Era feliz, esta era la primera vez que podía decir eso. Después de la tan esperada respuesta el azabache y la rubia siguieron jugando hasta que se hizo tarde, como buenos novios ambos morenos acompañaron a su respectiva pareja a casa. Ahora era domingo, no cavia en su felicidad aunque no la desmostaba, sus familiares sí que notaban ese pequeño brillo en sus ojos.
- ¿Y bien? ¿alguien me dirá que le pasa a Sasuke?—dijo el patriarca Uchiha. Como pocas veces podía estar con su familia, decidió que el domingo era familiar por eso ninguno de sus hijos salía ese día, tampoco Sai ya que al estar a cargo de sus tíos ya que sus padres se encontraban en Estados Unidos, este era como un tercer hijo. Por esa razón se encontraban en el gran comedor familiar tomando el desayuno. —no ha dejado de mirar el celular.
- No me pas…--sus palabras murieron al ante ponerse la voz de su adorado primo.
- Esta chateando con su novia –dijo Sai, decir que la sorpresa invadió a los progenitores era poco. Sasuke nunca había dicho en casa que tenía “novias” o como las llamaba su primo “conquistas de temporada”, así que era esa la razón por la que el matrimonio Uchiha se encontraba en tal estado de shock.
- ¡Mi bebe tiene novia!—la primera en salir de ese shock fue Mikoto, quien rápidamente se levantó de su asiento y fue abrazar a su “pequeño”.
- Mama no es para tanto –comento un poco avergonzado de la acción de su madre, no es que le molestara es más le agradaba el cálido abrazo de su madre.
- Espero conocer a la afortunada que descongelo el corazón de mi segundo niño –dijo el patriarca con una voz un tanto burlona. Fugaku podría ser el hombre de negocios más frio y calculador que se haya visto después de su hermano Madara Uchiha pero era sumamente cálido con su familia, y no podía desaprovechar la oportunidad de molestar a sus tesoros como solía llamarlos su adorada esposa.
- ¡Papa! --dijo con toque molesto aun en brazos de su madre.
- Así se dice padre –menciono Itachi quien tenía en la cara una sonrisa marcada la cual decía “ahora te molestare aún más”.
- ¡Tienes que traerla a casa!—la mujer de la familia estaba más que maravillada.
- Mama aún es muy pronto –menciono el azabache mientras retiraba los brazos de su madre sutilmente.
- Si, la espantaras después de todo solo tienen un día de ser novios. —comento Sai con una sonrisa.
- ¿Entonces en la salida de ayer fue que le pidió ser su novia?—pregunto curioso el patriarca aunque seguía sereno con una ligera sonrisa y comiendo lentamente.
- Nos encontramos con ella en la pista de skate—siguió hablando el moreno.
- También diles que iba con su mejor amigo que casualmente es tu novio—dijo como si nada el azabache menor mientras retomaba su desayuno.
- ¿Qué Sai tiene novio? –ahora la morena se encontraba abrazando al moreno quien por el repentino gesto soltó los cubiertos. Sai no había mencionado nada de su noviazgo con el pelirrojo porque pensaba que aún era muy pronto, además de que sabía que la rubia algo escondía y quería averiguarlo para que fuera lo que fuera no interfiriera en su relación.
- Vaya sorpresas. –comento el patriarca.
El desayuno continuo con un pequeño interrogatorio de la morena y algunas burlas del patriarca y del mayor de los jóvenes. A unos kilómetros de distancia, en el comedor de la familia Namikaze-Uzumaki tenían una escena parecida con la diferencia que ahí no se respiraba felicidad.
- ¿A sí que ya son novios? –el rubio mayor había escuchado el relato de su hijo.
- Si –con algo de pesar lo dijo, Naruto se sentía raro desde que le moreno le había dejado la tarde anterior.
- Ese es mi niña, le darás su merecido-ttabane—la única que estaba más o menos contenta era Kushina ya que como toda madre había notado el estado de ánimo del rubio.
- Creo que si –murmuro no tan convencido
Los padres ya no quisieron mencionar más, habían notado que el rubio ahora dudaba y era mejor dejarlo para que aclarara sus pensamientos, pero sobre todo sus sentimientos. El domingo pasó como cualquier otro día, y ya era lunes por la mañana. Naruto aun mirándose al espejo su semblante no había cambiado, él estaba preocupando ya no estaba tan seguro de lo que debía hacer, la tarde y parte de la noche anterior, se había mensajeado con el azabache, la conversación no fue muy importante, solo se preguntaban sus gustos, averiguo que al azabache le gustaba leer y que su género favorito eran las novelas de misterio y terror, que realmente era bueno en deportes siendo su favorito el básquet ball, en fin eso y más había sido. Es en ese momento en que se dio cuenta, de que estaba sonriendo, suspiro con pesadez su padre ya le había dicho que esa sonrisa era una señal, pero en este momento ya no quería pensar más en eso. Bajaba las escaleras cuando una de las mucamas le comunico que había un joven en la entrada esperándolo, extrañado se dirigió a la puerta para ver quién era.
- ¿Qué estás haciendo aquí teme?—en efecto cuando salió a ver quién le buscaba se llevó la sorpresa de que era el azabache montado en su motocicleta.
- Vine a buscarte dobe –el azabache solo le sonrió de lado.
- Dame un momento entonces –dijo con una sonrisa que dejo atontado al otro, sin darse cuenta de que sonreía de oreja a oreja tomo sus cosas dejándose los patines y salió de nueva cuenta—vamos entonces.
- Claro pero antes. —sin que la rubia lo esperara fue jalada con delicadeza y besada de sorpresa, el azabache no tenía paciencia y desde temprano tenía la urgencia de besar esos lindos y carnosos labios. —buenos días –le dijo al momento de dejarla respirar, cosa que logro sacar una risilla por parte de la rubia.
- Eso ya está fuera de lugar teme. —menciono con esa risilla—para la próxima dime cuando quieras un beso de buenos días – comento mientras tomaba el casco que le tendía el azabache.
- Pues lo quiero todos los días –murmuro al momento de echar la moto a andar.
El transcurso de la casa de la “rubia” a la escuela fue tranquilo entre la risa de esta al momento de que el conductor aceleraba y la felicidad del azabache al tener los brazos de ella alrededor de su pecho, claro que la mochila estorbaba un poco ya que la sentía a su espalda. Al llegar a la escuela de inmediato llamaron la atención, todos los que ya estaban en el lugar se les quedaron mirando. Hacía varios días de que se rumoreaba que el azabache iba enserio por la rubia pero con esta rechazándole siempre, nadie absolutamente nadie esperaba que llegaran a algo, pero ahí estaban la rubia bajando de la motocicleta junto con el azabache, en verdad que nadie podía creerlo. De inmediato ambos se dieron cuenta de las miradas, más sin embargo no les importo, para dejar las cosas claras Sasuke decidió besar a la rubia enfrente de todos, logrando que esta le correspondiera con algo de dificultad por la sorpresa. Al separarse pudieron apreciar las caras de asombro y decepción de sus espectadores.
Más allá de lo que los tortolos podían apreciar, se encontraban las chicas que iniciaron este plan todas con una sonrisa en los labios, había funcionado, tardo más de lo que habían pensado pero por fin veían los frutos.
“Lo logro, ahora solo falta que le rompa el corazón”
El pensamiento era general de esas chicas, con lo que no contaban es que no solo el corazón del azabache estaba en la mira.