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El Mocoso y la Navidad. por Gaib

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Notas del capitulo:

Bueno, ya que me retrase en mi entrega me permito presentar ante ustedes el final de mi historia de navidad de este año.

Gracias a todos los que leen y me escriben.


Parte 3 de 3.

 -¿En serio vamos a entrar aquí? –Hable mientras guardaba la camisa en la bolsa de los zapatos –


-Claro, aquí es el mejor lugar para comprar lo que falta –Dijo el hongo sonriendo –Aquí venden la mejor ropa interior de este lugar… y además te dejan probártela –


-Pero yo no quiero acompañarte a comprar ropa interior –Fui directo al punto, sin rodeos. No me sentía cómodo ayudando a comprar ropa interior a un niño desconocido. Me parecía demasiado pervertido… y pues… mal visto.


-Recuerda que lo prometiste Koushiro –Me recrimino  Iory con rabia -¡Lo prometiste! –Alzo la voz de nuevo.


-AAHH Bueno. Pero no hagas tanto escándalo niño –respondí resignado.


-Bien, entremos –Ordeno Iory casi que riéndose.


-Eres un “bebe” cuando lo deseas –Murmure para mí mismo mientras ingresaba a la tienda.


Nos pusimos frente a las puertas de vidrio justo para que estas se abrieran frente a nosotros. Ingresamos lentamente mientras examinábamos el lugar. Las puertas se cerraron a nuestras espaldas. Era un lugar muy amplio, demasiado para que solo se vendiera ropa interior; Al principio solo se veía para mujeres pero al fondo se podían ver unos hombres modelando.


-Hola ¿Puedo ayudarlos en algo? –Nos habló un vendedor con ropa muy brillante y voz aguda. A kilómetros se notaba que era diferente. Su sonrisa abierta me perturbaba.


-Sí, mi madre nos mandó a comprar ropa para mí –Respondió Iory sonriendo, mientras examinaba con mucho interés las diferentes vitrinas y canastos con ropa –


-¿A los dos? –Dijo aquel tipo dudoso – No es muy norma…-


-Hermanastros –Dije serio, intentando ocultar cualquier expresión que destapara mi mentira.


-Es la primera navidad que pasamos juntos –Agrego Iory –Se supone que tenemos que mejorar nuestra relación, pero él es muy aburrido –


-No tiene que ser interesante, simplemente mídete tus calzones y vámonos – Dije desafiante, como queriendo parecer un hermano mayor. Mire firmemente al chico quien me miraba desafiante.


-Tienes que venir… tu padre lo ordeno – Me señalo inflando los cachetes.


-¡Ya está bien! Lárguense por allá atrás – Alzo su voz aguda aquel tipo – Y no molesten a los demás clientes –Advirtió el sujeto alzando el dedo, mientras nos daba la espalda furioso.


Iory y yo reímos mientras aquel chico caminaba de la forma más extraña que había visto antes. Luego nuestras miradas se cruzaron y nos dirigimos directamente a la sección infantil masculina.


-No puedo creer que se lo halla creído –Susurraba Iory mientras nos movíamos entre los estantes.


-Lo que pasa es que tú y yo, somos un chico listo – Razone mientras sonreía emocionado. Sé que es malo mentir, pero lo que acabamos de hacer fue tan genial… que podríamos convencer a cualquiera de lo que queramos –Es aquí –Señale una foto con alguien conocido de modelo –No puede ser jaja –


-¿Lo conoces? –Cuestiono Iory curioso – Parece que hubieras escuchado algo muy gracioso –


-JAJAJA Es que… jajajaja nunca pensé que… jajajaja –No podía de la risa, era increíble que apareciera en este lugar –


-¿Qué? Dilo de una vez… -Repitió aquel pequeño histérico.


-Es un viejo amigo jajaja, pero siempre lo creí muy serio para ser un modelo – Mencione mirando a aquel rubio – Se llama Yamato y nos conocemos de hace tiempo –


-Con que Yamato… no tiene cara de ser un buen modelo –Comento el chico con firmeza –Diría que solo quiere llamar la atención –


-No días eso –Cuestione – Él es alguien muy… -


-Hasta me parecerías mejor modelo tu –Interrumpió Iory golpeando el cartel – No tienes nada que envidiarle a este rubio –


-¿Pero qué dices?... Él es vocalista de una banda, tiene su club de fans y tiene ese aire todo rebelde –Mencione, intentando vanagloriar a mi amigo.


-¡Que tonto eres! Tu eres más lindo que ese rubio –Menciono el chico mientras comenzaba a buscar lo que quería comprar.


