Abrió sus ojos lentamente, recorrió su habitación con la mirada antes de sentarse y extender su mano para apagar la alarma del celular; eran las 8 de la mañana, aunque entraba a la universidad a las 10:00 se levantaba a esa hora para desayunar tranquilamente y hacer una que otra tarea.
Vivía solo, sus padres lo enviaron a estudiar, por lo que se trasladó de la zona donde residían sus progenitores. No se sentía mal viviendo así, hablaba con su familia a diario y lo estaban apoyando con la ruptura de su noviazgo con Sulli…
Extrañamente, la noche anterior no había pensado en ella, sólo en cierto chico castaño que tenía una actitud extraña; a decir verdad quería conocer más al joven de 16 años (conocía la edad gracias al JongKey).
Decidió levantarse, el día era frío y nublado, el cielo estaba gris… daban ganas de seguir durmiendo, pero tenía un examen importante y no podía faltar… quizá, luego de salir de clases fuera a ver a Taemin, sólo para asegurarse de que esté bien.
Lo acababa de conocer y ya se sentía preocupado… lo vio tan desvalido y tan frágil… Minho tenía 22 años, podía valerse por sí mismo, pero el niño… bueno, sus padres se fueron de vacaciones y ya… lo dejaron… de seguro ni se preocupaban… conclusiones apresuradas, pero siempre suele pasar.
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Taemin despertó cerca de las 11 de la mañana, aunque había planeado ir a la escuela, ni siquiera tuvo fuerza para levantarse, por lo que después de apagar la alarma volvió a dormir… si, durmió en el sofá… pero que podía hacer.
Intentó sentarse, lo consiguió luego de cinco intentos; con mucho cuidado se puso de pie, sentía todo el cuerpo pesado; a duras penas dio un paso, cuando sus piernas cedieron ante su peso; esperó alrededor de quince minutos más para intentarlo nuevamente, al final logró hacerlo y caminó hasta la cocina.
Se sirvió un vaso de agua y sacó del refrigerador una banana milk, caminó lentamente con ambas cosas en las manos, y luego de un brutal esfuerzo se sentó en el sofá, colocó las cosas en la mesa de café en la sala y tomó las tabletas, junto con el agua. Momentos después, levantó su camiseta de pijama lentamente y con cuidado se untó la pomada que le dio Jonghyun, lanzó un pequeño suspiro al sentir el clásico ardor de los ungüentos desinflamatorios.
Finalmente comenzó a beber la banana milk, que cumpliría la función de desayuno… si bien tenía un día completo sin probar bocado, pudo ingerir la bebida sin problemas y lo mejor, sin ninguna nausea.
Su celular comenzó a vibrar, era una llamada de su primo.
- Hola…- saludó serio, con la voz un tanto ronca.
- Hola, Taeminnie, ¿cómo estás? ¿Estas es clase?
- Estoy bien, Onew-hyung- aclaró un poco su garganta- no estoy en clase…
- Ah… entonces en tu receso… ¿verdad?
- Hyung… no fui a la escuela- aspiró profundo.
- Taemin, ya habíamos hablado sobre esto… no puedes seguir con tu rebeldía, ¿qué vamos a decir en tu escuela?
- Que me sentía mal.
- ¿Te das cuenta de lo que dices?
- Si; no es mentira… de verdad me siento mal…
- No te creo… de igual manera te iré a ver al rato.
- ¿Para qué? ¿Para cerciorarte de que no esté mintiendo?- soltó una carcajada irónica- Jinki-hyung, tengo cosas más importantes que hacer; no llames nuevamente, no contestaré… bye~- cortó la llamada, de nuevo se puso a llorar, si bien, siempre había querido a Jinki como a un hermano, se sentía traicionado y con un excesivo deseo de lastimarse.
Trabajosamente se puso de pie y se dirigió lo más rápido posible al baño… sólo en aquel sitio se permitió liberar sus sollozos.
