Habían pasado unos treinta minutos donde su frenético monólogo seguía y seguía, mientras que su amigo Jonghyun lo observaba con una sonrisa de paciencia, siendo consciente del miedo que el menor tenía a fallar de nuevo, porque aunque Minho no lo decía, lo que pasó con Sulli le hizo formar una barrera ante el amor.
- Hey, calma...- le pidió el mayor.
- ¡¿Cómo puedes decirme eso?!, ¿qué tal... si pasa como con Sulli?- le preguntó primero con enojo y luego con tristeza.
- Minho...- se puso de pie para abrazarlo- las cosas no tienen que ser iguales.
- Pero S-Sulli...
- Yo sé lo que pasó con ella y te lastimó bastante, es normal que después de algo así tengas miedo; por eso confiar de nuevo se vuelve difícil... por otro lado, ¿te has puesto a pensar en cómo es que se siente Taemin?, mucha gente le ha hecho daño y aún así creyó en ti y mira todo lo que ha pasado... eres su preciado hyung... aquel que lo sacó de la oscuridad.
- No todo es mérito mío- contestó separándose del contrario.
- Gran parte si lo fue.
-Aún así...- el sonido del celular del menor interrumpió la charla y con una mirada de resignación, contestó la llamada- J-Jungmo...- tartamudeó al oír la voz del médico al otro lado de la línea- ¿eh?- preguntó con timidez- seguro... no hay problema... estaré allí a la hora adecuada... no... no hay de qué- colgó la llamada- Era Jungmo, quiere que vaya por Tae a la escuela... dice que Taeyeon y él estarán ocupados y Jinki-hyung está en la universidad en una conferencia...
- El destino se está confabulando a tu favor...
- Sigo sin saber... nos vemos... quiero llegar a tiempo por Tae.
- Si... buena suerte.
- Gracias y hasta luego...
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Taemin estaba de pie junto a la reja de la escuela, esperando por su padre que se suponía vendría por él; Amber se quedó a su lado y aunque se tomó la molestia de insistirle en que se fuera sin preocuparse por él, pero la chica se negó, diciendo lo mismo que el día anterior.
- Noona, en serio no te preocupes...
- Dije que no, Taemin-ah.
- Papá no tardará mucho... en seguida vendrá...
- No insistas cariño.
- Pero...- giró a ver a la chica pero una voz lo hizo volver la vista atrás.
- Tae, ¿esperaste mucho?
- Minho-hyung... ¿qué ha-haces aquí?
- Vine por ti... tu padre me llamó y dijo que estarían ocupados... por eso...
- Llamaré a papá...
- Claro...- observó con atención como Taemin se alejó de él para comenzar a llamar a su padre, fue entonces que la voz algo grave de la chica que estaba con Taemin sonó.
- Oppa... ¿tú estás saliendo con la unnie de ayer?- preguntó.
- No, pero...
- ¿Ella te gusta?
- No y ni siquiera entiendo por qué preguntas eso...- se detuvo al no recordar el nombre de la mujer.
- Amber... me llamo Amber- le explicó adivinando la expresión- no sé pero quise saber, pretendo cuidar a Taemin-ah... por eso tenía interés.
- Sigo sin entender qué tiene que ver.
- Pues que si a ti te gusta alguien más que no sea él lo lastimarás...
- Hyung, lamento las molestias, ya podemos irnos... ¿qué sucede?- preguntó al notar la tensión entre ambos mayores.
- Nada Taemin-ah, me voy retirando, nos vemos mañana, cariño.
- Si, noona... adiós... hyung... ¿ya nos vamos?
- Si, vámonos.
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Minho PoV
Observé una vez más a Taemin, había crecido un poco pero seguía siendo pequeño, también había aumentado de peso, lo cual era bastante bueno y además lo hacía ver más hermoso, si es que eso era posible; lo tomé de la mano suavemente por lo que él me miró un tanto confundido.
- Pensé que sería buena idea ir por un helado... ¿qué te parece?- le pregunté.
- Siempre me llevas a comer helado... a este paso seré gordito...- exclamó con un puchero que me resultó adorable.
