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Save Me. por Raes

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Notas del capitulo:

Espacio vacío. (?)

 

[Ubicación: Planeta: La Tierra.]

 

 

  Vacaciones. Hermosa palabra.

  Aunque para él era un simple puente hacia su siguiente mitad del año donde prácticamente no haría más que relajarse y esperar al año siguiente para comenzar la universidad. Estaba bastante avanzado respecto a otras personas de su edad, inclusive las personas no podían creerlo cuando les respondía que había aprobado el examen de ingreso de una de las universidades más reconocidas del país. Pero así era, con su dedicación y esfuerzo diario, logró acortar un año de lo que comúnmente se demora en terminar los estudios antes de seguir una carrera profesional. Fue tanta la emoción que frenó su explosivo ataque de euforia y pensó detenidamente la situación. Hasta el momento había estudiado sin parar y ahora vendría la etapa más importante en su vida, y para ello debía recargar energías. Sin muchas vueltas tomó la decisión de esperar medio año antes de iniciar oficialmente sus clases.

 

  Por ese motivo, JunHong se encontraba recostado en el sillón de su departamento con un brazo detrás de su cabeza y el otro sosteniendo el control remoto de la televisión. Nada parecía captar su atención, ni siquiera el programa de variedades donde desafiaban a los concursantes con preguntas de interés general. Canal de deportes, no. Canal de dibujos, no estaba dando el que le gustaba. Canal de moda, tampoco. Terminó presionando el botón rojo del control y apagando el televisor.

 

  Miró el techo con ambos brazos utilizándolos como almohada. A esa hora muchos de los estudiantes salían de las clases a festejar el comienzo de las vacaciones, e inmediatamente se sentó. Sacó el celular del bolsillo y marcó el número de su mejor amigo.

 

            – ¡Hola! –pegó un grito cuando atendieron el llamado tan rápido. Su rostro se cubrió de una sonrisa repentina.

            – ¡Hey! JunHong, ¿cómo van tus vacaciones?

            – Para ser primer día no está mal, aunque en la televisión no he encontrado nada interesante. ¿Qué harás ahora, hyung? –preguntó con la esperanza de que le respondieran lo que quería oír.

            – Pues… estoy con Youngjae. Justamente hablábamos de ti y estaba por llamarte, ¿no te pareció raro que atendiera enseguida tu llamado? –rió su amigo en el teléfono. JunHong se incorporó del sofá y tomó las llaves de su departamento.

            – ¿Dónde están? Necesito salir seguido, solo en casa las veinticuatro horas es un infierno.

            – Te esperamos, estamos en la gran plaza cerca del restaurante a donde vamos siempre.

            – Dale, los veo allá. Adiós Daehyun hyung.

 

  Daehyun, el mejor amigo de JunHong. Era dos años mayor que él y próximamente entrarían a la misma universidad. Se conocieron de pequeños por vivir muy cerca, y conforme fueron creciendo más cercanos de volvieron hasta considerarse hermanos de diferentes madres.

  

 

**

  

 

[Ubicación: Planeta: B 124 AP 224]

  

 

  El estruendoso juego resonaba en todas partes, los objetos a su alrededor saltaban de lado a lado cada vez que una bomba explotaba en la gran pantalla frente de él. El mato observante lo hacía desde la puerta de la gran casa, miraba cómo su compañero se inclinaba de lado a lado sobre su asiento y pegaba gritos exagerados  cuando uno de los soldados enemigos lo apuntaban con las armas. Un cartel enorme apareció en la pantalla con la frase ‘Mision Complete’ indicándole que ya podía ingresar a hablarle sin tener que interrumpir su preciado juego y escuchar su fastidiada voz grave.

 

            – Hyung. –Lo llamó el matoki rosa detrás de él. El asombrado jugador dejó el joystick sobre el asiento e inclinó sus orejas hacia atrás suponiendo que así él prestaba atención – ¿Podrías bajar el volumen del juego? Nada queda ordenado si cada segundo que pasa los objetos saltan un metro alrededor.

            – Himchan~~ –lo llamó el jugador incorporándose de su asiento. Lo llamaba así cada vez que el mato rosa utilizaba la palabra ‘hyung’, tan propia de otro planeta que no era el suyo– ¿Hasta cuándo planeas seguir utilizando esa terminología? Tatsmato, las probabilidades de que viajemos, o en su efecto, tú viajes a la Tierra son escasas.

            – Lo sé ShiShimato. –Respondió con completa seriedad, Era muy consciente de ello.

 

  Himchan era el nombre que Tatsmato utilizaba en la Tierra. Tanto él como muchos otros matokis, poseían dos nombres y dos edades -totalmente complementarias-, y un color que los representaba. El suyo era el rosa, y el de ShiShimato el rojo. Tatsmato, como todos allí lo conocían, no perdía las esperanzas de un día poder visitar la Tierra y regresar a casa para poder contarles las aventuras vividas. Pero era conocedor de las posibilidades que cabían dentro de su sueño, y esas eran muy bajas, casi inexistentes.

 

            – ¿Sabes hace cuánto un matoki no viajó a la Tierra? –Preguntó el rojo.

            – Hace aproximadamente cuatro mil años terrestres. –Contestó el rosa– Sé que es difícil poder ir allá, pero espero un día poder visitarlo. Quiero saber más de ese planeta y no sólo por escrituras que dejó aquél matoki con suerte, quiero poder vivirlo yo mismo, conocer a las personas, vivir como ellos, lucir como ellos... ¿Acaso tú no lo deseas también? –ShiShimato prefirió guardar silencio.

 

  Tatsmato soñaba con poder volver real su sueño, deseaba ser encontrado por un humano y liberado. Y no habían muchos humanos en toda la Tierra que fuesen capaces de hacerlo. De hecho, si daba la casualidad de que un terrícola encontrase uno de los portales matokis en su mundo, eran por lo general nulas las chances de poder invocar al ser dentro de -lo que se camuflaba- un muñeco.

 

  Sin embargo, Tatsmato contaba con el deseo, el único deseo que posee cada matoki. Aunque éste no le permitiese viajar. Y eso lo frustraba hasta agachar completamente las orejas.

Notas finales:

  Que no les sorprenda si aparecen los matokis y ellos mismos en ambos mundos. :P

  ¿Qué tal? Es algo loco que se me cruzó escribir.

  ¡Abrazos!


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