Jack seguía sin agradarle mucho la idea de tener que compartir su habitación con un extraño. Hace tan solo unas semanas el seguía libre de un lado a otro pero había aceptado finalmente estar de forma fija con los guardianes para ahorrarse cualquier problema que Pitch le fuera a ocasionar con un ataque sorpresa.
Si, apenas acepto quedarse con ellos y ya tenía que compartir su habitación.
—Bueno, este es mi cuarto.
Aunque tampoco podía quejarse mucho. No cuando era su principal causa que ese vikingo ahora estuviera ahí, paseando por su habitación mientras el enorme dragón apenas y se podía acomodar en una esquina.
—No creo que él pueda estar cómodo aquí, quizá… — no pudo terminar de dar su consejo cuando el enorme lagarto ya le mostraba los dientes, le rugía y se pegaba a su dueño como si le acabara de soltar la amenaza más grande de todos los tiempos.
—Está bien amigo, está bien— el vikingo se limito a darle palmaditas como si le hablara a un cachorro y no a un enorme dragón que seguía mirándolo como si quisiera arrancarle alguna extremidad por su comentario. —Pero Jack tiene razón Chimuelo, aquí no hay lugar donde puedas descansar ¿Tienes un lugar que sea más espacioso y cerca de aquí para que descanse?
Tardo unos segundos en contestar, fingiendo que pensaba en uno cuando en realidad se quitaba la sorpresa que le había causado escuchar que el castaño no olvido su nombre cuando solo se lo dijo una vez. Porque bueno, el si había olvidado el nombre del intruso.
—Sabes, en realidad hay un lugar donde tu dragón puede dormir e incluso podría moverse más libremente— sonrió al pensar en el taller de Norte y la posible expresión que pondría el jefe de los guardianes cuando se encontrara con un desastre del cual el no era responsable (directamente) en esa ocasión.
Pero el dragón no parecía dispuesto a aceptar su oferta al gruñir de nueva cuenta y pegarle a la espalda de su jinete como expresando un “dile que no por mi”
—Gracias Jack, pero creo que prefiere quedarse incomodo.
Se encogió de hombros sin tener problemas aunque si viendo de reojo su propia cama. Pensando seriamente en moverla para que al menos tuviera más espacio la enorme lagartija para recostarse y su ahora nuevo compañero de cuarto pareció leer sus pensamientos, ya que la mirada de ambos termino por caer en la cama y en los muebles que tenían alrededor.
—¿Te molesta si movemos un poco…
—No, adelante— de hecho prefería que ellos lo hicieran para no mover ni un dedo, pero era mejor que se ofreciera voluntariamente a hacer el trabajo pesado que conllevaba mover los muebles a las orillas y la cama a una esquina para que el centro de la habitación apenas fuera buena para que Chimuelo se acomodara de forma correcta en el suelo.
Aunque eso solo significaba entrar a un silencio incomodo en el que Jack veía a sus dos invitados forzados acomodarse en el suelo y el los veía sentado en la cama.
—Puedes usarla, casi nunca la utilizo para dormir.
—No gracias, así está bien…pero si no la usas para dormir ¿para que la quieres ocupando espacio?
—Si vas a insinuar que soy un idiota— comenzó de forma amenazante aunque divertida para intentar quitar la tensión que los rodeaba.
—No digo que seas idiota, solo que no eres muy lógico— y al fin el vikingo le devolvió la sonrisa al sentarse en un costado del dragón que se había acomodado y ahora le servía para recargarse —¿No tienes frío en esta habitación? — Hiccup le echo un vistazo al lugar donde se encontraban. No podía creer que una persona fuera capaz de conciliar el sueño en ese lugar cuando la misma cama parecía desprovista de cobijas a propósito.
¿A caso esos sujetos con los que Jack vivía lo maltrataban? No es que los vikingos fueran alguna especie de dulce en personalidad, pero al menos eran más hogareños de lo que eran en ese lugar.
