11.-Engaños
Era muy difícil ocultar mi vientre. Ni siquiera se había dado cuenta de mis escapadas al hospital entre semana. Cada día crecía más y más. Los movimientos ya eran más constantes y me agradaba que se comunique conmigo de esa manera.
No pude evitar sonreír al ver mi abultado vientre en el espejo. ¿Cómo será? Seguro se parece a Haitani. O a mí. Pero lo voy a querer demasiado cuándo lo tenga en mis brazos.
Me recosté sobre la cama para reposar todo lo que había pasado hoy. Se puso a un lado de mí para asomar su cabeza y verme con una enorme sonrisa. Su mano removió mi cabello en forma cariñosa. Nuestras miradas chocaron al igual que dos trenes en una vía.
—Eres demasiado hermoso Haruhiko.
Beso mi rostro para recorrer con su lengua todo el trascurso de mi cabeza hasta mi abdomen, su cuerpo lentamente se subía a mí de la manera contraria a como normalmente lo hacía pero cuidando de no dejarse caer y estorbarme con su peso. Subió mi camiseta mientras daba estímulo a mi pene sobre la ropa. Quise detenerlo para que no lo viera. Pero él seguramente suponía que se trataba de un aumento de peso por el desbalance de mi dienta.
—Haz lo mismo que yo. —Me propuso de forma picara. —Te gustará.
— ¿Qué piensas hacer?—Solté desgastante. Mientras admiraba el pequeño brillo que comenzaba a relucir en sus pupilas.
—Darte el mejor orgasmo de tu vida. Vamos hazme caso e imita lo que haré yo. —bajó mi prendas. Quedando expuesto. No podía ver su rostro pero imaginaba su expresión al verme de esa manera. Me sentía desnudo a pesar de conservar la parte de arriba.
— ¿No es algo extraño?—Lo miré serio. No pensará meterme nuevamente su mano ¿Oh sí?
—Esto ya lo has hecho antes. Sólo sígueme la corriente.
—Ahhh… ¿Qué rayos haces? Ahhh—Acarició mi miembro con su lengua, di un sonoro gemido, sus piernas estaban a mi alrededor dejándome la clara opción que hiciera lo mismo. Pero esta posición jamás la había intentado. Me tensé lo suficiente para quedarme quieto por unos minutos. El estímulo otorgado no me dejaba pensar. Baje el cierre para sacarlo. Sus manos frotaron mis piernas…Ahh no sé si podría continuar, empecé a lamerlo de manera descarada. Disfrutando sus leves gemidos. —Mmm…mmm… — Los comentarios sobraban. Con cuidado me fui metiéndolo a mi cavidad oral, sin atragantarme cómo la última vez. El sabor amargo me invadió. Los colores se me subieron y esperé un seguido para continuar hasta tenerlo por completo.
—Hmmm…—El estímulo me daba espasmos en todo mi ser. Mis piernas comenzaron a retorcerse en la enorme cama. Me agobiaba a tal punto de desaparecer y volver en sí. Las pulsaciones comenzaron a crecer hasta parecer irreal lo que estaba viviendo. Sus manos acariciaban mis muslos subiendo lentamente hasta arriba. Su boca se fundía con impaciencia en mi miembro mientras las estocadas subían y bajaban. Todo en mí se perdió cuándo me retorcí por la descarga eléctrica que amenazaba. Pronto me correría en su boca y aseguraba que él también.
Mis caderas se movían para buscar más contacto con lo caliente de su cavidad. Y de pronto escuche un gemido brusco de parte de él. Su miembro se contrajo para expulsar un espeso líquido caliente sobre toda mi cavidad. Jamás habría probado el sabor del semen. Aparte su entre pierna de mi boca. Mientras cruzaba la línea de la cordura. Apreté con mis manos con fuerza para terminar por correrme
—Ahhh… D-demonios… —Estaba agitado. Él se quitó de mi cuerpo para ponerse a un lado de mí. Sus labios tenían residuos blancos. —Ha sido sensacional.
—Te lo dije…Ahhh… —Me rodeo con sus brazos y juntó a él. —Eres bueno en esto Haruhiko. —Beso mi nuca. —Jamás te vayas de mí lado.
—Nunca lo haría. —Sonreí con nerviosismo y sujete su mano. —Hay algo que no te he dicho.
— ¿Qué eyaculas más rápido que yo? Eso se puede arreglar. —Soltó una carcajada. Mientras sonreía.
—Tsk…estoy hablando enserio. Yo no sabía que esto podía pasar. —Me quede callado por unos segundos dudando en si le debía decir o no. —Estoy esperando un hijo.
