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Outsider por kurotsuki_mikoto

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Notas del capitulo:

BIEEEEEEN, vengo con otra actualización el día de hoy. Saben que lamento la tardanza :c pero en serio, no abandonare estos fics (al menos solo el de F-1 lo tengo en espera indefinida lol) 

Gracias por tener paciencia y no mandar sicarios a mi casa :'D (?) en fin, debo publicarlo rápido. Son tres paginas en las que debo actualizar y ya debería estar en mi clase. Disculpen el aviso tan corto TuT LOS AMO 

Aclaración: Ningun personaje presente en este fic me pertenece. Los derechos de autor se redirigen automaticamente a los creadores de las obras donde aparecen.

Advertencias: Shonen-ai y contenido homosexual a futuro. 

Espero les guste -les lanza amorts- 

Si alguien le pedía describir ese momento, sin lugar a dudas el contestaría con incomodidad.

 

¿Por qué?

 

Bueno, primero estaba el hecho de que la tormenta no amenguaba ni daba señales de querer calmar la intensidad de las ventiscas en las próximas veinticuatro horas.

Segundo, no le había hecho ninguna gracia que los guardianes le hablaran como lo haría una madre a su hijo que acababa de portarse mal y parecían más amistosos hacía Hiccup en tan solo unas horas con él.

Y tercero y último, aún no pasaba por alto la vergüenza que había significado el ser cargado de esa manera por el vikingo que aun estando invalido, se las había arreglado para cargarlo como si fuera una simple pluma y dejarlo en ridículo frente a los guardianes. Jack no recordaba haberse sentido tan incómodo en todo lo que llevaba de existencia.

 

—Oye chico ¿has probado este pastelillo?

 

Y ahí estaba uno de los focos de su irritación, donde ahora el viejo barrigón volvía a ofrecerle comida al castaño y este parecía olvidar la desconfianza que sembró en los guardianes cuando recién llegaba.

Por otra parte, Hiccup se sentía más calmado al ver que aquellas extrañas personas con singulares apariencias no eran indiferentes a las condiciones en las que se encontraba Jack y prueba de ello era postura a la defensiva que habían tomado cuando notaron que el albino tenía heridos los pies.

Si bien le fue extraño que ninguno tuviera conocimientos básicos de primeros auxilios (por lo que él se encargó de ponerle tela fría en la planta de sus pies para luego vendarlos), le alegraba que al menos no parecía sufrir algún extraño abuso o maltrato por parte de sus anfitriones.

 

—Gracias, están muy ricas.

 

Tampoco podía negar que era más agradable tener la amabilidad del único hombre que parecía un vikingo en ese lugar, ese que ahora parecía alguna anciana alimentando a sus nietos y no un guerrero que dirigía a sus hombres peludos contra él. Tampoco podía descartar que el otro sujeto de nombre Aster que parecía tener algún problema de intoxicación que le provocaba tener pelo por todo su cuerpo pero tenía un muy buen sentido del humor al igual que la chica (la cual parecía algo curiosa sobre la forma en que mantenía sus dientes limpios a pesar de su dieta) y el pequeño hombrecillo que parecía ser mudo pero con una gran personalidad, pues se daba a respetar con todos los presentes.

Pero de todos ellos, la persona con la que más le agradaba hablar era sin duda con el menor. Con Jack.

No parecía salir mucho a los poblados o tierras con embarcaciones, pero podía describirle muchas de las islas que Hiccup aún no visitaba y solo aviva más sus ganas de salir de ese lugar para ir a visitarlas. Desde tierras desiertas, areniscas, tropicales e incluso una que parecía más fría que en donde se encontraba, Jack parecía saber la posición exacta de todas ellas.

Sin embargo, cada que le preguntaba cómo era posible que las conociera cuando no tenía un dragón en el cual desplazarse, él le cambiaba el tema de conversación o evadía la pregunta con temas ridículos como la construcción de ese lugar y el frío que hacía. A Hiccup la construcción no podía importarle menos, sin embargo, daba una pausa a ese tema e intentaba respetar su privacidad al repetirse a sí mismo que muchos tenían ciertos secretos que no podían revelar.

 

Y decía que daba un descanso porque no pasaba mucho para que volviera a sacar el tema.

.

.

— ¿Por qué están en un lugar donde parece haber tormentas cada hora del día?

Hiccup dejo que esa pregunta interrumpiera el silencio que había entre él y Jack en esa habitación donde Chimuelo ya había hecho de su nido la mitad de esta.

Él estaba ocupado en seguir reparando su prótesis, acercándola de vez en cuando a la boca de su dragón para que calentara el metal y fuera mucho más fácil moldearlo con ayuda del martillo que el viejo Norte le había prestado. Llevaba casi dos días en ese lugar, pero solo los podía sentir como poca cosa comparado con todo lo que había hecho hasta ahora. Le era difícil medir el tiempo cuando se mantenía ocupado.

 

—Hm, bueno. El viejo Norte es algo celoso con lo que hace, el…am…fabrica juguetes. Incluso con nosotros es muy celoso y no nos deja entrar a su fabrica.

