POV Luhan
Sabía desde el comienzo que mis vacaciones no serían eternas, al igual que haber aceptado el trato que ofrecía Sehun me traería problemas… pero allí estaba yo, sintiendo mariposas en mi interior cada vez que nuestras manos rozaban por algún motivo.
No mentiré al respecto, si, comenzaba a enamorarme de él. Pero enamorarse de Sehun es igual de difícil y complicado que yo me gane un Oscar. Por eso mismo, luego de esa noche, no volvimos a ser los mismos. Yo no quería estar sintiendo esto. Me iba a ir y obviamente Sehun no iría conmigo. No quería salir con el corazón roto de nuevo.
Me escabullía de cada habitación en donde lo veía entrar, por los siguientes tres días así lo hice. Pareciendo nervioso por su presencia me escapaba en cuanto lo veía poner un pie en la habitación. Pretendía estar muy ocupado contestando un mensaje a mi manager cuando no podía escaparme de su habitación porque era hora de dormir y después fingía estar muy cansado para hablar y me quedaba “dormido” enseguida.
En esos tres días me plantee muchísimos escenarios en donde vivía mi momento de felicidad, pero todos terminaban tan deprimentes que me quedaba en el columpio intentando no llorar siendo inútil cuando miraba al horizonte y recordaba todo lo que había pasado con Sehun.
—Quiero irme… — suspiré.
—No te vas a ir — Sehun apareció tan rápido sentándose a mi lado que apenas me dio tiempo de darme cuenta que estaba sosteniendo mi mano.
Me quedé quieto, creyendo que era como esperar a que un depredador se fuera, pero Sehun apretó un poco mi mano haciendo que mi corazón se acelerara y me sintiera débil para moverme si quiera.
—Al fin te atrape… — dijo con una sonrisa en sus labios —, ha sido difícil hablar contigo estos tres días.
—Yo… he estado ocupado — respondí nervioso.
— ¿Estás consiguiendo un nuevo papel para una película?
Lo miré sorprendido, enserio él trababa de justificar mis acciones y fingir que no estaba ignorándolo de manera descarada. Esto iba mal… muy mal.
—Sí… — mi voz sonó demasiado tonta, pero sonreí lo mejor que pude.
— ¿De qué trata?
— ¿Quién?
—La película… — lo dijo divertido, pero yo me había quedado completamente en blanco cuando entrelazo sus dedos con los míos y lo miré fijamente. Me había perdido viendo su cabello en contraste con el sol de media tarde.
—Ah… — sentí la boca seca y tosí un poco para ganar tiempo —, claro… Es un mundo post apocalíptico, donde mi personaje tiene un secreto… está infectado por un virus que es 99.5% letal y mata en segundos a la persona con la que tiene contacto.
—Entonces serías… ¿el malo de la película?
—Algo así — sonreí, solté poco a poco el aire que había sostenido sin darme cuenta cuando me percaté de que había elegido la trama de un libro que acababa de leer y que por suerte Sehun no tenía ni idea de lo que le estaba hablando.
—Espero que te den el papel… sería interesante verte en algo así. Solamente has tenido dos protagónicos en donde no eres el niño bueno y creo que esas dos son mis…
Debí darme cuenta de que sus mejillas se sonrojaban poco a poco cuando dejo de hablar y se dio cuenta de que había soltado todas las participaciones en películas que había tenido.
—Creo que eres mi fan… — no pude contenerme y reí.
Vi cómo se mordió el labio, lo que me pareció adorable y tuve que ceder a besar su mejilla. No supe que me impulso a sonreír como tonto, apretar su mano y mover mis pies para impulsar el columpio, ni lo que me llevo a poner mi cabeza en su hombro. Estaba perdido… estaba enamorado de Sehun…
POV Sehun
¿Sabes lo que es estar enamorado? Yo no lo sabía y dudaba de si de verdad estaba ocurriendo, pero cuando la cabeza de Luhan se quedó en mi hombro pude sentir todo eso que me estaba resistiendo a sentir.
Podría ser que Luhan también estuviera escapando de esto, pero caía de la misma manera que yo. Y debo admitir que esto se sentía grandioso. Quería gritar de emoción y abrazar a Luhan hasta que me apartara de él con sus mejillas sonrojadas, reír hasta quedarme sin aire y…
—Esto es demasiado cursi…
Me quedé de piedra. ¿no pensábamos de la misma manera?
—Ahora entiendo porque sólo me dan esa clase de papeles… debería practicar más para ser rudo…
No sé porque, pero estaba desilusionado —Nadie usa la palabra rudo hoy en día… — solté su mano y puse mi cara de póker, esa que todos conocen y yo odio.
