Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mascaras. por niky-cham

[Reviews - 181]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, hola :)

Que alegria, el capitulo pasado tuvo muy buena recepcion. 

A todos ustedes que me comentaron, les doy las infinitas gracias, recuerdo ran parte de las cosas que me dejaron y me siento muy emocionada al saber que les gusta lo que he creado, asi como tambien la forma en que lo he hecho. Muchas gracias a todos.

Este capitulo espero aque tambien les guste mucho, aqui se los dejo para que lean.

No olviden que las actus son los miercoles, en la noche y con hora Chile.

Capítulo 2: In White.

Blanco, eso fue lo único que pudo ver al despertar. Pestañeo un par de veces y luego movió su cuello, esta vez fue capaz de observar la bolsa de suero y el catéter concitado a su brazo, la mesa con una jarra de agua y una silla vacía a su lado. Cubrió su  rostro con los brazos… Había fallado.

Al principio le costó comprender lo que hacía en ese lugar. Sus últimos recuerdos de, lo que creía, fue el día anterior, se encontraban revueltos y confusos, pero sabía muy bien  lo que había hecho, al mismo tiempo recordaba las razones. Muchos creerían que tener la mente despejada le ayudaría a pensar mucho mejor en lo que había hecho, que de esa manera recapacitaría, y de alguna u otra forma llegaría a la conclusión de que nada era tan terrible como para intentar dar fin a su propia vida, pero en eso también se equivocaban, ahora se sentía mucho más seguro de sus acciones, ya había tomado una decisión y no podría retroceder hasta cumplir su cometido. Así era Kise Ryouta, aunque mucho creyeran lo contrario, una persona que terminaba todas y cada una de las cosas que comenzaba.

-¡Seria millonaria si me pagaran cada vez que veo esta expresión! –La voz cantarina que provenía de la puerta, le obligo a descubrir su vista y observar a su costado. Se veía joven, traía la bata blanca abierta en el dentro, unos lapiceros colgando de su bolsillo y una sonrisa, que a su gusto, parecía burlarse de todo su dolor.

Por primera vez no quiso fingir, no valía la pena hacerlo, seguro después de recibir a un paciente tras un intento de suicidio dejaba bastante claro que él no era la persona más feliz del universo. Se regodeo al hacer un gesto de hastió puro, chasqueo la lengua y giro el rostro, dispuesto a ignorar a la joven, que supuso, sería su médico.

-Muchacho que malos modales tienes –Acoto ella acercándose para tomar alguno de sus signos vitales. Ausculto algunas cosas, cuantifico otras, la verdad es que Kise no estaba interesado en saberlo. –Me imagino que no estás muy feliz con los resultados, pero ya que estamos en esto podrías cooperar un poquito conmigo. –

-Este no es su problema. Debería limitarse a hacer su trabajo –Aconsejo el rubio observando al lado contrario de la médico. Se sentía bien no tener que fingir en nada.

-Pues mira tú que coincidencia, eres mi paciente, eso hace que tus problemas sean parte de los míos ¿Entiendes? –

-Pensé  que su labor era ver que todo en mi cuerpo está bien, y enviarme de regreso a casa. Si eso es todo, entonces me voy –Externo levantando parte de su tórax.

-Aguarda un momento Kise. Puede que tengas razón, muchos médicos actuarían de esa forma, pero yo no pertenezco a ese grupo de profesionales, soy una médico psiquiatra, y no estudie siete años para ver que todo estuviera bien en el “cuerpo” de mis pacientes y luego enviarlos a casa así nada más. Te recomiendo que cooperes conmigo, antes de que considere que eres una persona inestable para vivir en sociedad y envié una solicitud a tu hermana para internarte en una clínica especializada. –Soltó ella con confianza.

-¿Me está amenazando? –Consulto el rubio, dignándose por primera vez a observar a su acompañante.

