El resto de la clase transcurrió normal. Dégel, Albafica e Hypnos no estaban de acuerdo con sus compañeros de equipo ya que justamente ellos eran los más mujeriegos de Lesath. Por otro lado, Kardia, Manigoldo y Thanatos estaban más que felices por poder estar a solas con los chicos más inteligentes, responsables, y deseables de Seat. Obviamente que iban a aprovecharlo al máximo, aunque eso incluya hacer la tarea, especialmente porque los tres chicos de Seat eran vírgenes (lo que los hacía más deseables)
-Hoy será nuestro día de suerte- dice Kardia sonriendo maliciosamente a sus amigos.
-Y recién esta comenzando...Esto será una experiencia inolvidable para ellos- completa Manigoldo.
-Obviamente ya que perderán su virginidad con nosotros- agrega Thanatos.
Los tres sonreían maliciosamente.
Fuera del salón, los tres chicos de Seat estaban conversando.
-Debe haber algún error, ¿no?- dice Albafica- la verdad, me esperaba algo así de la directora después de todo esta academia fue fundada para aproximar a la gente de Lesath y Seat para evitar futuras guerras. Lo que no me gusto fueron los compañeros que nos tocaron. Me hubiera gustado que, por lo menos, haya quedado a votación. Sería más justo.
-Opino lo mismo pero no creo que las cosas fueran tan diferentes si hubiera habido una votación- dice Hypnos.
-No hay vuelta atrás, los equipos ya fueron elegidos. Ahora solo nos queda esperar y rezar para que ellos no hagan nada indebido con nosotros- dice Dégel.
-Que sería lo primero que intentarán- agrega Albafica cruzando los brazos molesto.- Si Manigoldo intenta algo conmigo, no vivirá para contarlo.
-Tranquilo, Alba. No querrás ser preso por homicidio, ¿no?- dice Hypnos.
-Si es por defender mi honor, entonces, sería preso y estaría feliz.
-Vaya, tu y tu carácter- suspira Dégel.- Oigan, tengo que ir a buscar a Camus y llevarlo a casa, ¿me acompañan?
-Claro- responden los dos al mismo y se dirigen a la clase de Camus.
Clase 2°B, Académie Lesath et Seat
Camus estaba conversando Afrodite, su mejor amigo, cuando fue interrumpido por Deathmask.
-Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? Al príncipe de Seat, Camus Aquarius, y al hijo menor del famoso médico Lugonis, Micael Piscium...¿o debería decir Afrodite?- dice Deathmask.
-Lárgate, Magliore- dice Afrodite molesto.
-¿Largarme? Pero si acabo de llegar- dice con ironía.
-Ya escuchaste, Deathmask, sabes que no te servirá de nada insistir- dice Camus levantándose de su asiento y metiéndose en la conversación. Deathmask suspira frustrado y mira con odio a Camus.
-Por esta vez, ganas, Aquarius- dice furioso y se marcha. En la puerta del salón, se encuentra con Dégel, Albafica e Hypnos entrando y los ignora.
-¿Y a este que bicho le pico?- pregunta Albafica al verlo furioso. Nunca lo había visto así, siempre lo veía como un chico que adoraba coquetearle a los demás. "Igual a su hermano" piensa.
-El bicho del rechazo- dice Hypnos al ver a Camus y Afrodite. Los dos eran los únicos en el salón. Dégel suspira, para el no era secreto que su hermano estaba enamorado de Afrodite pero no podía negar que eso lo incomodaba un poco. Tenía miedo que Camus sufra por eso amor no correspondido, después de todo, Afrodite recibió ese nombre por su increíble belleza, llamaba la atención en todas partes. No era de extrañar que siempre le estén coqueteando.
-Dégel, ¿qué haces aquí?- le pregunta Camus sorprendido.
-Vine a buscarte. Seraphina me pidió que te llevará a casa porque la última vez que dijiste que irías solo, fuiste a la cafetería y la preocupaste mucho. Sabes muy bien como ella es.
-Está bien- dice Camus y se levanta de su asiento.- Adiós, Mica.
-Adiós, Cam.
-Por cierto, Micael, papá dice que vayas al mercado a comprar unas cosas. La lista ya la tienes. Cardinales llega hoy de su viaje- le dice Albafica a su hermano y éste solo asiente.