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El timbre sonaba en la puerta, Taemin no sabía cuánto tiempo llevaba en el baño… las heridas ya no sangraban pero aún dolían; eran seis cortadas de unos 4 cm de largo cada una, estaban en el brazo izquierdo; las observó como en un trance, con la otra mano tomó una venda que estaba cerca del lavamanos y comenzó a envolver lentamente el brazo herido.
Cuando terminó, se miró al espejo, encontró a un chico delgado, pálido, con la cara amoratada y los ojos terriblemente tristes; suspiró con fuerza, el timbre sonó una vez más, por lo que fue a abrir.
Se sorprendió al ver al mismo chico ojón que le ayudó ayer.
- Taemin… ¿te sientes mal?- preguntó con el rostro lleno de preocupación.
- Hyung…- el menor le miró confundido- ¿qué haces aquí?
- Sólo v-vine a ver si estabas bien… me quedé preocupado ayer.
- Estoy bien…- se sonrojó un poco.
- ¿Fuiste a la escuela?- preguntó, desviando un poco la mirada; Taemin se veía hermoso sonrojado.
- No… fíjate en la hora, hyung…- respondió extrañado.
- Por eso lo digo… son las 4:00… pudiste haber llegado de la escuela y ponerte de nuevo el pijama.
- ¿Las 4:00?- ladeó tiernamente la cabeza- ¿pijama?- bajó la vista para mirar sus ropa y se sonrojó aún más que antes.
- Taemin, no tiene nada de malo… después de todo estas lastimado.
- Uhmmm, sí…- susurró distraído, las piernas le dolían y se sentía tembloroso.
- Taemin!- el menor giró su rostro en dirección a donde escuchó su nombre… era Jinki, con muchas bolsas en las manos- ¡ya vi por qué no asististe a la escuela! ¿Qué haces en pijama frente a un hombre mayor que tú?
- Hyung… no es…
- ¡Y encima de todo estás golpeado!, ¡él te hizo daño!, ¿verdad?- soltó las cosas y lo tomó bruscamente de los hombros- ¡Responde!
- M-me lastimas- susurró Taemin, con los ojos cerrados por el dolor.
- ¡Lo siento!- contestó Onew soltándolo rápidamente.
Minho vio tan tembloroso al pequeño castaño que decidió brindarle apoyo extra sosteniéndolo suavemente de los hombros, el menor le agradeció con la mirada.
- ¡¿Entonces son pareja?!- ambos chicos se sonrojaron y negaron.
- Hyung sólo me ayudó… a-ayer me intentaron asaltar… y por eso…- el azabache sabía que era mentira pero le siguió el juego, después hablaría con su dongsaeng.
- Oh, Taem… discúlpame… ¿te parece si entramos?- dijo el mayor con una sonrisa leve.
- Minho-hyung… por favor entra tú también…- pidió el castaño mirando a los ojos del azabache, que de inmediato asintió.
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Jinki preparó gran cantidad de alimentos a manera de agradecimiento a Minho por haber rescatado a su pequeño primo; el azabache sentía que estaba siendo terriblemente aprovechado de las buenas intenciones del mayor, por lo que en un descuido del mayor volteó a ver a Taemin, él le dio una mirada de advertencia.
- ¿Y desde cuando se conocen?- preguntó Jinki.
- Pues…
- Desde hace tres meses- contestó Taemin interrumpiendo a Minho.
- Dudo que estén juntos en la escuela, ¿de dónde…?- el menor volvió a interrumpir.
- Hyung es amigo de Jonghyun-hyung y Key-umma…
- Tae… no le digas umma a Kibum-shii, ya te lo había dicho, ¿no?- el menor asintió lento, algo pálido a los ojos de Minho.
- Hyung… ¿qué tiene de malo que Taemin-ah le diga umma a Key?- preguntó Minho con clara curiosidad.
- Es una falta de respeto a su madre; Taemin ya lo sabe.
- No creo que sea así… es decir, él no está negando a su madre… es sólo un sufijo como “hyung”.
- Minho-shii, supongo que no estamos educados de la misma manera; a Taemin ya se le ha explicado lo que debe y no debe de hacer; te ruego que no te metas en asuntos que no son de tu incumbencia- habló el mayor con una sonrisa.
