En la gran estancia que era la sala de ese pequeño departamento, los gatos maullaron en contestación hacia los pasos que se acercaban lentos y arrastrados, en medio de la sala una gran televisión estaba encendida, en ellas las imágenes de un hermoso rubio de ojos azules se proyectaban, era una película en perfecto inglés, la trama era sencilla era un melodrama donde el chico doncel se vestía de chica para poder salvar a su hermana de las garras de un bastardo que solo se acostaba con las chicas por diversión. Un hombre de edad avanzada se acercó a la gran pantalla de plasma.
- ¿Por qué hiciste esto?—el sujeto que era un moreno se arrodillaba en medio de una lluvia que los mojaba a él y al doncel que para esa parte de la película ya se había descubierto su secreto.
- No me quedo de otra—las lágrimas del de ojos azules seguían cayendo—ellas eran importantes para mí, pero tú lo eres aún más, ¡te amo!
- Me engañaste –la voz del hombre era dolorosa.
- Si lo hice, pero así te conocí, no me arrepiento pues así pude conocer lo que era el amor, aunque haya sido de esta manera—el hombre que miraba esa película cayo de rodillas al momento de que el joven moreno de la pantalla atrapaba en brazos al peli rubio y lo besaba.
- ¡No Naruto no lo beses!—Sasuke era ese hombre que veía como el amor de su vida besaba a ese sujeto una y otra vez.
- Tengo que irme – la voz del rubio en un cambio de escena se escuchó.
- ¡No, no te vayas!—ambos morenos, el de la película y Sasuke, gritaron, el rubio sonrió grande.
- ¿Esperaras por mí?....
Y despertó con un gran nudo en la garganta y sobresaltado, Sasuke no podría creer lo que había soñado, tomo aire y se limpió el pequeño rastro de sudor que corría por su frente. Se levantó de la cama ya que no pensaba volver a conciliar el sueño después de esa pesadilla, observo su reloj en la mesita de noche y eran exactamente las seis treinta de la mañana, al menos no había sido en plena madrugada, arrastrando los pies se dirigió al baño necesitaba una buena ducha.
Después de unos veinte minutos bajo el agua de la regadera salió con una toalla enredada en su cintura y otra secándose el cabello, era lunes otro lunes, el segundo desde que él se fue, suspiro mientras suspiraba fuertemente, se cambió rápidamente y bajo a desayunar.
En el comedor de la mansión Uchiha toda la familia estaba reunida todos tomaban los alimentos en completo silencio, pero había algo extraño, y que tenía a la mayoría de la familia con la duda. Sai estaba al pendiente de Sasuke él sabía que algo había pasado ese día que se fue corriendo a detener a Naruto, cosa que desgraciadamente no logro, pero casi de inmediato el azabache se había hundido en su pequeño mundo, y en su celular.
- Gracias por la comida – todos los ojos negros se posaron en el azabache de nombre Sasuke al momento de que se levantó.
- Pero hijo no haz comido casi nada.
- No tengo mucha hambre, y ya casi es hora de clases. –la respuesta rápida y sin despegar la vista de su pequeño aparato extraño a la familia por que no era tarde de hecho estaban a buen tiempo como para que se les hiciera tarde. Pero no pudieron comentar nada porque el azabache ya salía por la puerta.
- Yo voy tras el—Sai tomo rápido el café y una tostada de su plato y se apresuró para alcanzar al azabache.
Pero el moreno no llego ni siquiera a pisarle los talones, el azabache arranco una vez estaba montado en su motocicleta, chasqueo la lengua y se subió a su carro, tenía que hablar seriamente con él.
- ¿Cambio de número de celular? – la pregunta de la rubia estaba de mas, ella y su hermano menor estaban en la limosina rumbo al colegio.
- La recepción del número no le funcionaba y decidió comprarse uno de haya, eso fue lo que me dijo en su último mensaje.
- ¿Hace cuánto fue eso?—Temari levanto una ceja pues no habían tenido noticias del rubio desde hace días.