—… —Se quedó completamente callado y se separó de mí. ¿Tan malo había sido? La atmosfera se rompió de pronto. Se abrochó los pantalones y me volteo a ver
— ¿Es una broma? No. ¿Te estás vengando por lo del hospital? —Su voz no era igual. ¿Le había molestado? Anteriormente dijo que quería tener un hijo. —Demonios Haruhiko te has metido en un lío muy grande. —Golpeo la pared frustrado. — ¿Por qué no me dijiste que eras doncel? Si me hubieras dicho quizás yo hubiera sido más cuidadoso contigo.
— ¡Yo no sabía que lo era! Piensas que me embarace a propósito. Además tú jamás usaste protección…
—Te van a joder Haruhiko… nadie puede tener un hijo aquí, absolutamente nadie. Si Iosawa se entera hará que pierdas al bebé igual que ha hecho con las demás parejas de los trabajadores del bar. ¿No entiendes? Un hijo trae responsabilidades y eso hace que el trabajo sea menor. —Mi bebé tembló adentró de mí. Por los gritos de Haitani. —No quiero que lo pierdas
—Hablas cómo si no lo quisieras. —La simple idea me hizo sentir triste y los movimientos en mi vientre dejaron de sentirse— Nos vamos a casar ¿No es así? Podremos …
—No es el momento de tener un hijo Haruhiko. Lo que dije en el hospital fue porque pensé que eras varón—Dio un enorme suspiró. —Es mejor que te vayas de aquí antes de que Iosawa se dé cuenta. Yo no soy libre. ¿A dónde llegará esto? ¿Qué le dirás al niño cuándo crezca y sepa en donde trabaja su papá? Estoy jodido Haruhiko si no voy a la cárcel, será mucho peor. Nunca podré estar con ese niño.
—Podemos escapar… Si estamos juntos lo solucionaremos.
—¡¡No!! Me matarían o te matarían a ti. No es la deuda lo que me detiene sino mi vida. Una vez que mi jefe pone la vista en alguien no descansa hasta obtenerlo. —Se frustró al analizar nuestra situación—No te mereces vivir aquí. No te mereces alguien como yo. Ni siquiera el bebé que esperas.
—Pensé que querías pasar el resto de tus días a mí lado.
—Lo quiero pero quiero más que tú y mi hijo vivan… No seré el causante de sus muertes. —Su semblante era tan frío. Tan extraño cómo sino fuera él. —Antes de continuar esto Haruhiko quiero darte algo—Se separó de mi para dirigirse a un mueble viejo de la recamara y entregarme un cd. —Sólo saque una copia. Puedes quemarla o romperla ya no importa. Eres libre para irte en cualquier momento.
— ¿Qué significa esto?—Me puse pálido ¿Qué trataba de decirme? —Esto es…
—Nunca tuviste curiosidad porque terminaste esa noche ahí…
—Claro que la tuve pero cada que hablábamos del tema evitas darme una respuesta.
—Te mentí. Desde el principio te he mentido. Todo este tiempo que hemos pasado juntos ha sido sólo para mi beneficio Haruhiko. Yo te conocía desde un principio…
— ¿¡De qué demonios hablas Haitani!?
—Me pagaron por humillarte. Ese día me acosté contigo por dinero. A pesar de todo tome el video para seguir viéndote…
—No me jodas. Después de todo me dices que es una mentira. ¿Te divertiste humillándome? ¿Qué más me ocultas? ¿Quién te pago?
—Me pago tu hermano. Sé que me odiarás después de esto pero enserio me enamore de ti. No mentí en eso.
—Eres un idiota. No quiero verte jamás en mi vida ¡¡Entendiste!! Yo fui sincero contigo. —La voz tambaleo. Me paré rápidamente para ponerme mi ropa nuevamente. Empezaba a llenarme de coraje. Todo. No sé cómo pensé que me podría enamorar de un tipo así y por si fuera poco imaginar tener una familia a su lado.
—Yo… —Le di una fuerte bofetada. No era un hombre violento pero no podía creer que me hubiera utilizado en todo este tiempo.
—Te odio Haitani Shin. Eres la persona que más odio en el mundo. —Me di media vuelta y camine hacia la puerta. Olvidando lo que una vez sucedió entre los dos. Todo se derrumbó lentamente. Al cruzar la puerta quedó una parte de mí en ese departamento. Donde había vivido siete meses. No podría regresar. Jamás pero intentaría reponerme ahora.
Al salir de aquel enorme edificio un carro lujoso me estaba esperando. Trague en seco cuándo una persona se bajó de la puerta trasera. Observándome con expresión de enojó. Las consecuencias apenas estaban empezando para mí.
—Se acabó el juego Haruhiko. Nos vamos a casa.
—Papá…