Los 5 dejan el salón y cada uno se va por su propio camino. Albafica se va a su casa para arreglar algunas cosas pendientes a pedido de su padre para la llegada de Cardinales, Hypnos dice que tenía una cita con Pasítea dentro de una hora y que tenía que ir a su casa a arreglarse. Dégel y Camus se van a su casa mientras que Afrodite se va al mercado.
Castillo Real, Seat
El Rey Krest estaba hablando con su más leal amigo y consejero, Tenma Pegasus. Como siempre, primero hablan de asuntos del reino y después los asuntos personales. Sin embargo, esta vez no había ningún asunto del reino para hablar así que empezaron a hablar sobre asuntos personales, más específico, el pasado de Krest.
-Tenma, por favor, tu sabes bien que no me gusta hablar sobre eso- pide Krest.
-Lo sé y lamento mencionarlo pero, te voy a hablar como tu consejero, no puedes fingir que nada pasó. Vos sabes muy bien que no podrás esconder eso para siempre, ¡por Dios, Krest! Ya han pasado 23 años.
-No puedo hacerlo y lo sabes, Tenma. Nadie puede saber que en el pasado tuve una relación con Antares Escorpio, actual rey de Lesath.
-No me refiero solo a eso, Krest, me refiero a vuestra hija- aclara Tenma.
-¡Peor! ¿Cómo le explicaré al reino que, no solo tuve una relación con el rey de Lesath, sino que también tuve una hija con él? ¡Una hija que Antares no sabe que existe! Nunca se enteró de mi embarazo porque yo nunca tuve suficiente valor para contarle. Me enteré después de que el me propusiera escaparme con el. Eso era lo que más quería, estar con el, formar una familia, olvidarme de las guerras entre Lesath y Seat pero...No podía hacerlo, no podía ser tan egoísta. Mi padre confiaba en mi, el reino confiaba en mi. ¡Estaba más que presionado y huir no era una opción! Rechacé su propuesta y nunca más lo volví a ver. Un tiempo después, descubrí que estaba embarazado. ¡No lo podía creer! Los hombres no pueden quedar embarazados pero yo lo estaba... Era un milagro. No sabía como contarle a Antares y, la verdad, pensaba que el no iba a querer saber de mi nunca más. Pero algo en mi interior, me decía que Antares me amaba más que nada en este mundo. Reuní mucho valor y cuando fui a verlo... ¡Estaba besándose con una mujer! Por suerte, ellos no me vieron. Lo entendí todo, para Antares yo siempre había sido un amor pasajero. ¡Que estúpido fui por pensar que el me amaba! Corrí lo más rápido que mis piernas me permitieron, no sabía que hacer, estaba desesperado. No podía culpar a mi hijo de mi sufrimiento, ¿qué culpa tiene un bebé que estaba formándose dentro mio? ¡Nada! Decidí ser fuerte por mi hijo... Mis padres nunca se enteraron de mi embarazo pero sabían mi relación con Antares. Les dije que terminamos, que el solo me había usado. Los convencí que necesitaba irme de viaje un tiempo para poder superarlo. Ellos aceptaron por mi bien. Me acompañaste en ese viaje, ¿lo recuerdas?
-Sí, lo recuerdo. Quedé realmente muy sorprendido al saber de tu embarazo y más aún al saber que el padre de tu bebé era de Lesath- admite Tenma.
-Cuando nació mi hija... Una bebé rubia como el, con los ojos azules, tan indefensa, tan tierna...Le di el nombre June porque "June es junio en inglés, y junio fue el mes en el que conocí a Antares". Tú la criaste como una hija y, realmente, te estoy muy agradecido por eso.
En cada enunciado que decía, Krest no podía contener las lágrimas de emoción. Su conversación fue interrumpida por la entrada de Seraphina a la Sala del Trono.
-¡Padre! Una mujer esta esperando para hablar contigo, dice que es urgente...¿Estás llorando?- dice Seraphina.
-No es nada, hija, es solo que Tenma y yo estábamos recordando los tiempos en que eramos jóvenes- dice Krest- dile a los guardias que traigan a la mujer ante mi.
-Como desee, padre- dice Seraphina haciendo una reverencia y retirándose.