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Hasta que él duerma por KatsumiKurosawa

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Notas del capitulo:

Vine con el drama 

YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAI no es taaaaaaaaaaan dramático pero lo es :c v

 

Kisses!

Ya salieron los precios de los boletos en México yaaaaaaaaaaaaaaaaaai xDDD y no está tan caro como pensé :v soy felizzzz

Enjoy C: 

Hasta que él duerma

 

Por Katsumi Kurosawa

 

Capítulo 5

 

Castigo

 

       

        Abres los ojos.

 

        El reloj de la mesita de noche de Jiyong marca las tres de la mañana. Han pasado cuatro horas desde el pecado cometido y dos horas de haberlo hecho tres veces más

 

        No esperabas que el pequeño Kwon se pusiera demandante y te hubiera querido repetir casi violentamente. Tres veces y no has dormido en lo absoluto…

 

        Sólo lo has contemplado y has sentido su aroma, empapándote de él…

 

        Piensas que debes escapar en ese preciso instante… sabes que no hay cosa más dura que partir, consciente de que él se queda y consciente de que le haces daño.

 

        Peor ahora que sabes que el daño es irremediable… que lo has hecho tuyo y te crees un desgraciado por quitarle la inocencia.

 

        Estás por levantarte y sientes como tu cuerpo es rodeado por una de sus largas piernas. Luego te aprisiona en sus brazos. No puedes escapar así que no tienes de otra que volver a recostarte.

 

        — ¿A dónde te vas? —musita con su dulce voz.

 

        —Iba a cerrar la ventana… nunca duermo sin ropas así que tengo un poco de frío…

 

        —No creas que no me he dado cuenta de que no has dormido desde… la tercera vez que lo hicimos—lo rodeas mientras su voz suave te arrulla levemente— Además… vienes de Seúl, no puedes tener frío, estás muriendo de calor, no me engañas.

 

        Te quedas callado. Lo estrechas y besas su frente.

 

        Acabas de experimentar uno de los poderes extraños de los amantes…

 

        Son unos magos, hechiceros, unos chamanes…

 

        Porque Kwon Ji Yong te ha hechizado, te ha poseído y sabes que has perdido voluntad y te quedas junto él…

 

        No tienes más voluntad que esperar hasta que él duerma para escaparte porque estará descuidado y no podrá detenerte con sus hermosos ojos.

 

        Acaricias los mechones dorados que se recuestan en tu pecho, acomodas algunos detrás de su oreja.

 

        Acaricias su cuello fino, luego sus hombros, te diriges a su espalda y sientes tan suave su piel que estás tentado a volver a repetir el acto de hace horas.

 

        Mantiene los ojos cerrados y lo observas sin cautela.

 

        Es más pequeño aun en tus brazos… es más hermoso sin ropa… es como afrodita… Hasta la sábana que envuelve su diminuto cuerpo se ve divina.

 

        —Te prometo que me convertiré en tal vez no en una princesa, pero sí en un príncipe…

 

        —Seh… —responde sencillo, parece que su voz pierde energía.

 

        —Lo juro…

 

        Hasta que él duerma…

 

        Esa es tu meta… hasta que él duerma escaparás…

 

        Notas como su respiración se vuelve algo delicada. Su abrazo prisionero ha perdido fuerza… has llegado a tu meta… se ha dormido.

 

        Haces mil maniobras y te sueltas con delicadeza. La brisa nocturna te advierte la desnudez y buscas tus ropas, te las pones.

 

Olvidas tu collar con el dije de la Virgen María bajo la cama. Se cayó del bolsillo trasero de tu pantalón sin que te dieras cuenta, cuando te despojaron de esa prenda.

 

        Miras por última vez a Jiyong, convencido de que volverás a verlo en un mes. Te grabas sus facciones finas, su piel blanca y tersa…

 

        Está recostado boca abajo, sus labios está ligeramente entre abiertos. La sábana blanca apenas y cubre sus caderas, dejando una de sus piernas flexionadas a la vista.

 

        Estiras la sábana y lo cubres totalmente. Unos manchones de sangre en las sábanas te envían una sensación de pesar en el corazón.

 

        Te inclinas y le das un beso al jovencito en la frente y sales de la habitación.

 

        Ves la casa por última vez al salir… corres a la casa de tus padres a unas de la de Jiyong.

 

        — ¿Dónde has estado, hyung? —la voz de SeungRi te ha asustado—. Me vas a dar un infarto… Mi tía ya me sermoneó también, así que debo arrastrarte a Seúl conmigo. Te hablé cien veces al celular, no sé para que lo tienes… sólo sé que te fuiste con él… —detiene sus reproches y se te queda viendo de manera extraña.

