Un ángel puede controlar todos sus poderes celestiales, intangibilidad, audibilidad, visibilidad, pero tienen una regla inquebrantable…tienen prohibido presentarse ante su protegido o cualquier humano.
–En este momento lo que más deseo es que tu sepas de mi existencia – y sin pensarlo mucho retiró el sortilegio permitiéndole ser audible , ahora cualquier palabra que saliera de sus labios seria escuchada por aquel hombre que le había cautivado , se acercó y le susurró.
–Yo te protegeré.
-¿Quién dijo eso? –Asami no pudo evitar sentirse abrumado y asustado, no era normal escuchar voces de la nada.
–Tranquilo estoy de tu lado –dijo el castaño sin poder ocultar su inseguridad, pero al mismo tiempo se sentía feliz de poder hablar con aquella persona.
– ¿Quién diablos eres y donde carajos estas? –Esta vez molesto y frustrado de no poder verlo.
–am… estoy aquí a tu derecha, –Akihito sonrió pues estaba justo frente a él y este no se daba cuenta.
–Maldición déjame en paz estoy en plena disputa y tú me estas distrayendo voz invisible–dijo sin distraerse de su objetivo principal, acabar con la vida de Mikhail Albartov, quien le disparaba a matar.
–Lo siento, pero estoy aquí para ayudarte – aseguró reflexionando ante la reciente acción, si volverse audible había sido buena idea, pero ya era tonto arrepentirse, además de que una vez que un humano consigue escuchar o ver a un ángel es imposible volverlo a hechizar, al menos por propia mano.
–¿Hey sigues aquí o ya te fuiste?
–Aquí sigo, ya te dije que estoy aquí para ayudarte.
–Aja -pensó el ojicafe –… Si es verdad, ve y mata a ese rubio que se esconde en aquel callejón–ordenó señalándole la dirección exacta de Mikhail.
– No puedo, soy un ángel, tengo prohibido matar –admitió en voz baja. Es muy difícil entablar una conversación con tu protegido y más cuando te pide cosas imposibles recapacitó adoptando angustia.
– ¿Ángel? …IMPOSIBLE, es una estupidez, lárgate o cállate, sólo deja de fastidiar –reclamó molesto.
– ¿Qué le pasa? , bueno es normal que los humanos no crean en seres de luz, pero me siento extraño ¿Decepcionado…triste? – enmudeció, no sabía qué hacer, se sentía un idiota, ¿cómo se le había salido todo de control?
Mientras el castaño se lamentaba imperecente continuaba desviando las balas, pues ese era su trabajo, sin embargo el ojicafe se distrajo un poco y vio claramente como una bala se dirigía justo a su frente incapaz de esquivarla.
–¡Oh NO¡ –dijo Akihito para sí al ver que un proyectil se dirigía justo a la faz del pelinegro, y sin disimular desvío la bala a otra dirección , haciéndolo ver totalmente fantasioso –el mafioso quedó pasmado , no sabía si era por la sensación de muerte tan cercana o por haber visto desviar la bala ante sus ojos .
–…Buena movida… “voz” –expresó al ojiceleste en voz baja, pero él prefirió no hablar más, lo cierto era que no sabía ni que decirle.
El encuentro de mafias terminó al llegar la policía y el tipo del callejón se esfumó, aparecieron unos hombres de atuendos negros, que le causaron inquietud al castaño, ese color no era de su agrado.
–Tranquilo “voz”, son mis hombres – dijo el mafioso mientras se acomodaba unos mechones hacia atrás, pero Akihito se reusaba a entablar conversación.
– Asami –sama, disculpe nuestro retraso, era imposible acabar con los hombres de Fei Long, ¿Está usted bien? – dijo un hombre de lentes al mafioso de manera respetuosa.
– No te preocupes Kirishima, no estaba del todo solo– respondió con la mirada perdida en el cielo causando un sutil sonrojo en Takaba, pues el sólo verle y escucharle era mágico.
– ¿Sigues mudo? – Expresó en tono de burla cerrando los ojos al mismo tiempo que encendía un cigarrillo.
– ¿Disculpe, Asami –sama me habla a mí? –contestó su guardaespaldas dudoso de si le hablaba a él o a otro individuo, Asami frunció el ceño en señal de disgusto y se giró.
-Vámonos ya no hay nada que hacer aquí –agregó de manera cortante y demandante, ya que se sentía molesto de que aquella voz tan encantadora no le diera respuesta, subió a su limosina creyendo que quizás todo eso no había sido más que su imaginación. Mientras que Akihito tomaba asiento en el techo de esta.
–…Asami es su nombre… – dijo para sí contento de saber algo más de ese humano.
Continuará