Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diez años por Takaita Hiwatari

[Reviews - 894]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 36: “Cruzando la línea”:

 

Apenas unos días después, las clases iniciaron. Cuando Gaara entró en el aula, le llamó la atención ver a los pocos alumnos que habían llegado rodeando el pupitre doble que compartían Naruto y él. Cuando logró abrirse paso, Naruto relataba su heroicidad salvando a su amiga Hinata, presumiendo las heridas que cada día eran menos perceptibles con la cabeza en alto. Escuchó a algunas chicas cuchichear entre risitas avergonzadas sobre lo valiente o guapo que les parecía el rubio.

 

En cuanto Naruto le notó, perdió interés en el resto y dejó de lado el relato.

 

─¡Hey, Gaara! ¡Buenos días!

─Buenos días ─respondió tomando asiento a su lado.

─No te he visto desde que fuimos a la piscina dattebayo. ¿Qué tal tus últimos días de vacaciones?

─Bien.

─Da un poco de pereza volver a la rutina, ¿no te parece? ─preguntó desperezándose de forma exagerada. Extrañaría tener más tiempo libre para poder dedicárselo a Sasuke.

─Naruto…

─¿Um?

─¿Podemos hablar más tarde? A solas.

 

Sin darle mucha importancia, Naruto asintió con una sonrisa y se aguantó las ganas de preguntar sobre qué quería hablar. Todavía quedaban algunos compañeros cerca y no quería que ellos escucharan.

 

Cuando llegó la hora del recreo, Naruto subió a la azotea con un bento en las manos. Gaara le esperaba sentado en el suelo, a la sombra que brindaba una pared.

 

─¡Estoy hambriento! ─comentó el rubio en cuanto estuvo a su lado, abriendo el bento y relamiéndose al ver la comida en su interior─. Estudiar es tan aburrido que me abre el apetito, pero todo sea por alcanzar mi meta. Los niños del futuro necesitan un maravilloso maestro como yo que les descubra el mundo y hermosos valores.

 

En silencio empezó a comer, acompañando a Gaara. No es que el silencio fuera algo extraño cuando se trataba de su amigo, pero se suponía que éste le había citado para hablar y dicha conversación parecía que no iba a llegar nunca.

 

Estaba por preguntar, cuando Gaara por fin abrió la boca.

 

─Así que eres gay.

 

Automáticamente Naruto tosió al sentir que se atragantaba. Preocupado, el otro le palmeó la espalda. No había sido su intención soltarlo de esa forma, pero por más que había estado pensando una forma para decirlo que no incomodara a Naruto, no le venía ninguna a la mente.

 

─Lo siento.

─¿P-por qué dices eso’ttebayo? ─logró decir cuando recuperó el aliento.

─Kiba lo dijo cuando estábamos en la piscina. ¿Es cierto? ─preguntó sin rodeos.

 

Los dos se observaron en silencio. Gaara buscando la respuesta en los ojos azules, y Naruto tratando de descifrar por sí mismo si a Gaara podría incomodarle la verdad.

 

Finalmente suspiró.

 

─Es cierto ─confesó.

─¿Por qué no me lo habías dicho?

─Pensaba decírtelo, pero más adelante, cuando nos hubiéramos conocido un poco mejor ─aseguró.

 

¡Ese bocazas de Kiba!, pensó molesto. No estaba en sus planes hablar todavía con Gaara sobre eso, apenas se conocían de unos meses y no quería convivir el resto del curso con un posible compañero de pupitre homófobo.

 

─Entiendo ─respondió pensativo.

─Gaara, ¿me guardarías el secreto? ─Suspiró aliviado al verle asentir─. ¡Gracias!

 

Tras un breve silencio más, el pelirrojo tomó la palabra.

 

─Si te soy sincero, me sorprendió mucho saberlo.

─Me imagino. ─Sonrió nervioso, recordando el día en que le confesó a Minato su orientación sexual─… espero que esto no dañe nuestra amistad.

 

Naruto estaba a punto de tirarse de los pelos por los nervios, ya que cada vez que Gaara le observaba, le dedicaba aquella mirada que no transmitía nada. No sabía decir si estaba enfadado, incómodo, sorprendido o qué.

 

─En absoluto ─respondió finalmente, arrancándole un resoplido más de puro alivio a Uzumaki─. Pero siento curiosidad, si me permites me gustaría preguntarte, ¿cómo te diste cuenta?

─¿Ah?

─De que eres gay ─aclaró.

─¡Oh, eso! ─exclamó asintiendo─. Bueno, no fue algo de un día para otro. No pienses que me levanté una mañana y dije “soy gay”. Incluso fue sorprendente para mí descubrirlo.

─¿Y cómo fue?

 

Aquella pregunta hizo a Naruto sumergirse en sus memorias de años anteriores, ni él mismo sabía decir exactamente en qué momento se dio cuenta de que le gustaba un hombre, fue algo progresivo hasta que logró entender que la fascinación que siempre sintió por Sasuke había trascendido a niveles que nunca esperó.

 

Se pasó una mano por la nuca, sin saber bien cómo explicarlo.

 

─Aunque quizá no lo creas, en el instituto tenía cierta popularidad entre las chicas’ttebayo, a veces me enviaban cartas diciéndome sus sentimientos, pero nunca me interesó ninguna de ellas. En cambio… ─Una pequeña sonrisa avergonzada curvó sus labios─, a veces me descubría mirando a los chicos, los miraba mucho. No me gustaban, pero llamaban mi atención de una forma que no comprendía. No le di importancia a eso, hasta que alguien atrapó mi atención en todos los sentidos…

─¿Uchiha Sasuke? ─interrumpió con cierta curiosidad.

 

El cuello de Naruto estuvo a punto de crujir por el movimiento violento con el que giró a mirarle, totalmente sorprendido y un poco pálido. ¿Cómo había llegado Gaara a esa conclusión?

 

─¿…qué tiene que ver Sasuke en esto? ─preguntó con cautela, casi susurrante.

─Kiba dijo en la piscina que sospechaba que ese hombre te gusta. Sólo me hizo falta observar por un buen rato cómo te comportabas con él y la forma en que le mirabas para creer en su sospecha. Nunca me habría fijado en esos detalles de no ser porque nuestro amigo lo insinuó.

 

Justo entonces a su mente llegó un recuerdo de meses atrás. Un día que Naruto le preguntaba acerca de qué podría regalarle a un amigo que estimaba mucho. Aquello ocurrió en junio o julio si la memoria no le fallaba:

 

¿Quién es ese amigo?, ¿le conozco?

─No. ─Su sonrisa se amplió─. Pero me gustaría presentártelo algún día, se llama Sasuke.

 

─¡Ese bocazas de Kiba…! ─farfulló, ignorando lo que su amigo pensaba en ese momento.

─Todavía no me has contestado si ese “alguien” que atrapó tu atención en todos los sentidos es Uchiha Sasuke.

 

Naruto le miró inquieto, preguntándose desde cuándo Gaara era tan insistente y sobre todo curioso. Pero era inútil negar lo evidente. Suspiró por enésima vez.

 

─Sí.

─¿Cuántos años tiene? Se ve mayor que nosotros.

─La edad es lo de menos’ttebayo. Le conozco desde que era un niño, es buena persona y un médico excepcional ─finalizó, con la cabeza alta y el pecho hinchado de orgullo.

─¿Médico? ─Se sorprendió─. Ahora sí no tengo dudas de que nos saca bastantes años.

 

Naruto era consciente de que no había contado toda la verdad, pero de momento era mucha confesión para un día. Más adelante le confesaría a Gaara que Sasuke no sólo le gustaba, sino que era su pareja desde hacía meses, y que aunque la relación a veces sufría pequeños baches, era feliz.

 

─Además ─añadió─, empezaba a estar convencido de que a ti te gustaba Sakura.

─¿Sakura-chan? ¿A mí? ─Se señaló incrédulo─. ¿Por qué pensabas eso?

─Siempre te he visto muy cercano con ella. Pero lo que me hizo pensarlo con más firmeza es que un día la vi tomarte de la mano, y tú correspondiste el gesto. ─Al ver la confusión en su amigo, fue más claro─. Ese día que Kiba y tú estabais presumiéndonos a todos vuestra heroicidad salvando a Hinata. Después ella y tú os alejasteis del resto y estuvisteis hablando. Ahí fue cuando lo vi. Pero después de lo que hemos hablado, queda claro que lo tuyo con ella es una amistad.

 

Después se instaló entre ellos un pequeño silencio, pero no fue incómodo. Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos, dando aquella conversación por finalizada.

 

─Por cierto, nunca te conté que he encontrado un trabajo ─comentó Gaara con un tono despreocupado, como si la conversación anterior no hubiera existido. No quería que Naruto pudiera sentirse incómodo.

─¿En serio? ─Le miró con sumo interés, agradeciendo el cambio de tema─. ¿Dónde?