-¡Por Dios, no! Una doctora sería incapaz de amenazar a sus pacientes. Estoy dándote a conocer las consecuencias de tus actos Kise, bien podría yo haberme marchado de aquí, sin hacer siquiera el intento de que cooperaras conmigo. –

-¿Quieres que te de las gracias? –

-Bueno, estaba por terminar mi turno y llego una mujer desesperada con un niño desfalleciente en el auto, tuve que preparar un pabellón, a otro médico y unas enfermeras, estuvimos hasta media noche realizando una limpieza estomacal y luego tuve que quedarme aquí gran parte de la madrugada monitoreando sus signos y hablando con una pobre mujer que no entendía en lo más mínimo las intenciones de su hermano… A veces me arrepiento de haber estudiado medicina ¿Sabes? Este es un trabajo ingrato. Cuando los paciente ni siquiera te dan las gracias.

-hubiera sido mejor que se marchara a su casa y me dejara en el auto –Soltó de mala manera en un susurro.

-Escúchame bien –Las manos suaves y con ese rosa pálido le tomaron el rostro y le obligaron a mirar, encontrándose de frente con esos ojos verdes e inquisidores –Eres un  muchacho hermoso, tienes una carrera  fantástica por delante y podrías conseguir todo lo que quieres con solo proponértelo. –

-¡Usted no sabe nada! –Exclamo Kise desesperado soltándose de su agarre.

-Dame un año –Propuso ella luego de un largo silencio –Dame un  año para demostrarte que estas equivocado. ¿No te da curiosidad saber que sucederá en este año? Hay una infinidad de cosas que puedes perderte si abandonas el camino en este momento.

-No va a pasar nada bueno, toda la mierda va a seguir repitiéndose, 365 dias y cada uno de ellos será la copia exacta del día anterior. –Por un momento creyó que caería en la trampa de la médico, pero luego recapacito… ¿Qué cosa buena podría pasar de torturarse a sí mismo con otro asqueroso año de vida?

-¿Me obligaras a internarte? Kise tu entiendes que en este momento no puedo confiar en ti, ¿Verdad? –El rubio poso nuevamente su vista sobre la doctora, esta había decido utilizar un tono mucho más serio, sentándose frente a él. –En este momento tu eres mi paciente, y no logro ver en ti ni una sola característica que te permita volver a casa, al contrario, cada palabras que dices me da más certeza de que volverás a intentarlo apenas salgas de este lugar… ¿Quieres que te deje internado? ¿Eso es lo que pretendes con esta actitud tan agresiva? –De un momento a otro esa joven dulce y juguetona, se volvió una mujer, una doctora fuerte y muy decidida. Kise lo comprendió en ese momento, era hora de ceder.

-¿Qué quiere que haga? –Pregunto bajando la vista y mordiéndose los labios –Yo ya no quiero más de esto, estoy aburrido, siento que he llegado un punto en el cual no sé cómo continuar, la única opción es abandonarlo todo. No quiero seguir viviendo, de verdad no quiero. –Confeso haciendo el mayor esfuerzo por tragar sus propias lágrimas.

-No va a ser lo mismo, te lo prometo –Sabia que todo lo que estaba haciendo iba encontrar de la política, en contra de todo lo que había aprendido en la universidad, involucrarse de ese modo con el paciente, tanto que incluso llego a hacer promesas que no estaba segura de poder cumplir. –Vamos a trabajar en esto juntos ¿Te parece? –

¿Qué más daba? De todos modos no tenía alternativa. Solo le quedo como opción, asentir con la cabeza y tragarse toda la frustración que obstruía su garganta en ese momento.

-Vamos a arreglarlo Kise –Ella tomo sus manos y les dio un fuerte apretón a ambas –Tu hermana está afuera desde hace unos minutos, le hare pasar y vendré a hablar contigo por la noche. Todo va a salir bien –Como odiaba esas palabras.

La doctora se retiró moviendo sus caderas con gracia. Kise imaginaba lo que vendría ahora, sin duda ese se convertiría en el despertar más agotador de toda su vida. Tuvo intensiones de prepararse para el teatro, pero luego de unos minutos volvió a darse cuenta de que no valía la pena, guardaría fuerzas para cuando tuviera que regresar al instituto…

-¡¿En qué demonios estabas pensando Kise?! –Sí, ese fue el maravilloso “Buenos dias” de su hermana – ¡Me diste un susto horrible! Yo no sabía ni siquiera por donde comenzar. Soy tu hermana, nunca me pediste ayuda, nunca me dijiste que necesitabas de mí. ¿Por qué has hecho todo esto? –No sabía en qué momento toda la rabia de Asako, se había transformado en angustia y desesperación.

