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El vídeo de la discordia por Kaoru Himura

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Sasuke llegó a su casa muy alterado, no podía creer lo que había ocurrido hacía unas pocas horas en el instituto. ¡Había agarrado el miembro de Naruto! El moreno aún podía sentir el tacto de aquella parte tan íntima de su compañero y vecino en su mano. Al recordar esa sensación, la cara de Sasuke se tiñó de un rojo intenso y sintió que su corazón latía a gran velocidad. El muchacho se apoyó en la puerta principal de la casa, se cubrió su rostro con sus manos e intentó calmarse.

 

 - Hola, tonto hermanito. ¿Qué tal te ha ido en clase? - le preguntó Itachi que iba bajando las escaleras.

 

En cuanto escuchó la voz de su hermano mayor, Sasuke hizo todo lo posible para ocultar el estado en el que se encontraba, se separó de la puerta, retiró las manos de su rostro y puso la expresión más seria e indiferente que pudo mientras se descalzaba.

 

 - Aburrido – fue la corta respuesta que le dio a Itachi.

 

Éste se encontraba al pie de la escalera observando fijamente a Sasuke, lo cual le puso más nervioso aún pero trató de disimularlo lo mejor que pudo.

 

 - ¿Por qué estás más rojo que un tomate, tonto hermanito? - cuestionó Itachi escudriñándolo con la mirada.

 - Hace calor – respondió Sasuke con indiferencia.

 - Estamos en invierno – le rebatió su hermano observándolo con sospecha.

 - He venido corriendo y por eso tengo calor – intentó salir del paso inventándose excusas sobre la marcha.

 - ¿Y por qué has venido corriendo? - siguió preguntando Itachi.

 - Porque he querido. ¿Acaso esto es un interrogatorio? – le contestó Sasuke malhumorado a la vez que se adentraba al interior de la casa.

 

Itachi le vio pasar por su lado dirigiéndose a la cocina pero en ningún momento dejó de analizarle con la mirada. Sabía que algo raro estaba pasando con su hermano, llevaba un par de días actuando fuera de lo normal pero hoy estaba más extraño aún. Le siguió hasta la cocina donde vio a Sasuke servirse un plato de comida que su madre había dejado preparado antes de irse a trabajar, para después sentarse en la mesa. Itachi tomó asiento frente a su hermano mirándolo con los ojos entrecerrados.

 

 - ¿Me vas a contar qué te ha pasado hoy? - le interrogó.

 - ¿Por qué debe haberme pasado algo? - le contestó molesto – Ha sido un día aburrido como todos los demás – dio por zanjado el asunto.

 - No te creo, te conozco demasiado bien como para ver a través de tus mentiras y tu falsa indiferencia – le rebatió Itachi.

 - Pues parece que no me conocerás tanto como dices porque no me ha pasado nada hoy – negó tajante.

 

Su hermano mayor seguía sin creerle, sabía que Sasuke estaba mintiendo pero no sabía por qué, lo cual despertó su curiosidad.

 

 - No tienes heridas nuevas por lo que no parece que te hayas vuelto a pelear – meditó en voz alta.

 

Itachi observó curioso cómo su hermano se había tensado durante una milésima de segundo al decir aquello para después volver a su semblante serio y seguir comiendo como si nada.

 

 - Al menos no con Naruto, si hubiese sido con él, te hubiese dejado alguna marca – terminó de analizar.

 

Un ligero sonrojo apareció en las mejillas de Sasuke durante un instante por lo que se levantó de la silla con el plato en la mano y se dio la vuelta caminando hacia el fregadero mientras se terminaba la comida que le quedaba. El moreno mayor pudo percatarse del rubor en el rostro de su hermano pequeño antes de que intentase ocultarlo pero Itachi no entendía por qué se ruborizaba. Después de dejar su plato sucio en el fregadero, Sasuke salió apresurado de la cocina hacia su habitación en la planta superior, Itachi se puso de pie raudo y le persiguió mientras seguía con su interrogatorio.

 

 - ¿Por qué te has puesto colorado? Si te has vuelto a pelear con Naruto no tienes por qué avergonzarte si te ha dado una paliza, no es como si fuese la primera vez que lo hace, pero no veo ninguna herida nueva en tu cara. ¿Acaso te ha dejado alguna marca en otra parte de tu cuerpo? - habló Itachi sin parar.

 

La última frase pronunciada por su hermano mayor hizo que los pensamientos de Sasuke tomaran un camino no deseado. En su mente apareció la imagen de Naruto dejándole marcas por todo su cuerpo pero no precisamente con los puños, sino con sus labios y un pequeño hormigueo de placer recorrió su entrepierna.

 

''¡¿Pero qué demonios me estoy imaginando?!'', pensó alterado y avergonzado Sasuke mientras su rostro volvía a teñirse de un rojo intenso.

