Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diez años por Takaita Hiwatari

[Reviews - 894]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Diez años: 

Takaita Hiwatari

Capítulo 7: “Descubierto”:

 

Sasuke se disponía a cenar cuando el timbre de su apartamento sonó. Con cierta prisa abrió. Durante la tarde no había dejado de preguntarse por qué Itachi quería verle.

 

—Hermano, ¿ocurre algo? —No pudo contener la pregunta por más tiempo.

—¿Por qué debería de ocurrir algo? —contestó con otra pregunta, ingresando cuando su hermano le dio paso.

—No es normal que preguntes si podemos vernos. Simplemente te presentas aquí cuando te da la gana.

 

Itachi alzó las comisuras en una suave risa y caminó hasta el sofá para tomar asiento, apreciando el aroma a comida recién hecha.

 

—Lo haces parecer como si mis visitas te resultaran molestas, hermano.

 

Sabía que Sasuke jamás admitiría que le gustaban sus visitas, pero él era consciente de ello y con eso era suficiente.

 

—¿Quieres cenar? He preparado de sobra —preguntó como si no hubiese escuchado el último comentario de Itachi.

—Claro.

 

Siguió a su hermano menor a la cocina donde éste le sirvió la cena. Iniciaron la comida en silencio, pero después se preguntaron sobre su día a día, Itachi como abogado y Sasuke en el hospital haciendo prácticas.

 

—Mamá está ansiando que llegue el domingo para poder verte.

—Me imagino —aseguró tomando un poco de su verdura en tempura—. Cuando empiece a trabajar tendré menos tiempo. Haré mi examen final de especialidad básica a primeros de enero.

—Todavía tienes un mes por delante. ¿Tienes planes para Navidad?, ¿tal vez con Karin? —Trató de sonar desinteresado.

 

Sasuke le miró por un instante de mala gana antes de seguir comiendo.

 

—Karin y yo no somos nada. Pensé que quedó claro con nuestra conversación de hace tiempo.

—Cierto, pero pensé que tal vez habías vuelto con ella, ya que mamá sigue pensando que ella es tu novia y tú no lo has negado frente a ella.

—¿Podrías aclarárselo tú por mí? —cuestionó desganado, tratando de sacudirse la charla incómoda con su madre.

—Ya lo hice, tonto hermano menor.

 

Pasando por alto el conocido insulto, Sasuke soltó un tenue suspiro.

 

—Te lo agradezco.

—Por cierto. —Con los palillos movió una de las empanadillas en su plato—. Naruto-kun ha estado hoy en casa…

—Umn —interrumpió con una especie de gruñido. De nuevo Naruto. ¿Era tan difícil que el universo se aliara con él para fingir que ese rubio tonto no existía?

—Dijo que quería hablar contigo —finalizó Itachi.

 

No pudo evitar que ese comentario captara su interés, y tampoco lo disimuló demasiado bien.

 

—¿Qué quería?

—No quiso decirlo. Pero ocurrió algo extraño con él.

—¿Le ha pasado algo? —casi interrumpió, aliviándose al ver a Itachi negar con la cabeza.

—Mamá le hablaba sobre tu relación con Karin cuando de pronto él se marchó corriendo sin decir nada.

—¿Por qué hizo eso?

—No lo sé. Hablé con él y me dio una excusa muy mala. —Sonrió interiormente al recordar que casi hace desmayarse a Naruto por la presión que le causaron sus preguntas—. Pero gracias a su visita descubrimos que Naruto-kun no sabía que te habías independizado.

 

Ante ese comentario, Sasuke dio un trago aparentemente calmado a su té y continuó comiendo en silencio, sin querer decir nada al respecto. Pero conociendo a Itachi, sabía que éste no tardaría en retomar la palabra.

 

—Mamá contó que le dijiste que le pasarías la dirección a Naruto-kun cuando estuvieras instalado. Pero por lo que veo no lo hiciste.

—Lo olvidé —se excusó con calma. Obviamente estaba mintiendo.

—No te preocupes, mamá le dio tu dirección…

—¿Qué? —Con un ruido sordo dejó los palillos en la mesa—. ¿Por qué hizo eso?

—¿Por qué te alteras? Tú mismo le dijiste que le darías tu dirección a Naruto-kun.

 

Sasuke chasqueó la lengua, delatando la molestia que de pronto sentía. Empezaba a perder el apetito. Itachi le observó con interés, recordando su charla con Naruto horas atrás donde el rubio le afirmó que Sasuke no querría que él fuera a visitarle.

 

—¿Por qué no quieres que Naruto-kun venga a visitarte? Mamá me contó una vez que mantenías cierto contacto con él, especialmente desde que ingresó en el hospital después de haberse caído por la ventana.

—Mamá cuenta muchas cosas —masculló tratando de ocultar su irritación.

—Responde a mi pregunta —insistió notando la actitud evasiva de su hermano—. ¿Por qué?

—Estoy muy ocupado, no me apetece tener a un mocoso inmaduro molestándome. Llego cansado del hospital.

—Naruto-kun no es un mocoso inmaduro. Ya tiene… ¿Cuántos años tiene?

—Diecisiete. —Clavó la mirada en su hermano—. Se nota que tú no le conoces, Itachi. Es un niño inmaduro y caprichoso que no sabe lo que quiere. —No pudo evitar plasmar cierto rencor en sus palabras.

 

Itachi dejó su plato a un lado. Todavía quedaban algunos mariscos y verdura en tempura en su plato, pero la conversación con su hermano estaba empezando a captar demasiado su atención.

 

—Esta tarde tuve una conversación con él y no me dio esa sensación. Naruto-kun parece estar seguro de lo que quiere para su futuro. Ha estado estudiando duro para su examen de admisión a la universidad, quiere estudiar magisterio de educación primaria.

