Taemin seguía de pie mirando a Jinki sin entender nada.
- ¡¿Qué diablos hiciste?!- repitió el mayor.
El chico castaño sólo bajó la mirada a la navaja en su mano, la levantó nuevamente ante la atenta mirada del otro y se provocó otro corte en el dorso de la mano. Onew se acercó a su primo y lo forzó a soltar el objeto afilado cortándose ambos, aunque no lo logró.
- ¡Suelta la maldita navaja, Taemin!- gritó; el más joven obedeció palideciendo en el acto; el objeto salpicó sangre en el suelo.
- J-Jinki-hyung… y-yo…- más lágrimas acudieron a los ojos del menor.
- Cállate y quédate aquí.
El castaño mayor salió del baño hecho una completa furia logrando alterar más al pequeño. El chico se dejó caer al suelo y tomó cabellos con fuerza, llorando más fuerte aún. Jinki había vuelto con una chaqueta y un pijama.
Prácticamente vistió a la fuerza al menor que estaba histérico, teniendo un ataque de nervios… dentro de la desesperación, Onew abofeteó al su primo, que lo miró completamente asustado.
- Te llevaré al hospital y llamaré a tu padre- Taemin negaba, Jinki le terminó de colocar la chaqueta- no me obligues a cargarte y subirte a la fuerza.
- N-no… n-no…- repetía el niño arrastrándose hacia la bañera del sitio, intentando mantenerse a salvo.
Jinki lo detuvo del brazo derecho, haciendo que el otro soltara un grito de dolor, pues ya estaba sangrando de nuevo; con brusquedad lo obligó a levantarse y lo cargó al modo princesa aunque Taemin lloraba, gritaba y pataleaba.
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En cuanto el menor se presentó en el hospital siendo cargado por su primo, un médico se acercó de inmediato; Taemin estaba excesivamente asustado y no había dejado de llorar.
- Pequeño, sólo voy a revisarte para que te sientas mejor, ¿de acuerdo?- preguntó con amabilidad el joven médico.
- ¡No!- gimió el menor.
- Vamos por aquí, por favor.
- ¡No quiero ir!- gritó de nuevo el menor, logrando soltarse de los brazos del mayor que de nuevo ante la sorpresa del doctor, había levantado su mano para abofetear al chico.
- ¡Basta!- exigió- no es posible que lo trate así- Jinki lo miró fríamente.
- ¿No ve que está actuando caprichosamente?- preguntó como si fuera obvio.
- Sólo veo un niño asustado, por favor manténgase lejos, haré mi trabajo- con cautela se fue acercando al castaño- pequeño, vamos… no te haré daño- el menor negó- vamos… no soy malo.
- Taemin- el nombrado se tensó notablemente ante la voz de su primo- llamaré a tus padres… pero podría reconsiderarlo si obedeces… ve con el médico.
El menor no se opuso, aunque seguía temblando; Lee Joon, el doctor, lo guio hasta uno de los consultorios.
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El tiempo había pasado y Minho estaba como antes, caminando histérico por su departamento; sólo pensaba en Taemin y como no hacerlo, si lo había visto llorando como nunca.
No sabía si ir hacia el hogar del castaño… pero decidió no hacerlo… por no causarle molestias al pequeño chico.
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- Familiar de Lee Taemin- llamó una enfermera.
- Soy su primo- comentó Jinki poniéndose de pie y acercándose.
- Puede pasar al consultorio- indicó; el muchacho asintió y siguió las indicaciones de la mujer.
Cuando entró al lugar, buscó rápidamente a su familiar, viéndolo completamente dormido en una camilla. El médico se encontraba preparando un catéter con una pequeña vía a una solución salina.
- Por favor tome asiento en lo que yo termino esto- pidió secamente.
- ¿Por qué está dormido?
- Tuve que aplicar un medicamento tranquilizante, se puso muy mal cuando vi las heridas.
- ¿Qué le está aplicando?- preguntó interesado, sentándose en una silla frente al escritorio del médico.
- Es una solución rehidratante; Taemin-shii está deshidratado y con la glucosa baja, prefiero tenerlo bajo vigilancia en lo que el suero se termina
- Ese niño tiene que entender que no puede vivir de aire.
- Al igual que usted debe de entender que los golpes y las amenazas no solucionan nada.
- A mí tampoco me gusta tratarlo así- contestó Onew en su defensa.
- Pues pareciera que sí, porque el niño le teme.
- Tampoco me gusta eso…- susurró sinceramente y al doctor ya no le pareció tan malo.
- ¿Por qué lo hace?- preguntó mirando el flujo del pequeño gotero.
- Bueno… Taemin es hijo único y siempre ha sido muy consentido… recientemente lo adelantaron unos años y yo comencé a tratarlo así intentando que fortalezca su carácter, además de que su madre enfermó…- suspiró- sólo quiero que no sufra lo que yo si su madre fallece… no quiero que se hunda en algo de lo que no pueda salir… quiero que sea fuerte y demuestre ante todos que es un chico admirable.
- Dudo que sea correcta la manera en que lo está intentando…- comentó el mayor- aunque es un linda la manera en que se preocupa de él- agregó con una sonrisa sincera que hizo sonrojar a Onew- el siguiente paso es ayudar a Taemin-shii como es debido; no es posible que pese 15kg menos que lo debido y tampoco son buenas esas lesiones… además de que comentó algo sobre compañeros agrediéndolo… por ahora sería ideal programar una cita con un psiquiatra y hacernos cargo de su nutrición. ¿Puedo preguntar sobre sus padres?
- Mis tíos están en E.U.A. pero regresarán el lunes.
- Hay que comunicarles el estado de salud de Taemin-shii y comenzar pronto con el tratamiento; me gustaría que volvieran el lunes para hacer otros chequeos físicos, que no pude realizar debido al nerviosismo del niño. En cuanto el suero termine, podrá volver a casa.
- De acuerdo- contestó Jinki.
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Onew decidió cuidar a Taemin en su departamento, puesto que era más amplio; llevaba cargando a su primo en la espalda y luego de ingresar a su hogar fue a dejarlo a su propia habitación.
El castaño seguía profundamente dormido, pues aparte del tranquilizante, el médico aplicó un antibiótico inyectado, ya que algunas de las heridas se estaban infectando.
Con el mayor cuidado posible, lo cambió de ropa nuevamente, colocándole una camiseta muy holgada y un short, luego lo arropó con una cobija un tanto gruesa; finalmente acarició sus cabellos con suavidad.
Esto había sido una llamada de atención para él…
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Habían llegado al aeropuerto, por fin volvían a Corea… ansiaban ver a su pequeño hijo y darle la sorpresa de que volvieron antes, ignorando el hecho de que ellos serían los sorprendidos.