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Vultures por Yae

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Los negros ojos que le miraban fijamente tan solo conseguían ponerlo más tenso, hablarle a Sasuke de algo tan disparatado como “hombres lobo” ya era por si solo una verborrea que no podía concretar y agregándole a ello que su antiguo mejor amigo nunca fue muy bueno escuchando explicaciones de otros dudaba si quiera que lo tomase en serio.

–  Que estas esperando – los negros ojos se afilaron una milésima más en tanto mantenía firme el agarre de su espada amenazando claramente al rubio.

– Que bajes tu arma – ligeramente fastidiado bufó desviando el rostro – no quieras amenazarme porque si voy a decirte todo esto es porque confió en ti, porque somos amigos.

Sasuke se le quedó mirando unos cuantos segundos antes de envainar la katana, – no lo somos – aclaró.

– Bueno… entonces al menos somos socios y tenemos un fin en común – torció los labios inconforme por la ausencia de algún título. – No soy un humano Sasuke.

– ¿Vas a salir con la estupidez de que un hombre lobo te mordió y te trasformó en uno? – en tono acido musitó.

– No – volvió a bufar – a diferencia de los vampiros… lo cambiantes nacen, no se hacen.

Con esa última oración Sasuke pareció recién tomarle más atención, sus labios se movieron tratando de argumentar algo pero tan solo el encuentro con Menma se repetía como alarma escandalosa advirtiéndole de la posible conexión.

– Realmente no tenía idea de lo que era, no es como que vayas a darte cuenta de todos modos… hasta que cambias la primera vez – dudoso se rascó la nuca tratando de relajarse.

– ¿Y Menma? – autómata la pregunta brotó de su boca.

– ¿Eh? – La sorpresa en el rostro de Naruto fue genuina, frunciendo el ceño levemente le miró confundido – ¿Por qué preguntas por Menma? – Dando un par de pasos en dirección del pelinegro devolvió el interrogatorio – el murió mucho antes… ¿verdad? – acusadores sus azules ojos no dejaron de examinarle.

– Es tu hermano, tu deberías saberlo – algo fastidiado por su impulso Sasuke le sostuvo la mirada.

El rubio asintió retrocediendo la distancia avanzada aspirando brevemente el sutil aroma que se coló en sus fosas nasales, – dejemos esto para después Sasuke… ya es algo tarde.

– ¿Qué? – Sorprendido por la pobre excusa apenas si trató de detenerle cuando el otro subió a su automóvil poniéndolo en marcha – ¡Naruto! – le gritó irritado ante el desplante, chasqueando la lengua casi se la mordió ante su propia rabieta, si Naruto quería dárselas de misterioso bien podía pretender lo que le viniese en gana que él no insistiría.

 

 

Enfadado por la inconclusa perorata del dobe rubio prefirió regresar a su departamento para descansar un poco, ya al día siguiente podría ir al hospital para ver a su madre y hermano, además de recibir el necesario tratamiento que debía aplicarse al menos cada dos días. Algo entumido por la pelea de hace unas horas tardó más de lo usual en abrir la incordiosa puerta que se trababa de cuando en cuando, una vez dentro del lugar suspiró cansado casi arrastrando su arma por el piso sosteniéndola con la mano derecha.

El rechinante sonido de algunos tablones de madera del piso eran lo único que se oía en medio de la penumbra dejada con intención, Sasuke prefería dejar las luces apagadas cuando Itachi no se hallaba.

Pero envuelto en el pesado silencio fue disminuyendo sus pasos hasta quedar frente a la puerta de su habitación, contuvo la respiración algunos segundos levantando con extrema cautela su mano izquierda para posarla sobre el pomo antes de girarlo.

 

– Has vuelto a acertar.

 

Susurraron demasiado cerca de uno de sus oídos, por reflejo se apartó de golpe de la puerta desenfundando su katana para intentar partir en dos al indeseable invitado, pero el corte simplemente quedó en el aire al no haber nadie tras suyo.

