Usami llegó a su departamento muy cansado. Acababa de entregar su manuscrito, asistir a las reuniones con los editores y escuchar las suplicas de Aikawa de escribir nuevas novelas BL inspirados en Misaki. Lo único que deseaba en esos momentos era comer la comida de Misaki, recibir unos masajes y dormir.
La cena transcurrió con total normalidad. A Misaki le extrañaba que Usami no le hubiese atacado. Se dio cuenta de que estaba muy cansado por lo que, luego de comer, le dijo que le haría unos masajes.
- Si, me parece bien - le dijo Usami - Hoy dejaré que me hagas lo que quieras.
- ¿Estás seguro, Usagi san? - le preguntó Misaki, con un extraño brillo en los ojos.
- Sí, muy seguro - le respondió Usami, quien no se percató de que Misaki actuaba muy extraño.
Misaki se levantó, tomó a Usami del brazo y lo arrastró al sofá, colocándolo boca abajo. Después de eso, le desabrochó la camisa y se la sacó de un tirón, para luego acariciarle la espalda suavemente.
- Se le siente muy tenso, Usagi san - dijo Misaki, usando una extraña voz seductora - Relajate, sensei, porque esta será una noche muy larga.
- ¿A... A qué te refieres? - le preguntó Usami, dado que se dio cuenta de las intensiones de su amado.
Misaki se sacó la remera y se acostó sobre la espalda desnuda de Usami, sintiendo el contacto directo con su piel. Sus manos pasaron por su torso y empezó a pellizcar sus pezones, para luego darle una mordida a su oreja provocando que las mejillas de Usami se sonrojaran levemente.
- Me refiero a que, esta noche, yo seré el seme.
Apenas dijo eso siguió pellizcando sus pezones, logrando que Usami gimiera de placer. Luego besó su cuello y así logró que se le pusiera la piel de gallina. Poco a poco, sus manos llegaron hasta los pantalones, los cuales los bajó sin ningún descaro y empezó a palpar su miembro erecto, el cual le suplicaba por su atención.
Misaki procedió a bajarle los anatómicos y palpó su miembro con más intensidad, provocando de esta manera que los gemidos de Usami aumentaran.
- Aaah... Lo haces... Bien... - Susurró Usami, mientras apretaba sus puños contra el sofá - Misaki... Me... Vengo...
Al decir eso, Misaki sintió el semen de Usami en sus manos y se los lamió de una manera lasciva. Luego, tomó un lubricante y empezó a masajear la entrada de Usami con un solo dedo.
- ¿Te gusta, sensei? - le preguntó Misaki, sin parar de meterle su dedo - ¿Quieres que continue?
- Aaah... Sí.... Me gusta.... Aaaah... - le respondió Usami, para luego aumentar el nivel de su gemido al sentir que su amado le metía los dos dedos.
- Me alegra escuchar eso, sensei - susurró Misaki, moviendo los dos dedos lentamente - porque pienso venirme dentro de tí.
Misaki metió el tercer dedo y siguió preparando a Usami, quien ya estaba desesperado por sentir a Misaki dentro suyo. Misaki se desabrochó el cierre de su pantalón y sacó los dedos, para meter en su lugar su miembro erecto.
Al principio el muchacho se movía lentamente, mientras que Usami le suplicaba con sus gemidos que no se detuviera. Luego, Misaki empezó con las embestidas, moviendose con todas sus fuerzas mientras que Usami no paraba de gritar y gemir del placer. Las embestidas fueron cada vez más intensas, tanto que Usami se sentía dichoso y a la vez sorprendido por el potencial de su pareja.
Ya no era aquel chico inocente y esquivo de antes. Ahora se volvió todo un experto, capaz de llevarlo a la gloria y así convertirse en todo un seme azotador pervertido.
Y cuando Misaki se vino dentro de él, el sueño lo venció y se quedó dormido en el sofá, con una sonrisa de oreja a oreja y conpletamente orgulloso de su aprendiz. Su sueño de ser ukeado, al fin, se volvió realidad.