—¿En serio? —preguntó incrédulo. Casi se le escapa una risa irónica al pensar que Naruto sería un niño cuidando de otros niños.

—¿No lo sabías? Vaya, parece que no soy yo precisamente quien no conoce a Naruto-kun.

 

La risa interior de Sasuke se evaporó y le dedicó una seria mirada. Itachi tenía razón, no sabía nada de Naruto y siempre hablaba de él como si le conociera.

 

—Deberías darle una oportunidad a Naruto-kun, él parece apreciarte. Sé que en el pasado te resultó fastidioso porque era un niño, pero él está cambiando. A pesar de la diferencia de edad quiere ser tu amigo.

 

Entonces Itachi se interrumpió a sí mismo y guardó silencio, rememorando sus propias palabras. “A pesar de la diferencia de edad”… La diferencia de edad entre su hermano y Naruto-kun era de diez años. A Sasuke le gustaba un chico. Un chico diez años menor.

 

‹‹¿Podría ser…?››, pensó, clavando la mirada en su hermano.

 

Haciendo memoria, Sasuke le contó que el chico que le gustaba tenía novia. Pero ¿Naruto-kun tenía novia? Mikoto le había preguntado esa tarde al rubio, pero gracias a su intervención le ahorró a éste el tener que contestar.

 

Tal vez siento algo, pero eso no importa ahora.

—¿Por qué no?

—Tiene novia

 

Y por la forma esquiva en que Sasuke le respondió, era alguien que él conocía.

 

¿Quién es, Sasuke? —No pudo contener por más tiempo esa pregunta.

—No pienso decírtelo.

—¿Por qué no?, ¿acaso le conozco? —De otra forma no entendía que Sasuke se negara a decirle el nombre de ese muchacho. Si era alguien que él no conocía, ¿qué más daba saber su nombre?

 

Sacudió ligeramente la cabeza. No, no podía ser Naruto-kun. Pero ¿y si sí era él?

 

Hoy alguien me dijo que le gusto.

—¿Y…? —Le animó a continuar, paciente.

—¿Y? —reiteró con un ligero toque socarrón apenas perceptible—. Es diez años menor.

 

Extrañado por el prolongado silencio, Sasuke dejó de comer y miró curioso a su hermano, quien no apartaba la vista de él.

 

—¿Itachi?

‹‹Esa persona diez años menor… ¿es Naruto-kun?››, pensó sorprendido.

—¡Itachi! —insistió. El que su hermano permaneciera tanto tiempo en silencio después de una conversación de ese tipo no le daba buena espina—. ¿En qué estás pensando ahora?

 

El mayor adoptó una expresión relajada y negó con la cabeza.

 

—Cosas del trabajo, he recordado que mañana tengo que ponerme en contacto con un cliente a primera hora —mintió con rapidez—. Por cierto, volviendo a Naruto-kun… ¿sabes si tiene novia?

—Sí —masculló con desgano—. Se llama Sakura. Son igual de inmaduros, igual de idiotas… tal para cual.

—Por tu tono de voz es como si te molestara —comentó casual, preparándose interiormente para ver la reacción que tendría su hermano.

 

Con un fuerte ruido Sasuke arrastró la silla y se puso de pie, empezando a recoger los platos con una máscara inexpresiva en su rostro.

 

—¿Por qué me molestaría? Sólo es un mocoso jugando a la parejita feliz. —Sólo recordar la cara de esa tal Sakura y su sonrisa le enfermaba.

 

Con calma Itachi se incorporó para ayudar a su hermano. Por el momento decidió cambiar de tema y dejar de hablar de Naruto. Pero ese asunto no se quedaría así, tenía que confirmar sus sospechas. Su mente no podía detener el intento de atar cabos, recordando cualquier cosa por insignificante que pareciera. Lo único que podía sacar en claro es que esa persona diez años menor se le confesó a Sasuke y que éste le rechazó. Después, esa persona diez años menor había empezado a salir con una chica.

 

Necesitaba confirmar cuanto antes si se trataba de Naruto-kun. Si sus sospechas eran ciertas, tenía que hacer algo al respecto.

 

Esa oportunidad no se le presentó hasta una semana más tarde. Ese día salió del trabajo directo a la casa de sus padres. Iba caminando porque en realidad la casa de sus padres no quedaba muy lejos, apenas a unos quince minutos a pie.

 

Cuando atravesaba el parque cercano a la casa de sus padres se detuvo un momento al escuchar a varias personas gritar con emoción que se había marcado un gol. No muy lejos había un grupo de adolescentes jugando un partido de fútbol, y otro grupo les observaba mientras celebraban el gol marcado.

 

Entonces vio a quien no había podido sacarse de su cabeza desde la semana pasada. Naruto era abrazado por unos compañeros, al parecer era quien había marcado el gol.

 

—¡Bien hecho, Naruto! —felicitó Kiba, soltándole del abrazo para darle una nalgada que no inmutó al rubio, acostumbrado a ese tipo de contactos cuando estaban en mitad de un partido.

—Todo fue gracias al pase de Shikamaru dattebayo. —Miró al mencionado—. Hicimos una buena jugada, ¿no es así?

—Después de todo no fue tan problemático como pensé. —Se encogió de hombros.

—Ahora vengo —les avisó, escuchando a Kiba y Shikamaru hablar sobre la clara ventaja que llevaban con el equipo contrario.

 

Caminó hasta una pequeña fuente que había a unos metros. Estaba sediento. Sakura fue a su encuentro, palmeándole la espalda con tal energía que no pudo evitar soltar un grito lastimero. La chica tenía una fuerza anormal.

 

—¡Sakura-chan! —protestó limpiándose los restos de agua de la boca con el dorso de la mano.