 

        No sabes si su expresión es de júbilo, de asombro o celos…

 

        Entorna los ojos y te ve como el culpable… de un pecado, de un crimen, o sólo es tu paranoia y el saberte tachado por tus recuerdos impuros. Probablemente son tus ropas están más revueltas que siempre…

 

        Te sonrojas… titubeas… sabes que lo ha descubierto por la lógica básica y te has delatado.

       

        Él sólo sonríe.

 

        —Sube al auto… es hora de irnos…

 

        Nunca mencionarás lo sucedido. Al parecer, tu primo tampoco.

 

…………………………

 

        Despiertas cerca de las siete de la mañana. No porque esa sea tu hora habitual sino porque el saberte solo en la cama te pone alerta.

 

        —Se ha ido—murmuras.

       

        Una sonrisa adorna tu rostro. Sabes que él no habría soportado una despedida cara a cara.

 

        Te inclinas sobre la cama para buscar una de tus ropas bajo de ella. Ahí están… tus boxers…

 

        Los tomas y te encuentras el pequeño collar de oro con una medalla de la Virgen María. Aquel que te contó que se lo regaló su abuelo… seguro se le cayó del pantalón cuando se lo quitaste.

 

        —Un mes, junto a la misma palmera y bajo el sol… a las cuatro de la tarde… —repites acomodándote en la cama y cerrando los ojos nuevamente para descansar lo suficiente.

 

        No olvidarás aquellas palabras…

 

        Créelo…

       

        No las olvidarás…

 

 

…………………………

 

 

        Después de que llegas a tu casa te sientes algo incómodo puesto que tu madre te ha dado un sermón algo salvaje y más de lo que creíste. Bien, ha cancelado tus tarjetas de crédito y ha congelado tus cuentas de ahorro.

 

        No. No puedes hacer nada porque eres menor de edad así que ella como tutor puede hacer lo que se le pegue la gana.

 

        Esperaban de SeungRi haber desobedecido y prolongado sus vacaciones, pero de ti no, así que el regaño se convierte en ejecución.

 

        Le contestas que tienes nuevas cosas por que preocuparte y eso enfurece a tu señora madre.

 

        — ¿Cómo cual?—te pregunta encolerizada.

 

        Tú no le respondes.

 

        Mamá nota tus raras maneras y una idea llega a su mente y sin embargo no te la recitará hasta que compruebe tus malos actos.

 

        Pasarán los días y te habrás comportado ensimismado, triste, ansioso sexualmente y de alguna manera preocupado por lo imbécil que fuiste al no cuidarte. Había una probabilidad muy pequeña de que Ji pudiese haber quedado embarazado…

 

        Serás un muchacho pero no eres del todo idiota.

 

—No creo tener tanta suerte para haber encontrado un hombre capaz de dar a luz… son un diminuto 5% de la población… —suspiras haciéndote un ovillo en tu cama.

 

        Sólo piensas en él…

 

        En él quien ni se imagina de cuanto lo extrañas o los regaños de tu madre cuando te distraes pensando en sus mechones rubios y quemas la cena sin querer.

 

        No se imagina que la razón de tu depresión sea el hecho de que no lo puedas ver.

 

        Has ahorrado tu miserable mesada –ya que mamá la disminuyó-  en la semana que has estado en casa, para volver a la playa.

 

        Ahorrarás hasta el mes y tal vez te escapes de tu casa, subsistas y encuentres un trabajo. Luego te ríes porque eres un soberano idiota pensando en tales cosas que no tienen tanto sentido si las analizas.

 

        ¡Sólo tienes diecisiete! Por dios…

       

        Un día que regresas de la preparatoria con SeungRi, este se sube a su habitación y tú te has quedado en la escalera puesto que el escuchar tu nombre te ha puesto alerta.

 

        La conversación de el comedor te ha dejado helado y poniendo atención.

 

        —Seunghyun es noble y distraído pero sabemos que esto tiene una razón más allá de lo que puede verse en la superficie… —mamá habla claro—Creo que es una mujer, HyunSuk, una mujer que conoció en la playa…

 

        — ¿Y qué daño pudo hacerle una mujer a nuestro hijo, EunJu?—la voz tan despreocupada de tu padre sólo denotó fastidio—, es un hombre, debe saber a su edad lo que es bueno y lo que es malo…

 

        —Tienes cuarenta y cuatro años y aun no distingues entre lo bueno y lo malo—tu madre, siempre tan directa—. Sabes, es que como su madre sospecho unas cosas… tu hijo seguramente está… encaprichado con una mujer…

 

        — ¿Qué tiene eso de malo?

