POV Luhan
Sehun continuó estimulándome un poco más, sin que yo pudiera moverme y por suerte mi hermano se levantó a hacer del baño. Eso espanto a Sehun e hizo que me dejara en paz. Pase el resto de la noche en una esquina con una almohada haciendo barrera entre Sehun y yo. No sé porque pensé que él podía ser bueno, ni menos porque me acosté a su lado, todo era un plan muy elaborado y yo había conseguido caer.
Cuando el sol salió, fui el primero en abandonar la tienda. Todos dormían o eso parecía, por lo que salí deprisa de allí. Camine y camine quien sabe cuánto que el lago fue el único que me hizo detenerme. Me quede allí sentado cerca de éste, sin pensar nada. Por alguna razón quería llorar y por otra deseaba aventar a Sehun al agua hasta que dejara de respirar.
Alcancé una ramita con la que me puse a jugar sin importar qué, no sabía cuánto tiempo llevaba allí, pero sabía que lo mejor era regresar. En cuanto me levanté escuche una rama romperse lo que me hizo ponerme en posición de defensa, miré a mi alrededor y escuché una risita.
—Sal de allí — me relajé y vi a Sehun con las manos arriba.
—No voy a lastimarte — siguió riendo.
Puse los ojos en blanco y comencé a andar pasando a su lado, pero me detuvo por el hombro, enseguida salte alejándome de él.
—Ya lo dije… no voy a lastimarte — levanto sus manos de nuevo y esta vez con una barrita de granola —, supuse que tendrías hambre, llevas toda la mañana fuera.
—No tengo hambre… — mentira. Sonaba mi estómago, pero esperaba que Sehun no lo escuchara, al parecer no porque insistió en darme la barrita y se la arrebate.
—De nada… — sonrió y avanzo a mi lado mientras yo me devoraba la barrita.
Seguimos avanzando y apenas me daba cuenta de todo lo que camine. Algo me resulto extraño y terrorífico, Sehun y yo caminábamos al lado del otro sin decir nada, como si lo de anoche o cualquier cosa hubiera ocurrido.
—Eres horrible… — susurre mientras lo dejaba atrás.
— ¿Qué dijiste?
—Nada… — avance más rápido sin dejar que me alcanzara, pero mis piernas débiles se tropezaron con una rama y conseguí caer de cara.
— ¿Estás bien?
Por suerte había metido las manos, solamente sentía entumecido mi cuerpo, y muy seguramente estaba raspado de las manos y rodillas. Vi a Sehun arrodillarse a mi lado para ayudarme a levantarme, no me negué de su ayuda, pero si me aparté en seguida. Más que nada por lo inquieto que me sentí cuando su mano tocó la mía.
—Gracias… — dije despacio limpiándome el pantalón.
—Ten más cuidado o romperás tu carita de porcelana.
Me giré rápidamente y lo fulminé con la mirada, quería agarrar una piedra para pegarle, pero algo mejor se me ocurrió.
—Pero adoras mi carita — comencé a avanzar hacia él y algo que me lleno de satisfacción fue verlo retroceder nervioso —, sabes… me he dado cuenta la manera en que me miras. Caerás primero…
—Yo… — se quedó en silencio sin saber qué hacer cuando su espalda pego en un árbol cercano.
Podría ser yo más pequeño de altura, pero en ese momento me sentía más alto y poderoso que él. Tartamudeo buscando una respuesta coherente, pero sólo fracaso cuando me puse frente a él.
— ¿Te gusto tocarme anoche? — dije lo más sensual que pude, eso funciono porque sentí como suspiro —. ¿Quisieras hacerlo de nuevo? —lo miré fijamente mientras mi mano tocaba la suya para guiarlo hasta mi cadera.
Sehun trago saliva cuando sintió lo hice apretar mi cadera… no me imagine lo que vendría a continuación. Ahora yo estaba aprisionado contra el árbol. Debía enojarme y quitarlo de encima, pero por alguna razón la adrenalina de ese momento me dejo allí expectante a lo que pudiera hacerme. El nervioso Sehun se había ido lejos y ahora estaba ese Sehun con aspecto serio que pretendía violarme justo allí… e iba dejar que lo hiciera.