- Aún te falta subir de peso y aunque sigues una dieta específica para eso... un poco de helado no te hará mal. Además, gordito o no, sigues siendo bonito.
-N-no digas esas cosas- susurró poniéndose rojo- vamos por ese dichoso helado...- continuó intentando desviar la atención.
- De acuerdo, bonito.
- ¡Hyung!- gritó aún más sonrojado.
Caminamos a una heladería cercana al parque que a su vez también estaba cerca de la casa de los Lee, por lo que después del helado podríamos dar una caminata agradable y encontraría el valor para decirle mis sentimientos.
- Hay que acercarnos, Taem- le dije tomándolo de la mano, mientras entrábamos al local.
- ¿Qué vas a querer, hyung?- preguntó mientras caminábamos hacia el mostrador.
- Hummm, yo creo que un helado de café... ¿y tu?
- Yo... supongo que chocolate...
Fin del PoV.
- Bienvenidos al hogar del helado, ¿en qué puedo ayudarlos?- preguntó una chica con tono de voz pastoso, como odiando estar ahí.
- Un helado sencillo de café y uno doble de chocolate- pidió Minho con una sonrisa, que se borró al instante en que captó quien era la chica que atendía... Kwon Yuri.
- Oh... Minho... aún sigues siendo amigo del fenómeno hijo de Lee- exclamó la chica con una sonrisa de burla, mientras preparaba el pedido del moreno.
- Y veo que tú ya estás trabajando... ¿qué sucedió?, ¿la universidad fue demasiado para ti?- contestó de vuelta el muchacho.
- Sabes que despidieron a mi padre por culpa de tu patético noviecito- contestó de mala gana entregándole ambos helados.
- Y supongo que tú sabes lo que tu padre hizo a Taemin... da gracias a que no colocaron una demanda en contra de él.
- Quitarle la licencia ya es algo malo... ojalá le pase lo mismo al doctor Lee, mi familia merece justicia y todo se a ido a la mierda por la culpa del niño loco- contestó.
- Lo único que hice fue decirles a mis padres lo que pasó con el “profesor”- dijo Taemin, interviniendo por primera vez y ganándose una mirada severa de parte de la fémina.
- No debiste... él no te hizo nada... ¡¡¡Tu eres el maldito problema!!!- gritó arrojándole a Taemin el bote de propinas que tenía en el mostrador.
Taemin soltó un sonido de molestia, pues lo golpeó justo en el brazo derecho, por fortuna no recibió el golpe a donde iba dirigido (la cara); el lugar se llenó de murmullos que hicieron estremecer al castaño, lo que menos quería era que lo culparan de todo el escándalo del sitio.
- Oh, cariño... ¿te encuentras bien?- le preguntó una señora de unos cincuenta años, mientras le tomaba del brazo para revisarlo.
- Y-yo eh... si... n-no s-se p-preocupe...- susurró con la voz temblorosa, Minho le dedicó una mirada preocupada.
- ¡Es la última vez que te atreves a hacerle daño!- le gritó furioso.
- H-hyung... vám-vámonos...- musitó Taemin.
- No, esto no se va a quedar así...- contestó de vuelta; dirigió ambos helados a la cabeza de la chica y se los restregó en la coronilla.
- ¡¡¿Qué diablos te pasa, estúpido?!!- gritó histérica, manoteando inútilmente.
- ¡Es lo mínimo que te mereces!, ¡es justicia!, ¡queremos hablar con el gerente!, ¡no debería seguir con este empleo!- gritaba el resto de la clientela de manera desordenada.
- ¡¿Qué sucede aquí?!- una voz masculina resonó con fuerza.
- G-gerente Shim... estos clientes me agredieron y encima me llenaron de helado- respondió entre sollozos la chica.
- Esta “señorita”, le arrojó al pobre niño el contenedor de las propinas... ¿se imagina la gravedad del asunto?- respondió a modo de defensa la señora que aún sostenía a Taemin.
