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Sin respuesta por Ddai

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Notas del capitulo:

Bueno, no hay gran cosa que pueda decir, solo no había podido escribir (como cuando te da flojera hacer la tarea o el reporte del trabajo, pero oye! se supone que esto lo hago porque me gusta! Y en fin, solo fue como que no quería escribir pero sí quería subir un nuevo capi y todas esas contradicciones xD)

Espero que les guste el capi, esta un poco raro porque hace un buen que no escribia y el ritmo cmabió un poco, pero solo será esta vez, el siguiente (que debe de estar por aqui en mas o menos 2 semanas) Será como los anteriores y volveremos a ver un crimen en escena.

 

Bueno éste capítulo es un poco diferente del resto, porque tanto tiempo sin escribir desequilibra el estilo con el que lo empecé, pero solo será en este capítulo, además de que John, el real, tiene que salir un poco más. Y pues espero que el final del capi no los decepciones (mujujuju ¿Un niño que no hizo su tarea debería ser castigado? Tal vez si debería castigar a Sherlock en el capi siguiente)

Espero que la actualización no me tome tanto tiempo, nos veremos en 2 domingos (bueno eso si Saitama sensei, el monstruo Humano Garou y Boros sama no me secuestran para hacer orgias con Genos, mujujujujuju.

 

Torpe VI

 

John se levantó de buen humor ese día, el que Sherlock hubiese vuelto el día anterior había sido inesperado pero bienvenido, lo que le incomodó un poco fue que su amigo había vuelto porque tenía un caso, pero decidió que no iba a enojarse por ello. Se levantó temprano e hizo el desayuno, por lo que podía recordar que Sherlock le comentó del caso el asesinato y desaparición ocurrió en la anterior cada de La Mujer, eso era más que suficiente para inquietarse. Lo cierto era que el detective no dijo mucho sobre ello, remarcó que algunas cosas no tenían coherencia y que necesitaría invertir un poco de tiempo en investigar algunas cosas, lo que haría ese mismo día para no perder más tiempo, casi parecía el mismo escalofriante y frio tipo de siempre, pero había una diferencia que John no podía ignorar, Sherlock había tartamudeado un poco mientras le hablaba y miraba hacia la ventana o hacia esa dirección,  su actitud parecía nerviosa pero eso no era posible, tal vez era efecto de ese trastorno que tenía o algún medicamento que el hermano le hubiese obligado a tomar, aparte de eso no mostraba mayores cambios, John decidió que estaría alerta a cualquier señal, lo dejaría inconsciente y lo arrastraría por medio Londres en caso de ser necesario.

Sherlock bajó apenas estuvo listo, el día anterior había sido un poco dispar y estaba seguro que el día presente iba a ser así, pero estaba dispuesto a seguir adelante y dejar atrás todo ese lío en su cabeza, si podía librar ese caso sin mayores problemas mientras convivía con John era casi un hecho que podría deshacerse del otro John, claro que él no creía en suposiciones, solo en la verdad y decir las cosas no es lo mismo que hacerlas… Cuando bajó el desayuno estaba servido y el doctor estaba esperando por él para comer, ese simple hecho le causó un retortijón en algún lado desconocido de su estómago, estaba muy seguro de que éste no podía torcerse de la forma en la que se sintió.

Sherlock sonrió en el mismo instante en que John lo miró y le dio los buenos días, prácticamente había sido en contra de su voluntad pero John no pareció notarlo, al menos podría pretender que no pasó y pasar a comer lo más tranquilamente posible. John, por su parte, no recordaba haber visto esa sonrisa en el detective desde hacía mucho, pero le sonrió de vuelta, quizás era una de las señales de que estaba mejorando.

Llevaban unos minutos comiendo cuando John miró a Sherlock, para hacerle algunas preguntas sobre el caso, quería saber más sobre él y por supuesto así podría analizar un poco mejor su comportamiento.

—     Ayer comentas que la víctima había muerto por una bala en la frente, pero que lo apuñalaron de todas formas, además de que tenía huesos fracturados — Jhon soltó como si fuera un tema casual, al menos entre ellos seguramente sí lo era.