—¡Qué buena jugada la de Shikamaru y tú!

—Si Shikamaru no fuera tan perezoso haríamos jugadas como esa más seguido. ¡Seríamos un equipo invencible!

 

Ambos rieron, sabiendo que no podían exigirle demasiado a Shikamaru en cuanto a esfuerzo físico. En el campo mental era brillante, pero en el campo físico se limitaba a entrenar su cuerpo lo mínimo. Sólo jugaba partidos con ellos de vez en cuando, la mayoría de las veces asistía como mero espectador o prefería tirarse en la hierba para observar las nubes.

 

—Naruto-kun.

 

El rubio giró sorprendido al reconocer la voz. No pudo evitar estudiar al mayor de abajo a arriba al ver que Itachi lucía un impecable traje, camisa y corbata a juego; además portaba un maletín en una de sus manos.

 

—Itachi… ¡hola! —saludó con una sonrisa.

—Hola, tiempo sin vernos. —Miró a la chica que estaba a unos pasos de ellos, y eso Naruto lo notó.

—¡Oh! Itachi, te presento a Haruno Sakura, es una compañera de clase’ttebayo. —Observó a la chica que se acercaba ligeramente sonrojada—. Sakura-chan, él es Uchiha Itachi.

 

Sakura soltó un hondo suspiro mientras pensaba que nunca antes había visto a un hombre tan guapo como ese. No recordaba que hace un mes se cruzó con Itachi en la calle por estar tan centrada en hablar con Sasuke para restregarle en la cara que Naruto no estaba sufriendo por su rechazo. Sin embargo, Itachi sí la recordó a ella. Una noche vio a Sasuke hablando con esa chica, después, su hermano entró en casa realmente enojado y se negó a hablar sobre lo que le ocurría. Le costó mucho serenarle después.

 

No podía ser. Esa era la chica de la que Sasuke le habló una semana atrás.

 

‹‹Esa persona diez años menor… ¡es Naruto-kun!››, confirmó sin lugar a dudas.

—En-encantada de conocerte, Itachi —dijo Sakura con un leve sonrojo.

—Lo mismo digo —respondió con educación. Después miró a ambos adolescentes—. ¿Sois novios? —preguntó directo. Aunque él ya sabía que la respuesta era afirmativa, Sasuke se lo contó. Cuando se había acercado a ellos les había escuchado reír confidentes, parecían tener una buena relación.

 

Apenas Naruto abrió la boca para responder con una negativa cuando sintió la mano de Sakura estamparse en su cara y empujarle un poco para poder ser ella quien tomara la palabra.

 

—¿Yo?, ¿novia del tonto de Naruto? —Sacudió una mano—. ¡Claro que no! Estoy soltera. —Rió de forma escandalosa.

—Sakura-chan, no hacía falta que lo negaras de esa forma —se lamentó.

 

Itachi parpadeó realmente sorprendido con la respuesta.

 

—¿No? —No pudo evitar repetirlo—. Pensé qué… —Por primera vez su actitud estudiada se fue al traste. Esa respuesta realmente le había descolocado. El propio Sasuke le había asegurado que una chica llamada Sakura era novia de Naruto-kun. ¿Cuántas amigas llamada Sakura podía tener el rubio?—. Pensé que tenías novia, Naruto-kun.

 

Un poco avergonzado, el rubio apartó la mirada.

 

—No tengo —admitió. Tampoco es que deseara tener una, él quería un chico en concreto, pero era inalcanzable.

—Ya hemos hablado de eso, Naruto —intervino Sakura al ver a su amigo casi lamentándose—. Si no tienes una novia es porque no quieres, candidatas no te faltan, tonto.

—Sakura-chan… —Sonrió nervioso—. ¿Es necesario hablar de eso ahora? —Mantener ese tema de conversación frente a Itachi era incómodo.

—¿Entonces no…?

 

La pregunta de Itachi fue interrumpida por el llamado de unos amigos de Naruto. Kiba y Lee voceaban al rubio para que regresara al campo a continuar el partido, asegurando que ya habían perdido mucho tiempo esperándole y el equipo que iba perdiendo estaba impacientándose.

 

—¡Ya vamos! —exclamó y miró al mayor—. Itachi, tenemos que irnos… —trató de excusarse.

—Les he oído. Ve. Yo también tengo que irme.

 

Tras despedirse, Naruto y Sakura regresaron con los demás. Naruto para continuar el partido y Sakura para seguir animando.

 

En cuanto Itachi puso un pie en casa de sus padres, Mikoto salió a recibirle con su más radiante sonrisa, como si llevara una eternidad sin verle y mostrando su ilusión por tener a sus dos hijos en casa. Fugaku le dedicó un saludo más calmado, preguntándole después sobre su trabajo.

 

—Ponte cómodo, Itachi —pidió Mikoto—. La comida casi está lista.

—¿Sasuke ha llegado? —preguntó antes de que ella se perdiera de vista tras la puerta de la cocina.

—Sí, está en su habitación.

 

Sin esperar un segundo, Itachi se encaminó a la habitación de su hermano. Al entrar le encontró concentrado revisando una pequeña estantería de libros, y aunque Sasuke ni siquiera le miró, notó su presencia.

 

—Hermano, bienvenido —saludó tomando un libro entre sus manos y revisando el contenido brevemente.

 

El mayor divisó de forma fugaz la portada del libro, trataba sobre anatomía humana, especialmente sobre el esqueleto. Caminó hasta la cama donde tomó asiento, dejando el maletín a un lado y procediendo después a aflojar el nudo de la corbata.

 

—¿Interrumpo?

—No, sólo buscaba un libro, pero ya lo he encontrado —respondió dejando el libro sobre el escritorio. Debía recordar llevarlo a su apartamento después.