─En una tienda 24 horas, cerca del centro. Es un trabajo a media jornada los fines de semana. ─Le miró─. He sabido que están buscando otro empleado para compartir turno conmigo, y hace meses me comentaste tu interés en conseguir un trabajo.

 

Una pequeña expresión de disgusto se apoderó del rostro de Uzumaki. Recordaba que a raíz de una conversación con Sasuke el día de su cumpleaños decidió conseguir un empleo para consentir a su novio haciéndole regalos al por mayor o pagar las comidas cuando salían a cenar. No tardó mucho en planteárselo a sus padres, pensó que ellos le apoyarían al instante y le animarían, incluso que le felicitarían por su determinación. Pero no. Kushina no se negó directamente, pero comentó que prefería que siguiera centrado en sus estudios para que siguiera manteniendo sus buenas notas. Minato fue otra historia, él sí se negó en redondo, exponiendo que con lo que él ganaba era más que suficiente para que los tres pudieran vivir sin estrechuras.

 

Ambos adultos habían coincidido en su deseo de que siguiera centrado en sus estudios, y que empezara a trabajar una vez que estos hubieran terminado. No querían arriesgarse a que el trabajo le robara demasiadas horas de estudio, a pesar de que Naruto expuso que buscaría un trabajo a media jornada los fines de semana.

 

¿Acaso no estás conforme con la paga mensual que te damos mamá y yo?”*

 

Había preguntado Minato en aquella ocasión, preocupado. Incluso estaban dispuestos a subirle la paga con tal de que no trabajara.

 

En aquella ocasión no le quedó más remedio que aceptar. Estando sus padres de acuerdo en aquel asunto era difícil doblegar sus voluntades.

 

Le dijo a Gaara que lo comentaría con sus padres, pero estaba seguro de que se iban a negar por lo ocurrido la última vez que hablaron sobre ello.

 

****

 

Mikoto abrazaba contra su cuerpo como podía dos bolsas de papel llenas de la reciente compra que había realizado en el supermercado. Trataba de sacar las llaves de casa del bolso, pero le estaba costando. Sin esperarlo, un par de manos tomaron una de las bolsas con suma confianza. Curiosa giró, encontrando unos brillantes ojos azules que le arrancaron una sonrisa.

 

─Naruto, hola.

─¡Hola! ─Saludó animado.

 

Caminaba al apartamento de Sasuke cuando había visto a Mikoto. Todavía faltaba media hora para que su novio terminara de trabajar, pero usaría su preciada llave. A la espalda llevaba una mochila, pero su contenido estaba lejos de ser libros; se trataba de su videojuego de ninjas, era algo que había planeado para pasar la tarde con Sasuke y hacer algo diferente. Especialmente aquella tarde, ya a finales de septiembre, estaba un poco fresca, disminuyendo las ganas de permanecer en la calle. Añoraba las largas y calurosas tardes de verano.

 

Ambos caminaron a la cocina y depositaron las bolsas sobre la mesa. Ayudó a la mujer a colocar las cosas en los armarios y en la nevera, y como no pudo ser de otra forma, ella se ofreció a recompensarle con un vaso de té y unas galletas. Sabiendo que Sasuke no terminaría de trabajar todavía, aceptó. Hacía tiempo que no hablaba con Mikoto y Fugaku.

 

La mujer le preguntó sobre cómo le habían ido las vacaciones, cómo llevaba su primer mes de clases, sobre los exámenes, y cualquier tema de conversación trivial.

 

Naruto tomó una bandeja con una tetera y dos vasos, mientras que Mikoto llevaba un platillo que contenía galletas de diferentes formas y sabores. Al llegar a la sala, a ambos les llamó la atención ver a Fugaku sentado en el sofá con un álbum de fotos en las manos, parecía sumergido en recuerdos felices ya que la expresión en su rostro expresaba serenidad mezclada con nostalgia.

 

─Mikoto, has vuelto, no te escuché llegar. ─Así de hundido estaba en sus memorias. Entonces notó que ella no venía sola─. Naruto, tiempo sin verte, muchacho. Hola. ─Le mostró una pequeña sonrisa que al rubio le recordó a las de Sasuke─. ¿Cómo te va?

 

Naruto dejó la bandeja sobre la mesilla, observando fascinado las fotografías que se mostraban cuando descubrió a Sasuke en varias de ellas. Se obligó a apartar la mirada y devolverle la sonrisa al hombre.

 

─B-bien… No me quejo’ttebayo. ─Se rascó la nuca.

─Ven, siéntate ─invitó, palmeando el sofá.

 

El otro no dudó en obedecer, quería ver mejor las fotografías donde su novio se mostraba de niño. No pudo centrar su atención ni en una de ellas cuando una mano del hombre se posó en su cabeza y revolvió sus cabellos.

 

─¿Estás esforzándote en tus estudios?

─Hago cuanto puedo.

─Bien, sigue así. Eres el orgullo de tu padre, el bobo nunca para de hablar de lo orgulloso que está de ti, pero… ─Se llevó un dedo a los labios en un gesto cómplice─, no le digas que yo te lo he contado.

 

Naruto sonrió con diversión al escuchar aquello, pero a la vez su corazón bombeó emocionado. Ya sabía cómo se sentía su padre, después de todo él mismo se lo dijo alguna vez en el pasado, pero confirmarlo de nuevo a través de otra persona le había alegrado el día.

 

─Guardaré el secreto ─prometió.

 

Fugaku volvió a posar una mano en la rubia cabeza. Estimaba al hijo de su mejor amigo, después de todo había tratado al niño por años, aunque no tanto como lo había hecho Mikoto.

 

─Sigue así y tu futuro será tan brillante como el de Itachi y Sasuke.

─Sasuke siempre ha sido mi modelo a seguir. ─Antes de meditarlo aquello había escapado de sus labios, aunque sospechaba que a estas alturas ya no era un secreto para nadie.

 

El hombre sonrió, lleno de satisfacción hacia su hijo menor al escuchar que era un referente para Naruto, y quién sabe, quizá también lo era para otros adolescentes. Si había algo que siempre había valorado de sus hijos, era el impecable historial de ambos: comportamiento perfecto en todo momento, excelentes notas, habilidosos en el deporte, inteligentes, alejados de cualquier tipo de vicio como los juegos o drogas… Amplió su sonrisa, henchido de orgullo. Mikoto y él habían creado a dos seres perfectos, no por nada se habían esmerado día y noche en su educación.

 

─Hablando de Sasuke… ─comenzó a decir Naruto, sin poder disimular más su deseo de ver con detalle las fotos─. Esas fotografías…

 

Al ver su interés, Fugaku no dudó en compartir el álbum con él. Los ojos azules brillaron de emoción al contemplar las múltiples fotografías. Era como abrir una puerta al pasado de su pareja, conocer cosas que el propio Sasuke nunca había contado.

 

En una estaba Sasuke, probablemente de unos 13 años, y a su lado estaba Itachi, de unos 18; cada uno sostenía en una mano lo que parecía ser un examen, y en ambos estaba escrito con rotulador rojo que habían sacado la nota máxima. En otra fotografía estaba Sasuke, tras él pudo apreciar a Fugaku, un Itachi de 10 años, incluso estaban sus padres. Todos, alrededor de una mesa, admiraban un gran pastel que en el centro tenía encendida una solitaria vela con forma de número cinco. Sólo faltaba Mikoto, seguramente fue ella quien tomó la captura.

 

Embelesado, no pudo evitar deslizar un par de dedos sobre el rostro del pequeño Sasuke de cinco años, admirando su sonrisa de genuina felicidad y el brillo de emoción en su mirada. Daría lo que sea por poder ver una sonrisa como aquella en Sasuke. Si alguien le hubiera preguntado cómo imaginaba a Sasuke en su infancia, no habría dudado en responder que le imaginaba como un chiquillo serio, parco al hablar y distante del resto, pero ahora descubría que parecía estar equivocado.

 

Pasó a otra fotografía, un pequeño Itachi sostenía a un bebé en brazos. No había duda de que el bebé era Sasuke. Tras el pequeño primogénito estaba Mikoto, un poco agachada, rodeando afectuosa entre sus brazos a sus hijos.

 

Fugaku rompió el cómodo silencio al señalar la página de al lado.

 

─¿Qué me dices de esta fotografía? ─Indicó una en concreto.

 

La carcajada de Naruto no tardó ni dos segundos en hacerse oír. Fugaku también rió, pero más relajado. Mikoto, que hasta ahora se había mantenido al margen, se acercó para curiosear, y no tardó en reír también.

 

En la fotografía de nuevo aparecía Sasuke, probablemente de cinco años también. Estaba semidesnudo, sólo vestía ropa interior de un impoluto blanco. En su cuello tenía anudados los extremos de una gran toalla de baño, también blanca, de manera que le cayera por la espalda a modo de capa. La pose altiva del niño completaba aquel cuadro, con las manos en la cintura, la cabeza en alto y el pecho hinchado en una pose heroica.