—Entiendo… debería usar la palabra…
—Ninguna palabra que uses te puede ayudar mientras tengas esa cara — me levanté sin dejar que me contestara y me fui directo a la casa.
Lo escuché correr detrás de mí, sin detenerme subí a mi habitación y traté de cerrar la puerta, pero Luhan apareció de repente.
— ¿A qué te refieres? — azotó la puerta y me gire a verlo. Mi determinación de continuar así fracaso un poco cuando miré como se mordía el labio intentando no llorar y me miraba un poco molesto.
—Tu carita es demasiado preciosa… — tragué saliva por cómo se escuchó mi voz, esa que relucía cuando trataba de conquistar a alguien y lo vi temblar.
—Retráctate…
—No… — avance hacia él y quiso huir. Atrape su mano y lo lance a la cama poniéndome sobre él —, podrías lucir más rudo si tan sólo no parecieras asustado como un ciervo a punto de ser atropellado en la carretera.
—Cállate — se movió debajo haciendo que rozara mi entrepierna. Mala idea…
—Es enserio… deja de poner esa carita asustada y enséñame ese lado… seductor, caliente y malo que puedes ser…
Mierda. Sabía que no debía decir todo eso. Cuando lo escuché suspirar en mi oído todo se fue al carajo. Me atreví a mirarlo, y tuve que resistirme a hacerle muchas cosas cuando esa mirada tan decidida apareció frente a mí.
—Puedo serlo… — se impulsó más cerca de mi haciéndome suspirar. Se soltó de mi agarre y sus manos se movieron hasta mi espalda, enterró sus uñas y sin querer curveé mi espalda sintiendo como podría terminar ahora mismo en mi ropa interior —, el punto es… ¿puedes con ello?
La adrenalina, excitación y el calor del momento se apoderaron de mi cuerpo, haciendo que ni él tuviera tiempo de preguntarse por lo que iba a hacerle. Lo besé con fuerza. Sus manos se agarraron de mi cuello para ser levantado un poco y subirlo bien a la cama. Me froté con descaro contra su entrepierna sintiendo su miembro endurecerse tan rápido como el mío. Mordí sus labios tanto como él me dejo y él devoro mi cuello tan exquisitamente que le habría creído todo en ese momento. Nos movimos tanto en la cama que nuestras ropas estaban desarregladas y eso no importaba. Ni mucho menos cuando Luhan estaba sobre mí. Si antes había apreciado su piel, ahora estaba tan cerca que era pecado no tocarla y no dejar marcas allí. Todo eso pensé cuando se quitó a camisa y la arrojo lejos.
—Vas a ser mío… — pronuncié trayéndolo hacia mí y volví a besarlo. Arañe su espalda haciéndolo gemir.
Sus manos se quedaron en mi pantalón… literal. Nos quedamos quietos cuando escuchamos que abrieron la puerta principal.
—Mierda… — lo quité de encima queriendo que mi hermano se largara en ese momento y me dejara disfrutar de ese momento, pero en cuanto iba a gritarle desde la escalera, vi que no eran sólo ellos —Donghae…— hablé más que un niño asustado por haber sido descubierto haciendo una travesura, si mi piel era clara… ahora sabía que era más blanca que el papel.
— ¿Esa es la manera de saludar? — dijo él y me sonrío.
—Ahora bajo. Deja cambiarme…
—Pero… — no escuché que dijo, pero entre tan rápido a mi habitación como había salido.
Sentí un nudo en la garganta cuando encontré a Luhan con su camisa en sus manos mordiendo sus labios nervioso sin atreverse a mirarme. Me sentí la peor persona del mundo y quise pedirle perdón, pero no pude.
—Lo lograste… — me acerque a él y levante su barbilla —. Ahora debo cambiar mi ropa interior — le guiñe el ojo y por suerte sonrío sintiéndose victorioso.
—Te lo dije… no podías conmigo.
Se apartó de mi sin borrar su sonrisa y se puso la camisa —Avísame si quieres ver todo lo que estabas por ver… — se lamió los labios y salió de mi habitación.
Creo que por esta vez me había salvado. Me cambié lo más rápido que pude. Al bajar sólo encontré a Donghae jugando con el control de la televisión pasando canales sin siquiera mirar lo que había.
— ¿A dónde fueron? — pregunté buscando a Luhan.
—Tu niño bonito quería comer pollo frito.
— ¡Cállate Donghae!
—Vaya… ahora entiendo que la historia de la otra vez era más que una falacia. Estas más que enamorado de un niño bonito y diría que te entiendo, pero yo soy el niño bonito en mi relación y…
— ¡Ya!