 

Caminó en silencio, tomando asiento junto a su hermano mayor. Pero de haber imaginado lo que Itachi le diría a continuación, habría preferido salir de allí.

 

—He visto a Naruto-kun de camino hacia aquí. —Casi al instante escuchó un suave gruñido de su hermano, como si la simple mención del rubio le irritara—. Parece que su tobillo se ha recuperado bien, estaba jugando un partido de fútbol.

—Deberíamos ir a comer, seguro que la comida ya está lista. —Cambió de tema con descaro, pero Itachi no se dio por vencido.

—¿Acaso te molesta que hable de Naruto-kun?

 

Sasuke chasqueó la lengua y apartó la mirada con indignación por la directa pregunta.

 

—No le soporto. Sólo es un niño inmaduro, me irrita.

—Sólo dices eso porque no te has parado a conocerle bien.

—Le conozco —aseguró firme, aunque sabía que en el fondo eso no era cierto.

—¿De verdad?, ¿qué sabes acerca de él?

 

El menor clavó la mirada en su hermano, sintiendo que con esa pregunta Itachi le estaba retando.

 

—Tiene diecisiete años, es tan torpe como para caerse desde la ventana de un segundo piso, le gusta la jardinería, especialmente cuidar sus girasoles, también le gusta el fútbol. Quiere estudiar magisterio de educación primaria —Frunció el ceño y tensó la mandíbula ante lo que estaba a punto de decir—. Y tiene novia. Una tan irritante como él —masculló.

—¿Estás seguro de que tiene novia? Cuando venía hacía aquí, he visto que uno de sus compañeros de equipo le tocó el culo…

—¿Qué? —Su voz mostró más sorpresa y coraje de la que deseó plasmar, pero eso no importaba ahora.

—Sí. —No pudo evitar soltar una carcajada interna al ver la reacción de Sasuke—. Tal vez es su novio. Un chico con una peculiares marcas en las mejillas, unos triángulos rojos…

—¡Kiba…! —masculló nuevamente, poniéndose de pie al instante.

 

La respuesta le causó cierta sorpresa a Itachi, quien afiló la mirada un poco curioso.

 

—¿Conoces a ese chico? —A pesar de que su hermano le había escuchado, no se molestó en responderle y raudo se dirigió a la salida—. Sasuke, ¿a dónde vas? —Pero un portazo fue su única respuesta.

 

Los labios de Itachi se curvaron en una sutil sonrisa al ver la reacción que había tenido Sasuke. No había podido esperar más para contarle la forma en que ese chico había tocado a Naruto-kun, ansiaba ver cómo tomaría su hermano aquella información, y como esperaba sus sospechas habían sido confirmadas: Sasuke estaba celoso.

 

****

 

Sasuke juraría que no había corrido tanto y tan rápido desde sus tiempos de adolescente. Ya no estaba acostumbrado, pero se negó a detenerse hasta llegar al parque, al lugar donde sabía que Naruto y sus amigos jugaban porque ya les había visto en más de una ocasión en el pasado.

 

Se detuvo respirando con cierta agitación. Alcanzó a ver a Naruto cerca de la portería, quien recibió un pase aéreo de otro chico y tras golpear el balón con la cabeza, marcaba un gol por la esquina superior derecha.

 

Después estuvo tentado a taparse las orejas cuando todos, excepto el equipo perdedor, comenzaron a gritar llenos de euforia. Vio a varios chicos acercarse a Naruto, unos le felicitaban con palmadas en la espalda, otros le abrazaban. Automáticamente el entrecejo de Sasuke se arrugó al ver a Kiba acercarse por la espalda, dándole una firme nalgada que le arrancó un respingo a Naruto quien le dijo algo, pero no logró escucharlo desde allí. Se acercó un poco más, empuñando las manos. Kiba entonces rodeó los hombros de Naruto con un brazo, entablando una breve charla con él hasta que un chico poco agraciado físicamente desde el punto de vista de Sasuke, también se acercó al rubio. El chico era pelinegro, tenía unos grandes ojos con largas pestañas y exclamaba cosas sin sentido sobre el poder de la juventud.

 

—¡Naruto-kun, has estado maravilloso hoy! ¡Tres goles! Sin duda el poder de la juventud corre por tus venas

—¡Gracias, Lee! —exclamó con la misma energía, levantando el pulgar.

 

Entonces Lee le tomó de las mejillas con efusividad y le plantó un tosco apretón de labios que arrancó exclamaciones sorprendidas de algunos y carcajadas de otros.

 

—¡Sigue así, Naruto-kun! —Finalizó con una radiante sonrisa que desapareció al ver la reacción del rubio—. ¿Naruto-kun?

 

El rubio se había inclinado, apoyando las manos en sus rodillas, y había empezado a toser como si se hubiera atragantado con algo y estuviera a punto de morir. Sintiendo un violento escalofrío desagradable subirle por la espalda, se frotó los labios con el brazo con insistencia. Había tenido el consuelo de que Sasuke fue el primero y último en tocar sus labios, ¡y ahora Lee…!

 

—¿¡Por qué has hecho eso’ttebayo!? —gritó frustrado, sintiendo un par de lagrimones acumularse en sus ojos. Ahora podía entender qué sintió Sasuke cuando él le besó. Sin duda ser besado por alguien que no te provoca nada es bastante desagradable.

 

Lee le miró confundido por un instante, pero después mostró una gran sonrisa, como si nada hubiera pasado.

 

—He visto que a veces los futbolistas lo hacen en la tele.

 

La réplica de Naruto murió al sentir que Sakura se acercaba y le susurraba unas palabras al oído que le hicieron olvidar que iba a ordenarle a Lee que jamás volviera a hacer algo como eso. Sin poder contener la emoción miró a su izquierda.

