Abrió los ojos cansado, el sonido de la alarma lo despertó, apagó rápido el molesto ruido de su celular y se quedó unos segundos más recostado sobre su espalada; sentía que su cuerpo pesaba demasiado y quería seguir durmiendo pero sabía que debía levantarse… no podía darse el lujo de faltar a clases de nuevo. Un suspiro escapó de sus labios, con cuidado se sentó en la cama… ¿en la cama? Él había dormido en el sofá como siempre… ¿o no?
Algo atontado y adormilado se puso de pie para dirigirse a la sala-cocina-comedor del apartamento… el olor a comida le provocó unas náuseas terribles… miró con odio en dirección al “intruso” como había decidido llamarle a Minho.
- ¿Qué rayos crees que haces?- preguntó Taemin molesto.
- Cocinando algo para que desayunes… pensé que dormirías más tiempo- contestó el mayor con una sonrisa.
- Iré a ducharme y cambiarme... no vengas…- dijo cortante el menor.
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Taemin volvió minutos después vestido con un uniforme clásico color negro y una toalla blanca sobre sus largos y castaños cabellos que escurrían aún.
- Siéntate- ordenó amablemente el mayor- te serviré en un segundo.
- No voy a desayunar, ya es tarde y necesito irme a la escuela.
- ¿En sábado? Sólo los de tercer grado asisten en sábado…
- Soy de tercero.
- Pero tienes dieciséis…- susurró confundido.
- ¡¿Y eso importa?!- gritó harto- me adelantaron… ¿ya?- rodó los ojos.
- No te molestes… por favor siéntate, te llevaré a la escuela en cuanto termines de desayunar.
- No soy un niño…- el azabache colocó un plato con un omelette de queso y jamón y un vaso con jugo de naranja.
- Sé que no lo eres, por favor hazme caso- el castaño chasqueó la lengua y obedeció- mastica lentamente.
Sólo dio unos cuantos bocados antes de que las náuseas volvieran por lo que un gesto de incomodidad apareció en su rostro. Sin decir palabra se puso de pie y cubriendo su boca con asco se dirigió al baño. Minho lo siguió de cerca intentando atenderlo.
- Taemin-ah… ¿la comida estaba en mal estado?- el menor negó con esfuerzo, aspiró de manera dificultosa y sin poder retenerlo comenzó a vomitar en el retrete, el mayor acarició su espalda en un intento de consuelo, al tiempo que le sujetaba el cabello. Cuando las arcadas pasaron, el alto ayudó a asearse al menor.
- T-te dije que no quería desayunar…- susurró el pequeño, con los ojos llenos de lágrimas.
- Lo siento…- un sollozo escapo de la garganta del castaño. Minho lo rodeó con sus brazos- de verdad lo siento… Tae…
- E-estoy… bien…- suspiró intentando controlarse- necesito ir a… a la escuela… n-no puedo perder más clases.
- Te llevaré- Taemin no dio pelea.
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Ya estaban por llegar a la escuela (a una cuadra, para ser precisos) y el menor estaba comenzando a sentirse nervioso, su rostro ya estaba más pálido de lo normal y un sudor frío le llenaba el rostro.
- ¿Taemin-ah?- el castaño inhaló con fuerza, deteniendo su andar- ¿te sientes mal?
- N-no… sólo necesito controlarme- suspiró- estoy actuando como un niño…- Minho quiso preguntar pero decidió no hacerlo, al ver que estaban frente a la puerta del instituto.
- ¿A qué hora sales?
- A las 12…- murmuró.
- Vendré por ti entonces… podemos ir a algún sitio si quieres- el menor negó- ¿Tae?
- Deja de tenerme lástima.
- Tae, no es lástima… es… uhmm, ¿interés?- el castaño rodó los ojos.
- Tampoco soy atracción… lo mejor será que dejes de buscarme, mis padres volverán pronto de su viaje y puedo cuidarme solo.
- ¿Y qué me dices de lo que te propuse?- preguntó Minho seriamente.
- No creo ser adecuado para que superes tu “tristeza”… no creo ni siquiera que conozcas la verdadera depresión.
- La conozco…
- Lo dudo… mi clase comienza pronto… gracias por todo; no vuelvas a acercarte a mí- hizo un reverencia exagerada y se adentró al plantel.
Todo por su maldito orgullo…
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Los murmullos y risas indiscretas aparecieron cuando comenzó a caminar por los pasillos, decidió no apresurar el paso, tenía que fingir que no le importaba… aunque eso fuera mentira… odiaba no poder hacer amigos en la escuela.
Al ingresar a su salón, múltiples gritos de burla comenzaron… incluidas algunas agresiones físicas “leves” como tirones de cabello, empujones, pequeños puntapiés y pellizcos.
- ¿Qué pasa, Lee?- preguntó con sorna un chico mucho más alto tras observar la enojada mirada del menor.
- Estoy harto…- dijo entre dientes.
- ¿Perdón?- rio sarcásticamente- creí haber escuchado algo…
- Estoy harto- repitió el castaño. El otro chico lo tomó bruscamente del cabello haciendo que levantara su rostro.
- Escúchame bien… no tienes derecho a cansarte, eres nuestro juguete y como tal, debes estar aquí, esperando por el siguiente juego.
- ¿Sólo por ser menor?, ¿por ser increíblemente mejor que ustedes?- rio con ganas- que excusa más patética… deberías concentrarte en superarme y no en seguir fastidiándome.
- ¿Crees que sólo es por eso?- sin remordimiento alguno estampó su puño contra la mejilla izquierda del menor, provocando una herida en su labio- no te creas tan importante, estúpida rata- y le escupió directo a la cara… fue la gota que derramó el vaso… Taemin se le arrojó encima.
Por primera vez decidió defender su orgullo…