 

─Yo tomé esta fotografía ─contó Fugaku con cierta nostalgia─. Si no recuerdo mal, Sasuke estaba imitando a un personaje de unos dibujos que le gustaba ver… un superhéroe o algo así.

 

Naruto habría dado lo que sea por cerrar ese álbum y llevárselo a su casa para deleitarse con él una y otra vez. Conocer una parte de Sasuke que siempre había estado oculta a él hizo que su corazón palpitara de emoción, de alguna forma le hacía sentir más cercano a su novio el hecho de saber más sobre él.

 

Continuaron viendo algunas páginas más de fotografías, la mayoría sobre la niñez de los hermanos Uchiha, en alguna incluso pudo ver a Mikoto embarazada de Sasuke. Fugaku o Mikoto explicaban ciertas anécdotas relacionadas con algunas fotografías. Pero hubo una en concreto que atrajo su atención, por supuesto se trataba de Sasuke, en esta su novio lucía el uniforme estudiantil del instituto. Ese era el Sasuke de diecisiete años que él conoció cuando tenía siete, el Sasuke que le fascinó y que se ganó su admiración.

 

Al notar que el rubio no estaba escuchando una más de sus anécdotas, Fugaku guardó silencio.

 

─Seguro te estamos aburriendo, deberíamos dejar esto…

─¡No! ─exclamó en respuesta─. ¡No estoy aburrido! Sólo… me había llamado la atención esta fotografía. ─La señaló─. Recuerdo que así se veía Sasuke cuando le conocí’ttebayo ─explicó.

 

El teléfono comenzó a sonar casi interrumpiendo a Naruto. La mujer fue a responder, y apenas segundos después regresó con un mensaje para su esposo.

 

─Era Minato, dice que está en el bar de siempre y pregunta si quieres ir a beber algo con él.

 

Mikoto no tuvo que decir más para que al instante Fugaku dejara reposando el álbum en las piernas del adolescente y se pusiera de pie de un salto. Nunca decía no a una buena conversación con su gran amigo mientras bebían. Tras despedirse se marchó, asegurando a su esposa regresar antes de la hora de cenar.

 

Aquel comentario le hizo preguntarse a Naruto qué hora era. Descubrió sorprendido que llevaba una hora allí, viendo fotografías y escuchando curiosidades que los adultos quisieran contarle. Ni siquiera había tocado el té o las galletas. Sasuke debía llevar como media hora esperándole, pero él quería ver más, debía avisar a su novio de que se iba a retrasar, ¿pero cómo?

 

─M-mi té se ha enfriado… ─comentó un poco avergonzado─. Me he distraído con las fotografías.

 

Restándole importancia, ella recogió los vasos y la tetera en la bandeja nuevamente y le comunicó que calentaría de nuevo el té. Naruto no tardó ni dos segundos en sacar el móvil de la mochila y teclear el número que ya se sabía de memoria cuando estuvo solo.

 

─Sasuke ─le nombró apenas recibió respuesta.

─¿Se puede saber dónde te has metido? ─Era de lo más inusual haber llegado a su apartamento y no encontrar a Naruto acomodado allí como si se tratase de su propio hogar.

─Estoy en casa de tus padres…

─¿Qué? ─interrumpió.

─Me retrasaré un poco, estoy viendo algo… ─Sonrió ladino─ …interesante.

─¿Interesante?, ¿qué quieres dec…? ─Guardó silencio al notar algo─. ¿Naruto?

 

¡El muy dobe le había colgado! ¿Quién se creía que era? Además, ¿qué hacía en casa de sus padres?, ¿por qué estaba allí? Segundos después su móvil pitó varias veces, indicándole que había recibido mensajes. Curioso vio que se trataba de Naruto, y que le había mandado varias fotografías que en ese momento no podía ver porque se estaban descargando. Esperó unos segundos hasta que las pudo ver con claridad. Abrió los ojos de par en par al reconocer todas y cada una de las fotografías.

 

En la primera estaba él con tres años, durmiendo abrazado a un dinosaurio de peluche. Su juguete favorito durante sus primeros años de vida. Las otras las apreció por encima sin detallar en ellas, y en la última aparecía él, siendo un niño, semidesnudo y usando una toalla a modo de capa.

 

Entonces su teléfono sonó. De nuevo se trataba de Naruto.

 

─¿Así que esto era ese “algo interesante”? ─preguntó Sasuke antes de que el otro pudiera decir algo.

─¿Por qué nunca me habías dicho que de pequeño no eras un gruñón amargado? De hecho nunca me has contado nada de tu pasado ─protestó.

─Nunca has preguntado ─dijo sin más, encogiéndose de hombros.

─¡Yo te cuento cosas sobre mí sin necesidad de que preguntes dattebayo!

─No es mi problema que te guste ir ventilando tu vida con los demás.

─¡Pero serás…! ─masculló. Después sonrió, planeando avergonzar a Sasuke─. Mi fotografía favorita es la última. Te ves tan lindo… ─Hizo énfasis en las dos últimas palabras con cierta sorna─. La usaré como fondo de pantalla en mi teléfono.

 

El otro chasqueó la lengua.

 

─Cállate, imbécil.

─¡Ups! Tengo que colgar, viene Mikoto.

─Espera, ¿vas a venir? ─Su respuesta fue el silencio, la llamada había terminado.

 

Naruto guardó el teléfono y tomó una galleta, adoptando una postura de niño bueno al escuchar los pasos demasiado cerca.

 

****

 

─¡Y una victoria más para el shinobi Uzumaki Naruto! ─exclamó lleno de regocijo, levantando el pulgar en señal de victoria. Sonrió entre dientes al ver la seria mirada que Sasuke le estaba dedicando. Era obvio que no le gustaba perder─. ¡¡Yeaah!!

 

Cuando media hora más tarde se había presentado en el apartamento de Sasuke y expuso su deseo de no salir ese día, el adulto lo agradeció. Pero en cambio Naruto le contó que su plan era jugar videojuegos. Al principio no pudo estar más en desacuerdo, ¿acaso Naruto le veía cara de niño para estar con jueguitos de ninjas?

 

Pero todo fuera para quedarse al menos una tarde reposando en el sofá, lejos de los ajetreados planes que normalmente proponía Naruto, yendo de un lado para otro.

 

Hacía años que no tenía un mando de videojuego en sus manos, su falta de destreza fue palpable desde el minuto uno.

 

Además del videojuego, Naruto había llevado unas palomitas, así que mientras las preparaba en el microondas, Sasuke se dio unos minutos para familiarizarse con el control de los diferentes personajes que podía seleccionar. Pero evidentemente no lograba alcanzar la destreza del mocoso que no paraba de restregarle sus victorias en la cara.

 

─¿Otra? ─propuso el rubio, quien antes de recibir respuesta ya estaba buscando qué personaje seleccionar─. Prometo ser benevolente contigo’ttebayo.

 

Una mano de Sasuke se atenazó en un firme pellizco en una de las mejillas de Naruto, arrancándole un lamento a éste.

 

─No quiero tu compasión, usuratonkachi ─masculló ofendido.

 

A pesar del dolor, Naruto no pudo evitar reír. Sasuke tenía muy mal perder. Sin duda estaba disfrutando ser mejor que él, aunque fuera en algo tan simple como jugar videojuegos.

 

─Está bien, entonces iré con todo contra ti.

 

Algunas rondas después, a Naruto no le resultaba tan sencillo eliminar a Sasuke de un plumazo. Su novio empezaba a presentarle batalla. No esperaba que se adaptara tan rápido a los controles, el muy bastardo era muy habilidoso y observador, se había fijado en qué botones debía pulsar para hacer los mejores combos de ataque.

 

─Vaya, vaya, parece que el shinobi Uzumaki Naruto está resultando ser todo un inútil ─comentó cuando consiguió su primera victoria, alzando las comisuras en una sonrisilla maliciosa.

 

Pero si Sasuke tenía mal perder, Naruto no era menos. A ninguno le gustaba perder, y menos si esa derrota venía de manos de su pareja. En un acto inconsciente, el rubio tomó un puñado de palomitas del bol que descansaba en la pequeña mesilla frente a ellos y se lo lanzó en la cara. Sasuke sólo atinó a mirarle por un instante, estupefacto, pero en vez de tomar su papel de adulto en el asunto y poner paz, respondió de la misma manera. Lanzó otro puñado de palomitas al rostro de su novio. Podía ser un adulto, pero desde adolescente la vena vengativa había latido en él. Cualquier injuria a su persona, exigía ser vengada.

 

─¡Teme, casi me das en el ojo! ─protestó, lanzándole otro puñado de palomitas.