- Yuri-ah... es la cuarta vez que tenemos problemas con tu trato... no me gusta tu manera de atender a la gente y esto es algo grave, pudiste lastimar aún más al niño... recoge tus cosas y vienes mañana por tu liquidación... no puedo admitir gente así en mi negocio.
La morena se quitó indignada el delantal y sólo atinó a arrojárselo a Minho, que le regresó una mirada dura y cargada de resentimiento; Taemin, por el contrario tapó sus labios intentando acallar los sollozos de los que era presa; a pesar de su rápida recuperación, las situaciones estresantes como esta, lo hacían sentirse mal consigo mismo.
- Oh, Taemin... por favor no llores...- pidió Minho tomándolo de los hombros para abrazarlo.
- Q-quiero irme...- susurró asustado, apegándose aún más.
- Sé que no es el momento preciso, pero por favor acepten estas cortesías- exclamó Changmin (el gerente), entregándole al mayor, diez tarjetas- sé que no es lo suficiente, pero háganme llegar la cuenta del doctor al que consulten y para el resto de los clientes, también entregaré cortesías, en compensación al terrible servicio que les dimos- la gente agradeció en silencio, mientras presenciaron como Minho levantó con facilidad a Taemin, al modo nupcial.
- Gracias y disculpe... mucho de lo que pasó también fue mi culpa- respondió el azabache, retirándose con el castaño en brazos, que temblaba agitado por la experiencia.
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La charla en el parque quedó olvidada, porque la situación requería volver a casa del castaño, donde obviamente no había nadie; tomaron un taxi, Taemin seguía aferrado a Minho y no dejó de hacerlo hasta que vio su casa, bajó por su propia cuenta con el mayor siguiéndolo, luego de que pagara el servicio y entraron juntos a la casa.
Taemin prácticamente corrió escaleras arriba, fue más que obvio que el mayor lo seguiría a prisa para intentar calmarlo; lo encontró acostado en posición fetal dando la espalda a la puerta, no se molestó en quitarse los zapatos y mucho menos en cambiarse el uniforme; una mueca de preocupación se instaló en el rostro moreno, mientras se acercaba a la cama, para sentarse junto al menor.
- Fue mala idea haberte llevado ahí...- susurró.
- No fue tu culpa...
- Tampoco debí seguirle el juego a esa maldita...
- Hyung... ya basta...
- Pero, amor...
- ¿Amor?- preguntó confundido, sentándose en la cama para verlo fijamente.
- N-no yo...- suspiró intentando calmarse- me confundes demasiado...
- ¿Es por mi cabello largo?- inclinó la cabeza viéndose aún más adorable- sé que soy andrógino pero no creí que te confundieras así... sigo siendo un chico.
- No, Taemin...
- Si, incluso mi nombre es de chico...
- No me refiero a eso... me confunde porque siento cosas que no se supone debería sentir hacia un amigo; no puedo sentirme tranquilo estando a tu lado, haces que mi corazón lata más rápido... me confundes...
- Yo... siento algo así... pero no sé que es...- susurró bajando la mirada.
- Me arriesgaré a saberlo por ti- contestó acercándose lentamente para alcanzar los labios del pequeño, sólo un roce, que para ambos fue la respuesta a sus dudas...
- Hyung...- musitó Taemin, en cuanto se separaron.
- Yo... tu... ¿quieres... ser mi novio?- el castaño sólo pudo asentir, arrojándose a los brazos del otro- quería declararme en otro lugar...- le dijo estando más tranquilo, aún con Taemin abrazado.
- ¿En dónde?- preguntó bajito.
- En el parque...
- No me gustan los parques...
- ¿Por qué?, nos conocimos en uno.
- Hay insectos y me pueden comer...
- Eso no es posible...
- Si se puede... son malos y me asustan.
- Entonces, qué bueno que me declaré aquí...
Sonrió divertido porque teniendo a Taemin entre sus brazos se pudo dar cuenta que nada sería aburrido, los temas de conversación siempre fluían de manera aleatoria... una relación extraña y peculiar... pero sin duda divertida... su historia de amor recién comenzaba...