—     Sí, así es — mantuvo las palabras al mínimo, entre menos hablara menos iba a tartamudear y hacer evidente su nerviosismo ¿Porqué, entre todas las malditas cosas, le había tenido que tocar tartamudear? Eso era más complicado de disimular que retorcer los dedos en la orilla de su ropa o algo así.

—     Y entonces Hay dos mujeres secuestradas, hijastra y madrastra ¿Es correcto? — el detective asintió una vez, sin dejar de masticar el mismo bocado, probablemente por centésima vez — Además de que hay un par de marcos desaparecidos que nadie sabe que fotografías contenían — otro asentimiento — Y en la casa de Irene Adler — un asentimiento más, el doctor sabía que las cosas no podían ser más raras, el detective rara vez era tan reservado, pero podría ser porque la muerte de La Mujer aún era algo difícil de tratar para él, no era un punto en el que pudiera presionar sin sentir que estaba en suelo peligroso — Y el día de hoy estamos investigando el posible paradero de las mujeres desaparecidas ¿Es así? — para su sorpresa el castaño lo miró a los ojos, sin dejar de masticar el mismo maldito bocado, lo cual ya era muy extraño, ese pedazo de pan debía ser menos que masa entre sus dientes.

—     Algo por el estilo — Sherlock no estaba seguro de querer decirle lo que pensaba que había pasado, el lugar en dónde sus conjeturas lo estaba llevando, porque él sabía algo que Jhon no y maldita sea, era uno de esos secretos que lo carcomían en ese preciso momento.

—     ¿Algo por el estilo? — Oh sí, John seguro extrañaba esa parte de la personalidad de su compañero, y eso había sido un sarcasmo en toda regla — Sherlock, hay dos mujeres desaparecidas, el tiempo es vital para poder recuperarlas con vida — hizo una pausa para respirar lentamente y calmarse, porque perder los estribos no iba a ser de ayuda para nadie — Bien, lo entiendo, está bien, lo haremos a tu modo, como siempre — en ese punto la mirada que le dedicaba el detective estaba entre la incredulidad de que aún dudara de él y la presunción, porque su método siempre resultaba ser el mejor, quizás no el más seguro pero sí el más rápido y eficiente — ¿Entonces que estamos haciendo? —

—     Vamos a hablar con la cuñada — la que había reportado el asesinato y los secuestros — Ella nos dará las pistas necesarias para saber qué estamos buscando y dónde ir por ello —

—     Bien — claro, era algo que debió de haber imaginado pero, con las cosas como estaban en ese punto no sabía qué esperar y ciertamente lo que seguiría en las horas siguientes no era algo para lo que estaba preparado.

No creas que no estoy contando el tiempo, Sherlock, sigo aquí, esperando una respuesta”

La voz del otro John resonó en su cabeza, justo como si le hubiera susurrado al oído, eso lo hizo estremecer y accidentalmente tiró su taza de té, rompiéndola en varios pedazos, sin darle oportunidad a la reparación.

—     ¿Estás bien? — John se había levantado en el acto, estaba seguro que ese estremecimiento y la palidez de su compañero no eran normales — ¿Has estado tomando algún medicamento peligroso? Maldita sea ¿Has tomado cualquier cosa? — mataría al mayor de los Holmes si llegaba a confirmar que eso era culpa suya.

—     Estoy bien, John, solo fue un accidente — se frotó el rostro con ambas manos, al parecer iba a ser un día muy largo y no quería tener que lidiar con todo eso, pero no tenía opción, tenía que concentrarse, mantener su mente ocupada y todo iba a ir bien.

