Natsu estaba demasiado enfadado, aunque no lo admitiera. Ver a Loke abrazar de una manera posesiva y con una sonrisa (un tanto pervertida) al mago de hielo era un tanto... inquietante.
... Y por alguna razón quería matar a Loke y separarle del niño.
Por que sí, Gray ahora mismo era un niño de no más de 10 años. Todo había sucedido intentando descifrar la escritura de un libro que habían tenido que recuperar. Gray leyó alguna cosa que no tenía que leer y de pronto acabó siendo un niño. Levy y Lucy habían descifrado finalmente que el efecto pasaría en tres días. Al principio el mago de hielo se había indignado, pero al final simplemente se había acostumbrado. Y ahora estaban al inicio del segundo día.
Su mentalidad seguía siendo igual que antes, pero sí que tenía algunas cosas de niño, como el echo de dejarse abrazar por Loke, colocando sus piernas alrededor de la cintura del león y sus brazos en el cuello del adulto. Loke, por su parte, lo estaba rodeando completamente con sus brazos.
— ¡Qué lindo, Gray! — Comentó Cana, mientras veía como el mago de hielo colocaba su cabeza en el hombro del espíritu estelar.
— Estoy cansado. — Susurró aún con su cabeza apoyada en el hombro de Loke. Loke estaba sonriendo como un tonto - y a los ojos de Natsu algo pervertido -, y Natsu por su parte estaba realmente enfadado.
— Gray, te vas a caer. — Dijo Loke, antes de colocar sus manos en el trasero del niño, apretándolo, haciendo al azabache sonrojar. Esa fue la gota que colmó el vaso. Antes de darse cuenta, se había levantado y había cogido a Gray de los brazos de Loke y había golpeado a Loke tan fuerte que lo había mandado directamente al mundo de los espíritus de nuevo.
— ¿¡Qué haces, cerebro de llama!? ¡Suéltame! — Se quejó el mago de hielo, hasta finalmente soltarse de los brazos de Natsu. — ¿Qué mosca te ha picado? — Preguntó algo molesto, cruzándose de brazos, sentándose en una de las mesas.
— ¡Ese pervertido te estaba tocando el culo! — Gritó indignadamente.
— ¡Por que me estaba sujetando! — Se excusó el mago. Una vena creció en el cuello de Natsu, ¿es que acaso a Gray le gustaba Loke y por eso le defendía?
— ¡Púdrete en el infierno, ojos caídos! — Gritó, antes de salir del gremio. Bueno, las cosas irían mejor a la tarde, seguramente.
Mal pensado. Por alguna extraña razón de reuniones entre gremios, Sting, Rogue y Lyon estaban en el gremio. Lyon se acercó animadamente al pequeño Gray.
— Je. Es parecido a cuando éramos niños y hacíamos todo juntos. — Comentó, sentándose al lado del pequeño niño. — Siempre tenía que cuidar de ti porque eras demasiado torpe. — Bromeó, mientras sentaba al niño en su regazo, quien le sacó la lengua indignadamente. Extrañamente no se quejó del cariñoso movimiento de su hermano mayor, lo que hizo a Natsu ponerse más enfermo de lo que normalmente se ponía cuando iba en tren.
— ¡Calla Lyon! Yo era muy fuerte y no necesitaba a nadie, ¡Eras tú y Ur que erais muy sobreprotectores conmigo! — Se quejó indignándose.
— ¡Ja! ¡Pero bien que hacías un puchero cuándo no nos bañábamos juntos! — Gray se sonrojó en ese momento y apartó su vista.
— Es que tus manos eran muy suaves...— Susurró de manera tierna. Aquello dejó (literalmente) a Natsu sin habla, a Lyon sonriendo como un tonto comenzando a acariciar el cabello negro del niño y a los otros chicos y chicas del gremio mirando a Gray con esa cara de satisfacción y ese sonrojo que tenía al sentir las manos de Lyon sobre su cabello.
— ¡Kawaii! —
Y Natsu pensó que (por algún motivo desconocido) quería dejar a Gray sin hermano mayor. Así que cuando vio a Sting y Rogue con intención de acercarse al pequeño mago de hielo que estaba (muy, demasiado e inquietantemente) lindo en el regazo de Lyon, un sonoro gruñido de posesión se escapó de sus labios, lo que hicieron al momento que Sting y Rogue se apartaran, un poco asustados.
Por alguna razón, Gray se alegró del hecho de que Natsu consiguiera apartarles, pero se alegró aún más cuando siguió sintiendo el masaje de Lyon por su cabello. Por Dios, Lyon debería dedicarse profesionalmente a hacer masajes. Por otro lado, ignoró el instinto y la mirada asesina que Natsu le estaba mandando continuamente.
Natsu tuvo que aguantar durante todo el día como Lyon tenía una perfecta relación con su hermanito pequeño, y además tenía que vigilar a Sting, Rogue y Gajeel, que extrañamente parecía también tener intención de estar con el pequeño niño.
