Capítulo 2: El mago
(Pareja Camus y Milo)
Definición de la carta: El mago es una persona que nos habla de la pasión par poder lograr nuestro objetivo, de su capacidad de crear a través de sus actos. Un ser de gran inteligencia y poder mental.
Más sin embargo en su aspecto negativo puede dejarse llevar por la fe ciega y la excesiva confianza en sus habilidades y accionar.
El mago como tal es una maestro en las artes y esto puedo llevarlo a mostrar una fachada falsa, evitando toda comunicación y con una tendencia a fingir. (Definición de carta volteada)
El mago se presenta como un ser mental y las emociones desbordantes sin al experiencia y sabiduría para enfrentarlas podría romper el equilibrio del representante.
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Las llamas del conocimiento y la erudición no es algo que muchos poseen, para obtenerlas se necesita una constate curiosidad y ansia de aprendizaje; eso lo tenía muy claro Camus de Acuario, mucho más pensando directamente en cierto escorpión rencoroso e impulsivo, como tormenta se movía por todos lados y dejaba crueles estragos.
Desde que recordaba había sido algo más con Milo que solo amigos, aunque jamás le habían dado un nombre a su relación o formalizado nada concreto, solo se mantenía el sentimiento latente en sus corazones. O al menos eso quería creer, pero no se le ha hecho fácil, menos con las evasiones del griego, quien deliberadamente lo esquivaba. No había logrado perdonarle lo de Asgard aún, de hecho ni el mismo lo hacía todavía, pero tenía un deber que cumplir, una promesa…, una promesa que ahora estaba costándole todo lo que conocía. Milo no quería verlo, se sentía traicionado, burlado con su actuar y él no sabía cómo enmendar aquello.
—¿Sigue molesto? —Shura se acercó a Camus quien estaba sentado entremedio de unas rocas en las cercanías del Santuario.
—Más de lo que te imaginas.
El caballero de capricornio bufó. —Ni yo estoy tan molesto cuando fue tu culpa que muriera en Asgard.
—¿Tienes que recordármelo?
—Solo hacia una acotación —pronunció estoico Shura.
—A este paso no podré acercarme a él.
—No sé qué decirte Camus, solo que sigas intentándolo.
—Lo sé Shura —el galo suspiró, no sería tarea fácil, tanto él como Milo deberían empezar desde cero, aprender de sus errores y de paso reconstruir su relación, pues abandonar lo que tenían no era una opción.
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—¿Sigues evadiéndolo? —cuestionó Aioria a Milo que en esos momentos se escondía en templo de leo, no quería encontrarse a Camus.
—No quiero verlo.
—Pero Milo…
—Solo quiero dejar atrás todo el pasado de dolor.
—Mu dile algo —Aioria miró al ariano que estaba reunidos con ellos en leo, este los vio a ambos y luego frunció el ceño.
—No puedo opinar, soy de la misma opinión de Milo.
—¿No se supone que eres el más centrado de los tres? —se quejó el leonino—, no lo incites más por favor.
—Solo estoy molesto, si Camus no hubiera lastimado tan gravemente a Milo durante la guerra en Asgard no hubiera perecido.
—Ay Mu —Aioria suspiró. Cuando se trataba de sus amigos Mu no se andaba con rodeos, solo quedaba recordar la paliza que casi le inflige a Camus por Milo, si Saga no lo hubiese detenido nada bueno hubiese salido de todo eso.
—Dejen el tema por la paz —Milo estaba realmente sentido con Camus, no quería volver a tener relación alguna con él. Se sentía timado, justamente con un mago de los engaños como el acuariano era difícil mantener la confianza—. Todo se acabó.
Aioria esperaba que Milo no se arrepintiera de su decisión.
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Estaba cansado de huir, era momento de volver a su casa, dejó leo entrada la noche, quería descansar en su mullida cama y ver el nuevo amanecer para empezar un nuevo rumbo. Quizás alejarse un tiempo del Santuario no le sentaría mal.
Al llegar escorpio se encontró con quien más temía, y que en esos momentos hasta cierto punto aborrecía, no podía perdonarlo, no tan fácilmente como Camus esperaba.
—Acuario —su voz fue fría, Camus se estremeció, odiaba ese tono en Milo—-¿Qué deseas?
—Debemos hablar Milo.
Este frunció el ceño.
—¿Qué yo sepa no tenemos ningún asunto pendiente? —dicho esto Milo quiso flanquear al galo, más este no se lo permitió. Lo retuvo por el brazo.
—Necesitamos aclarar muchas cosas, especialmente lo que pasó en Asgard, yo…
—No quiero tus burdas explicaciones, entiende, no tienes que rendirme cuentas. No somos nada Acuario.
—Pero Milo…
—¡Ya basta! —Milo quien estaba de espalda a Camus se giró enardecido por la insistencia del caballero de la casa de acuario—. ¡Vete de Escorpio! ¡No te quiero aquí!
—¡No lo haré! —la voz de Camus era firme—. ¡Debes dejar atrás tu resentimiento!, comenzamos una nueva vida, podemos…
—¿Podemos…? —Milo se burló cínicamente—. Absolutamente nada. Entiende que te detesto. No confió en ti, Me has destrozado más veces de las que puedo recordar y ahora vienes a exigir otra oportunidad. Piérdete Acuario —Milo se soltó bruscamente del agarre del francés.
Camus se congeló en su lugar, nunca pensó que el resentimiento de Milo fuera tanto, él solo quería recuperar los viejos tiempos, pero tal parecía que estos habían desaparecido del corazón del griego.
Con el alma destrozada Camus se marchó de Escorpio. Sin Milo nada sería igual, pero ese era el precio de mantener una fe ciega pensando que todo volvería a ser igual. Al no detenerse a considerar el corazón de quien más amaba.
~FIN~