 

Yendo más lejos, Sasuke tomó el bol y se lo puso en la cabeza a modo de sombrero, vaciando lo que quedaba de palomitas sobre él. Con un gruñido rabioso, Naruto lanzó lejos el bol y saltó sobre el otro, derribándole en el sofá. Los mandos fueron a parar al suelo. Sasuke se libró a duras penas de recibir un doloroso mordisco en el cuello, cortesía de su novio, cuando logró taparle la boca con una mano.

 

─¿Acaso eres un vampiro, mocoso? ─reprendió en medio del forcejeo─. ¡Aléjate de mi cuello! ─ordenó, recordando los inconvenientes que le causó el chupetón que ese tarado le hizo tiempo atrás.

─¡Eres un mal perdedor’ttebayo! ─protestó cuando logró liberar su boca.

─Me lo dice quien quiere arrancarme el cuello de un mordisco porque ha perdido.

 

La vergüenza que esa acusación provocó en Naruto le despistó lo suficiente como para que Sasuke pudiera incorporarse y empujarle. Pero al último segundo se aferró a la pechera del adulto y le arrastró en su caída, yaciendo de nuevo en el sofá en posiciones invertidas.

 

─¡Es que eres odiosamente engreído! ─se excusó.

─¿Yo?, ¿y qué me dices de ti? Has estado presumiéndome tus victorias todo el tiempo. No tiene mérito vencer a alguien con un nivel inferior a ti.

─Oh… ─Sonrió ladino─. ¿Entonces admites que estás en un nivel inferior a mí?

 

El comentario fue como una pesada roca cayendo sobre Sasuke. Un tic le sacudió una ceja a la par que fulminaba con la mirada el adolescente rostro.

 

─Hace años que no juego, idiota ─masculló.

─Claro. ─Asintió condescendiente─. Pero hay un juego en el que ambos estamos al mismo nivel. ¿Qué tal si jugamos ahora?

 

A Sasuke no le dio buena espina aquella propuesta en ese repentino tonillo insinuante, mucho menos el brillo juguetón que había aparecido en los ojos azules. Conociendo a Naruto como lo conocía sabía que era un mal presagio. Y teniendo en cuenta el trato que ambos se daban, no sería la primera vez que una pelea terminaba en besos e intentos de manoseo por parte de Naruto. Ese tonto parecía encenderse cuando peleaban, más bien, parecía encenderse con cualquier cosa. Estúpidas hormonas…

 

Un estremecimiento le sacudió por completo y sus ojos se abrieron de par en par cuando sintió roces contra su entrepierna. Y esos roces estaban lejos de ser accidentales, por el contrario eran insistentes. Incrédulo llevó la mirada hacia allí, como queriendo confirmar aquello. La mano de Naruto se movía y presionaba contra él con cierta torpeza, pero ante todo con decisión. Sus mejillas se colorearon, como si fuera la primera vez que alguien ajeno a él tocaba aquella zona. Su cerebro tardó demasiado en dar la orden para que detuviera todo, mientras aquella mano se entretenía manoseando inquieta sobre la ropa, como queriendo descubrir qué tan dotado estaba.

 

Finalmente su cerebro logró despertar del letargo que apenas duró unos segundos. Raudo sostuvo la mano de Naruto y la alejó situándola sobre la cabeza de éste. La risa del adolescente no tardó en romper el denso silencio que había quedado en el lugar.

 

─¿Qué pasa’ttebayo?, ¿acaso tienes miedo? ─Sus mejillas coloreadas de un suave tono rojizo delataban que aunque trataba de disimularlo, estaba avergonzado─. Eres un gatito asustadizo, Sa-su-ke-chan ─le susurró con retintín.

 

Sasuke respiró despacio, con pesadez, soportando otra nueva roca golpeando su dañado orgullo. Nunca imaginó que toleraría que alguien pisoteara su amado orgullo tanto como lo hacía ese mocoso. ¡Era frustrante!

 

─Basta ─sentenció, tratando de recobrar la compostura y mirarle con seriedad. Debía detenerle.

─Y si no te hago caso ¿qué? ─preguntó, mirándole retador─. ¿Qué harás?

─Te voy a sacar de aquí de una patada ─aseguró.

 

La risa de Naruto le hizo entender al instante que su amenaza no le había intimidado en absoluto.

 

─¡Mira cómo tiemblo’ttebayo! ─se mofó.

 

Sasuke chasqueó la lengua, decidiendo que aquel jugueteo terminaba ahí. No tuvo tiempo de liberar la mano contraria para incorporarse cuando otra vez sintió nuevos roces en la entrepierna. En esta ocasión era la pierna de Naruto. Valiéndose de su mano libre, obligó al menor a separar las piernas y se posicionó entre ellas para detener aquello. El otro se había dejado hacer una vez más entre risas.

 

─Hormona con patas, ¡es suficiente! ─reprendió, nuevamente sonrojado, pero ni él mismo sabía decir si esta vez era de rabia o vergüenza.

─Si no fueras un gatito asustadizo, esta hormona con patas te comería. ─Para dar más énfasis a sus palabras, se relamió fingiendo apetito, y no precisamente de comida.

 

En ese instante Sasuke reparó en la comprometedora posición en la que estaban. Situado entre las piernas de Naruto, sosteniendo uno de sus brazos sobre su cabeza, con sus cuerpos demasiado cerca pero sin llegar a tocarse. Hizo amago de alejarse, pero la mano libre de Naruto se aferró a su camisa y de un firme tirón le obligó a estar más cerca que antes.

 

─Esto no es divertido, usuratonkachi ─masculló, mirándole ceñudo. Ese niño estaba manipulando la situación a su antojo.

─No es divertido porque tú no dejas que lo sea. ─Le miró fijamente a los ojos, por primera vez tan serio como el propio Sasuke estaba─. Tú eres virgen, yo también. Sé que tienes miedo, yo también lo tengo. Pero si no te presiono un poco sé que nunca vas a intentar algo. Puedes echarme de aquí si quieres, pero mañana volveré a insistir, y pasado mañana, y al día siguiente, y al siguiente…

─Suficiente ─interrumpió, tratando de no verse afectado, mientras hacía amago de alejarse. Pero la mano de Naruto todavía aferrada a su camisa no lo permitió.

─No voy a detenerme hasta conseguir lo que quiero.

─¡Deja de comportarte como un niño caprichoso! ─riñó, sintiéndose acorralado ante la insistencia del otro─. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no? ¡No estoy…!, ¡no estoy listo!

 

La última frase se le había atragantado. Una nueva roca aplastando su orgullo al tener que fingirse virgen una vez más. ¿Por qué Naruto tenía que hacer todo tan difícil? A este ritmo no podría soportar ser acosado los dos años que le faltaban a éste para ser mayor de edad. No quería ser más asaltacunas de lo que ya estaba siéndolo, su conciencia le martillearía de por vida.

 

─¡No soy un niño, y mucho menos caprichoso!

 

O quizá sí estaba siendo un niño. Se estaba dejando arrastrar por la inseguridad, sólo con pensar en aquella rubia, supuesta novia de Sasuke, sentía su mundo tambalearse. No habían vuelto a tocar el tema, pero eso no significaba que lo hubiese olvidado. Tenía miedo de que Sasuke le dejara, que prefiriera a aquella rubia, que ella lograra seducir a Sasuke de una forma que a él le era imposible conseguir.

 

No podía dejar de preguntarse quién era ella, cómo se llamaba; estaba intrigado por saber si era tan atractiva como aquellos doctores afirmaron.

 

─Si no fueses un niño respetarías mi postura.

 

Un gruñido de fastidio fue la respuesta que recibió. El adolescente tensó la mandíbula, pensando en el fondo que tal vez, y sólo tal vez, Sasuke tenía razón. Sasuke ya se había negado, y normalmente se detenía cuando él le decía no. Pero ahora… con la inseguridad bullendo en su interior no quería detenerse, aunque Sasuke se negara mil veces. Quería mostrarle a su novio todo lo que podía ofrecerle, que Sasuke dejara de tratarle como si fuera su hermanito pequeño. En ocasiones estaba seguro de que si él no tomara la iniciativa y le besara, Sasuke se conformaría con darle palmaditas en la cabeza cual mascota.

 

Frustrado con toda la situación, afirmó el agarre en la camisa de Sasuke y tiró una vez más, atrayéndole lo suficiente para poder atrapar sus labios en un beso impaciente. Tal vez estaba siendo un niño caprichoso, ¿y qué?, en ese momento era lo que menos le preocupaba. Su mano descendió por el costado de su pareja, dirigiéndose sin preámbulos al cierre del pantalón, pero una vez más, aumentando su frustración, Sasuke le tomó la mano y la alejó hasta posicionarla sobre su cabeza, junto a la otra.

 

Molesto, le mordió el labio inferior. En cuanto el beso finalizó y sus rostros estuvieron frente a frente, le dedicó una mirada seca que expresaba su repentino mal humor. Misma mirada que los ojos negros le devolvieron.