En cambio yo, me queda estático donde estaba. Lo que me había gritado Iory me estaba afectado. ¿Tonto? ¿Yo? No puede ser… Yo soy el mejor de mi clase. ¡NO soy tonto!… El ¿Ese chico que parece niño?... ¿Me considera lindo?... ¿En serio?... nadie me había dicho eso antes, ni siquiera una chica.


-¡Oye ven aquí! Recuerda que tienes que ayudarme –Me llamo Iory desde atrás de una vitrina. Apenas me aproxime, lo note con varias prendas en sus manos -¡Ten! ¡Pruébate estos! son los mismos que en esa foto – Señalo la foto donde estaba Yamato.


-No me voy a poner esto –Negué rotundamente – Eres tú el que va a comprar, no yo –


-Te aconsejo que te pongas esa cosa, o si no… no saldremos de esta tienda y de ese vendedor rarísimo –Señalo aquella prenda y luego me señalo a mí como si me estuviera apuntando con un arma. Su tono de voz y su mirada firme, me hacían entender que era una orden y no una sugerencia.


-Bien –Respondió con frialdad. Tire las bolsas en la banca cercana junto con mi mochila y me metí al vestidor. Era un cubículo pequeño, justo apenas para que cupiera una persona.


Me mire de frente y comencé por quitarme los zapatos y las medias. Luego me quite la camisa y me tome un momento para intentar encontrar alguna imperfección en mi pecho. No tenía ningún rastro de pelo en mi pecho pero si había una abundante cantidad de pecas por toda la superficie. No me gustaba lo blanco de la piel, era muy fácil que cambiara al tomar mucho el sol… era muy delicada.


Me quite el pantalón mirado mis piernas y rozando mis rodillas y pies: Se les notaba lo blandos y débiles por el poco ejercicio que hacía. Sin pensarlo mucho me quite el bóxer amarillo que traía y sin pensar nada sobre mí… Me puse aquel que Iory me había pasado. Era blanco con los resortes negros del todo. “Se me ve bien”.


-¡¿Y bien?! ¿Qué tal te quedar…? – El chico del “honguito” corrió la cortina emocionado.


-¡EEHHHHHH! –Me asuste apenado. Alcance lo primero que agarro mi mano y me cubrí lo más posible - ¿Que no te enseñaron a tocar? –


-Claro, pero aquí no se toca jajaja – Rio el pequeño, que al fijarme bien, solo llevaba un bóxer puesto. ¿Acaso no le da vergüenza? ¿No tiene escrúpulos? – No creo que eso te valla a cubrir mucho, por cierto… lindo color jaja –


“Rayos”. Fue lo que pensé al darme cuenta de que me estaba cubriendo con la ropa interior amarrilla que me había acabado de quitar.


-Te quedan bien, aunque tu piel es muy rosada –Menciono el pequeño mientras se acercaba. Llego a estar a menos de 20 cm de mi -¿De qué te cubres? ¡Mírame a mí!–


Se señaló así mismo. Lo observe de pies a cabeza: Toda su contextura era de un niño, sus manos y piel, y hasta el diseño de su bóxer lo hacía parecer un niño pequeño. Sus bóxer tenían un gran amadillo en un costado y eran de color gris. Lo veía un poco gordito, pero su forma tan segura de posar lo hacía… no se… ver un poco lindo.


-Emm… es que… no… no me gusta que me vean –Balbucee –No soy muy guapo –Agregue con un calor fuerte en las mejillas.


-¡Que dices! –Alego alzando la voz –Para mí te ves bien… solo que eres muy penoso – De repente agarro mi bóxer amarrillo e intento quitármelo – ¡Dame eso!… ¡no te cubras! –Alegaba con rabia.


-No quiero… ¡Déjame! – Grite, hasta que…


PPPLLLOOOPPPPPP


Iory cayó al suelo con la mitad de mi prenda mientras que yo tenía la otra mitad en mis manos. Aunque pensé que se pondría a llorar por el golpe, el chico del “Honguito” se levantó y me miro con tristeza.


-Lo siento, no era mi intención dañar nada –Menciono mientras ladeaba la cabeza y colocaba sus manos atrás de su espalda –Lo que pasa es que nadie me había ayudado como tú, no como un niño pequeño sino como el adolecente que soy en verdad – Mencionaba mientras su voz se iba agudizando – Pero al final si termine actuando como un niño, mira… hasta te puse es esta situación incómoda… perdón Koushiro – Bajo la cabeza finalmente.