Kise la observo, intentaba retener las lágrimas limpiándolas con sus dedos, pero era una tarea casi imposible, ella apretaba sus labios y parecía incapaz de levantar la vista, su flequillo rubio le cubría la frente y aun no podía dejar de llorar.

-Asako –Susurro con la voz rota –No llores por favor, todo es mi culpa, no debía haberlo hecho. –Externo.

-¿Estas arrepentido? –Ella levanto su rostro esperando encontrar algo que su hermano realmente no sentía. Kise desvió la mirada y al igual que ella apretó sus labios –No lo estas… – Musito decepcionada.

-Pero no volveré a hacerlo –Aseguro Kise con convicción –Te lo juro, no lo volveré a hacer, asistiré a las terapias –Agrego luego, aunque sus palabras no poseían la misma intensidad de siempre. Asako se preguntó: “¿Ese era realmente su hermano?”

Con eso le bastaba, al menos por el momento, esa mínima intención de su hermano por salir adelante era suficiente. En ese momento tenía muchos sentimientos encontrados, de alguna manera sintió como si su hermano le hubiera estafado durante muchos años, como si todo lo que había vivido hasta ahora con su pequeño rubio revoltoso, no hubiera sido más que una horrible farsa.

Hablaron durante una hora más, sobre cosas mucho más triviales. Asako tuvo una larga charla con la doctora, le habían explicado cómo eran los dias posteriores a ese suceso, que probablemente Kise no estuviera muy feliz con sus resultados, y que todo se distanciaría un poco debido a lo que ocurrió, también le pidieron que no saturara a su hermano con preguntas, que no pidiera explicaciones. “Todo se dará a su tiempo”, había dicho la doctora, solo le quedaba confiar en el equipo médico y en la fuerza de Kise, nadie más que él, podría sacarse de su propia miseria.

Nuevamente solo, antes del almuerzo sacaron a su hermana. El había pensado que en momentos como ese siempre dejaban a la familia quedarse con el “enfermo”. Pero no había sido así, había quedado solo a medio día, y no tendría compañía alguna hasta el día siguiente.

Primero se sintió relajado, al fin se había acabado todo, ya no había miradas de lastima, ni sentía la obligación de esforzarse por parecer motivado, al fin estaba solo consigo mismo y eso de alguna u otra manera se le hacía liberador. Pero a veces uno mismo, puedes ser su peor compañía.

La imagen se repetía una y otra vez. Hubiera dado lo que fuses para que ese recuerdo se esfumara junto con su consciencia después de haber tomado las primeras quince pastillas. El dolor había regresado junto con la memoria… ¿Cómo pudo haber olvidado aquello que detono toda su explosión? Aomine tenía novia.

Se levantó de la camilla y camino hasta la ventana. Tras ese vidrio había un bonito día sábado, y la cancha del hospital, algunos internos jugaban Básquet en silla de ruedas. Esa era otra cosa en la que no había pensado últimamente ¿Cuándo su pasión por el básquet se había transformado en frustración e impotencia? …Quizás dejaría el equipo por un tiempo. Observo su tobillo, aun envuelto en ese vendaje y agradeció haberse lesionado, sería la excusa perfecta.

-Todo está mal Kise –Se dijo a su mismo, mientras apoyaba el rostro contra la ventana –no voy a salir de esta mierda. –Aseguro –Solo esperare que todo esto se calme un poco… Y lo intentare de nuevo.

Notas finales:

Bueno, ahora tuvimos un capitulo un poco mas corto y menos intenso que el anterior, aun nadie se entera de lo que hizo Kise... Pero no olviden "AUN, nadie se entera" :3

Ya veremos que sucede en el capitulo 3, que les digo desde ahora, sera bastante interesante :D

Espero que me dejen sus dulces comentarios y nos leemos nuevamente el proximo MIERCOLES.

Adios~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).