La cena terminó con cero plática entre los presentes, Minho no podía dejar de notar lo mal que comía el menor de los tres, que sólo había ingerido un tercio de la ración que había en el plato; se quedó absorto mirándolo, se veía pálido, demacrado, demasiado delgado e incluso hasta enfermizo, por no decir nada de sus ojos… aquellas orbes avellanas que tanto le habían llamado la atención estaban llenas de una profunda tristeza. Su vista bajó hasta las manos del pequeño chico, vio con horror como Taemin restregaba las uñas de su mano derecha contra el dorso de la mano izquierda, ya tenía una herida que sangraba copiosamente.
- T-Tae… tu mano…- susurró Minho, sólo el menor escuchó y distraídamente dirigió su vista a sus manos, respiró profundo y luego se puso de pie, ante el desconcierto de Jinki.
- Taeminnie… ¿pasa algo?- preguntó el mayor.
- No, hyung… sólo quiero que te vayas… que ambos se vayan.
- Taemin pero…
- Lárguense los dos.
El mayor de los Lee se levantó profundamente molesto de manera que sólo se colocó los zapatos y se retiró sin importarle sin Minho hacía caso o no.
- ¿Y tú qué esperas?- preguntó Taemin impaciente sin mirarlo.
- Taemin-ah…
- Odio que me vean así… por favor lárgate- susurró.
- Taemin- lo abrazó; el menor sólo se quedó quieto, con los brazos a cada lado de su cuerpo- deja de hacerte el fuerte.
El primer sollozo acudió a la garganta del pequeño, a estos otros más le siguieron y entonces por fin un llanto desgarrador comenzó. El menor se aferró a la espalda de la camiseta del mayor, que sólo atinó a reforzar su abrazo.
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Después de bastante tiempo, alrededor de 40 minutos, en el que Taemin no dejó de llorar; Minho no tenía ni idea de porqué le dolía tanto ver al menor tan deshecho… dudaba de que sólo fuera por los malditos que lo molestaban en la escuela.
El castaño hizo el ademán de separarse y por supuesto que el azabache lo permitió; en cuanto el menor se vio desprotegido, haló las mangas de su pijama para cubrir sus manos, Minho lo notó.
- Taemin-ah, necesitamos curarte esos rasguños- el menor asintió- ¿tienes un botiquín?- preguntó suave.
- Si… está en el baño, en la repisa de arriba… el b-baño está por ese pasillo, es la puerta azul- respondió lentamente.
Minho siguió las indicaciones y rápidamente volvió a la sala-comedor con una caja en manos, pudo divisar la cabellera castaña en el sofá, el menor estaba acostado en posición semifetal.
- Taemin-ah, muéstrame tu mano- el castaño obedeció, se le veía cansado, Minho sabía que en cualquier momento se quedaría dormido. Con cuidado, aplicó un antiséptico en la zona herida y luego procedió a limpiarle la herida con una gaza, finalmente cubrió las heridas con otra gaza limpia y la fijó con cinta adhesiva hipoalergénica.
- G-gracias…- susurró.
- No hay de qué… Tae… encontré… una navaja… y…- el niño palideció rápidamente.
- Hyung… no digas nada.
- Taemin-ah… no puedes seguir así.
- ¡No sabes nada!- gritó cubriéndose el rostro con ambas manos.
- Taemin… sé que estás herido, pero no es la manera de liberarte.
- Tu viste a hyung… a él… yo no le importo- otras lágrimas volvieron a correr por las mejillas del castaño.
- Le importas, pero al ser mayor piensa en tener la razón, siempre. Taemin-ah… hagamos un acuerdo… yo te ayudo a superar esto y tú me ayudas a superar mi tristeza… ambos nos ayudaremos… ¿qué opinas?
- Lo pensaré…- susurró sin destapar su rostro.
- De acuerdo, en ese caso… por hoy me retiraré… mañana vendré a verte.
- No… hyung… por favor quédate…
- Está bien…
Eso era lo ideal… Minho superaría su ruptura y Taemin su depresión… un trato justo, ¿no?