 

—Sasuke… —susurró. De no haber sido por Sakura ni siquiera le habría notado.

 

Hacía tanto tiempo que no le veía… Pero la forma en que le hacía sentir la simple presencia de ese teme no había cambiado en absoluto. ¿Cuánto tiempo llevaba Sasuke ahí? Es más, ¿por qué estaba ahí parado observándole? Pensaba que Sasuke no quería ni verle. Por inercia caminó hacia el mayor, como si se sintiera atraído por una fuerza invisible. Tenía tantas ganas de escuchar su voz, de poder tocarle, saber qué había sido de su vida en todo el tiempo que no se habían visto.

 

Pero toda esa ilusión murió cuando Sakura le detuvo tomándole del brazo y justo al instante vio a Sasuke apartar la mirada y marcharse.

 

—Sasuke —le llamó, pero no lo hizo lo suficientemente audible o el otro le había ignorado a posta.

—No vayas, Naruto —le dijo Sakura, confidente—. Recuerda que dijiste que querías salir lo más digno posible de todo este asunto. Él tiene novia, ¿recuerdas? No merece tu atención, olvídale.

 

Sabía que Sakura lo decía por su bien, pero no podía evitar que doliera. Por un momento había olvidado a Karin, y se había ilusionado estúpidamente pensando que Sasuke estaba allí expresamente para verle a él, cuando la realidad era que seguramente Sasuke pasaba por allí y tal vez se había detenido a mirar cómo jugaban fútbol.

 

—Tienes razón dattebayo —admitió con pesar.

—La tengo —concordó. Le tocó la mejilla para que los ojos azules se enfocaran en ella, ya que Naruto no dejaba de mirar la espalda de Sasuke alejándose—. Naruto, si no pones de tu parte seguirás sufriendo por un amor imposible.

 

Con suavidad se liberó del agarre de Sakura y se alejó unos pasos, suspirando hondo.

 

—Sakura-chan, he estado un mes sin verle, he tratado de no pensar en él y centrarme en el examen de admisión a la universidad… ¡pero no es tan sencillo como parece! —finalizó con frustración.

 

La chica le frotó la espalda suavemente en un intento de consolarle, aunque sabía que eso no serviría de nada.

 

—Sólo es cuestión de tiempo, supongo. —Trató de animarle—. Después podrías poner tu atención en otro hombre. —Sonrió cuando el candidato perfecto llegó a su mente—. ¡Como por ejemplo el chico que hemos visto hace un rato! Es guapísimo, tan elegante con ese traje…

—¿Te refieres a Itachi? —preguntó sorprendido. Al ver a la chica asentir, de inmediato negó con la cabeza—. Imposible, sería muy raro terminar emparejado con el hermano de Sasuke.

 

Sakura abrió los ojos de par en par, soltando una exclamación de sorpresa. ¿Itachi?, ¿hermano de Sasuke? Analizándolo fríamente, ambos chicos se parecían bastante físicamente. Y entonces recordó que la noche que enfrentó a Sasuke, el chico iba acompañado de alguien.

 

Sasuke, ¿ocurre algo?

—Itachi, espérame en casa. Enseguida te alcanzo.”

 

—¡Hermanos! —exclamó inquieta con el descubrimiento, y eso su amigo lo notó.

—¿Ocurre algo, Sakura-chan?

—¡Sí! Sasuke cree que soy tu novia, pero a Itachi le hemos dicho que no lo soy, ¿qué pasa si ellos dos hablan y Sasuke descubre la verdad?

 

Aunque esperó que Naruto se sintiera contagiado por su intranquilidad, el rubio sólo se había encogido de hombros, restándole importancia al asunto.

 

—¿Debería de pasar algo? No es como si a Sasuke le importara si yo tengo novia o no’ttebayo —admitió. Aunque le doliera, esa era la verdad. Tenía que ser realista, permanecer con los pies en la tierra y no crearse falsas esperanzas. Ya lo hizo una vez, pensando que tenía una oportunidad cuando Sasuke le dijo que no sentía nada por Karin y terminó herido—. Además, Sasuke puede pensar que lo hemos dejado, pero no creo que le importe —insistió.

 

Ella suspiró, sintiéndose más tranquila. Naruto tenía razón. Sasuke tenía novia, ¿por qué le importaría el hecho de saber que Naruto y ella no eran novios? Ciertamente, el chico podría pensar que lo habían dejado, pero más allá de eso no pasaría nada. Para la mala suerte de su amigo, Sasuke no era gay, ni siquiera bisexual.

 

La apenaba ver a su amigo sufriendo por un amor imposible, pero sabía que Naruto era fuerte. Lo terminaría superando.

 

****

 

Uchiha Fugaku alzó una ceja en un gesto molesto al escuchar la forma violenta en la que la puerta de entrada fue azotada. Segundos después, vio a su hijo menor entrar en la cocina.

 

—Sasuke, ¿qué forma es esa de entrar en casa? —reprendió seriamente—. Ya no eres un niño.

 

El menor contuvo un gruñido de molestia. Lo último que deseaba era ser regañado como un mocoso, sólo quería poder descargar sus celos y frustración de algún modo. Ansiaba plantarse frente a Naruto y darle un beso que le robara el aliento, deseaba separar a Sakura de su lado, torturar a Kiba y a ese otro chico por tocar a Naruto de aquella forma, ¿¡quienes se creían que eran para hacerlo!?

 

—¿No vas a decir nada? —insistió Fugaku, esperando una buena excusa.

 

Itachi intervino a favor de su hermano al ver el estado de éste. Sasuke se mostraba igual o peor que aquella noche que habló con Sakura.

