—¿Ya están los resultados de la tomografía? —House venia entrando por la puerta. — ¿Estas con nosotros en el caso Chase? —Preguntó al ver como el rubio tenía la mirada perdida. —¿O esta distraído porque Cameron se fue y no soporta el dolor en su corazón?
—Está enojado porque Cameron no se despidió de él. —Agregó burlón Foreman. —Pobre Chase. ¿Te dijo Cameron que de mi sí se despidió? —El rubio solamente apretó los puños y se levantó enojado.
—Ve a buscarlo. —Señaló la puerta con el dedo. —No hay tiempo para rabietas. —Foreman asintió y salió corriendo a buscar al otro médico.
House por otra parte, aprovecho el tiempo que tenía en lo que Foreman para encontrar a Chase, y se fue a buscar a Wilson, quien había estado actuando de una manera extraña. Avanzó rápidamente por los pasillos directo al área de oncología y sonrió levemente antes de avanzar hacia él.
—¡Wilson! —Llamó antes de que el oncólogo se fuera. —Ven aquí en estos momentos. —Wilson se acercó a él con una sonrisa vacilante.
—¿Qué pasa House? —Se acomodó la bata. —¿Un nuevo caso que resolver?
—Nada de eso chico maravilla. —Le extendió la mano. James lo miro con una ceja alzada. —Necesito cambio de un dólar. ¿Tienes? —El castaño buscó en sus bolsillos hasta que dio con el cambio.
—Aquí esta. —Le tendió el cambio. —¿Algo más? —Preguntó dándose la media vuelta. House le tomó el brazo fuertemente para frenar su huida.
—Sí, ¿Por qué te estas comportando tan raro? —James se puso pálido. —Me dirás que te sucede ahora. No quiero excusas Jimmy. —Lo metió a la oficina más cercana.
—No me estoy comportando raro. —Se quitó el brazo de encima. —Me estoy comportando como siempre. —House iba a replicar cuando su buscador sonó. Salió rápidamente de la oficina dejando a un James algo aliviado.
Caminó rápidamente antes de toparse con Chase y Foreman, ambos con los labios rojos e hinchados y sin poder verse a los ojos.
—¿Qué sucede? —Los tres se trasladaron rápidamente a la UCI. —¿Quién está muriendo? —Los otros dos negaron con la cabeza.
—Nadie está muriendo. —Foreman negó con la cabeza. —Solamente quería que supiera que Chase ya está mejor. —Greg alzó una ceja.
—¿Solo para eso me llamaron? —Una de sus cejas tomó un tic nervioso. —Estaré en mi oficina, no me molesten. A menos que alguien se este muriendo. Si Wilson viene, puede pasar.
Foreman y Chase sonrieron graciosamente ante la respuesta de House. Cuando este se fue, solo quedaron ellos dos envueltos en un silencio incómodo.
—Entonces Chase, ¿Cómo quedamos? —Foreman se acercó hasta que sus narices quedaron a menos de un centímetro. Las mejillas del rubio se tiñeron de rojo por la cercanía del moreno.
Foreman subió a la azotea, sabiendo que Chase estaría ahí, lo conocía bastante bien como para saber que el rubio estaría pensando donde el aire le pegara en la cara.
—¿Qué te sucede Chase? ¿Por qué te estas comportando tan raro? —Le preguntó al rubio situándose a su lado.
—No me sucede nada Eric—La forma en que el rubio pronuncio su nombre le erizó los cabellos, vio el perfil de su compañero, era tan guapo.
—Claro que te sucede algo. Y yo quiero saber qué es lo que te causa malestar. —Frunció el ceño. —No me gusta verte molesto. —Le tomó la mano, el rubio se sonrojo.
—Sucede que, estoy celoso. —Admitió con pesar. —¿Eso querías escuchar? ¿Qué me estoy muriendo de celos? —El estómago de Foreman se hizo un nudo.
—¿Celoso?¿De qué Cameron se despidiera de mí y no de ti? —Chase negó con la cabeza. —¿Entonces de que estas celoso?
—Es que todavía no comprendes ¿Verdad? —El rubio se acercó a él. —Estoy celoso de que tú le hagas caso a Cameron. —Y terminó de cerrar la distancia entre ellos aprisionando a los labios del moreno contra los suyos en un demandante beso.
Eric se sorprendió al principio, pero después de unos segundos correspondió el beso subiéndole de intensidad. Metió una de sus manos debajo de la camisa de Chase sacándole un gemido.
—Robert…—Pronunció cuando el oxígeno se hizo necesario, el rubio se sonrojo y miró sus zapatos como si fueran la cosa más interesante del mundo. Foreman entrelazó sus dedos con los del rubio y le dio un beso rápido antes de arrastrarlo hasta las escaleras.
—No tengo ni idea Eric. —Le dio la espalda. —¿Cómo quieres que quedemos? —Sintió los brazos del alto rodear su cintura.
—Quiero que seas mi pareja. Mi novio. —Le besó el cuello. —Quiero que seas mío.
—Acepto, cariño—Murmuró el rubio con una sonrisa. —Ahora tienes que saber las consecuencias de una infidelidad conmigo. Soy un australiano muy celoso.
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En la oficina de Wilson las luces se encontraban prendidas a pesar de ser tan tarde. James Wilson se encontraba tirado en el piso del baño, con la cara bañada en sudor y el sabor del vomito todavía rondando por su boca.
—Te sigo queriendo aunque me hagas esto. —Se acarició el vientre con una sonrisa cargada de cansancio.