 

Por suerte para él, su hermano iba a su espalda siguiéndole por lo que no pudo ver su fuerte sonrojo. Sasuke aceleró el paso y llegó hasta su habitación dando un portazo frente a Itachi y echando el cerrojo para que éste no pudiera entrar. El moreno aún podía escuchar la voz de su hermano al otro lado quejándose de que casi le deja sin nariz por cerrar la puerta de esa forma sin avisarle, después siguió ahondando en el tema sobre qué le había pasado hoy para que actuase tan raro pero Sasuke sólo le ignoró.

 

El pequeño de los Uchiha estaba demasiado impactado por lo que acababa de pensar sobre Naruto y lo que había sentido al hacerlo. Se acercó a su cama y se dejó caer encima de ella bocabajo con los ojos cerrados pero éstos se abrieron de par en par de repente al darse cuenta de que al caer, el colchón había golpeado una parte dura de su anatomía. ¡Se había excitado al pensar en los besos de Naruto! Sasuke rodó sobre la cama quedando bocarriba para comprobar con sus propios ojos lo que había sentido... y ahí vio el bulto que formaba su miembro duro en su pantalón. Echó su cabeza hacia atrás y se tapó su cara con sus manos frustrado.

 

 - Esto no me puede estar pasando a mí... - murmuró incrédulo.

 

 

En la casa de Naruto la situación era parecida. El rubio había llegado muy alterado a su casa recordando lo ocurrido en los aseos masculinos aquella mañana. Jamás se habría imaginado que Sasuke fuese capaz de hacer algo así y creyó que ni el mismo Sasuke lo hubiese imaginado, porque parecía que no se había dado cuenta de lo que estaba haciendo hasta que a Naruto se le escapó aquel pequeño jadeo, el cual le hizo volver a la realidad. La cara del rubio parecía un semáforo en rojo de lo iluminado que lo tenía debido a la vergüenza. Una voz varonil le sacó de su ensimismamiento.

 

 - Hijo, ¿te encuentras bien? - le preguntó su padre con cara de preocupación.

 

Minato había escuchado a su hijo entrar por la puerta pero le extrañó no oír sus pasos yendo hacia la cocina o subiendo los peldaños para ir primero a su cuarto por lo que fue hasta la entrada para comprobar si algo iba mal. El mayor se encontró a su hijo quieto como una estatua, con los ojos desorbitados y completamente colorado. Se acercó hasta él preocupado y colocó su mano en la frente del menor para comprobar si tenía fiebre a la vez que le preguntaba si se encontraba bien. Naruto levantó su rostro con lentitud y dos pares de ojos azules hicieron contacto.

 

 - S-Sí, papá... no te preocupes – contestó el joven todavía un poco desubicado.

 - ¿Estás seguro? Porque no lo parece – dijo Minato intranquilo – Quizás sea una buena idea que te recuestes un rato, te subiré la comida para que te la comas en tu cuarto pero será mejor que te tumbes, no tienes buena cara – le aconsejó su padre.

 - Sí, puede que tengas razón – susurró Naruto.

 

El adolescente se encaminó hacia su habitación subiendo las escaleras de forma lenta como un autómata. Cuando llegó a su dormitorio, se dio cuenta de que había estado tan conmocionado que ni siquiera se había quitado sus deportivas, lo cual le hizo salir del estado en el que se hallaba.

 

''Como haya dejado alguna huella, mamá me va a matar'', pensó mientras un escalofrío recorría su espalda del miedo.

 

Con rapidez se descalzó y fue a salir para dejar su calzado en la entrada y comprobar que no había ensuciado el suelo, cuando su padre entró en su dormitorio.

 

 - Naruto, aquí te traigo un poco de sopa caliente – le dijo Minato - ¿Por qué aún no te has metido en la cama? - le regañó sutilmente.

 - Quería dejar mis deportivas en su sitio, no me he dado cuenta que aún las llevaba puestas y...

 - No quieres dejar ninguna evidencia de ello para que tu madre no te eche la bronca, ¿verdad? - le interrumpió Minato.

 

Su padre le había pillado al instante, ambos sabían cómo podía llegar a ponerse Kushina por algo así, por lo que su padre le dedicó una sonrisa de complicidad. Minato dejó la bandeja sobre la cama de Naruto y se acercó hasta su hijo para coger sus deportivas.

 

 - Puedes estar tranquilo, no he visto ninguna huella mientras subía. Dámelas, las dejaré abajo pero tú te metes en la cama y te tomas la sopa, no quiero que caigas enfermo – le ordenó Minato.

 - Gracias, papá – le agradeció con una cálida y sincera sonrisa.

 

El adulto salió de allí dejando solo a Naruto que se sentó en el suelo, cogió la bandeja con la comida y se tomó su sopa. Tras comer, dejó la bandeja en la mesita, destapó su cama y se tumbó en ella cerrando los ojos e intentando dejar en su mente en blanco pero no lo consiguió. De nuevo los recuerdos de los sucesos ocurridos ese día acudieron a su cabeza, aún podía sentir la mano de Sasuke agarrando con firmeza su intimidad ocasionando que en ese momento su miembro despertara. Naruto al darse cuenta no pudo evitar sentirse avergonzado por lo que se tapó con las sábanas hasta la cabeza para ocultarse del mundo.