La breve y tenebrosa risa le advirtió del origen del sonido, ya en el pasillo Sasuke volvió girarse de golpe notando como sentado en la ventana al final del corredor la dúplica imagen del dobe le veía divertido desde allí. Menma sonreía complacido mostrando sus impecables y filosos colmillos que por un instante lucieron más largos.

– ¿Te sorprende el verme? Sasuke… – pronunciando con cuidado disfrutó plenamente de la ligera sorpresa del Uchiha al llamarle por su nombre – era demasiado injusto que solo tú supieses mi nombre.

– Si buscas a Naruto te abras dado cuenta de que no está aquí – frunció el ceño manteniendo su distancia.

– Lo sé, pero esta noche quería hacerte una visita, como nuestro último encuentro no fue nada grato deseaba invitarte a cenar. – Elegante se bajó de la ventana para quedar de pie entre la luz de luna que se colaba escasa tras el cristal.

– Ju – articuló literalmente haciendo amago de sonreír – que ridícula propuesta la tuya, no me sorprende que seas igual de dobe que Naruto.

Lejos de molestarse Menma se mantuvo impasible dando un par de pasos en dirección del otro, – tu mi preciosa cena no tienes ni la más remota idea de lo diferentes que somos.

Fue entonces que Sasuke sintió claramente como alguien emergía tras suyo extendiendo ambos brazos para intentar sujetarlo, viró de inmediato topándose con la tranquila mirada de Sasori y los caninos de este mostrándose listos para clavarse en su cuello. Evadiendo la presa por milésimas se dejó caer al piso para evitar al pelirrojo optando por impulsarse hacia adelante pese a que Menma estuviese obstruyendo la única salida del corredor.

Con espada en manos la uso para cubrirse cuando este logró estamparlo contra la pared más próxima sujetando el filo del arma con la palma de su mano derecha sin siquiera incomodarse, el Uchiha afiló la mirada y más al sentir como la fuerza del otro parecía incrementarse a cada segundo de tal manera que estaba obligándolo a bajar la katana rozándole con la mano libre algunos mechones de cabello.

– Tienes un apellido muy interesante… Uchiha y por ello tu sangre me es tan deseable – relamiéndose los labios hizo más presión sin inmutarse ante su propia sangre que brotaba del profundo corte en su diestra que asombrosamente aun contenía el filo del arma.

Sasuke entrecerró los ojos al ser empotrado con más fuerza contra la pared, presionando los dientes al tener tan cerca el rostro de la potencial amenaza pese a la poca luz pudo apreciar sus rasgos con más detalle.

Ciertamente era idéntico a Naruto casi en todos los aspectos…

Menos en uno.

Salvando el color del cabello le notó más joven que el rubio, más joven que si mismo… como si a duras penas llegase a los veinte años siendo aquello demasiado contradictorio porque al ser gemelo de Naruto debería tener la misma edad que este.

– ¿Puedes verlo Sasori? – Habló dirigiéndose al pelirrojo sin dejar de presionar  a quien intentaba someter – dime de que color se garabatea ahora el aura de este Uchiha.

Deseaba utilizar sus piernas para propinarle una patada y así quitarse a Menma de encima pero estaba seguro de que sus extremidades estaban demasiado agotadas como para llevar a cabo su cometido, incluso sus brazos empezaban a entumirse junto a sus músculos que amenazaban con perder en aquel duelo de fuerzas.

– Roja… con algunos destellos en granate y quizá una que otra mota en tono naranjado(N) – Sasori entonces extendió su palma derecha para apoyarla contra la pared del pasillo – cuando termines con él déjame los restos, será una interesante marioneta.

– Si es que queda algo…

El inquietante augurio del vampiro logró incomodar a Sasuke quien intentando revolverse de la presa buscaba zafarse y más al contemplar como el muro donde el pelirrojo se apoyase comenzaba a corroerse como si algún tipo de sustancia acida lo estuviese carcomiendo, espantado pero sin demostrarlo forzó a sus piernas para intentar apartar a Menma como lo hiciera con Naruto hace horas solo que ahora en una posición distinta. Casi oyó el tronar de los huesos de su hombro ante la exagerada fuerza del otro pero aun así consiguiendo apartarlo lo suficiente para escabullirse del doloroso agarre.