La entrevista con la joven mujer no pudo ser más corta y chocante, ella no dejaba de llorar, de echarse la culpa por no llegar antes y de maldecir a todos los culpables de lo ocurrido, no sabía nada, para variar, sobre los motivos que podía tener cualquier persona para secuestrar a su hermana y la muchacha, las dos eran tan dulces y agradables, su cuñado, aunque mayor, era un encanto, siempre tan amable y dispuesto a ayudar a otros, era una familia perfecta y feliz ¿Por qué les habían hecho eso? ¿Quién lo haría? Ellos no eran millonarios ni tenían enemigos, era una injusticia, y más bla, bla, bla, por su parte sobre las cosas malas, el detective había estado haciendo algunas preguntas al azar al principio y luego le dejó a John el resto, él solo fue a mirar las cosas con la excusa de requerir el baño, todas las cosas que necesitaba saber las había visto, con esa mujer y en la casa de las víctimas. Nada tenía buena pinta, justo como él se lo temía…

El camino de regreso a su casa estaba siendo más largo de lo habitual, ¿Cómo iba a decirle a John sobre eso? Bueno, en tanto no tuviera que hacerlo no lo haría pero, la probabilidad de que no se encontraran era escasa, no esperó que ese “asunto” volviera a morderle por la espalda y mucho menos tan pronto.

La hora del almuerzo llegó y John sugirió comer algo por ahí, de todas formas seguro que el detective ya tenía alguna pista y el doctor quería escuchar de qué iba todo ese misterio, además de que quería sondear un poco más a su compañero, seguía pálido y con esa actitud ansiosa, era evidente que algo estaba pasándole, así como que el detective no quería compartir ni un pedazo de su mente.

El lugar era agradable, colores cálidos y un ligero toque rústico, un restaurante casual en dónde se quedaron una mesa privada y pudieron comer algo decente, siguiendo el ritmo Sherlock comenzó a hablar del caso sin la necesidad de que John lo interrogara.

—     Ninguna de las dos fue secuestrada — dijo antes que nada, quería dejar eso bien claro — Ellas se fueron por su propia voluntad, aún no sé exactamente por qué, pero ellas mataron al padre de la chica y se fueron — la mirada incrédula de John era un regalo para la vista, había extrañado esa expresión su rostro, solo habían sido unos días, pero en ese mismo momento parecía que habían pasado años separados.

—     ¿Qué? — bueno, eso sí no lo esperaba, un parricidio era, bueno, complicado de asimilar más no imposible, de hecho la posibilidad era… — ¿Y eso pasó porque él abusaba de ellas? ¿Las hería de alguna manera? — lo que él realmente quería preguntar era sí él lo merecía, pero era una pregunta un poco difícil de sacar.

—     No se trata de esa situación — dijo con un poco de su acostumbrada irritabilidad, al menos eso seguía igual que siempre — Ellas tenían una relación, seguramente a escondidas de los demás — bueno la cara del doctor lo decía todo, había perdido ese punto por completo y Sherlock solo miró hacia el techo por unos segundos, tratando de no entornar los ojos — En sus fotografías, ellas siempre están juntas, tomándose de las manos o sugiriendo un lenguaje corporal íntimo que va más allá de la relación hijastra-madrastra — en serio, eso era muy obvio.

—     ¿Cómo por ejemplo? — él sabía que estaba molestando al detective, pero era apropósito, Sherlock se estaba comportando más como él mismo que hacía media hora, seguía viéndose horrible pero, hasta donde John sabía, su cabeza parecía estar mejorando de verdad.

—     En las fotografías ellas están muy cerca, mirándose entre sí, ignorando a la figura masculina que esta junto o entre ellas, además de eso, en la casa habían algunos artículos que sugieren un uso particularmente poco atractivo para un hombre heterosexual en su cuarta década — iba a ahorrarse los detalles, más por su propia incomodidad con el tema, frente a John, que por incomodar al doctor — Y encontré evidencia de que al menos una de ellas conocía a La Mujer — agregó de inmediato, para evitar las preguntas del rubio.

—     ¿Qué? — bueno, eso definitivamente sí que no se lo esperaba ¿Cómo demonios pasó? ¿Por qué? ¿Cuándo? Maldición de maldiciones… Ahora tenía ganas de golpear a alguien — ¿Estas insinuando que el que estuvieran viviendo ahí no era una coincidencia? —

—     No lo estoy insinuando — claro que no, por qué él no hacía insinuaciones — No sé el motivo por el cual lo asesinaron, no obstante ellas se fueron por sí mismas, llevándose los portarretratos, por cualquiera que sea el motivo que los tomaron — pero omitió decir que tenía que ver con La Mujer, la cual, oh casualidad, está aún vida, un detalle menor del cual el doctor no era consciente en ese momento.

