiva. Si ganas haremos lo prometido pero si pierdes, cumplirás tu palabra - le recordó - ¿Trato hecho?

 - Trato hecho – le respondió muy seguro.

 

De nuevo escondieron sus manos detrás de sus cuerpos y, después de gritar ''piedra, papel o tijera'', mostraron sus manos. Naruto había elegido papel mientras que Sasuke había escogido tijeras, por lo que volvía a ganar para desgracia de Naruto.

 

 - ¡No puede ser! ¿Otra vez? - se quejaba incrédulo – Es imposible que ganes tres veces seguidas. Estás haciendo trampas – aseguró.

 

''El muy idiota sigue sin darse cuenta de que siempre usa el mismo orden cuando juega'', pensó el moreno.

 

 - No necesito hacer trampas para ganar a un tonto como tú, ya te he dicho que soy mejor que tú – se defendió indignado – ahora deja de protestar y cumple tu parte del trato – le ordenó.

 

Naruto le fulminó con la mirada e iba a volver a quejarse cuando Sasuke le interrumpió.

 

 - ¿O es que acaso no eres un hombre de palabra? - le recriminó.

 - Yo siempre cumplo lo que prometo – le aseguró muy serio acercando su rostro al de Sasuke.

 - Pues entonces muévete – le ordenó.

 - Tú no me das órdenes, Uchiha.

 

El rubio le cogió del cuello de la camisa enfadado mientras que Sasuke resopló cansado y le apartó la mano.

 

 - ¿Quieres perder el tiempo discutiendo o prefieres comer? - le preguntó el moreno.

 

No recibió respuesta. Naruto se giró y se acercó hasta Ino, llevando a Sasuke con él, y le dio un corto beso en los labios a la chica.

 

 - Discúlpame ante los demás – le dijo a Ino antes de salir junto con Sasuke – Bien, ¿dónde están tus amigos? - le preguntó una vez que estaban en el pasillo.

 

Sasuke no le contestó sino que comenzó a andar ignorando al rubio, por lo que éste no tuvo más remedio que caminar tras él si no quería que le arrastrase por todo el camino. Durante todo el trayecto, Sasuke estuvo dudando sobre si enseñarle a Naruto el sitio donde pasaba todos los recesos, porque era su lugar secreto, pero no le quedaba otra opción si quería escapar de sus fans y de sus acosadores personales llamados Sakura, Karin y Suigetsu. Además, necesitaba empezar a revisar el vídeo para hallar pistas que le ayudasen a encontrar a la persona que se lo mandó, aunque no estaba seguro de si era buena idea hacerlo delante de Naruto.

 

''Ya se me ocurrirá algo'', pensó convencido mientras subía las escaleras que llevaban a la azotea.

 

 - Oye, ¿a dónde vamos? ¿Tus amigos están cerca? - preguntó Naruto desconcertado.

 - No – fue la simple respuesta de Sasuke.

 - No serás como Kakashi, ¿verdad? - le interrogó asustado - ¿Te pone cachondo estar atado a mí? Oh, dios, quieres aprovecharte de mí – alzó la voz mientras se detenía e intentaba dar la vuelta – Ni lo sueñes.

 

Sasuke se sorprendió pero sobre todo se enfadó porque Naruto le había tratado de pervertido lo cual le había recordado a su hermano y sus estúpidas bromas.

 

 - ¡No soy un pervertido! - le chilló ofendido.

 - Entonces, ¿por qué quieres llevarme a un sitio solitario? - le preguntó desconfiado.

 - Tsk... siempre almuerzo solo en la azotea, es el único lugar donde nadie me puede molestar – acabó confesando – Ahora, muévete de una vez que tengo hambre – le dijo tirando de él para que empezase a caminar.

 

Naruto le siguió por inercia, se había sorprendido por lo que su compañero le acababa de confesar. Nunca se había fijado dónde ni con quién pasaba Sasuke el tiempo que duraba el descanso entre clases pero estaba convencido de que estaría con los raros de sus amigos. Antes de que se diese cuenta, ya se encontraban delante de la puerta que conducía a la parte más alta del edificio.

 

 - ¿Cómo sueles entrar? La puerta siempre está cerrada con llave – le cuestionó extrañado.

 

El moreno dudó unos segundos antes de contestarle.

 

 - Más te vale mantener la boca cerrada después de que te cuente esto o haré de tu vida un infierno, Uzumaki – le advirtió.

 - Como si me dieses miedo, Uchiha – le respondió Naruto.

 - ¿Mantendrás la boca cerrada? ¿Sí o no? - le preguntó ignorando su comentario.