—No en realidad— Jack se limito a encogerse de hombros y ver con curiosidad la prótesis y artefactos que estaban rodeando el cuerpo del dragón, pero sin acercarse demasiado a Chimuelo, prefería ser cauteloso a acercarse de lleno a la boca del dragón, de forma literal.
Y el jinete no parecía culparlo por eso.
— ¿Quieres tocarlo? — señalo a su compañero que aún parecía reacio al chico
Jack le devolvió la mirada, algo contrariado y por un momento se imagino que quizá le hablo mientras estaba pensando en otra cosa.
— ¿Qué cosa?
—A Chimuelo— le señalo de nuevo al dragón que estaba a sus espaldas que se encontraba más ocupado en acomodarse mejor en el suelo helado de aquel lugar que iba a ser su guarida hasta que la tormenta de nieve pasara.
—No gracias, me gusta seguir teniendo manos, piernas, tu entiendes— Jack señalo con su cayado a la pierna del vikingo, alzando ambas cejas como si le hubiera leído la mente pero solo causando un malentendido entre ellos.
—No, no— un malentendido que Hiccup no dejaría avanzar a más —Esto no lo hizo el, de hecho el salvo mi vida. De no ser por él yo no estaría aquí— sonrió orgulloso de su dragón que al fin se había echado tras carbonizar el área donde iba a dormitar.
—¿Ah si? ¿Entonces como explicas que te falta una pierna?
—Es culpa de otro dragón
—….que reconfortante— Jack puso los ojos en blanco al no encontrar mucha diferencia entre un dragón y otro.
—El punto es que es bueno— y al parecer no se iba a librar de que el castaño aclarara ese malentendido, pues no daba señales a detener su explicación en eso.
—¿Cómo puedes probarlo?
—Mira.
Y Jack no se pudo sentir más arrepentido de no mantener su bocota cerrada cuando la mano del contrario sujeto su muñeca como si nada y lo arrastro hasta quedar a un lado del dragón que pareció gruñirle a propósito e ilumino su boca de la misma forma que lo hacían antes de lanzar fuego.
—Chimuelo, no lo asustes. Nos presto su habitación
Para sorpresa del albino no hubo fuego ni mordidas, únicamente un dragón enfurruñado que se limito a acomodarse mejor en el suelo y dejarse acariciar por la punta de sus dedos.
Hielo con fuego, el choque de temperatura descoloco a ambos. Chimuelo se removió incomodo por la frialdad que tenía en sus escamas en el lugar que Jack había tocado, pero el espíritu no pudo más que intentar repetir el contacto al poner ahora la palma de su mano y ganarse un reproche del dragón por su parte.
—Incluso sus escamas están calientes— no oculto su asombro. Estaba más ocupado en poner ambas manos sobre el hombro del dragón, en realidad, era la primera vez que tenía la oportunidad de poder tocar a uno.
—Sí, y tal como dije. Sigues teniendo todas tus extremidades ¿no?
Jack tuvo una sensación extraña en sus mejillas, parecida al calor que sus manos tenían al contacto con las escamas, solo que estas no tenían que ver con el contacto con absolutamente nada físico.
-(-)-
—Estoy un poco preocupada por Jack— El hada volaba de un lado a otro del salón donde ahora los guardianes tenían otro asunto del cual hablar.
Lo primordial era deshacerse del humano, luego hablarían sobre Pitch y la forma en que actuarían en su contra o en defensa propia.
—Estará bien— conejo le restó importancia sin detenerse a intentar entender qué tenía tan preocupada a Hada al punto que se detuvo en su vuelo y se fue a encarar al peludo guardián que se quedó callado al verla enojada por primera vez.
—No entiendo como ustedes pueden estar tan tranquilos luego de que lo dejaron en la misma habitación que un vikingo con espada de fuego y un dragón que le cubre la espalda— sus palabras callaron cualquier comentario relajado que los tres guardianes pudieran sacar en su defensa en ese momento —y les agrade o no, Jack es solo un niño, no está acostumbrado a tener compañía y nunca ha interactuado con ningún humano ¡menos con un vikingo! ¿No recuerdan los problemas que pasamos en el escondite anterior por culpa de los salvajes que fueron a destruir todo para instalar sus casas?