—     ¿Y estas tan seguro de que se fueron por su voluntad por qué? — sabía que estaba acabando con la poca paciencia del detective, pero si eso lo hacía conducirse con normalidad entonces estaba bien, correría el riesgo.

—     Porque, pese a la destrucción del lugar, no había signos de lucha en la casa, solo destrucción desordenada — era muy evidente, pero por supuesto, los estúpidos que fueron a “investigar” la escena del crimen no podían notar la diferencia. Claro, John no podía saberlo porque no había estado ahí e incluso si hubiera estado lo más probable sería que no lo notara realmente.

—     Bien, entonces lo que debemos buscar es el motivo por el cual se fueron ya que ellas conocían a Irene Adler — él no fue consciente del ligero estremecimiento que el detective mostró, de haberlo notado posiblemente hubiera podido darse cuenta antes de todos los problemas en los que se estaba metiendo.

Terminaron el almuerzo sin mayor acontecimiento y emprendieron el regreso a su casa, en su caminata John comentó casualmente lo que había acontecido durante la ausencia del detective, como por ejemplo una rata que había estado en el departamento de la Señora Hudson, que aún no habían atrapado pero que en apariencia se había mudado o algo así. La pequeña visita de Lestrade de hacía tres días, solo para asegurarse de que todo estaba bien por su puesto. Incluso Mycroft había llamado a John hacía unos días, solo para decir hola o quien sabe, con el hermano mayor no se podía adivinar a la ligera, también podría ser que solo había estado aburrido, pero John no tenía que saber que esa llamada solo había sido para que Sherlock pudiera escucharlo y creerle a su hermano que el doctor estaba bien y que una de sus pesadillas había sido solo eso y nada más.

Solo había sido un día, poco más o poco menos, pero todo se estableció en el mismo ritmo de siempre, como si el detective no se hubiera ausentado. Sherlock era el más agradecido por ello, por decirlo de algún modo, no había nada que necesitara más que volver a un espacio seguro.

John mencionó algo sobre que tenía que salir a atender un pendiente pero el castaño no prestó atención, estaba tumbado en el sofá, seguramente deliberando en su cabeza todas las variantes y planeando su siguiente movimiento, normalmente no se detendría en medio de un caso pero no parecía tener a dónde avanzar por lo que el doctor pensó que dejarlo solo por una hora no causaría mayor problema, de cualquier forma él tenía que ir a ver ese “asunto”.

Sherlock estaba mirando el techo cuando oyó un  sonido familiar, pisadas conocidas, el golpe de cuero sobre piel viva, específicamente el de una fusta sobre una mano, tal vez Sherlock pudo haberse olvidado de él por un momento, pero él no se había olvidado de Sherlock.

—     ¿Tienes alguna respuesta para mí? — la gorra negra, la fusta y esas pesadas botas era todo lo que llevaba puesto y con solo eso podía lucir muy intimidante.

—     ¿Dónde estamos? — miró alrededor, conocía ese cuarto, bueno lo que había sido antes, era un pequeño espacio para el inspector Lestrade, no tenía referencia de utilidad para esa proyección, nunca era necesaria para una consulta pero — ¿Dónde está él? — aún si no era de utilidad para la comprensión de las cosas el inspector cumplía una función básica  para su palacio mental — ¿Qué hiciste con él? — representaba uno de los pilares que lo ayudaban a mantener su mente alejada del aburrimiento y también como un extraño soporte emocional para su cordura.

—     NO te preocupes por Greg — Sherlock hizo un gesto de duda al oír el nombre — Lestrade, hasta en los alejados rincones de tu mente no puedes recordar algo así, a veces me sorprendes — él había caminado hasta quedar junto a Sherlock, su virilidad estaba bastante cerca d la cabeza del detective, deliberadamente planeado así —Él está con sus nuevos compañeros de cuarto —señaló con un pequeño gesto de su cabeza hacia una puerta de madera, la cual retumbó, pero no se abrió — Hoy seremos tú y yo nada más —

—     ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estas invadiendo mi palacio de esa manera? — él se sentó, mirando desde abajo al otro John, era extraño pero realmente se sentía como que no había oxígeno suficiente, solo eran reflejos en su cabeza y sin embargo se sentía tan real, se estaba asfixiando con solo mirarlo.