Al día siguiente, Natsu estaba harto de como todos le decían cosas bonitas a Gray y Gray extrañamente en vez de ser un estúpido o contestar bordemente, simplemente daba las gracias a todo. Porque así sabía que Mira e incluso Erza le darían trozos de pastel y demás.
— Gray, ¿Te has bañado? — Curioseó Lucy sonriendo. Gray se encogió de hombros.
— Sí, bueno, me he duchado. ¡Ser un niño no me impide asearme! —
— ¿No quieres darte un baño? — Le preguntó. — Podemos bañarnos juntos si quieres...—
Natsu saltó de pronto en ese momento.
— ¡Gray se va a bañar conmigo, me lo ha dicho antes! —
— ¿Qué? Yo no he dicho...— Sin embargo, antes de poder acabar, Natsu había cogido al niño y había salido disparado por la puerta del gremio, ¡Ventajas de no ser un niño!
Natsu se sonrojó ante sus pensamientos pervertidos. Habían aparecido en cuanto había convencido (obligado) a Gray de tomarse un baño con él. Estaba lavando a Gray, a un Gray de no más de 10 años físicamente, y sentía la tentación de hacer algo más. Pero sabía que no podía, primero, porque Gray ahora era un niño, y segundo, porque él y Gray no eran nada. Pero su cuerpo prácticamente estaba actuando por su cuenta, y antes de darse cuenta y poder detenerse así mismo, estaba mordiendo de manera posesiva al niño, escuchando un leve jadeo de queja y placer al mismo tiempo.
— Nat... Su... ¿Qué... Haces...? — Preguntó de manera nerviosa con un sonrojo enorme. Pero Natsu no contestó. Colocó sus manos en el trasero del niño y el mago de hielo se puso en pánico. — Natsu... No podemos hacerlo ahora... —Susurró con nerviosismo. — Natsu...— Comenzó de nuevo, sin embargo, tuvo que detenerse cuando el dragon slayer fue directo a sus labios, besándole, haciéndole gemir. Se sentía casi obligado a seguir el posesivo y rudo beso del dragon slayer. Cuando se separó, el niño estaba jadeante y Natsu sonrió.
— Gray... Mi instinto está actuando por si solo, estoy intentando detenerme, pero si no paras de poner esa expresión no podré detenerme más. — Comentó, mordiendo de nuevo el cuello.
— ¡Na-Natsu! ¡No podemos hacerlo, soy un...! — Comenzó a quejarse el mago, sin embargo, antes de poder acabar, su cuerpo volvió de pronto a la normalidad. — ¿Niño...? — Natsu comenzó a reírse animadamente y Gray se puso demasiado pálido.
— Je... Ahora ya no tienes ninguna excusa, ¿verdad, Gray? —
Lo siguiente pasó demasiado rápido. Natsu ni siquiera sabía porqué realmente lo estaba haciendo, pero su instinto le decía que lo hiciera. Algo en su instinto le decía que quería proteger a Gray, que no quería que nadie se acercara a él, que quería marcarle como de su propiedad y nadie se lo iba a impedir.
Y Gray, a pesar de que su mente, sus pensamientos le estaban diciendo que tenía que apartarse rápidamente, que no podía dejar hacer a Natsu lo que él quisiera, su cuerpo se negaba a responder, y parte de su mente también.
Sólo podía jadear y gemir ante las caricias de su rival, sintiéndose realmente alguien débil por dejarse dominar por un impulso sexual, ya que de otra manera no lo hubiera hecho, puesto a que no tenía sentimientos por Natsu. Aquello le hizo reflexionar por un momento, mirando fijamente al hombre que le había abierto las piernas y estaba a punto de entrar en él, de conectarse, de ser uno.
¿Si él no amaba a Natsu, porqué le había dejado ser tan posesivo? ¿Por qué al final siendo un niño no quería que ninguno de esos pervertidos le tocara? ¿Si él no amaba a Natsu, porque se encontraba justo en ese momento susurrando el nombre del que consideraba su rival al sentir como su miembro entraba en él?
¿Por qué sólo quería sentir a Natsu y no a nadie más?
Cuando todo acabó, Gray se quedó mirando una vez más al dragon slayer. Su sonrojo aún no se había ido. Y no pudo evitar que un susurro saliera de sus labios.
— Yo... ¿Tengo sentimientos por ti? —
Y cuando Natsu escuchó esa pregunta supo que no se había equivocado al tener celos, o al evitar que cualquier otro pervertido (porque sí, él mismo admitía ser un pervertido) tocara a ese niño sexy llamado Gray sin su permiso. Así pues, sabiendo que sus sentimientos eran correspondidos, se dirigió de nuevo al chico, sin dejarle descansar ni un momento.
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Wendy y Romeo, los niños inocentes, se preguntaron que si la cojera que Gray tuvo durante una semana fue producto de volver a ser adulto de nuevo.
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