“No puede ser tan malo”. “Solo fue un accidente”… “Solo es un niño”. Pensaba en lo profundo de mi mente. No era tan malo, el día de hoy me había sentido muy bien caminando y discutiendo con él. Además… él dijo que me veía lindo ¿Cierto? ¿De verdad lo cree?


-Iory dime una cosa – Mencione dejando caer por fin el pedazo de tela amarrillo.


-¿Qué? –Levanto un poco la mirada el niño.


-¿Por qué dijiste antes que me veía lindo? –Cuestiono avergonzándome de mi propia pregunta.


-Es que… te ves muy genial cuando caminas y siempre te ves todo intelectual. Me gusta tu pelo rojo, es llamativo y loco… no como el mío y mi peinado –Con ligereza cambiaba su tono al hablar. Estaba deprimido y a la vez no –Tu no necesitas hablar raro para aparentar tu edad y eres alto - ¿eeehhh? – Creo que te ves muy lindo así – Dejo salir el comentario que me puso extraño. ¿Lindo? ¿No será que…?


-Pero tu peinado es muy tierno… y tus piernas son tan… -AAHHHHHH ¿Qué digo? Fue lo primero que se me ocurrió. AAHHHHH debo aludirlo, el me hizo sentir muy bien… debo…


- Lo sé, tú crees que yo me lindo así ¿Cierto? – Menciono Iory mientras jugaba con sus dedos. Estaba deseoso de oírlo.


-Aunque eres pequeño, eres el chico as lindo que he visto – AAAHHH –Pero no pienso que seas un niño ni nada de eso, solo digo que te ves muy tierno… digo, lindo… -AAHHH ¡Deja de balbucear!


-Ya entiendo… yo también pienso que eres muy lindo –Dijo el pequeño en lo que se acercaba.


MMUUUAA


Iory se empino para darme un pequeño beso en la mejilla, para después salir del cubículo lo más rápido posible. Me quede estático allí, intentado entender lo que había sucedido, pensando que algo muy raro acababa de suceder… o algo mágico que aparentaba en navidad.


Me puse mi pantalón y luego mi camisa. Doble el bóxer que me había medido y salí del probador con intención de comprarlo. Se sentía raro caminar sin nada debajo, rozaba mucho y la sensibilidad en esa zona no ayudaba. Iory también salió de su cubículo, y sin intercambiar palabra alguna nos dirigimos a pagar lo que llevábamos en nuestras manos.


-Yo lo pago todo –Fue lo que dijo mientras aquel vendedor extraño nos empacaba la compra. No me opuse, pues en realidad él me debía una prenda de esas. –Toma, creo que se te verán bien –Me entrego justo después de atravesar la puerta de salida.


-Gracias. Yo pienso que tú te verás muy tierno con esos que compraste –Respondí sonriendo. El sonrió mientras empezaba a caminar hacia adelante, le seguí sin rechistar.


Fue extraño de principio a fin; mientras caminábamos uno a lado del otro directo hacia la salida del centro comercial. No debían pasar de las tres de la tarde, no había pasado mucho tiempo la verdad… aunque para mí fue toda una aventura. “No quiero”. No quiero que termine aun, aún hay cosas que quiero hacer hoy; Aun deseo estar en esta situación un poco más… pero no sé lo que él quiere.


-Entonces… ¿Quieres venir a mi casa? O  ¿Tienes otros planes? –Pregunto apresurado; se le notaban los nervios – Porque me gustaría invitarte a…-


-Está bien –Sonreí tapándole la boca – Vamos a tu casa. Quiero ver la reacción de tu madre cuando te vea con tu nueva ropa – retire mi mano de su boca para notar lo sonrojado que estaba el chico.


-Sí, también me gustaría ver tu reacción jiji –Rio quisquilloso, para lo cual ladee la cabeza desconcertado - ¡Vamos! Tenemos que llegar antes del Té – Me halo la mano con fuerza obligándome a correr junto con él.


No sé porque dejaba que me halara así; Seria el hambre o la extraña sensación que sentía. El sol aun cae fuerte sobre nuestro pelo. No sé para donde vamos; no sé a dónde iré a caer… no sé qué pasara el resto de esta extraño día, ni mucho menos que me traerá de nuevo esta navidad.

Notas finales:

Extraño final para una no muy cotidiana pareja, si querian algo mas entonces... deberan pedir una segunda temporada jajaja.

Un abrazo navideño para todos. Cuidense mucho y ... FELIZ NAVIDAD!!.

Nos veremos en otro cuento.


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