 

—No se lo tengas en cuenta, Sasuke está muy nervioso por el examen final de especialidad básico —fue lo único que atinó a decir.

 

Pero Fugaku no parecía conforme. Mikoto miraba preocupada la dura expresión de su hijo menor que de pronto parecía querer fulminar el suelo con la mirada.

 

—Hace un rato entró en casa y no lo hizo de ese modo. Lo hizo con educación, como debe ser.

—No se volverá a repetir —aseguró Itachi al ver que Sasuke no tenía intención de decir algo. Quizá fue mala idea intentar provocar celos en su hermano para terminar de verificar si ese chico diez años menor era Naruto-kun. Su sospecha ya estaba más que confirmada desde antes. Preocupado se puso de pie y caminó hacia su hermano—. Sasuke, acompáñame a tu habitación. Hay algo que necesito darte, está en mi maletín —inventó con la excusa de sacarle de allí.

—No tardéis, vamos a comer en cinco minutos —ordenó Fugaku antes de que los jóvenes abandonaran la cocina.

 

Cuando Itachi encontró privacidad en la habitación de Sasuke, liberó un pequeño suspiro y le dedicó una mirada de preocupación a su hermano.

 

—Sasuke, ¿qué ha pasado?

—Nada —masculló tentado a patear algo.

—Fuiste al parque para ver a Naruto-kun, ¿no es así? ¿Qué ha pasado?

 

Sasuke se maldijo interiormente, había sido demasiado obvio. Debía ser más cuidadoso, especialmente frente a Itachi. Ahora no podía negar que fue al parque, no tenía ninguna mentira creíble que decirle.

 

—Fui al parque… —confesó resignado—. Pero ya no había nadie allí —mintió.

—Entiendo. —Asintió con serenidad—. Regresas enojado porque no has podido ver a Naruto-kun.

—¡No! —sentenció casi interrumpiendo a su hermano—. ¿Por qué querría ver a ese dobe?

 

Las comisuras de Itachi se alzaron en una tenue sonrisa de satisfacción que no le gustó para nada a Sasuke.

 

—Porque te gusta.

 

Sasuke no pudo ocultar la sorpresa que esa afirmación le causó. ¡Itachi se había dado cuenta! ¿Pero cuándo…?, ¿cómo? Él había disimulado a la perfección… ¿cierto? Maldición… ¿Tan obvio era? Debía actuar calmado para no delatarse más frente a él.

 

—Itachi, ¿ese trabajo tuyo te ha hecho perder la cabeza? Has empezado a decir estupideces.


Pero Itachi no se mostró ofendido en lo absoluto por las palabras de su hermano.

 

—¿Así que Naruto-kun no te gusta?

—¡No! Sólo es un niño. Somos muy diferentes… ¡no funcionaría!

—¿Eso lo dices para convencerme a mí, o a ti? —preguntó con una interior sonrisa maliciosa, a riesgo de empeorar el mal carácter que en ese momento poseía su tonto hermano menor.

 

Como respuesta Sasuke le dedicó una mirada fulminante, como si aquella pregunta le hubiese ofendido. Sin decir nada abandonó la habitación, dejándole solo.

 

—Parece que esto va a ser más difícil de lo que pensé —se susurró Itachi en la soledad de la habitación—. Tengo trabajo por delante.

 

Lo mejor era enterrar ese tema por ese día. No quería poner más irritable a Sasuke, mucho menos frente a sus padres.

 

****

 

Habían pasado horas desde aquella conversación con Itachi. Era de noche y descansaba cómodamente en el sofá de su apartamento. Al menos su cuerpo sí descansaba, porque su mente no, en absoluto. La preocupación y la duda no le dejaban en paz. Itachi lo sabía todo. Pero ¿desde cuándo?, ¿cómo lo supo?, ¿tan obvio había sido todo este tiempo? Hacía un mes que no veía a Naruto, y aun así Itachi se había dado cuenta.

 

Y aunque lo negó todo frente a su hermano, éste no pareció creerle ni un poco.

 

Con pereza sin incorporó al escuchar que tocaban la puerta. Se preguntó si sería Itachi, quizá Suigetsu, y esperaba con todas sus fuerzas que no fuera Karin quien se hallaba tras la puerta.

 

Aunque cuando abrió la puerta y descubrió de quién se trataba, pensó con vehemencia que habría preferido que se tratara de Karin y no de Naruto.

 

—¡Hola, Sasuke! —saludó sonriente, como si fueran los mejores amigos de toda la vida.

—¿Qué haces aquí? —fue todo lo que dijo como respuesta.

 

Naruto avanzó un paso dispuesto a entrar, pero Sasuke alargó un brazo hasta posarlo en el marco de la puerta, prohibiéndole el paso. Los ojos azules le observaron inquietos en un primer instante y después con reproche.

 

—¿No piensas invitarme a entrar dattebayo?

—Estoy ocupado. Si quieres algo dilo y si no vete.

 

Soltando un bufido de molestia, Naruto retrocedió un paso. Estudió al otro con una silenciosa mirada. Sasuke tenía apoyada una mano en el marco de la puerta y con la otra mano todavía sostenía la puerta, impidiéndole el paso como si de una muralla humana se tratase.

 

¿Por qué actuaba así? Ni que fuera alguien peligroso.

 

—¿Por qué tan desconfiado? Soy Naruto, tu vecino de toda la vida’ttebayo, no un asesino. —Indignado se cruzó de brazos.

—He dicho que estoy ocupado —insistió con molestia, haciendo ademán de cerrar la puerta.

—¡Espera! —Casi saltó sobre el otro para impedirlo, pero se contuvo al ver que la puerta volvía a abrirse—. No entiendo tu actitud, teme. Se supone que soy yo quien debería de estar enojado contigo, no al revés.