 

─Deja de alejarme como si mi tacto te quemara, teme. Odio eso.

 

Efectivamente, el tacto de Naruto le quemaba, pero no de forma desagradable como éste pensaba. Era todo lo contrario. Sospechaba que Naruto, con unas pocas caricias sería capaz de encenderle, y era lo que menos deseaba. En realidad sí lo deseaba, pero no debía tolerar que ocurriera.

 

─Eres demasiado efusivo ─trató de excusarse, evitando decir la verdad.

─¡Y tú eres un cobarde! ─exclamó─. No me creo que no te sientas preparado para perder la virginidad, ya no. Todo tu problema es que tienes miedo de que alguien sepa que me has tocado, que alguien sepa sobre mí, por eso no quieres hablar con tus padres, por eso no quieres tocarme, por eso usas a esa rubia como tu tapadera. ¡Cobarde! ¡Gatito asustadizo!

─¡Eso no es cierto!

─¡Claro que sí! ─sentenció─. Incluso Itachi… si él no te hubiera descubierto, estoy seguro de que tampoco le habrías contado sobre lo nuestro dattebayo.

 

Maldito mocoso… tenía razón en todo. Naruto empezaba a conocerle demasiado. Aquellos reproches no le causaban buena espina en absoluto, Naruto estaba cansándose de sus desplantes, de sus mentiras, de mantenerle oculto, de no querer ir un paso más allá en su relación. Sabía que ese momento llegaría tarde o temprano, pero no imaginaba que fuera tan pronto, sólo llevaban siete meses saliendo. No era tanto tiempo, ¿no? Ese niño tenía poca paciencia.

 

─Sasuke, tú… ─Pareció dudar un momento─, ¿de verdad me quieres?

 

No era que en ese momento necesitara escuchar a Sasuke decirle lo que siente por él. Su novio nunca había dicho nada, pero a pesar de ello jamás se había sentido no querido. Sin embargo, los actos de Sasuke empezaban a darle un mensaje contradictorio.

 

─¿Qué tonterías estás preguntando? ─cuestionó, sin poder disimular del todo la sorpresa que aquella duda le causó.

─Si me quisieras no me ocultarías frente a todos. Tampoco te pido que grites lo nuestro a todo el mundo, pero al menos podríamos hablarlo con nuestros padres, eso sería suficiente para mí.

 

Sabía que probablemente a Minato le daría un infarto al saber la noticia, pero formalizando la relación frente a sus progenitores podría sentirse más seguro, ya no temería por aquella “rubia” que era la tapadera de Sasuke. ¡Demonios…!, no podía dejar de pensar en ella. Sasuke la mencionó como una vieja conocida. ¿Pero qué trato mantenían actualmente?, ¿eran amigos?, ¿se veían de vez en cuando?

 

─Naruto, necesito tiempo. Además, ¿tengo que recordarte que eres menor de edad? ¡Tus padres van a matarme!

─Tal vez al principio no lo van a tomar bien, sobre todo mi padre. ─Aquella afirmación le arrancó un sutil escalofrío a Sasuke─. Pero yo intercederé, les haré entender y les tranquilizaré. Después de todo yo fui quien inició todo esto, me haré responsable.

 

Era cierto que fue Naruto quien inició con los acosos, pero fue él quien dio pie a que la relación entre ambos surgiera. Sasuke reprimió un suspiro, sintiendo que una pequeña parte de él, por un segundo fugaz, se arrepentía de haber hecho semejante locura. Iniciar una relación con un menor de edad, ¿en qué demonios estaba pensando?

 

Odiaba cada vez que Naruto quería empujarle fuera de su zona de confort. ¿Por qué no le dejaba tranquilo sin más?

 

─No seas idiota. ¡Despierta de tu ilusión infantil! ¿Crees que tus padres van a recibirme con los brazos abiertos?

─¡Tal vez no al principio! ─insistió─. Pero ellos quieren mi felicidad, ¡te aceptarán! El mes que viene cumpliré dieciocho, ya no falta tanto para los veinte, no es como si fuese un niño. ¿Y si lo hablamos con ellos para Año Nuevo?

─¿Por qué eres tan insistente? ─Suspiró con tedio, con el mal humor yendo en aumento─. ¡Olvida el tema de una vez! ¡He dicho que no!

 

Y en ese instante Sasuke pudo apreciar, casi a cámara lenta, cómo la chispa de viveza que solía brillar en los ojos azules se atenuó hasta casi extinguirse. La decepción podía leerse en el adolescente rostro. Un repentino remordimiento le revolvió el estómago por un instante. Quizá había sido demasiado brusco. Su paciencia había explotado al sentirse acorralado ante los deseos del otro.

 

Cada vez que Naruto exponía sus intentos de hacer avanzar su relación en cualquier sentido, le obligaba a detenerse. Era como pisotear el castillo de arena de un niño que se había esmerado en su construcción, matando su ilusión y amenazando con volver a pisotearlo si intentaba construirlo de nuevo.

 

‹‹Soy un idiota››, pensó, arrepentido de su poco tacto para tratar esos asuntos.

 

Después, la mirada de Naruto empezó a pasearse por todo el lugar, evitando enfrentarle. Parecía estar meditando algo que le creaba desazón. Sospechaba que en ese momento un millón de dudas debían estar bombardeando aquella inquieta mente, y no estaba equivocado. Naruto no podía dejar de preguntarse por qué, lleno de pesimismo. Por qué Sasuke permanecía a su lado cuando era un claro estorbo en su vida, por qué Sasuke estaba atado a una persona que le traía constantes quebraderos de cabeza, por qué demonios Sasuke le buscó en el pasado cuando él ya había dejado de hacerlo, por qué quiso iniciar una relación con él… ¿Por qué?

 

Trató de incorporarse, necesitaba respirar y despejar la mente, sin embargo esta vez fue Sasuke quien le impidió hacerlo. Le obligó a permanecer recostado, aún en aquella posición, situado entre sus piernas y sosteniéndole el brazo sobre su cabeza. Todavía lleno de confusión, le miró.

 

─Naruto… lo siento.

─Está bien ─dijo casi interrumpiéndole, con tono mecánico─. No quieres, lo he entendido. ─Le miró pesaroso. Tratando de disimularlo, dibujó una tenue sonrisa─. ¿Te has fijado, Sasuke?

─¿En qué?

─¿A veces no tienes la sensación de que lo nuestro no funciona? ─No pasó inadvertida para él la estupefacción que su pregunta había causado en el otro, a pesar de haberlo preguntado con calma. Pero antes de que pudiera decir algo, continuó─. No estoy culpándote ─se apresuró a decir─, probablemente es culpa mía.

─¿Qué? ─murmuró confuso.

─Sé que soy molesto, ¡lo sé! Me estaba acordando ahora de cómo te buscaba hace tiempo, intentando que me notaras y me correspondieras’ttebayo. A lo mejor tú… con mi insistencia te sentiste confundido. Eh… ¿entiendes?

 

Sasuke le miró pasmado como nunca antes cuando entendió lo que trataba de decirle. Naruto estaba dudando seriamente de sus sentimientos. Entendía que después de todo no era tan descabellado teniendo en cuenta que rechazaba cualquier intento de Naruto en hacer avanzar su relación. Se negaba presentarle formalmente como su pareja, es más, le ocultaba de todos; se negaba a tener relaciones con él. Podría decirse que estaban casi en el mismo punto que el día que iniciaron, con la diferencia de que conocían más el uno del otro. Era comprensible que a veces Naruto se sintiera perdido y confundido. La culpa era suya, no de Naruto. Él sólo era un mocoso lleno de ilusiones que trataba de vivir la vida apasionadamente.

 

─¿Estás diciendo… que tu insistencia del pasado me hizo creer que quiero estar contigo pero en realidad no es así?

 

Naruto sólo atinó a dedicarle una fingida sonrisilla entre dientes, asintiendo.

 

─Algo así.

─Y que estoy saliendo contigo porque estoy confundido ─afirmó con suma seriedad.

─¿N-no? ─balbuceó al notar su semblante─. Bueno, sí. Un poco… tal vez…

 

Sasuke se contuvo de propinarle un coscorrón y llamarle idiota. Realmente, si Naruto tenía esos pensamientos era porque su forma de actuar había dado pie a ello.

 

─Y… ─añadió en un titubeó el rubio.

─¿Y?

─Ahora está esa vieja conocida tuya, esa rubia… Ya sabes. ¿Tú eres gay o bisexual? ─preguntó de pronto.

 

¿Acaso aquella era la noche de las preguntas incómodas?, se cuestionó Sasuke. Ni siquiera él mismo se había detenido alguna vez en su vida a plantearse aquello seriamente. En su adolescencia había estado con chicas, y alguna vez se visualizó compartiendo su vida con una mujer, asumía que era heterosexual. Sin embargo, ahora mantenía una relación con un chico. Sí, fue chocante descubrirse teniendo sentimientos por un chico, menor de edad; darse cuenta de que las mujeres despertaban escaso interés en él. Bien podía ver a alguna chica y pensar que era atractiva, pero eso no significaba que quisiera algo con una, de la misma manera que otros hombres tampoco llamaban su atención. Sólo Naruto había logrado despertar su interés.