Norte se quedó echo piedra al no considerar nada de eso y lo único que tenía ahora en su mente, era la imagen de un Jack siendo amenazado con la espada de fuego y el dragón trabando la entrada para que ninguno de ellos entrara.
—Tenemos que ir.
— ¿No se te hizo raro no tenerlo ya aquí?
—…Debería estar quejándose porque le impusiste un compañero de habitación— conejo también le dio la razón, sintiendo un poco de culpabilidad al no considerarlo desde ese punto y no perdió más tiempo al ya dirigirse en pos del albino que debía estar a unas cuantas puertas de ellos.
Norte llego hasta la puerta, observando por unos segundos la madera que los separaba del par de muchachos y luego se volteó de nuevo a los guardianes cuando alcanzo a distinguir solo conversaciones en susurros pero nada que le alertara sobre alguna disputa que se llevara a cabo mientras ellos estaban afuera.
—… ¿Estamos realmente seguros de que pueda pasar algo malo? Quiero decir..
—Norte, no es momento de que te ataque la culpa por lo que los yetis le hicieron al chico.
—Conejo tiene razón, no sabemos que-
Pero Hada no tuvo que terminar sus preocupaciones cuando una explosión se escucho al otro lado de la puerta, humo se colo por debajo de la puerta y la voz del más joven de los guardianes profería una exclamación de dolor antes de toser violentamente.
Fue la única señal que necesitaron para abrir la puerta de golpe, encontrándose con el vikingo cargando a Jack quien tenía la planta de sus pies quemados y en sus manos llevaba el extraño artefacto que antes fue usado para dirigir la espada de fuego contra ellos.
— ¡Tú! — Conejo lanzo su boomerang para intentar dar en los brazos del castaño que solo estrecho más el cuerpo del albino para evitar que el boomerang fuera a darle, pero este fue interceptado por la cola de Chimuelo que azoto el arma directo al suelo y rugió en contra de las espadas que ahora mostraba el más grande de los guardianes.
—¡¿Ahora que?! — Hiccup tuvo que dejar a Jack en la cama para que no fuera a tocar el suelo después de la quemadura que sufrió y la cual no tuvo tiempo de revisar por esa repentina interrupción
—Escuchamos una explosión.
—Fue mi culpa— Jack levanto el artefacto de inmediato para llamar la atención de sus compañeros y evitar que naciera un malentendido hacia su nuevo amigo que se relajo cuando las armas de Norte bajaron.
—…¿tú culpa?
—Si, Hiccup me estaba explicando como funcionaba su invento. Me dijo que tuviera cuidado porque era inflamable pero lo ignore, hice una chispa y casi me quemo las piernas.
—Yo no veo que sea casi— Hada miro preocupada la planta de sus pies pero ninguno de los guardianes salía de su asombro.
No por la herida, el dragón o lo rápido que se calmaron las cosas; si no por la declaración de Jack. Porque él nunca aceptaba cuando las cosas eran por su causa y menos cuando causaban un gran revuelo o malentendido. Normalmente solo se quedaba callado a ver como se desarrollaban las cosas y dejaba que se resolviera por su cuenta.
—…Bueno, me alejo del fuego antes de que me alcanzara las piernas.
—Oh~ ¿por eso te tenía cargado? — el tono preocupado de conejo fue reemplazado por una ligera burla al guardián más joven, el cual ahora presentaba una segunda sorpresa para los cinco. Y esa era el leve color en sus mejillas que demostraba vergüenza.
¿Culpa, vergüenza y honestidad?
Al parecer los guardianes le debían una gran disculpa a su nuevo invitado forzado, una compensación y una excusa para que se quedara más tiempo con ellos. A como iban las cosas, terminaría siendo una perfecta influencia para el menor en lugar de ser una amenaza.