- Seis días – el pelirrojo estaba más que preocupado, no sabían nada de su amigo Naruto, y aunque le preguntaron a los padres de este, ellos no tenían tampoco noticias, según el último mensaje que les dijo Naru es que estaría en una práctica intensa para adaptarse a sus nuevas clases y al idioma, pero de eso hace más de seis días y solo tenía nueve días de que se había ido.
- Espero que este bien—la rubia también estaba preocupada.
- Yo también hermana, yo también.
Y ahí acabo su plática porque en ese mismo momento bajaban de la limosina para caminar cada uno sumido en sus pensamientos, rumbo a la entrada del edificio escolar, antes de que cruzaran la puerta principal escucharon el rechinar de las llantas de una motocicleta, y el tumulto que se comenzaba a juntar en el estacionamiento, señal de que Sasuke Uchiha había llegado.
Sasuke camino con todo el porte que lo caracterizaba ignorando a todas y cada una de las chicas que se le acercaban, para la mayoría de los estudiantes el viejo Sasuke Uchiha había regresado, como antes de que la rubia apareciera, pero para los que si ponían atención en su comportamiento se daban cuenta de que esto no era así, desde que el rubio se fue Sasuke había ignorado a toda chica que tuviera intenciones de tener " un rato " con él y cuando decían todas eran todas sin excepción alguna, otro cambio que era notable es que se había vuelta más solitario y se la pasaba con el celular incluso durante las clases. El pelirrojo lo vio pasar así con su mirada en el celular.
- Ahi va de nuevo...— la voz de temari se escuchó seria y algo culpable.
- Si -- el pelirrojo no era que no quisiera levantarle los ánimos a su hermana pero no sabía que decirle exactamente, aunque no fue necesario ya que un nuevo derrape de llantas se escuchó y Gaara supo que su novio había llegado.
Sai por más que trato de alcanzar al azabache no lo logro y eso que su coche era rápido, todavía al bajar del coche se apresuró para correr tras el pero el azabache ya no estaba a la vista, chasco la lengua y se dirigió a donde el pelirrojo estaba.
- De nueva cuenta se te escapo. —la pequeña y sutil sonrisa del pelirrojo no cambio los ánimos de Sai.
- Cada día me rehúye más, no sé qué le pasa.
- Deberías de saberlo, ese siempre había sido tu trabajo—la voz de la rubia salió con reproche.
- Temari, ya habíamos creado una tregua, yo me disculpe—el moreno la miro severamente y es que cuando el engaño salió a la luz decidieron llevar a cabo una pequeña tregua. —suficiente es conque Naru-chan haya salido lastimado ¿no crees? – y era ahí en donde Sai sabia debía atacar, la culpa de la rubia se veía claramente en sus ojos.
- Jum –el pequeño monosílabo que salió de la rubia fue todo lo que se escuchó antes de que esta última se fuera directo a su salón. Una mirada pesada se posó en el joven de eterna sonrisa
- ¿Qué? – Sai cuestiono al pelirrojo al ver cómo le miraba.
- Sabes que eso no es fácil de olvidar, Sai, no tienes por qué tratarla así. –le reprendió un poco.
- Lo se Gaa-chan pero ahora no es tiempo de reproches, ¿has sabido algo de Naru-chan?—el moreno había tomado al pelirrojo de la cintura y mientras le preguntaba le dio un pequeño beso en la mejilla.
- Algo...
En su asiento el azabache era ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor, aunque ponía de vez en cuando atención a las clases, para no bajar sus notas, casi toda su atención estaba puesta en la conversación que mantenía por medio del celular, tan metido estaba que no se dio cuenta que las clases pasaban rápidamente, el primer descanso para el almuerzo se dio y el solo mantenía la vista en el aparato entre sus manos, donde un pequeño mensaje se mostraba, simple, sencillo pero significaba muchas cosas.
“Estoy llegando”