—     Eso es parte del misterio, respóndeme y todas las preguntas serán respondidas, Sherlock — se reclinó ligeramente sobre el detective, acariciando sus labios con su pulgar — Voy a darte un poco más de tiempo, pero si tu respuesta no me gusta, me robaré otros cuartos y sacudiré este lugar desde la base — se inclinó un poco más para darle un beso, mordiendo su labio inferior, un beso corto y casi tierno.

—     Si no te detienes, vas a matarme — el detective susurró con los ojos cristalinos, en ese momento no podía pensar, era como si un remolino estuviera revolviendo todos los archivos de su mente.

—     ¿Sherlock? — John, el real, estaba frente al castaño, extrañado de verlo en ese estado, había vuelto al poco tiempo, ese pendiente no le tomó mucho tiempo y para su consternación halló al detective sentado en el sofá, casi a punto de llorar — ¿Sherlock? ¿Tomaste algo? — estaba al borde de un ataque de pánico, no pensó que recordar a La Mujer lo fuera a poner en ese estado tan… frágil.

—     No sé lo que quieres, no lo entiendo, literalmente vas a matarme si no… — él no había notado que ya no estaba hablando con la proyección, sus sentidos lo estaban trayendo de vuelta a la “realidad” muy lentamente.

—     Eso no va a pasar Sherlock —John le aseguró con una pequeña sonrisa, tratarlo como si fuera un niño pequeño era su mejor opción, un niño asustado por el monstruo bajo su cama, había tartamudeado un poco al final de sus palabras — Pase lo que pasé voy a estar ahí, como siempre, no dejaré que te mueras — verlo morir una vez había sido suficiente.

—     John… — en ese momento el detective se dio cuenta de que estaba en el mundo real, con el John real abrazándolo, consolándolo y en ese momento, comprendió lo que era, la respuesta que necesitaba, estaba ahí, enterrada en esos ojos azules que lo miraban con preocupación y cariño, en la calidez que ese cuerpo irradiaba, por unos breves segundos estuvo seguro de lo que el Amor significaba.

Se trataba de John, siempre había sido John, quien sin conocerlo había arriesgado su vida por él y lo había salvado. Aunque el doctor no lo supiera lo estaba salvando una vez más de sí mismo al darle la respuesta que estaba buscando. Pero eso podía esperar, estaba cansado, ignoró la voz del doctor, dejándose arrastrar por esta vez y caer dormido con la tranquilidad de saber que el su escudo contra el mundo estaría cuidando su sueño.

Desde una esquina oscura, en el fondo de su mente, la Proyección de John lo estaba mirando, con un rostro serio, Sherlock se había confiado mucho y pagaría ese error, de haber estado más atento se habría dado cuenta que su sueño repentino no era natural, de haber visto el rostro de John con más atención hubiera visto la culpa reflejada en sus facciones, pero en ese lugar el que estaba a cargo era él y estaba dispuesto a dejar eso en claro.

Sherlock y John P estaban frente a frente de nuevo, esta vez en el mismo cuarto del principio, con unas correas oscuras reteniendo al detective, era el momento de terminar con todo.

—     Me enteré de que tenía una respuesta para mí — el rubio estaba completamente vestido en ese momento, con uno de esos horribles suéteres que usaba en navidad y un pantalón de vestir en un toco claro de café — Dime, Sherlock ¿Qué es el Amor?

—     Eres tú, John, todo lo que haces, todo lo que dices. Cada acción que realizas, eso es el Amor — si eso es lo que hacía falta para que tuviera el control de su palacio y su mente entonces estaba bien, admitirlo era vergonzoso pero estaba bien.

—     Sí, eso es verdad, Sherlock, cada cosa que hago es porque amo mi profesión, amo las emociones fuertes y también la sensación que produce ser la barrera que protege a los que amo del resto del mundo — se acercó al detective, para susurrarle al oído, causándole un fuerte estremecimiento — Pero es la repuesta incorrecta —

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer y nos vemos pronto!


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