Taeyeon estaba preparando la cena para su familia y el invitado que recibirían, sabía que Taemin volvería desanimado por lo que se esforzó en preparar la comida favorita de su hijo; emocionada porque su niño por fin recibiría tratamiento colocó cada uno de los platos en la zona adecuada. Colocó servilletas y finalmente las bandejas con los acompañamientos para la comida principal.
Poco después escuchó la puerta principal abrirse y tras lavarse las manos y retirarse el delantal se apresuró a salir a recibir a sus familiares, sonrió al ver a su esposo y aunque él le regresó una mueca que no llegó a ser sonrisa, ella desvaneció la propia.
- ¿Qué sucede?- preguntó la mujer; su respuesta no llego pues pronto vio entrar a Taemin, Jinki y un muchacho que no conocía, el invitado, pensó- vamos a cenar- invitó, los presentes asintieron, exceptuando a Taemin, que sólo miró al suelo- ¿qué pasa, Tae?
- N-nada... no pasa nada…- se apresuró a decir.
Rápidamente, quitó sus zapatos y a entrar al comedor siendo seguido por su madre y finalmente por los otros hombres, siguieron el ejemplo del menor; Jungmo escuchó la voz suave de su esposa, hablando con su hijo.
- ¿Tae?, ¿me estás oyendo?- cuando entró al comedor pudo entender la situación, Taemin se había quedado en un rincón dando la espalda a todos.
- Yo me hago cargo, querida; por favor lleva a Minho-shii y a Jinki al comedor, nosotros los alcanzaremos pronto.
- Claro- la mujer, salió de la cocina dejándoles algo de privacidad.
Taemin susurraba algo que no alcanzaba a llegar a los oídos del mayor, que no dudo en acercarse cautelosamente; el menor tenía los ojos fuertemente cerrados y las manos apretadas en puños dejando algo blancos sus nudillos.
- No debes llorar… no debes llorar… n-no debes llorar… no… debes…- repetía como en un mantra.
Taemin PoV.
Cuando entre a mi casa y vi a mi madre seria, me estremecí… odiaba verla sin su clásica sonrisa...
- Vamos a cenar- la escuché decir.
Sé que todos asintieron, yo mismo estuve tentado a hacerlo, pero un <<nudo>> se forma en mi estómago, poniéndome de mal humor; me apresuré a quitarme los tenis que llevaba y prácticamente troté al interior de mi hogar, los pasos de mi madre me seguían de cerca y mi ansiedad estaba aumentando… no me gusta cuando pasa esto… de verdad odio perder el control sobre mi…
- Tae, preparé tu comida favorita~.
Tragué despacio… caminando hasta una de las esquinas de la cocina donde le di la espalda a mi madre intentando recobrar la compostura, intentando convencerme de que comer me ayudará y sobre todo, intentar dar la cara a mi madre, sonreírle tranquilamente sin temor a desmoronarme…
- ¿Tae?, ¿me estás oyendo?- preguntó mamá… perdóname… te estoy escuchando pero creo que no puedo salir de mi… tengo miedo…
- Yo me hago cargo, querida; por favor lleva a Minho-shii y a Jinki al comedor, nosotros los alcanzaremos pronto- ¿papá?... ¿eres tú?
- Claro- la suave voz llegó a mis oídos de manera débil, haciéndome sentir incómodo… más de lo que imaginaba.
- No debes llorar… no debes llorar… n-no debes llorar… no… debes…- murmuré para mí, teniendo más miedo aún pues sentía que me estaba alejando de mi conciencia… papá ayúdame… por favor no dejes que me pierda…
Me tomaron suavemente de los hombros y yo inhalé con fuerza... ¿estaba conteniendo el aire? Negué múltiples veces, tenía miedo… sentí como me abrazaban y volví a inhalar con fuerza, poco a poco mis ideas parecieron aclararse.
- Taem… ¿estás conmigo?- esa voz resonó clara y precisa, ahondándose en mi subconsciente y trayéndome de vuelta a la realidad, dónde estaba en la cocina con mi padre.
Sólo pude rodearlo con mis brazos y aferrarme a él, respirando agitadamente… papá… no me dejes…
Narración normal.
Jungmo observaba cada rasgo de su hijo, que ya estaba más tranquilo; de pronto le parecía que Taemin tenía cinco años, con esa mirada tímida y tan llena de emociones que parecía no saber expresar, le sonrió suavemente, tratando de indicarle que todo estaba bien.
- Taem, ¿quieres ir a tu habitación?- el menor negó.
- Quiero estar con mamá…
- De acuerdo, hay que disfrutar de la deliciosa comida que preparó- el menor asintió dirigiéndose al comedor, Jungmo lo siguió rápidamente.
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Heechul volvía a casa totalmente agotado de su día laboral… lo único que quería hacer era darse una ducha y dejarse caer en su mullida cama con los brazos de su guapo esposo abrazándolo y dándole esa gran seguridad… si, era un buen plan.
Suspiró por lo bajo y tras buscar sus llaves dentro del maletín, se dispuso a entrar a su hogar; sonrió levemente al escuchar las risas de su hermano menor, cerró la puerta tras de sí y luego se retiró los zapatos para finalmente entrar a ver a su familia, que estaban en el comedor.