 

Tras escuchar ese reproche Sasuke le miró un momento, confundido. ¿Qué había hecho ahora para que estuviera ese tonto enojado con él?

 

—No entiendo qué estás diciendo —respondió, ignorando el insulto.

—Fuiste tú quien me engañó, me dijiste que Karin no era tu novia y después… —Se interrumpió al ver que la puerta se movía para cerrarse—. ¡Espera! —insistió apoyando una mano en la madera para impedirlo. Le dedicó una mirada fulminante que Sasuke no dudó en devolverle—. ¿Podrías dejar de ser tan bastardo al menos por una vez?

—Me estás haciendo perder el tiempo. Sólo di lo que hayas venido a decir y vete —ordenó.

 

En su mente, Naruto se visualizó dándole una patada en la entrepierna a Sasuke para bajarle esa actitud de bastardo. Después quizá podría darle un beso, ¡pero primero la patada!

 

—Estoy esperando —apremió Sasuke ante el repentino mutismo del otro.

 

Naruto inspiró hondo y se obligó a contenerse. No, darle esa patada causaría más problemas entre ambos.

 

Pero había tantas cosas que quería decirle…

 

—¿Por qué me dijiste que ibas a visitarme porque el doctor Kabuto te lo pedía?, ¿por qué me mentiste de nuevo dattebayo? ¿Es porque te avergonzaba mostrarte preocupado por mí? —Se acercó un paso, provocando que los hombros de Sasuke se tensaran en una actitud defensiva que Naruto no notó—. ¿Por qué no me dijiste que te ibas a mudar? Bueno, ya sé que mis besos te molestaron, pero podemos ser amigos. —Sin apenas tomar aire continuó lleno de impaciencia—. ¿Y por qué no respondes a mi primera pregunta?, ¿por qué?

 

La respuesta que recibió Naruto a todas sus interrogantes fue la madera de la puerta estrellándose en su nariz. No pudo contener un grito de dolor, llevándose las manos a la zona afectada, por suerte no hubo hemorragia.

 

—¡Maldito bastardo! —masculló adolorido, mientras lagrimones se acumulaban en sus ojos. Fulminó la puerta con la mirada—. ¡No me rendiré! —sentenció. Rendirse no era su estilo, ¡de ninguna manera!

 

Aquella escena se repitió los tres días siguientes. La paciencia de Sasuke, que era poca en realidad, estaba al límite. Naruto aparecía por allí en las últimas horas de la tarde, asaltándole a preguntas. Lo que preguntaba con mayor insistencia era por qué no quiso decirle que estuvo visitándole por voluntad propia y no porque el doctor Kabuto se lo pidiera.

 

Y su respuesta siempre era la misma, le cerraba la puerta en la cara, Naruto protestaba con algunas maldiciones y se marchaba indignado.

 

Pero ese día era diferente. Naruto había permitido que le cerraran la puerta en las narices tres veces, pero no iba a consentir una cuarta ocasión.

 

—Estoy cansado de repetirte que no tengo tiempo para un mocoso como tú. Estoy ocupado.

 

Y antes de que la puerta se cerrase Naruto atravesó un pie para impedirlo y empujó ligeramente para abrirla.

 

—Hoy no pienso irme hasta recibir mis respuestas’ttebayo.

 

Sasuke chasqueó la lengua con fastidio. Maldijo el día en que Naruto tuvo en sus manos la dirección de su apartamento. Sólo quería olvidar a Naruto, ¿era mucho pedir no verle nunca más?

 

—No tengo nada que hablar con un niño como tú.

 

Ofendido, Naruto insistió en empujar la puerta para abrirla.

 

—¿Qué quieres decir con “como yo”?

—Eres molesto y gritón, andas por ahí creyéndote un adulto pero no eres más que un mocoso jugando a la parejita feliz con una niña igual de irritante que tú. —Empujó la puerta, sacándole una queja de dolor al rubio por su pie presionado—. Aunque parece que eso ya pasó, todo apunta que ahora te has encaprichado con los chicos de nuevo.

 

Por un instante Naruto dejó de empujar, desconcertado al escuchar lo último.

 

—¿Qué?

—No te hagas más idiota de lo que eres, te vi en el parque. Kiba te manoseaba, y el otro tipo te besó. Me molesta la gente como tú.

 

El entrecejo de Naruto se arrugó paulatinamente al entender todo lo que Sasuke le estaba diciendo. No imaginaba que el teme tuviera tan mal concepto de él, prácticamente le había dicho en su cara que era un cualquiera que andaba de flor en flor. Para colmo también hablaba mal de Sakura-chan cuando apenas había hablado con ella una vez en el parque.

 

—¡Eso no…! Lo de Kiba y Lee… sólo bromeaban’ttebayo. Sakura-chan no es irritante. ¿¡Y qué demonios estás insinuando sobre mí, teme!? —casi gritó, sintiendo de nuevo la tentación de patearle en la entrepierna como días atrás. —¡No tienes derecho…!

—Sabes perfectamente lo que insinúo, dobe —interrumpió—. Primero te gustaba yo, después Sakura, luego te dejas manosear por Kiba y te besa ese engendro. ¿Después qué?

—¡Después nada! —replicó exasperado—. ¡Eres tú quien me gusta, idiota!

 

Por bocazas acababa de joder su tapadera sobre una relación con Sakura. Pero qué importaba ahora, el teme estaba insinuando cosas sobre él que no le estaban gustando nada.

 

Entonces, sin esperarlo Sasuke dejó de empujar en un intento de cerrar y abrió la puerta, dedicándole una seria mirada.