La risa del claro depredador no se hizo esperar, recreándose con la respiración agitada del Uchiha y los trompicones de este para ponerse de pie llegando a la diminuta sala del lugar le parecieron excelsos, se tomó el tiempo de contemplar la sangre que brotaba del enorme corte en su mano siendo consiente de como la herida iba cerrándose con rapidez, – si consideras tus posibilidades te darás cuenta que lo ideal para ti es darte por vencido, resultara más aburrido para mi… pero menos agónico para ti, Sasuke – a grandes zancadas fue siguiendo al otro viendo con perfecta claridad en medio de la oscuridad de la noche.

Pero su expresión de satisfacción se evanesció en cuanto notó la estancia vacía, inexplicablemente el Uchiha había desaparecido en cuestión de segundos sin siquiera que haya podido oír la puerta del lugar abrirse, misma que se mantenía intacta sin señales de haber sido usada como medio de escape.

– Es imposible – masculló viendo en todas direcciones no era aceptable que los segundos que usara para dar vuelta en el corredor fuesen suficientes para la huida de Sasuke.

– Deberías dejar de jugar con el ganado(1), mira que algunos son bastantes escurridizos – caminando con calma hasta quedar detrás de Menma el pelirrojo se acercó.

– Guarda silencio – espetó enfadado por haber sido burlado aguzando sus sentidos al fin pudo percatarse de la pequeña corriente de aire que oculta tras gastadas cortinas escondía un pequeño tragaluz a un lado de los muebles. Fastidiado fue aproximándose tirando de las cortinas apreciando al fin a donde conducía la salida de emergencia dibujándose un sucio callejón con cajas de basura amontonadas, chasqueó la lengua.

– ¿Vas a seguirlo? No debe estar lejos.

– Debería hacerlo… pero esta “retirada estratégica” me resulta como un dejavù – murmuró con cierto sarcasmo – la primera vez que me crucé con él prefirió huir también y estoy seguro de que no fue por temor.

– ¿Insinúas que nos hubiese enfrentado a ambos? A mí me pareció un humano demasiado común.

– Común o no, estoy seguro de que no es alguien que opte por salir huyendo en todo momento a menos que… algo lo obligue a ello. – Apartándose de la diminuta ventana se giró.

– Ya que tu cacería fracasó Menma, regresemos con los demás que aún no terminamos de seleccionar todo el ganado reunido hace un par de noches.

 

 

 

 

 

 

Macilento iba alejándose entre las callejuelas oxidadas y marchitas aun cubierto por el sobretodo marrón que lo protegía del frío, a cada paso avanzado sentía como sus pisadas eran más lentas y pesadas. Debía descansar antes de que sus extremidades cediesen y dejasen de moverse condenándolo a quedar varado en una esquina sin poder levantarse.

No contaba con muchos aliados en la ciudad y su orgullo le impedía buscar a Naruto para solicitar asilo en ese escondite subterráneo, resoplando optó por dirigirse al hospital para que le aplicasen el tan indispensable suero que lo mantenía funcional. Contaba con que Menma no lo persiguiese por la ciudad, en lugar de aclarar las múltiples dudas que iban formándose con respecto a ese par de hermanos estas iban incrementándose con tanta celeridad que le producía un detestable mareo el enumerarlas.

Si Naruto le habló de vampiros bien podía Menma entrar en esa clasificación… pero el dobe resultaba siendo un hombre lobo, mas risible era considerar que convenientemente ambos formasen parte de un bando y otro.

 

“– a diferencia de los vampiros… lo cambiantes nacen, no se hacen.”

Había dicho el rubio y si lo pensaba a conciencia eso explicaría la razón para que Menma luciese algo más joven que su hermano gemelo en cuyo caso el Namikaze de cabello negro habría sido transformado por otro vampiro hace algunos años…

Negó dejando de imaginarse teorías fantasiosas que bien podrían conformar un cuento de fantasía de esos que tanto detestaba.