—Vamos a beber y mientras me dice la verdad sobre tus nuevos sentimientos — se acercó a mi aventándome hacia la puerta.
—Lo dices como si nunca hubiera sentido algo por alguien.
—Yo sé que me quieres… — sonrío y quise patearlo —, yo me refiero a sentimientos de amor…
Era tan vergonzoso hablar de eso con él. Quise escapar, pero cuando me aventó a su auto y emprendió la marcha solamente tuve que rogar por no revelar todo lo que sentía.
No tuve oportunidad de negarle muchas cosas a Donghae, lamentablemente me conocía demasiado y tuve que decirle casi todo. Él con una sonrisa sólo me dijo que debía decirle todo lo que sucedía. Y por primera vez creo que le haría caso.
POV Luhan
Escuché cuando Sehun llego esa noche. Intente parecer lo más convincente en aparentar seguir dormido, pero no podía. Solamente quería aclarar lo de esa tarde, saber si de verdad había pasado. Fracase. Me quede quieto y trate de dormir una vez que lo escuché dejar de dar vueltas en su cama. Esto ya no debía seguir…
~
A la mañana siguiente desperté al escuchar a Sehun maldecir seguido de un sartén cayendo al suelo. Sospeché que hacía el desayuno por designio de su hermano, por lo que con pereza me levanté. Acomodé lo mejor que pude mi cabello y bajé.
—Buen día… — dije al ver a Sehun sufrir con el extractor de jugos.
—Oh… no quise despertarte… — sonrió —. Buen día Luhan.
—Puedo ayudarte con eso, si quieres — señale el extractor y él sonrió agradecido.
—Terminare con el desayuno pronto… — se apresuró por volver a la estufa.
—Mi hermano te…
—Ellos se fueron muy temprano, fueron a… no recuerdo donde, pero regresaran en la noche. Mientras podemos hacer… lo que queramos.
Quise pensar que había sido mi imaginación cuando pude percibir un nerviosismo en la voz de Sehun, pero cuando lo vi sonreír como tonto moviendo la sopa me resistí a seguir en su juego.
Desayunamos sin decir mucho, o más bien evitando lo de ayer. Ambos sonrientes y como si lo hiciéramos cada mañana. Sentí que mi estómago se revolvió cuando se quedó mirándome y puso su mano sobre la mía. Supe que Sehun no sentía lo mismo por mi cuando ayer me miro tan despectivamente y después solamente quería acostarse conmigo. Le seguí el juego para saber quién llegaba más lejos que el otro… desde el principio todo esto iba en caminado a una sola cosa: sexo sin compromiso. Nada de sentimientos, algo meramente carnal. Dolía darse cuenta de aquello.
De pronto no era el único que se había quedado en silencio. Sehun me miraba diferente y yo no trate de adivinar su expresión, porque sabía que era un mentiroso.
—Me gus…
— ¿Ya no queda leche? — me levante rápidamente apartando su mano de golpe.
—Luhan yo quería decirte algo…
— ¿Qué? — respondí sin mirarlo.
—Luhan… mírame — aprecie su tono suplicante.
Me giré para verlo y me arrepentí de ello al instante.
—Luhan tú me gustas…
—No juegues con eso — traté de hacerme el sordo ante lo que dijo.
—Luhan… no estoy…
—No Sehun — lo hice detenerse antes de que pudiera tocarme —, simplemente no puedes hacer esto.
— ¿De qué hablas?
—No finjas demencia. Acepto el haber seguido el juego de conquista, pero ambos sabíamos que iba por otro lado… — sentí ganas de llorar y no podía mirarlo a los ojos.
—Pero…
—Sehun, esto no fue parte del trato — negué con la cabeza alejándome un poco.
—Luhan yo…
— ¡No Sehun! Esto no es tan simple como tú crees que puede ser. Yo no quiero enamorarme de ti de nuevo — mordí mi labio conteniendo mis lágrimas—, no quiero ser lastimado de nuevo.
—Entiende que también a mí me tomo por sorpresa
«Dolía demasiado. Ni siquiera podía creer lo que pasaba y ahora que había comenzado ya no podía detenerse»
—Sehun esto no es un juego de niños, hablamos de sentimientos.
— ¿Y crees que yo no los tengo? — ahora él parecía molesto.
—Eso no es… — mierda. Mi error.
—Sé exactamente lo que querías decir — retrocedió —, entiendo muy bien ahora. Es un juego de niños, porque tú aun lo eres — se dio la vuelta y se fue de allí.
Yo mismo accedí, yo continúe… pero esta vez no era el único con el corazón roto.