21.- ¿Qué demonios?
Abroche mi corbata y termine de acomodarme el saco para salir, tomando el antifaz. Tendría que ir de invitado a una fiesta y no podría faltar. Me aburrían esas cosas, no era un tipo de fiestas sino un hombre serio. Vi por última vez mi aspecto en el espejo antes de irme.
Yujiro se había ido con sus padres de paseo, no lo vería en todo el fin de semana. A pesar de tener todo el tiempo para mí, me sentía vacío. Realmente necesitaba verlo afuera, esperándome. La inevitable rutina de estar con él, me hizo extrañarlo demasiado. Me fui de la habitación, un temblor levemente empezó a sonar en mi bolsillo del saco. Lo saque para ver que tenía un nuevo mensaje. Revise este y vi que era de aquel sujeto avisándome que iría a esa fiesta, ni siquiera sabía su nombre. Era indignante que no lo supiera, me recordaba a…
El ruido me aviso que ya era muy tarde, ¿Cómo se pasó el tiempo tan rápido? Ni siquiera me di cuenta. Subí al automóvil para dirigirme a esa dirección. Hacia tanto que ya no ocupaba que el chofer me llevará. En el transcurso del camino, mis animos de encajar en esa fiesta se vinieron abajo. No podría retractarme. Al final suspiré resignado
Llegué al amplio salón, estaba adornado por luces en todo el techo. Me agradaba su aspecto. Salude cordialmente a mis socios de trabajo, ellos animados me invitaron a tomar pero yo rechace la oferta. No era bueno tomando. Definitivamente no lo era, y evitaría que sucediera lo mismo.
Todos nos sentamos en una mesa, mientras hablamos de lo trivial de la vida; nadie pregunto por el viejo y eso me alegro. Había tratado de que mi apellido no lo trajera en la plática. Son pocos los que saben de su largo viaje, a un año y medio después de mi aborto simplemente se fue. Nadie se enteró la razón. De repente algo logró captar mi atención. A lo lejos se veía alguien viéndome.
Sus ojos buscaban los míos con tanta persistencia, vaya chico más atrevido. Decidí ignorarlo y seguir tomando de aquella bebida pero su persistencia seguía en pie. ¿Será aquel acosador? Su máscara no me dejo verlo adecuadamente. Las voces se hicieron tan lejanas para sólo convertirse en un lugar donde estábamos él y yo. La música sonó suave en una melodía romántica pésima para mi gusto. Tosí por atragantarme con el líquido que recorría mi garganta, dirigiéndome al baño.
Tomo mi mano para jalarme a la pista de baile desconcentrándome, agarro sutilmente mis caderas para posicionarme a bailar, escasamente su sonrisa salía de aquella tela. Movió mi cuerpo para seguir la canción. Lentamente nos comenzamos a mover, era demasiado vergonzoso.
Su rostro se acercó al mío, tome mi distancia para alejarme. Su mano rodeó mi cintura empujando mi cuerpo hacia delante para chocar con sus finos labios, no me dejo escapatoria. Apenas nuestras bocas se tocaron disminuyendo la gravedad que sostenía mis pies, avanzo más; profundizando más el beso. Su respiración chocaba con la mía, su lengua escurridiza se metió, acariciando la mía. Pensaba que era el acosador de hacer algunos días. Quizás no esté mal darle una oportunidad. ¿Qué me estaba pasando? Ni siquiera teniendo a personas que conocía me detenía. Sin embargo ninguno de ellos prestaría atención.
Nos detuvimos en una esquina para regular nuestra respiración y volver a repetir, mientras trate de quitarle la molesta mascara. La despegue lentamente viendo que me había equivocado de persona. Esta no con la que me iba encontrar sino era…
—Haitani…—Repuse sorprendido. ¿Qué diablos hacia él aquí? No debería. — ¿¡Qué haces aquí!?—Él no podía estar aquí, era ilógico.
— ¿Te sorprende verme? Parece que has visto a un muerto. —Soltó burlón. Mientras llevaba una mano a sus labios para recordar aquel beso. El muy cretino me la volvía aplicar.
—Tú…—Era un… le intente dar una bofetada pero detuvo mi mano.
—Yo también te extrañe… —Empujo mi cuerpo para chocar con la pared, su mano escurridiza viajo hasta mi pantalón. Intentado meterse sin embargo yo lo impedí — ¿Cómo está mi hijo?
— ¿Quién demonios te crees? Tú hijo está muerto, igual que yo para ti. —Repuse molesto, alzando la voz. —Después de tres largos años preguntaba por su “hijo”. Mejor actuación no pudo dar.
— ¿Muerto? Haruhiko no pensé que…—Su cara se contrajo, parecía que le había dolido la noticia. Tonterías seguro esta fingiendo.
—Sí, está muerto… Ya nada me une a ti para seguir en esto. — Mi frialdad no tuvo límites, quería dañarlo igual que hizo conmigo, voltee mi cara. No quería hablar más.
—Yo no sabía, si lo hubiera sabido yo…—No soportaba sus mentirías, seguramente sólo era otro de sus trucos.
—Vete al carajo… me destruiste la vida desde un principio. Sólo he intentado olvidarte en este tiempo y apareces cómo si nada.
— ¿Qué te paso? Te convirtieron en otra persona. —Se quedó estático, razonando lo que me había pasado.
—No quiero volver a verte nunca más… ENTENDISTE. No quiero estar con una persona que se acuesta con cualquiera.
—No puedes dejarme otra vez, sé que estoy jodido pero… —Se detuvo para decirme —Yo te amo de verdad.
—Eres un mentiroso que sabe hacerlo muy bien, sólo eres un actor Haitani…Y si no te has dado cuenta yo ya no quiero nada que contigo—Me fui lejos de él. Estremeciéndome hasta los huesos. Mi cara comenzaba a arder por la vergüenza, mientras mis adentros eran un revoltijo.
Me detuve en la fuente a un lado del estacionamiento a tomar aire, lo necesitaba luego de tanto drama inútil. Es un maldito actor, eso es. No cabe ninguna posibilidad que este con un mentiroso de su categoría.
Respiré repetidas veces, unos brazos lentamente me rodearon. Yo quise apartarlo pero él puso más fuerza. Provocándome un poco más de lo que ya estaba. No quería que volviera para que ocurriera lo mismo. Los años perdidos jamás se vuelven a recuperar, yo también tengo el derecho de rehacer mi vida.
—No puedo hacer que me perdones después de todo el infierno que viviste pero hoy no vengo por tu perdón Haruhiko… vengo por ti. Debí haber hecho esto hace…
—Hace tres años, me mentiste y nunca te lo perdonaré. Entiéndelo de una vez—No entendía su cinismo de aparecerse ahora, luego de todo—Es mejor que te vuelvas a ir.
—Haru-san, ya vine. Disculpa, quita las manos de mi pareja. —Llego justo a tiempo, desvié mi mirada para verlo. Sonriéndole.
—“Pareja”—Su cara era de retrato, estaba totalmente sorprendido porque lo fuera. Se enojó pero no lo demostró…— ¿Tienes novio Haruhiko?
—Sí, pensé que ya lo sabías. De hecho nos casaremos pero no estas invitado. —Lo aventé, dejando salir toda la frustración que había entre los dos hace rato.
—Así que me olvidaste. —Se le corto la voz, curiosamente parecía celoso. Aproveche la oportunidad para tomar la mano del otro y apretarla.
—Pensé que te había quedado claro. Ya te olvide. —Sonreí victorioso. Jamás me había sentido así.