Sus manos atraparon las mías rápidamente por encima de mi cabeza, sólo respiraba rápidamente y quería que hiciera algo, pero se dedicó a mirarme haciendo erizar mi piel. Solté un gemido cuando sus labios besaron mi cuello. No podía ser posible aquello. Todo mi cuerpo estaba siendo débil con sólo eso y no podía siquiera quejarme. Sabía lo que hacía con sus labios y lengua porque estaba excitándome demasiado.
—Serás mío Luhan…
Abrí mis ojos asustado… ¡¿Ahora, aquí?! Me sentí presa del pánico y trate de zafarme, pero no lo logre.
—No te muevas… — dijo en un susurro ronco mientras juntaba su excitación con la mía y suspiré —. Luhan… eres…
Y todo se terminó. El celular de Sehun comenzó a sonar y él se quitó bastante molesto.
— ¿Qué?
Contestó. Trate de controlar mi respiración y mi obvio problema en mis pantalones.
—Váyanse sin nosotros… ¡Sí!
Lo miré ahora más asustado. No pensaba regresar solo con Sehun caminando o en bus. Nada de nada. Menos en estas situaciones. Ahora lo pensaba mejor y quería irme. Avance rápidamente con Sehun gritándome que me detuviera. Llegué al punto donde nos habíamos quedado, no había nadie y me giré aún más molesto que antes.
— ¿Por qué dejaste que nos dejaran? — le grité cuando apareció.
—Tenían cosas que hacer y yo quería…
—No íbamos a terminar… eso — lo señale enojado —. ¿Ahora cómo nos vamos a ir?
—Es fácil… — suspiro frustrado, pero yo lo estaba más.
Caminé delante sin verlo. No sabía que pasaba ni quería pensarlo, sólo quería alejarme de él.
POV Sehun
Llegamos a la parada de autobús, pero estaba desierta, salvo por una pequeña tienda de paso atendida por un señor mayor.
No voy a mentir diciendo que no iba a violar a Luhan justo allí contra el árbol, pero algo me decía que las cosas no debían pasar así, por lo que agradezco de una manera haber sido interrumpido. Luhan con su cara de ciervo hacia que mandara todo al caño con mi cordura, pero no se lo haría saber.
Llevábamos bastante tiempo esperando el bus, cuando me levante a preguntarle al señor los horarios quien amablemente me dijo que hoy no había servicio tan seguido por lo que tardaría al menos 1hora en pasar. Yo sólo quería bañarme e irme a dormir. El señor se ofreció a prestarme unas bicicletas por lo que llame a Luhan.
—Nos iremos ahora — le informe a Luhan quien a regañadientes se levantó de la banca.
— ¿En qué?
Señale las bicicletas y las miro como si fueran una bomba a punto de explotar.
—Podemos ir en bicicleta, es más rápido que en bus…
—No puedo.
— ¿Por qué no? ¿Acaso necesitas una bicicleta de oro?
— ¡No! — Se sonrojo —, es sólo que…
— ¿Qué?
—No sé… andar en bicicleta.
— ¡¿Qué?!
—Silencio — trato de callarme —, nadie lo sabe.
—Supongo que si alguien lo supiera sería tu fin.
—No, pero… — mordió su labio. Debería dejar de hacer eso.
—Vamos Luhan, sabes andar en bicicleta, no me mientas. Vi tu película en donde andas en bicicleta y…
Lo vi mirarse nervioso las manos. Maldición Luhan, deja de hacer eso ¡deja de ser lindo!
—Era un doble.
—Usaste un doble para esa escena ¿Enserio? — trate de contener la risa.
—Sí…
No pude contenerla y reí a carcajadas mientras Luhan hacia un puchero. Bien, debía dejar de burlarme cuando se veía tan adorable. Deje de reír y tome la bicicleta que nos estaban prestando.
—Sube.
—No, iré en bus y nos veremos en casa.
—Vamos Luhan, no seas terco. No me voy a reír de nuevo.
Frunció el ceño y parecía estarse debatiendo por subirse o no, por lo que pensaba pasarme de largo. Lo tome del brazo y lo acerque a mí.