 

─Eso no es algo que me preocupe ─dijo con simpleza, encogiéndose de hombros.

─Supongo que no ─concedió─. ¿Podrías soltarme, teme? Esta postura comienza a ser incómoda.

 

Dudó un poco, pero finalmente no le soltó, tampoco se alejó. Se mantuvo mirando fijamente el rostro de su novio. Le molestaba la idea de saber que Naruto empezaba a sentirse no querido por él, no es que fuera el romanticismo en persona, ambos lo sabían, pero ese tonto nunca había dudado de sus sentimientos, ni siquiera había necesitado que le dijera cursilerías como “te quiero”, cosa que agradecía. Pero ahora, estaba achacando sus sentimientos a “una confusión”. Eso no iba a tolerarlo.

 

─No estoy confundido ─musitó.

─¿Qué?

─Es cierto que tus insistencias influyeron para que esta relación naciera, de no ser por tu terquedad jamás te habría notado como algo más que el mocoso gritón de los Uzumaki.

─¡Sasuke! ─replicó ceñudo.

─Pero ten claro esto ─Le miró con determinación─: no estoy confundido.

 

Pero el silencio pesado continuó entre ellos. Su afirmación no había cambiado nada. Naruto le miraba inmutable, clara señal de que no le había creído ni un poco. ¿Pero por qué? No lo entendía.

 

─¿No me crees? ─afirmó en una pregunta.

─No ─confesó sin rodeos─. Vamos, Sasuke… la inmensa mayoría de las veces, si yo no te besara pienso que podríamos pasar semanas sin compartir un beso.

─Espera… ─murmuró─, ¿estás diciendo que nunca quiero besarte? ─Quería asegurarse de que no lo había entendido mal.

─Creo que puedo contar con una mano las veces que has sido tú quién ha iniciado un beso ─continuó diciendo sin más─. No soy un experto en esto, pero pienso que no es muy normal dattebayo.

 

Sasuke bufó.

 

─Pensé que te había quedado claro en todos estos meses que no soy un romántico ─farfulló, tratando de excusar su mesura.

 

Prefirió decir aquello a confesar que apenas se atrevía a iniciar un beso porque le preocupaba dejarse llevar y terminar haciendo algo de lo que después tuviera que arrepentirse.

 

─¡Oh! ─exclamó con cierta ironía─. Si darme un beso te parece un exceso de romanticismo no entiendo por qué soy tu novio. Teme, ¡eres un frígido! ─De un firme movimiento trató de incorporarse y de paso sacarse a Sasuke de encima, pero éste se lo impidió y le obligó una vez más a permanecer en su lugar─. ¡Suéltame! ─ordenó.

 

Estaba hartándose de la actitud cerrada de Sasuke. Ahora resultaba que apenas iniciaba un beso porque le parecía algo excesivamente romántico. Definitivamente no quería tener un novio que le tratara el resto de sus días como un amigo al que de vez en cuando pudiera besar, cuando tuviera ganas, y palmearle la cabeza.

 

Forcejeó de nuevo, tratando de liberarse. De verdad estaba de mal humor, sólo quería salir allí, ir a casa y descargar su rabia despotricando contra el idiota de su novio mientras pateaba cualquier cosa. Le dedicó una fiera mirada a los ojos negros, en una silenciosa amenaza de que le haría algo terrible si no le liberaba en ese instante. Juraba que sería capaz de patear cual saco de boxeo “eso” que Sasuke tenía entre las piernas, al parecer de adorno, porque no lo había usado nunca y tampoco tenía intención de usarlo jamás.

 

─Suéltame… ─reiteró, esta vez con calma forzada pero con un tono de advertencia. Su mirada destilaba el mal humor que le corroía.

 

Entonces Sasuke por fin se movió, pero no para alejarse sino todo lo contrario. Terminó de eliminar la distancia que les separaba y unió sus labios. Incrédulo, Naruto fue incapaz de cerrar los ojos y dejarse llevar cuando una mano de su novio le liberó y a tientas se posó en el borde del pantalón, colándose después bajo la camiseta.

 

Cuando la mano de Sasuke trazó un camino errático sobre su estómago a la par que su lengua trataba de invadir su boca, se removió inquieto y liberando un gemidito de protesta finalizó el contacto entre sus labios.

 

─¿Qué…?

 

Fue todo lo que logró musitar antes de que su boca fuera capturada de nuevo. Naruto juraba que era la primera vez que recibía un beso tan apasionado. Aún aturdido, correspondió. Se estremeció por completo cuando la mano en su estómago ascendió hasta el pectoral izquierdo, y sin preámbulos, brindó suaves pellizcos en el pezón, alternándolo con sutiles roces cuando deslizaba un dedo por la areola.

 

Sasuke percibió estremecerse el cuerpo bajo el suyo y en su boca murió un gemidito ahogado de Naruto, quien por un momento había perdido el compás con el que sus lenguas se reconocían.

 

Se detuvo cuando la mano del rubio atenazó su muñeca para dar fin a la estimulación. Rompió la unión de sus bocas que emitieron un suave sonido húmedo y le estudió con la mirada. El rostro de Naruto estaba rojo como nunca antes y los ojos azules le observaban de vuelta, expectantes; en el fondo le resultó gracioso verlo tan avergonzado, pero se forzó a mostrar una expresión neutra.

 

─¿Qué ocurre? ¿No te gusta?

─No. ¡Sí! ─musitó acelerado─. No lo sé. ─Quiso golpearse al sentirse idiota con su respuesta incoherente─. Nunca me han tocado así’ttebayo… ─confesó casi en un susurro.

 

El tacto sobre su pezón se había sentido realmente extraño, no sabía decir si le gustaba. Algo parecido a sutiles corrientes eléctricas habían recorrido su cuerpo. Para colmo Sasuke le había tomado totalmente desprevenido.

 

Adiós a su faceta de rubio seductor que no le temía al sexo. Seguro Sasuke se estaba aguantando las ganas de burlarse de él.

 

─Si te incomoda, me detendré aquí…

─¡No! ─casi gritó, haciendo al otro detenerse.

 

Para una vez que Sasuke iba a hacer algún movimiento, no iba a ser él quien le detuviera. No quería quedarse con las ganas de saber qué le haría su novio y cómo se lo haría.

 

Respiró profundo para serenarse y liberó la muñeca de Sasuke. Después, con un movimiento firme para disimular los nervios, tomó el borde de su camiseta y la alzó, descubriendo su bronceado torso.

 

─Hazme lo que quieras. ─Con su comentario quería dejarle claro que sería capaz de llegar al final si el momento se daba.

 

Pero para su mala suerte, a pesar de que los ojos negros le miraban con interés delatando que le gustaba lo que veía, de nuevo le notó reacio a iniciar un acercamiento. Masculló un insulto para Sasuke, tan bajo que ni siquiera él mismo logró escucharse. Sostuvo su peso sobre el codo de su brazo libre para tomar impulso y retomar el beso. Fue cuestión de segundos que Sasuke volviera a recostarle, empujándole suavemente con su cuerpo sin dejar de besarse.

 

A Naruto le resultó fastidiosa su falta de experiencia. Lo más lejos que había llegado había sido masturbarse a sí mismo, y definitivamente eso estaba lejos de ser igual que tocar a otra persona. Al menos le consolaba saber que Sasuke era igual de inexperto que él; así, si hacía el ridículo su novio no lo notaría. A pesar de que se había estado informando en internet, sin duda no era lo mismo leer y fantasear con Sasuke, que tocarse el uno al otro de verdad.

 

Salió de su ensimismamiento cuando se escuchó a sí mismo jadear al tiempo que un espasmo le sacudía. Sasuke ya no le besaba, había descendido hasta su torso, succionando y lamiendo el pezón que faltaba por atender. Nunca imaginó que esa parte de su cuerpo sería tan sensible, jamás se tocó los pezones mientras se masturbaba, simplemente iba al grano y no prestaba atención a otras partes de su cuerpo.

 

Sintió su estómago encogerse y el aliento le faltó por un segundo cuando la mano de Sasuke se atrevió a posarse en su entrepierna, masajeando sobre la ropa y propinándole algún que otro suave apretón. La adrenalina comenzó a correr vertiginosa por sus venas, percibiendo sus genitales responder a los descarados roces. Estaba calentándose y endureciéndose. Avergonzado se preguntó si quizá su cuerpo estaba respondiendo demasiado deprisa, cuando él se tocaba normalmente necesitaba su tiempo para empezar a sentirse así de bien.