- ¡Hyung~ qué bueno que llegas!- sonrió el menor de los presentes, un chico moreno a punto de cumplir dieciséis años.
- Cariño, ¿cómo te fue?- saludó el otro.
- Fue un día cansado pero por suerte ya estoy en casa~- comentó con alivio, para luego sentarse en el regazo de su esposo, otorgándole un beso suave.
- ¡Oigan!, si quieren privacidad pueden pedirla…- comentó el otro chico con un puchero tierno en los labios, que causó una carcajada en el mayor (Heechul).
- Tienes razón… Siwi… vamos arriba, tengo ganas de que me hagas el amor- dijo sincero y sin una pizca de vergüenza.
- Hee~, el niño está aquí- susurró Siwon, cauteloso.
- L-lo siento Kai…- murmuró avergonzado, de repente se le olvidaba que debía ser más discreto.
- No te preocupes, hyung- le sonrió amablemente.
- Por cierto… me acordé de algo…- se puso serio, alertando a su familia- Kai, tengo un paciente, es un año mayor que tú… siempre está solo y asiste al mismo instituto que tú… me gustaría que lo acompañaras.
- Claro hyung- respondió al instante- ¿quién es?
- Se llama Lee Taemin.
- ¡¿La rata?!- gritó al instante.
- ¿Rata?- preguntó Siwon confundido.
- En realidad odio escuchar ese sobrenombre para él, pero es lo que todos le dicen… parece que el instituto entero lo odia; bueno, hay sus excepciones claro… supongo que estará bien que esté conmigo…
- Si, sólo procura no forzarlo a hablar y sería bueno que por ahorita lo mantengas alejado de tus amigos… él es muy tímido.
- Claro, no te preocupes por nada.
- Él regresará a clases el miércoles… pero mañana irá a consulta conmigo… sería bueno que fueras a mi consultorio… Taemin-ah tiene cita a las tres y allí veremos la manera en que arreglaremos su convivencia contigo.
- Esta bien, hyung…
- Bueno… ahora sí, Siwon… vamos arriba…
- Está bien, Hee~.
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La cena ya casi había acabado, Taeyeon estaba por servir el postre, aun cuando su hijo casi no había comido, de momento deseaba consentir al máximo a su pequeño… quería hacerlo sentir amado y comprendido, quería que se sintiera seguro.
- Traeré el postre, hice un pie de chocolate delicioso- exclamó con una sonrisa comenzando a retirar los platos.
- Muchas gracias, Taeyeon-shii- sonrió agradecido Minho.
- No hay nada que agradecer- respondió la mujer, para luego retirarse con los trastos sucios.
En cuanto la mujer estuvo fuera del campo de visión de todos, el menor apoyó el codo izquierdo en la mesa para posteriormente recargar la cabeza en su mano… le tomó unos segundos adaptarse a la punzada que se había formado en un sus sienes.
- Taemin…- susurró Jinki, observándolo preocupado.
- Estoy cansado…- explicó- no le digan a mamá…- pidió cerrando los ojos, afirmando lo dicho antes; en verdad estaba cansado y como había explicado anteriormente el médico, las tabletas provocaban somnolencia.
- Bebé~- llamó Taeyeon delicadamente, ninguno la había notado porque estaban concentrados en Taemin- ve a dormir, cariño… estás cansado y no quiero que te sobreesfuerzes.
- Mamá… perdóname… te esforzaste y yo… yo no pude comer como antes… perdóname.
- Tae… ¿quieres que vaya contigo?- el menor asintió rápidamente- de acuerdo, entonces chicos, vendré en un rato… quiero estar a solas con mi pequeño, ustedes pueden comer el postre mientras tanto.
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Taemin se había aferrado a ella desde que se recostaron juntos en la cama, prácticamente se quedó dormido al instante, cosa que de alguna manera la preocupaba, pues ese niño delgado que tenía abrazado lucía más pálido, se había vuelto ojeroso y parecía tan inseguro que sentía que ni en sus sueños podría estar tranquilo… si de algo estaba segura, era que Taemin no estaría solo nunca más y nadie podría dañar a su hijo de nuevo.
- Nadie te lastimará otra vez… nadie…- susurró Taeyeon abrazando un poco más fuerte a su niño.
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Las horas habían pasado y Minho ya había llegado de vuelta a su departamento, asegurándole al doctor Lee, o Jungmo, como le había pedido que le llamara, que volvería al día siguiente (martes) para charlar un rato con Taemin y de paso acompañarlo a su terapia; Jinki le había explicado que no podría hacerlo él, pues saldría con un amigo… daba la casualidad que el doctor Joon, descansaba ese día.
Minho había aceptado gustoso, pues de alguna manera creía que era necesario estar pendiente de Taemin todo el tiempo, se sentía parecido a tener un hermano, excepto porque el castaño le causaba cierta atracción… ¿atracción? Talvez no era el término adecuado para describirlo… aunque tenía poco tiempo de conocer a Taemin, podría decirse que le estaba gustando…
Agitó suavemente su cabeza, como intentando alejar esos pensamientos de su mente, pero de alguna manera el rostro del pequeño volvía una y otra vez a sus recuerdos, evocándole una sonrisa boba…
- No debe gustarme…- se dijo- no debe gustarme nunca… sólo seré su amigo y me mantendré ahí para él… somos amigos, ¿no?