 - Que sí, que sí, suéltalo ya, que me muero de hambre – le instó a que hablase el rubio con algo de pasotismo.

 

Si las miradas matasen, el rubio estaría más que muerto en esos instantes porque Sasuke le estaba fulminando con la mirada.

 

 - No está cerrada con llave. Es una puerta vieja con el pomo estropeado y por eso se atasca, pero conozco la manera de abrirla – le informó malhumorado – Date la vuelta.

 - ¿Otra vez con eso? ¿Por qué me tengo que girar ahora? No tienes que quitarte la camisa – se burló Naruto recordándole el incidente de la enfermería.

 - Idiota – murmuró – No quiero que sepas el truco para abrirla. No me fío de ti, seguro que se lo contarás a tus amigos y os apoderaréis del lugar – le comentó – Así que pon tu espalda contra la mía.

 - ¿Estás hablando en serio? - le dijo incrédulo.

 - ¿No decías que te morías de hambre? Pues deja de discutir y hazme caso de una maldita vez – le contestó Sasuke irritado.

 

Naruto resopló accediendo resignado a la petición del otro adolescente y se colocó en la posición que le habían indicado. Sasuke se cercioró de que el rubio no podía ver nada tapando el pomo con su propio cuerpo e hizo diversas maniobras hasta que la puerta se abrió.

 

 - No sabes lo que te odio, Uchiha – declaró el rubio.

 - No más de lo que yo te odio a ti, Uzumaki – respondió - Ya está abierta – le informó mientras salía al exterior.

 

Cuando el rubio pasó por la puerta, Sasuke la cerró de nuevo para que nadie averiguase que estaban ahí. Una vez hecho, ambos se dirigieron hasta una de las vallas y se sentaron apoyando sus espaldas en ésta.

 

Durante bastantes minutos, se dedicaron a comer en silencio hasta que fue interrumpido por la voz del rubio.

 

 - Si este es tu lugar secreto y no querías que nadie se enterase, ¿por qué me has traído aquí? - le preguntó curioso – Podrías haberme llevado con tus amigos, así me hubieses fastidiado.

 - Pero también me hubiese fastidiado a mí mismo – le contestó – tener que soportarles a ellos y a ti al mismo tiempo, es demasiado. Así que supongo que tú eras la opción menos mala.

 

Después de esa pequeña conversación, el silencio volvió a reinar entre ellos. Tras terminar su almuerzo, Sasuke se sentó mirando hacia Naruto y sacó su móvil de su bolsillo, de esa forma podría reproducir el vídeo sin que el otro chico pudiese ver la pantalla de su smartphone. Naruto observó los movimientos del moreno mientras devoraba el último bocado de su comida, pero casi se atragantó al ver el aparato entre sus manos.

 

 - ¡¿Era sumergible?! - preguntó escandalizado.

 - ¿Podrías dejar de gritar y hablar como una persona normal? - se quejó Sasuke sin despegar su vista de la pantalla.

 - Se debería haber estropeado cuando se sumergió en el agua – afirmó contrariado – a no ser que no sea el mismo... - pensaba en voz alta con una mano en su barbilla – eres un niño rico que reemplaza sus juguetitos fácilmente.

 

Sasuke se esforzó mucho por ignorar al rubio que tenía frente a él, pero su incesante parloteo y su manía de llamarle ''niño rico'', se lo estaban poniendo muy difícil.

 

 - No era sumergible y no me he comprado otro – le explicó mirándole enfadado – conseguí arreglarlo y por suerte no perdí nada de lo que tenía en la memoria.

 

No entendía por qué le había contado todo eso, no es como si Naruto tuviese el derecho de saberlo ya que fue su culpa que el teléfono se hubiese caído a la fuente, pero al mismo tiempo se vio tentado a restregarle por la cara el hecho de que su jugarreta no le había salido bien. Volvió a centrarse en su móvil, buscando el archivo que le interesaba pero su tarea fue interrumpida por su compañero que le había arrebatado el teléfono de nuevo.

 

 - Uzumaki, devuélvemelo – le demandó cabreado.

 - Uchiha, creo que no deberías preocuparte de tu teléfono ahora – dijo Naruto con cara de pánico llamando la atención del otro.

 - ¿De qué estás hablando? - preguntó extrañado.

 

Naruto se puso de pie de repente arrastrando al moreno con él y se llevó su mano libre, la que no estaba atada, a su trasero a la vez que se escuchó un fuerte retortijón procedente de su estómago.

 

 - Tienes que estar de broma – susurró Sasuke en un hilo de voz.

 

 


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