 

—¿Entonces se quedo en el medio de una isla desierta para evitar que alguien vea su trabajo?

Muy en su interior Jack esperaba que no fuera a decir nada que dejara en claro lo patético de su mentira.

 

—Puedes verlo así.

 

—Genial, eso es ser profesional.

 

Jack a veces se preguntaba si Hiccup era noble o solo idiota en algunos aspectos. No lo sabía pero prefería no seguir en ese tema de conversación.

 

— ¿Y tú?

 

— ¿Yo qué?

 

— ¿No estás muy lejos de tu pueblo? ¿Es que no sabes manejar bien o qué?

 

—No, no— Hiccup se limitó a corresponder a la sonrisa que Jack le dirigía. No sabía la razón, solo le nacían las ganas de hacerlo cada que veía la sonrisa del albino siendo tan natural. —Te lo dije ya ¿no te acuerdas? Estaba dando una vuelta por el perímetro cuando vi a una nueva especie de dragón volando por la zona, lo seguí pero lo perdí en la tormenta.

 

— ¿Y cómo terminaste aquí? —  Jack solo quería asegurarse de que no estaba mintiendo para encubrir que en realidad si sabía que el dragón no era otro que él mismo volando por los cielos.

 

—Quisimos buscarlo pero con esta tormenta es peligroso seguir volando— Hiccup se encogió de hombros sin entender porque de pronto Jack parecía más consternado por ese tema que por el clima, pero no le dio tanta importancia. Prefería terminar de arreglar la prótesis y luego trabajar en las dos de repuesto que no había tenido tiempo de reparar y también estaban estropeadas (cortesía de los gemelos, por supuesto).

 

— ¿Cuántas de esas tienes? — y con sus dudas ahora resueltas, Jack se permitió el impulso egoísta de bajar de sentarse a un lado del castaño para ver mejor el artefacto que acababa de terminar de reparar y ahora sacaba otro de la mochila que había estado colgando del lomo del dragón.

 

—Tengo tres, pero las otras dos ya me las habían roto los vikingos que viven en mi aldea.

 

—Suena a que son muy agradables.

 

—Si lo quieres ver así— y no pudo evitar reír por el comentario de Jack, entre divertido y desilusionado de imaginar a los gemelos y Patán intentando ser agradables y educados pero fracasando en el intento.

No, al parecer eran más temibles intentando ser amables que siendo ellos mismos, mejor no imaginar cosas fuera de contexto.

—Ten cuidado, recuerda lo que te hizo mi espada en los pies— le advirtió cuando noto que Jack volvía a ser presa de la curiosidad y ahora cambiaba el switch que permitía el cambio de base entre la que le permitía caminar a la que usaba al momento de montar a Chimuelo.

 

—Cállate, esta no parece lanzar fuego.

 

—La otra no parecía sacar gas.

 

—Te puedo lanzar por la ventana ¿sabes?

 

—Seguro, aunque creo que yo puedo correr más rápido con una sola pierna a tú con tus pies quemados.

 

Jack no iba a admitirlo, pero ese había sido un perfecto argumento que no podía refutar al ser incapaz de decirle “puedo flotar y empujarte por la ventana”.

Malditas limitaciones.

 

—Hablando de eso ¿cómo siguen tus pies?

 

El guardián tuvo que borrar su berrinche por unos segundos, suficientes para poder tomar el hilo de la conversación y no parecer un retrasado si preguntaba a qué se refería.

 

—Mejor, no los siento.

 

—¿Se te han formado ámpulas?

 

—….¿Am-qué?

 

De nuevo Jack tuvo problemas para no decirle que en realidad no se había revisado bien por estar todo el día sentado (o flotando de un lugar a otro cuando Hiccup estaba con los otros guardianes) y no se le paso por la cabeza revisar cómo iban sus heridas.

 

—Estira tu pie.

 

Y esa indicación tan vaga fue perfecta para Jack que aún no encontraba como descargar el berrinche de tener que guardar silencio sobre su naturaleza.

Obedeció, estirando uno de sus pies con toda la fuerza que tuvo en ese momento. Buscando tirar al vikingo de la cama y luego burlarse de él, pero sus jugadas se vieron vueltas en su contra cuando el castaño alcanzó a sujetar su tobillo y desvió la dirección de su patada a un lado. Dejando una pierna en cada costado del contrario y una vista que, por alguna razón, lo dejo con un extraño calor elevándose a sus mejillas y llegando a la punta de sus orejas.

 

—Creo que al menos están tan bien como para que te puedas mover así.

 

Y Hiccup no fue consciente de la posición incómoda y vergonzosa en la que estaban en ese momento. Ni tampoco de la pena que enmudeció al albino y le hizo mantenerse inmóvil y hasta algo cooperativo mientras el revisaba que no se le formaran ámpulas en los pies.

 

Si, Jack lo pensaría las veces que fueran necesarias.

En ese momento se sentía incómodo.

 

 

 


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