Lo mejor era hablar con Minato cuanto antes para que este le explicase la razón por la que lo contrató para mantener apartado a Naruto de su hermano.

 

 

 

 

*

 

 

 

– ¿Y bien?

Al escuchar la pregunta de su padre Naruto suspiró, se hallaba sentado en el sofá de aquella gigantesca oficina que el rubio mayor utilizaba con frecuencia algo tarde se dio cuenta que debió cambiarse de ropa antes de visitar a su progenitor puesto que las manchas de sangre, raspones y polvo cubrían gran parte de su atuendo.

– Fue solo un encontronazo… esta ciudad está llena de gente peligrosa y quisieron robarme mi automóvil.

– ¿Y Sasuke no estaba contigo? Desde el día de ayer que no he sabido de él – el mayor le analizaba con detalle manteniéndose cruzado de brazos y de pie a un par de metros.

– Estaba conmigo… bueno tú me dijiste que el seria como mi guía cuando llegase a la ciudad – hizo amago de sonreír.

– Ya veo – suspirando se apartó lo suficiente para servir la copa de vino que reposaba sobre la barra a un lado. – Apreciaría mucho que me dijeses tus expectativas de quedarte en Japón por algún tiempo.

– ¿Estas echándome? – irónico se levantó quitando polvo imaginario de sus desprolijos pantalones – eres mi padre yo esperaba que me ofrecieses un empleo en el negocio familiar´ttebayo.

– Y te lo ofrezco Naruto, siempre y cuando estés dispuesto a obedecerme.

El adulto procedió a beber el vino servido en la fina cristalería sonriendo después.

– ¿Y qué empleo seria ese? ¿Uno como el de Sasuke?

– Si eres bueno en ello.

– Sabes, voy a pensármelo Minato. – Sonriente se encaminó a la salida – por el momento voy darle un buen recorrido a la ciudad y ya que le estas pagando a Sasuke para que me acompañe espero no te moleste que lo mantenga ocupado unos días.

Sin esperar respuesta salió de lugar dirigiéndose de inmediato a su automóvil que se hallaba estacionado a unas calles, no estaba seguro de si regresar con Shikamaru y los demás o buscar al pelinegro para… para…

Y ninguna excusa convincente se le ocurrió.

 

 

 

*

 

 

Para su fortuna Sasuke alcanzó a convencer con un par de palabras a una de los médicos que tenían turno aquella noche, la mujer algo mayor de inmediato se encandiló al oírle pedir un favor, complaciente como pocas veces preparó todo para que le suministrasen el suero en tiempo record.

– Se supone que debes recibir tratamiento cada día Sasuke-kun – le reprendía en tono meloso regulando el gotero del trípode para que la espesa sustancia pudiese pasar a través de las venas. – No es bueno que presiones tu resistencia… si puedes al menos deberías llevar las pastillas. No son tan efectivas como el suero porque tardan mucho más en absorberse y la dosis es menor pero podrían ayudarte en alguna eventualidad.

– Lo tendré en mente – se forzó a responder esperando a que la irritante mujer lo dejase solo de una vez, no iba a pretender entablar conversación por el tiempo que le tomase a la bolsa de suero pasar a su torrente sanguíneo.

– Por cierto anoche trasladaron a tu hermano aquí.

Aquella información fue suficiente para conseguir algo de atención de los negros ojos.

– Ya casi es media noche pero podría conseguir que te dejasen pasar para que lo veas – la mujer le guiñó un ojo disponiéndose a salir del pequeño consultorio – y también a tu madre Sasuke-kun.

 

Cuando la insistente fémina por fin lo dejó solo Sasuke se permitió suspirar agotado, aún no había probado bocado e ínfimamente se arrepentía de no haber aceptado la propuesta de Naruto cuando le sugirió ir a comer antes de encontrar a Fu. Pero ahora debía concentrarse en elaborar un plan para sacar a su madre y hermano de ese hospital para que Minato no tuviese nada que utilizar para intentar coaccionarlo.

Y la única opción viable era la que  Naruto le hubo propuesto.