 

Sofocó un pequeño gemido y trató de liberar su muñeca aferrada, pero en vez de soltarle, Sasuke entrelazó sus dedos tratando de transmitirle confianza. Para el pelinegro era hasta cierto punto cómico ver a la hormona con patas, quien siempre hablaba del sexo sin tapujos y no paraba de incitarle, en ese estado de vergüenza. Dejó de torturar el suave pezón con su boca y se alejó lo suficiente para verle a la cara, sin poder evitar que una de sus comisuras se alzara en una sonrisilla socarrona.

 

─¿Estás bien?

 

Naruto sólo atinó a agitar la cabeza en un movimiento errático en el que fue difícil descifrar si estaba negando o asintiendo. Después contoneó las caderas, empujándose contra la mano que le acariciaba. El pantalón empezaba a resultar molesto y su respiración amenazaba con volverse pesada. Sus pensamientos oscilaban entre la necesidad de liberar su erección de aquella prisión que era la ropa y la vergüenza que sabía sentiría si Sasuke veía aquella parte de su cuerpo que nunca le había mostrado.

 

─Muy bien ─musitó en un hilo de voz.

 

Si aquello era un sueño, definitivamente no quería despertar, no aún. Saberse deseado por Sasuke, al menos por un momento, era como estar en el paraíso. Una vez más su novio desapareció de su vista y sintió nuevos besos en un costado que casi le arrancan una suave risa, pero ésta murió antes siquiera de nacer cuando los suaves labios se movieron, trazando un camino húmedo, hacia el vientre. Nervioso, entrelazó con mayor firmeza sus dedos con los de su pareja.

 

Estaba sintiéndose patético. En sus fantasías él saltaba sobre Sasuke y le torturaba con su boca y manos, besándole por aquí y tocándole por allá. Todo según había leído en internet. Pero ahora su cerebro parecía haberse quedado en blanco, y su cuerpo congelado. Fue peor cuando la mano libre de su novio se aferró al borde elástico de su pantalón deportivo, con intención de tirar de él hacia abajo. Su reacción fue inmediata, con un respingo le detuvo de nuevo, y al instante sus miradas se encontraron.

 

─¿Qué? ─quiso saber el adulto.

 

Naruto se insultó mentalmente, estaba siendo ridículo. Por culpa de la vergüenza le estaba costando dejarse llevar.

 

─Es que… ─fue todo lo que pronunció, después quedó en silencio.

 

En el fondo Sasuke estaba disfrutando enormemente la sensación de avergonzar a Naruto, de ponerlo contra la espada y la pared. Sentía que con aquello podía cobrarse al menos un poco todas las situaciones vergonzosas que ese idiota le hizo pasar. Incluso a duras penas se estaba conteniendo de vengarse y hacerle un llamativo chupetón en el cuello, pero eso no sólo le causaría problemas a Naruto sino a ambos. Sólo por ello se contuvo.

 

─¿Dónde ha quedado toda tu palabrería y tu valentía, hormona con patas? ─Se deleitó pronunciando cada palabra de aquella pregunta.

─¡Esto no es divertido! ─protestó sonrojado y ceñudo, aferrado al borde de su pantalón.

 

Las comisuras de Sasuke se curvaron en una diminuta sonrisa complaciente.

 

─No es divertido porque tú no dejas que lo sea ─reiteró con cierta sorna las palabras dichas por su novio anteriormente.

 

Naruto reconoció sus propias palabras, y un segundo después decidió tragarse todo su enojo y vergüenza. No, no, su reputación de chico valiente estaba quedando en el fango, y no lo iba a consentir. ¡Al diablo la timidez! Se removió con insistencia hasta lograr que Sasuke por fin liberara su mano, estaba algo agarrotada por estar tan firmemente aferrada a la de su pareja, pero no importaba.

 

─Deja de burlarte de mí’ttebayo ─masculló.

 

Con decisión se alzó un poco y centró su objetivo en el blanco cuello, asaltándolo con insistentes besos mientras sus manos, bastante torpes, desabotonaban la camisa de Sasuke en un camino descendente. Tras unos segundos que se le antojaron eternos, logró su cometido y deslizó la prenda por los hombros de su pareja, lanzándola después sin fijarse a dónde.

 

Quiso provocar a Sasuke de la misma manera y no dudó en toquetear uno de sus pezones mientras la otra mano se paseaba por un costado.

 

─Ni pienses en dejar una marca en mi cuello, dobe ─masculló con cierto tono amenazante al sentir que los insistentes besos en su cuello empezaban a ser suaves succiones.

 

Naruto farfulló un insulto inentendible al tener una porción de piel capturada entre sus labios. Por un segundo había deseado hacerle una marca para que la “vieja conocida” de Sasuke la viera. A pesar de la advertencia, se dejó llevar por la terquedad y, con cierta cautela, mordió con suavidad y se atrevió a succionar un poco más fuerte.

 

Al instante recibió un firme empujón que le regresó al sofá y una seria mirada de advertencia de su pareja. Naruto chasqueó la lengua con cierto fastidio. Se prometió a sí mismo que no se rendiría, y justo entonces, percibió a Sasuke acomodarse sobre él, estando más cerca pero sin dejar caer su peso. El color rojizo regresó a sus mejillas cuando su novio comenzó a moverse en un suave vaivén que hacía rozar sus sexos. Seguro Sasuke había notado lo duro que estaba desde el primer momento. Inquieto, se aferró a los brazos contrarios y atrapó los labios que se le antojaban. Pero el contacto apenas eran breves besos en los que sus labios se acariciaban y sus lenguas se tocaban de forma fugaz antes de volver a alejarse, liberando algún suspiro placentero sobre la boca contraria.

 

Sasuke se dijo a sí mismo que sería una hermosa venganza alejarse en ese momento y dejar a Naruto con todas las ganas. Pero había dos problemas: quería demostrarle que estaba equivocado, que realmente le deseaba y que no estaba confundido; y segundo, él tenía tantas ganas de más como Naruto. Simplemente su orgullo le impedía exponerlo con la misma franqueza de su novio, aunque el suave tono rojo en sus mejillas delataba que la temperatura de su cuerpo iba en aumento.

 

Teniendo a Naruto hundiéndose por momentos en la bruma del placer, volvió a llevar las manos al borde del pantalón, bajándoselo hasta casi las rodillas. Olvidando la timidez por un momento, el rubio no opuso resistencia, e incluso alzó un poco las caderas para facilitarle la tarea. Una vez más, su novio vestía ese tipo de ropa interior que calificaría de ordinaria, rayando lo horrendo: un pantaloncillo rojo con lunares de un chillón amarillo. Pero dejando eso de lado, no tardó nada en visualizar lo abultado de la tela y una pequeña mancha causada por el líquido preseminal. Sonrió de forma sutil y maliciosa, haciendo a su novio fruncir un poco el ceño.

 

─Teme, ¡no te rías! ─Si no hubiera tenido las piernas apresadas en el pantalón, le habría dado una patada.

 

Pero Sasuke tuvo claro cómo eliminar el mal humor de Naruto en cuestión de segundos, y eso provocó que su sonrisilla aumentara.

 

Los gemidos de Naruto no tardaron en romper el silencio de la habitación cuando Sasuke le bajó también la ropa interior y comenzó a masturbarle sin mayor ceremonia. Por un segundo, titubeó sobre estimularle con su boca, pero no estaba preparado para tanto. Si bien era cierto que no era su primera vez, sí era su primera experiencia con alguien del mismo sexo.

 

Dejó de masajearle y le brindó suaves caricias en el bajo vientre y la ingle. Naruto estaba demasiado duro, apostaba que no tardaría mucho en correrse si no lo calmaba un poco. El mocoso era como un volcán ansiando entrar en erupción.

 

Naruto dejó escapar un gemidito de protesta al verse desatendido, su erección palpitaba ansiando más.

 

─Sasuke…

 

Pero entonces fue consciente de algo: sólo él se estaba llevando la mejor parte. Se había centrado en sentir y disfrutar, había olvidado a su novio.

 

─Relájate ─se limitó a responder.

 

¿Relajarse?, se repitió Naruto en su mente, incrédulo. Lo último que podía y quería hacer en ese momento era relajarse. Sólo podía anhelar por más. Envidiaba el autocontrol de Sasuke.

 

Pero, sería divertido llevarle al límite también, a ver si ese teme podría mantenerse calmado entonces.

 

Un poco tembloroso por la excitación llevó las manos al cierre del pantalón contrario y lo abrió despacio, esperando por si acaso Sasuke se negaba. Pero aunque hubiese querido, las manos le temblaban tanto que le habría sido imposible abrirlo más rápido. Al no recibir rechazo de su pareja, le bajó un poco la prenda junto con la ropa interior, hasta los muslos, recibiendo ayuda de Sasuke porque el pantalón le quedaba algo ceñido.