—Sube, no me burlare de ti de nuevo, es sólo que…
—Ya — se subió atrás —, no necesitas disculparte. Es sólo que alguien iba enseñarme pero nunca lo hizo — dijo triste.
No quise preguntar, porque sabía la respuesta. Era yo.
Llegamos a casa sin decir una palabra. Me dolían las piernas de tanto pedalear, pero el sentir a Luhan detrás de mí, me tranquilizo de cierta manera. La bicicleta la mande más tarde en un servicio de taxi. Nadie dijo nada cuando llegamos. Así como nosotros no volvimos a dirigirnos la palabra esa noche.
Esa noche soñé con Luhan… pero no como las otras veces.
POV Luhan
Admitir que no sabía andar en bicicleta había sido más vergonzoso que haberme caído en una premier. Parecía que le había dado la clave a Sehun de molestarme por ello, así que debía irme de aquí en cualquier momento o al menos fingir que no me importaba cuando pudiera burlarse de mí. Ninguna parecía convencerme.
Me deje caer en el columpio de jardín. Me encantaba estar allí, si tuviera un jardín en donde vivía muy seguramente tendría uno así. Tal vez convencería a mis padres de tener uno en su casa con la excusa de que yo pasaría más tiempo en la casa y no en mi departamento. Deje que mis pies colgaran y se movieran para mecerme poco a poco.
Ahora que lo pensaba bien, Sehun había salido desde la mañana sin decir a donde iba. Desde ese entonces no lo había visto. Seguí meciéndome y de pronto escuche una campanita de una bicicleta. Perfecto seguiría molestándome. Al menos si las cosas se ponían feas, Yixing y Suho habían salido, no volverían hasta en la noche y eso me dejaría tiempo de asesinar a Sehun, triturarlo y deshacerme de los restos. Buen plan.
Deje que el viento moviera mi cabello como si de alguna forma pudiera llevarse mis pensamientos sobre Sehun, pero algo parecía recio a irse. Él había dicho que había visto una película mía. ¿Había visto todas las películas donde yo había actuado? ¿Programas, entrevistas, conciertos? Me quede en blanco. No quería indagar en el hecho del porqué Sehun estaba siguiendo toda mi carrera profesional, pero me carcomía la duda. Podría subir a su habitación y revisar su Tablet junto con su computadora portátil… mejor no. Y cómo si hubiera invocado al dueño de mi constante confusión apareció.
Entro por el jardín y traía una bicicleta, que bien. Estaba dispuesto a pararme e irme, pero no quería. Estaba tan cómodo en el columpio que era mejor ignorarlo. Así que no lo mire. Estaba frente a mí, escuche su risita. Te odio Sehun. Me levante de inmediato, debía buscar mi arma de asesinato.
—No Luhan… espera — volví para mirarlo y él se quedó serio.
—Sea lo que sea, no quiero quedarme… — estaba por irme cuando sentí como me tomo del brazo, aun así no quise mirarlo —. Sehun, por favor. Es un poco tonto que sigas molestándome por algo que…
—Sé que debía enseñarte desde hace tiempo pero… las circunstancias, ya sabes… bueno yo…
Fruncí el entrecejo y me gire a verlo. Había aflojado un poco su agarre, pero mantenía su mirada en mí. Levante una ceja sin entender sus palabras. Abrí los ojos de sorpresa y sentí las irremediables ganas de reír. Era un tonto. Comencé a reír y Sehun me soltó.
—Que… — lo escuche balbucear.
—Enserio eres tan tonto… — seguí riendo sin importarme escuchar el gemido de frustración. Estaba por irse y ahora fue mi turno sujetar su mano —, no te enojes pero… es que de verdad eres un tonto.
—Eso ya lo entendí — dijo algo molesto.
—Es que… Sehun… — deje de reír por completo y por primera vez le dedique una sonrisa sincera, algo que no dejo pasar pues enseguida relajo su mirada.
—Pensé que cuando te referías a la persona que no te enseño a andar en bicicleta era…
—Tú — él asintió. Apenas me daba cuenta de que seguía tomando su mano, por lo que lo solté despacio. Odio admitir que cuando lo solté no me gusto. ¿Extraño? —. Me refería a mi hermano. Tú nunca me prometiste algo así, o al menos eso recuerdo.