 

—Ahora lo entiendo todo, por eso de repente frecuentas tanto por aquí. De nuevo te gusto yo —comentó con cierta ironía, alzando una de las comisuras—. Sólo eres un mocoso que no sabe lo que quiere —soltó en tono despectivo—. Madura de una vez.

 

Los puños de Naruto se apretaron hasta que los nudillos se tornaron blancos, los ojos azules se afilaron, dedicándole una intensa mirada de enojo y determinación mezclados.

 

Ya estaba cansándole la palabrería del teme. Sólo le insultaba a él y a sus amigos, además se burlaba de sus sentimientos y no estaba dispuesto a tolerar eso.

 

—¿Madurar? —reiteró en un tono serio que Sasuke jamás le había escuchado—. ¡Eres tú quien tiene que madurar dattebayo! —Se acercó un paso, señalándole. —Y además de un inmaduro, también eres un cobarde.

—¿Un cobarde? —reiteró con la misma seriedad que mostró Naruto hacía un momento.

—¡Sí! Te digo que me gustas y tú no haces más que esconderte. Te dan miedo los sentimientos de un “mocoso inmaduro” dattebayo.

 

Suficiente, pensó Sasuke totalmente hastiado. ¿Quién se creía que era ese idiota para llamarle inmaduro y cobarde? En un arrebato poco propio de él, eliminó la distancia entre ellos y tomó a Naruto por la pechera con ambas manos.

 

—No soy un cobarde…

—¡Entonces demuéstralo! —interrumpió sin mostrarse amedrentado en absoluto por el enojo del mayor.

 

Sasuke abrió la boca dispuesto a poner a ese mocoso en su lugar. Nadie le llamaba inmaduro y cobarde y seguía vivo para contarlo. Pero el rubio fue más rápido que cualquier movimiento que él pretendiera hacer. Las manos de Naruto se aferraron a las mejillas de Sasuke y le atrajeron para eliminar la distancia, presionando sus labios en un casto beso.

 

Parpadeó incrédulo. Jamás pensó que ese dobe volvería a tener la osadía de besarle. Apenas unos segundos después recibió una agresiva mordida en el labio inferior que le hizo despertar de su estupor y le arrancó una queja.

 

—¡Eso por haberme cerrado la puerta en las narices todos estos días! —explicó ligeramente molesto al recordarlo, viendo a Sasuke tocarse el adolorido labio inferior.

—¿A qué demonios estás jugando?

 

Naruto se mantuvo alerta por si a Sasuke se le ocurría soltarle un golpe, pero ni así se arrepentiría de haberle besado, y mucho menos de haberle mordido, ¡era lo mínimo que ese teme merecía!

 

—¡No estoy jugando! —replicó con fastidio.

 

Ahora podía comprender algo: Sasuke no tomaba en serio sus sentimientos. Además de inmaduro y cobarde, era incrédulo. Para Sasuke, él solo estaba jugando. Seguramente pensaba que él tenía un concepto muy frívolo del amor.

 

—No puedo perder más tiempo contigo. Sólo vete y no regreses —ordenó Sasuke, queriendo zanjar toda aquella situación de una vez—. Te recuerdo que estoy saliendo con Karin.

 

Los labios de Naruto se tensaron en una mueca de frustración al escuchar lo último, pero sacudió la cabeza tratando de no sentirse afectado.

 

—No me importa. Tú me gustas, ¡y haré que te fijes en mí dattebayo! —sentenció antes de marcharse.

—¿Pero qué demonios…? —se susurró totalmente estupefacto con semejante determinación.

 

Presentía que aquello sería un dolor de cabeza. Karin quería que se fijara en ella, Naruto quería que se fijara en él. ¡Y él sólo quería vivir alejado de cualquier Uzumaki, ¿era mucho pedir?!

 

Giró al escuchar unos susurros a sus espaldas, viendo que algunos vecinos habían salido probablemente al escuchar el jaleo que había armado ese usuratonkachi. Preocupado se preguntó si habían visto el beso. ¿Cuánto tiempo llevaban ahí mirando y cuchicheando?

 

—¿Qué demonios estáis mirando? —preguntó en tono agrio.

 

De inmediato los vecinos se disculparon con una ligera inclinación y corrieron a encerrarse en sus apartamentos, intimidados por la agresiva mirada del nuevo vecino.

 

Cuando se supo solo en el pasillo, Sasuke llevo unos dedos a tocarse el labio inferior. Todavía palpitaba con un ligero dolor, el idiota le había mordido con saña. A parte de eso, en esta ocasión el idiota le había dejado terriblemente confundido con sus palabras. ¿De verdad no le importaba que estuviera saliendo con Karin? En realidad era mentira, pero eso Naruto no tenía por qué saberlo.

 

Sacudió la cabeza. ¿Ese dobe iba realmente en serio?, ¿o era simplemente el capricho de un niño que se empeña en tener lo que no está a su alcance?

 

El instinto le decía que lo más sensato sería buscarse otro lugar donde vivir y encargarse de que esta vez Naruto no supiera sobre su dirección.

 

Pero… ¿eso no sería un comportamiento cobarde?

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Hola. Me he retrasado un poco debido a un bajón anímico causado por problemas de salud, así que lo último que me apetecía hacer era escribir o leer. No era nada grave, pero sí molesto. Ahora estoy mejor, y aprovechando que hoy es el SasuNaru day no quería atrasar más la actualización.

 

¡Feliz SasuNaru day! ¡Viva el SasuNaru! El SasuNaru es vida. El SasuNaru es amor :D

 

En este capítulo, Naruto me recordó al meme ese del dinosaurio diciéndole al perrito “Déjese querer”, jaja XDD

 

El miércoles estuve esperando a Marty McFly, pero apareció en un 21 de octubre de un 2015 alterno LOL!

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).