 

Naruto pasó saliva con esfuerzo, atreviéndose a mirar lo que la ropa ocultaba celosamente. Siempre había querido ver a Sasuke como su madre lo trajo al mundo, había fantaseado decenas de veces con ello, pero ahora apenas y se atrevía a clavar la mirada un segundo antes de dirigirla a cualquier otro lugar de la anatomía contraria. Su cara estaba tan caliente que juraría que iba a empezar a salirle humo de las orejas en cualquier momento.

 

Por más que trataba de tragarse la vergüenza, la vergüenza se empeñaba en engullirle a él.

 

─¿Qué pasa? ─Le pellizcó una mejilla para fastidiarle.

─Lo siento’tteba…

─Estás tensándote. ─Le miró con un disimulado tinte de comprensión en sus ojos.

 

En el fondo Naruto le recordaba en cierta manera a él, cuando tuvo su primera vez en aquella fiesta. De no haber sido por Ino, que parecía entender mucho del tema, habría hecho el ridículo por completo. Recordaba sus movimientos torpes, la inseguridad, los nervios… a pesar de todo Ino pareció quedar satisfecha, o al menos no la decepcionó lo suficiente como para no querer repetir.

 

Se inclinó un poco, conectando sus miradas.

 

─¿Debería retirarte el titulo de hormona con patas? ─le susurró con ligera diversión─. Cálmate, todo está bien, usuratonkachi.

 

Naruto cerró los ojos con firmeza durante unos segundos e inspiró hondo, dándose ánimos interiormente. No iba a permitir que el miedo tomara el control. Con decisión abrazó a su pareja y le obligó a casi caer sobre él, atrapando sus labios en un beso fogoso. Diciéndose a sí mismo que era ahora o nunca, deslizó una mano por el costado de Sasuke, hasta llegar a la cintura donde por un segundo titubeó. Estaba a punto de tocar a otro hombre, pero no un hombre cualquiera sino a su novio, y ese era el problema, le preocupaba hacerlo mal. Finalmente su mano se movió hasta la entrepierna, y sus dedos se cerraron en torno a la carne algo dura, moviéndose despacio. Obviamente, Sasuke no estaba tan excitado, incluso él mismo había perdido algo de dureza debido a los nervios.

 

El beso aumentó de intensidad, ambos tratando de tomar el control. Aquello relajó lo suficiente a Naruto como para empezar a actuar con la confianza que había deseado tener desde el primer momento. Se masturbaron el uno al otro, sin reparo. Naruto no estaba seguro de si la temperatura en aquella habitación había aumentado o si era él quien estaba acalorado. Sasuke parecía estar tan agitado como él. Sus caderas se mecían inquietas al compás de la mano que les estimulaba, aunque los movimientos del rubio eran algo más torpes debido a la posición, y también más impetuosos.

 

Se vieron obligados a finalizar la tanda de ósculos cuando los gemidos y constantes jadeos de ambos entorpecieron el acto. Se miraron a los ojos, respirando contra sus bocas entreabiertas. A Naruto le excitó más, si se podía, descubrir los ojos negros opacados por el placer. Ciñó su mano libre en la nuca de su pareja, tratando de mantener la cercanía entre ellos, y ocultó el rostro en la curvatura de su cuello. Todo su cuerpo temblaba.

 

Sasuke soltó una queja cuando recibió una inesperada y firme mordida en el cuello junto con un gemido ahogado de Naruto, a continuación, su mano recibió el orgasmo de su pareja. Sonrió ligeramente socarrón, pensando que aquello fue algo rápido, y a juzgar por la humedad en su mano, Naruto se había corrido bastante.

 

Después percibió cómo gradualmente el cuerpo bajo el suyo empezaba a relajarse, la respiración un tanto sofocada golpeaba contra su cuello una y otra vez. No tardó en cerrar una mano sobre la que le masturbaba para guiarla en un ritmo más apetecible, al estar Naruto perdido en los últimos coletazos de su clímax, le estaba acariciando con movimientos erráticos.

 

Expectante, Naruto se dejó guiar, quería descubrir cómo le gustaba a Sasuke ser tocado, las zonas a las que le gustaba prestar mayor atención; al estar sus manos lubricadas, los movimientos se volvieron más fluidos. No dudó en aprovecharse del estado de su pareja, quien parecía ensimismado en su propio placer, para atacar su cuello con besos y suaves succiones que gradualmente aumentaron de intensidad. Sabía que Sasuke se pondría hecho una fiera al ver un nuevo chupetón, pero correría el riesgo. Su mano libre se movió desde la nuca hasta el torso, toqueteando uno de los pezones con las yemas de los dedos en suaves caricias.

 

Se deleitó con cada jadeo o gemido de su novio, tratando de guardarlos en su memoria. Era fascinante ver al estoico Sasuke en ese estado.

La agitación en el cuerpo sobre él aumentó a la par del movimiento de la mano que le guiaba. Sintió que su corazón se detendría de puro gozo al escuchar a Sasuke gemir su nombre al momento de su orgasmo. Su estómago estaba algo manchado de semen, pero no le importó en absoluto, era demasiado feliz en ese momento como para que algo pudiera incomodarle o molestarle. Decidió entonces dejar de torturar la ahora enrojecida porción de piel del cuello.

 

Recibió a su pareja entre sus brazos cuando éste se acomodó sobre él, tratando de no dejarse caer por completo. Permanecieron en silencio un prolongado momento, sólo escuchándose la pesada respiración del adulto. Naruto se permitió ese tiempo para recordar todas las sensaciones que le habían invadido. A pesar del miedo y los nervios del inicio, se había sentido demasiado bien.

 

─Gracias ─le murmuró al oído.

 

Las palabras de Naruto parecieron romper la magia del momento. Casi como un resorte Sasuke se incorporó, y de no haber tenido el pantalón hasta los muslos limitándole los movimientos lo habría hecho más rápido. Un poco torpe se acomodó las prendas inferiores mientras buscaba su camisa sin éxito.

 

─¿Sasuke? ─Se incorporó sobre sus codos, mirándole curioso.

─¿Dónde demonios está mi camisa? ─masculló.

─Sasuke… ─trató de decir algo, pero fue interrumpido.

─Será mejor que te vayas, Naruto. Es tarde.

 

Curioso, el rubio llevó la mirada hacia la amplia ventana. Era de noche, aunque no tenía la menor idea de la hora que podría ser. Le miró un poco ceñudo, tenía la sensación de estar siendo echado.

 

─Bien, pero me gustaría bañarme primero, teme. No me pienso ir “así”.

 

Sasuke chasqueó la lengua al ver el énfasis que hizo Naruto mientras señalaba su estómago manchado. Pero en el fondo el mocoso tenía razón. Se acercó y le ayudó a incorporarse. Con rapidez le alzó el pantalón junto con la ropa interior mientras el rubio se desprendía de la camiseta para no mancharla.

 

─Está bien, pero rápido ─apremió.

 

Con un veloz movimiento, Naruto tomó la muñeca de Sasuke para ver la hora, pensando que éste se mostraba tan ansioso por echarle porque era realmente tarde y no quería que sus progenitores le llamaran la atención.

 

─Teme, deja de estar paranoico. No es tan tarde, mis padres no me dirán nada. ─Le restó importancia─. Otras veces he vuelto a casa más tarde.

 

Tras darle un rápido beso, caminó al baño, indicándole de paso a Sasuke que la camisa que tanto buscaba estaba tirada en el suelo, detrás del sofá.

 

Pero cuando estuvo solo, lo último que hizo Sasuke fue recoger la prenda que antes buscó. Con los nervios casi a flor de piel, fue a la cocina a lavarse las manos, tomó su teléfono y marcó el número de su hermano Itachi.

 

─¿Qué he hecho? ─se murmuró agitado, con el remordimiento martilleando su conciencia─. ¿Qué he hecho?

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Nota aclaratoria: Acerca de la frase donde Minato pregunta a Naruto si no está conforme con la paga que le dan. Según investigué, debido al nivel de vida medio-alto en Japón, los papás se pueden permitir darles buenas pagas a sus hijos para que estos se centren en sus estudios y no trabajen hasta finalizarlos. Sólo un pequeño porcentaje se ve obligado a buscar un trabajo para ayudar a pagar sus estudios y costear sus gastos. Vamos, todo lo contrario a España -ríe pero llora-

 

¡Hola! El #TeamNaruto arrasó :D Luego os preguntáis por qué a Sasuke le da lo emo y se va de la aldea XD Ok no.

 

¡Ahora sí que vendrá a llevarte la ONU, Sasuke! :v Run, bitch, ruuun!!

 

Ahora hablando en serio, como esta será mi última actualización del año, quiero desearos una maravillosa navidad y un 2018 lleno de buenos momentos -les lanza kitsunes a todos- Millones de gracias a quienes han estado ahí, leyendo y dando su apoyo en forma de comentario. Sois un amor -corazones-

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).