Sehun parecía más confundido que yo. Pero no creo que el sintiera un nudo en el estómago que me impedía no sentirme tan emocionado por todo eso. Bien. Era demasiado tierno que quisiera ayudarme a aprender, que se haya tomado la molestia de ir por otra bicicleta, estar allí para llevarme y que me mirara de esa manera. ¡No Luhan! No te gusta, ni tú le gustas.
—Entonces… — Sehun hablo sacándome de mi pelea interna —, ¿quieres fingir que yo lo prometí y ahora debo enseñarte?
¡Maldición! Mi cuerpo se paralizo cuando sus ojos se encontraron con los míos, deje de respirar sin darme cuenta y mi boca se secó. Estúpido Sehun. No se supone que él deba enamorarme, sólo dijo seducirme y eso implicaba algo más… bueno, carnal que la implicación de sentimientos, pero… ¡Lo está haciendo! No debo caer.
—Supongo que puedes hacerlo — mi voz aunque salió extraña, a Sehun le emociono tanto que le diera permiso de enseñarme.
—Genial — levanto la bicicleta y estaba dispuesto a llevarme.
—Espera… no quiero que…
—Nadie te vera, si es a lo que temes por tu reputación e imagen de idol perfecto.
Idiota.
—Iremos a un lugar lejos, allí sólo van personas de la tercera edad y si de casualidad te conocen pues ni modo. Además pasaremos desapercibidos por todos. Seremos una pareja cursi, donde uno le enseña a otro. O hermanos y…
Ya ni siquiera escuche lo demás. Solo me repetía sus palabras seremos una pareja cursi. Sería una de esas escenas que alguna vez actué donde ayudaba a mi pareja a andar o algún paseo romántico por el atardecer, después reír y… besarnos. Eso claramente no iba a pasar.
—Vamos — indico.
Lo seguí en silencio hasta la salida de su jardín donde después me subí en la parte de atrás de la bicicleta. Evite agarrarme de él como la otra vez y me gusto mirar el camino hasta el lugar secreto de Sehun. Cuando llegamos baje, comencé a sentirme nervioso por cuantas veces me iba a caer y cómo me enseñaría.
~
Aprender a andar en bicicleta no fue tan malo como creí. Escuchar a Sehun decirme instrucciones y quedarse detrás para que no me cayera era algo -debo admitir- tierno y considerado de su parte dejando todo el rollo de las pasadas horas en declarar su plan de seducción y después hacerlo. No me caí tantas veces como creí, pero la última estaba tan cansado que decidí parar.
Nos quedamos bajo la sombra de un árbol. Me sentía un poco avergonzado por tener las mejillas rojas por el esfuerzo, pero no podía quitar la sonrisa de satisfacción de mi rostro. Sentía que había realizado algo grande. Me quede dándole la espalda y al no pareció importarle. Doble mi rodilla para ver mi pantalón rasgado con mi rodilla roja, pero ni eso me importo cuando recordé a Sehun soplando en ella tratando de aliviar mi dolor de alguna extraña manera. Volví a sonreír y me quedé mirando el sol poniéndose a lo lejos.
Sentí como recargo su frente en mi espalda. Se sentía tan cálido que me atreví a cerrar los ojos. En una realidad alterna, esta podría ser una especie de cita, claro si todo hubiera sido normal entre nosotros, pero no lo fue. Lo escuché suspirar y abrí los ojos tratando de moverme pero sus brazos me envolvieron por la cintura sin apretarme demasiado pero lo suficiente para paralizarme y detener mi respiración.
—Sólo un momento…
Podría quitarle las manos, dejarlo allí sin siquiera agradecerle por haberme ayudado y hecho la acción más cursi –aunque ahora había un empate- al cuidar mí, pero sólo sentí unas increíbles ganas de soltarme a llorar allí mismo. Quería tomar sus manos con las mías. ¿Era tan malo lo que sentía? ¿Por qué lo sentía si se supone que no me gusta? ¿Amar debería ser así?