 

 - Mierda... debe ser una maldita broma – murmuró frustrado contra la almohada.

 

 

Sasuke se incorporó sobresaltado en su cama, tenía la respiración agitada, su corazón palpitaba desbocado y unos gotas de sudor resbalaban sobre su frente. Miró a su alrededor desorientado tratando de ubicarse hasta que se dio cuenta de que se hallaba en su habitación. La luz del atardecer entraba por su ventana por lo que el moreno pensó que debió haberse quedado dormido durante varias horas. Miró el reloj para cerciorarse y pudo comprobar que así fue, había estado durmiendo durante cuatro horas.

 

Se levantó de la cama para dirigirse al baño que tenía dentro de su habitación, necesitaba una ducha con urgencia, no sólo porque se le pegase la ropa por el sudor sino porque había tenido un sueño de lo más erótico con su vecino y ahora mismo estaba muy excitado. Dentro del baño, comenzó a desnudarse y cuando se quitó la ropa interior, maldijo internamente al ver su miembro duro, palpitante y necesitado de atención, pero no se rebajó a tocarse porque no quería pensar en su rubio vecino de ojos azules mientras lo hacía e intuía que así sería.

 

Se metió en la ducha abriendo el grifo del agua fría, aguantó por unos segundos la respiración antes de colocarse bajo el chorro de agua helada preparándose mentalmente para el dolor que estaba a punto de sentir en su miembro. Tras la desagradable sensación inicial, Sasuke fue acostumbrándose a la baja temperatura de aquel líquido mientras se enjabonaba todo su cuerpo y su pelo, aunque en cuanto su excitación bajó, giró el grifo para terminar su ducha con agua caliente.

 

Al acabar, salió de allí y fue hasta su cuarto con una toalla alrededor de la cintura. Se vistió con ropa cómoda y se secó el cabello. Una vez estuvo listo, se sentó en su cama apoyando su espalda en el cabecero y cogió su móvil intentando distraerse porque no quería volver a pensar en Naruto ni en lo sucedido ese día ni en el sueño subido de tono que había tenido con él.

 

''Ahora que nadie puede interrumpirme o molestarme, será mejor que vea el maldito vídeo para encontrar alguna pista sobre el pervertido que me lo mandó'', pensó el muchacho.

 

Sasuke buscó el archivo y le dio al botón de reproducir. Observó que a priori no había nada que le indicase de quién se trataba, sólo podía ver parte del abdomen tapado por una camiseta blanca y las piernas, aparte de lo que había en medio. La escasa luz que había no le dejaba distinguir su tono de piel por lo que tampoco le servía para ir descartando sospechosos de su lista. Siguió viendo el vídeo, cuando el chico del vídeo se bajó su ropa interior dejando expuesta su intimidad, se percató de que no tenía vello púbico, se lo había afeitado, eliminando así otra posible forma de conocer su identidad.

 

''Joder, así no puedo saber de qué color tiene el pelo'', pensó ofuscado.

 

Continuó con su labor de analizar el vídeo pero, poco a poco, fue arrepintiéndose de su idea. Conforme iba viendo cómo el miembro del chico se iba endureciendo cada vez más debido a las caricias que se proporcionaba, Sasuke se imaginaba que se trataba de Naruto y su propio miembro comenzó a despertar entre sus pantalones.

 

''Otra vez no...'', maldijo malhumorado a la vez que pausaba el vídeo.

 

Entonces fue cuando lo vio, haciendo desaparecer toda excitación. La camiseta del chico se había alzado y la mano que sujetaba su intimidad se encontraba en un ángulo que dejaba ver un extraño dibujo. ¡Era un tatuaje! Ese chico tenía un tatuaje situado en el abdomen por debajo del ombligo, cerca de su pubis. Lo analizó detenidamente intentando averiguar de qué se trataba porque no era muy grande y por fin pudo descifrarlo. Eran dos serpientes que se entrelazaban entre sí en el centro formando un nudo celta y que acababan mordiéndose las colas formando un círculo que encerraba ese nudo.

 

''No tiene mal gusto'', pensó con una sonrisa de medio lado.

 

A Sasuke siempre le habían gustado las serpientes, nunca había visto o tocado una de verdad pero le fascinaban mucho, sobre todo los dibujos como ése. El moreno se sintió dichoso, por fin tenía una pista para investigar pero su humor cambió radicalmente al darse cuenta de un pequeño detalle.

 

''¡¿Cómo demonios voy a saber quién tiene un par de serpientes tatuadas en esa zona de su cuerpo?!''

 

 

Notas finales:

Fullbuster, Tanuki, Zur79 y yo hemos comenzado un nuevo proyecto, una página web donde subiremos nuestras historias y los futuros doujinshis que se harán sobre ellas. Si queréis pasaros a echar un vistazo y dejar vuestra opinión, ésta es la dirección: http://fullbuster.webnode.com.ve/


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