Probablemente sus posibilidades se incrementarían con la ayuda de este y esos amigos que se cargaba, cerró los ojos tratando de descansar algunos minutos haciendo memoria de paso sobre su último encuentro con Menma y el otro sujeto que le acompañase de cabellos rojos, Sasori.

Resultaba sencillo llegar a la conclusión de que ninguno era un humano corriente, pero inclinarse a que ambos fuesen vampiros tampoco era del todo viable, no tenía ninguna prueba real de que fuese cierto… de Itachi estar bien seguramente este habría conseguido información fiable.

Ahora solo contaba con Naruto… casi solo con Naruto.

Bufando se incorporó pasando el dorso de su mano libre por su frente despejándola de sus brunos mechones sopesando en que la próxima vez que se topase con Menma tendría que apostar todo a matarlo y tal vez… tan solo tal vez podría hablarle de él al rubio.

Pero antes de planear como erradicarlo debería averiguar si este realmente era un vampiro y de ser el caso aprovechar cualquier ventaja. Sumido en sus pensamientos el tiempo que le tomo al suero consumirse le resultó demasiado lento en esa ocasión, así que cuando la incordiosa mujer volvió tuvo que aceptar que lo ayudase a entrar en la zona más custodiada del hospital.

Paseándose entre blancos pasillos llegó a terapia intensiva donde habían traído a Itachi.

– Cuando llegó lo volvieron a operar – informó ella revisando los papeles que llevaba en manos – Minato-sama nos pidió que lo vigilásemos las veinticuatro horas, ya que no se trata de un coma inducido podría despertar en cualquier momento.

Sasuke no se tomó el tiempo de contemplar el cuerpo maltrecho de su mayor recostado en esa cama con varios aparatos conectados, prefirió memorizar lo más que pudiese la ruta que lo llevaba al lugar, la seguridad que lo custodiaba y cada detalle que pudiese ayudarlo con su plan.

– ¿Quiere pasar a ver a Mikoto-san?

Asintió sin mirarla siguiendo al médico mucho más profundo entre pabellones y bloques, hasta donde el blanco de las paredes se sustituía por el cromo y gris. Donde una enorme puerta se alzaba custodiada por varios soldados.

Y donde solo con la identificación de la mujer lo dejaron pasar, el aire helado se escabulló en cuanto la puerta se abrió dando paso a una enorme sala casi vacía, claramente sus pasos resonaron en el frío lugar donde su vaho se apreciaba claramente al respirar.

– Ya encontramos al donante… si Minato-sama nos lo autoriza podremos operarla de inmediato. – Sonriendo se aproximó al contenedor de grueso cristal que resguardaba a la madre de Sasuke.

Como blanca y frágil muñeca la hermosa mujer parecía dormir plácidamente, su hijo se aproximó con cautela viéndola sumida en ese eterno letargo con cientos de cables atravesándole la piel y pesados bloques de metal cubriéndole las manos que alertaron de inmediato al pelinegro que no recordaba haber visto nada de eso la última vez que la vio.

– El experimentó resultó del todo exitoso Sasuke-kun.

 

 

V.- Empty in despair

 

 

 

Notas finales:

 

 

 

(1) Ganado: es la manera en que los vampiros se refieren a los seres humanos que son su alimento.

(N) Nota: El tono de las auras en los humanos varía según el estado de ánimo, en este caso cuando Sasori vio el aura de Sasuke los colores corresponderían a:

Rojo: Furioso o enfadado.

Granate: Belicoso o violento.

Naranjado: Temeroso o asustado.

No son patrones de color exactos de allí que se nombrara más de un color, son mezclas que pueden cambiar y solo dan una idea general del estado emocional o naturaleza del individuo. Por ello en ese momento Sasuke se podría asumir que estaba fúrico, agresivo y un pelín asustado.

 

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Siento la demora, tuve mucho trabajo estas semanas, gracias infinitas a quienes se toman su tiempo para leer y para comentar, quejas dudas y sugerencias son bienvenidas. Nos leemos en el siguiente si les ha resultado interesante. Cuídense.

Yae.

 

 


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