 

        —Que se ha comportado raro estas dos semanas… parece otro, da algo de terror…

 

        —Eunju, estás paranoica…

 

        —Dime por qué razón podría estar tu hijo encaprichado por una mujer que apenas conoce—la sentencia es grave.

 

        —Por sexo—contesta tu padre en lo que te has puesto sudoroso.

 

        Es extremamente terrible que tu madre sepa… que sospeche, es humillante…

 

        Se siente como caer en un vacío, la privacidad se hace pedazos o es que ni siquiera te das cuenta de que son especulaciones.

 

        —Exacto… sabemos lo destructiva que puede ser ese tipo de aventuras… Seunghyun es un niño aún…

 

        —Eunju, no creo que sea necesario lo que piensas… quizás yo deba preguntarle si lo que sospechas es cierto…

 

        —Debemos alejarlo… no sabemos de donde habrá salido esa, quizá sea una prostituta…

 

        —Él no es una prostituta…

 

        Tu voz ha roto la concentración de tu madre en sus palabras.

 

        No sabes cómo has caminado a la cocina pero ahora estás parado en el marco de la puerta con los puños apretados y el ceño fruncido.

 

        Tu madre levanta una ceja.

 

        Acabas de confesar… ha sido bastante fuerte y claro. Pero qué estúpido eres…

               

        Pero no pudiste evitarlo. La idea de que quisieran alejarte de Jiyong era insoportable.

 

        Tu padre te ve sorprendido, sabe que lo que pensaba mamá era cierto pero es más impactante aún que hayas dicho “él”.

 

        — ¿Qué has dicho…? —la voz de tu madre es simplemente baja— ¿Estás diciéndome que estuviste acostándote… con un hombre?

 

        — ¿Y si así fuera? —retas iracundo. Tus padres son muy tradicionales, era obvio que no reaccionarían de buena manera ante una confesión de ese tipo.

 

        —Te vas en una semana a Inglaterra a estudiar los últimos grados de la preparatoria y volverás en dos años… —dictó con los labios temblando. En su cara sólo había horror y también ira, mucha ira.

 

        —No lo harás… no puedes…

 

        —Oh… Claro que puedo… —impuso con la mano hecha un puño.

 

        Miras a tu padre como queriendo ser defendido por la persona que te ha comprendido desde antes. Sin embargo tu padre mira hacia su costado de manera triste como si aceptara lo que tu madre estipulaba.

 

        —No quiero… no puedo… Papá por favor…

 

        — No voy a permitir que te… desvíes de ese modo… —te susurra esa enemiga de cabello negro—. Ya habíamos pensado esto desde que notamos lo distraído que eres, desde que estabas en la secundaria… te llevas la vida de una manera demasiado despreocupada, no quiero decírtelo de una mala manera pero ¿Qué será de tu futuro si no tienes aspiraciones? Quizá solo, forjes tu carácter… y entonces endereces esos pensamientos retorcidos… es sólo una etapa Seunghyun, tú no eres gay…

 

        Desapareces del comedor.

 

        No sólo has corrido hasta tu habitación sino que te has encerrado en ella y no saldrás en un buen rato. Buscas tu dinero como loco, escaparás inmediatamente.

 

        Tan inverosímil… de la nada, se han atrevido…

 

        Dentro de una mochila colocas ropa limpia y ese poco dinero que tienes. Seguro Daesung… o Chaerin te prestarán para llegar a Jeju.

 

        —Es por tu bien Seunghyun —escuchas desde fuera de tu habitación, cuando la voz de tu madre se apagó, se escuchó un “click” muy fuerte.

 

        —No… —susurras y te arrojas contra la puerta— No por Dios… no… —la perilla no gira— ¡Déjame salir! Mamá… mamá déjame salir… Dios… oh Dios… —suplicas una y otra vez golpeando la puerta— Prometo jamás portarme mal… mamá lo siento… pero abre… déjame salir… por favor… —tu voz terminó en un fuerte sollozo.

 

        Te ha encerrado en tu propia habitación.

 

        Te ha encerrado en una burbuja… y así lo hará durante cuatro años.

 

        Continuará…

 

 

 

 

 

 

        

Notas finales:

Oh pues que empiecen los tomatashoooos! xD

 

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