28.-Recuperandote
Vi a lo lejos como se acomodaba su playera, trataba de mover mucho la cama para no despertarme. Mi brazo se estiro hasta que mis dedos tocaron su espalda, dando una caricia. Él volteó a verme, con una enorme sonrisa en su rostro. Su mano se guío hasta mi mejilla, posándose sobre ella y logró subirse para unir nuestros labios. Lo sostuve más fuerte. No lo quería dejar, nunca más.
—Te amo. —Abrí lentamente los ojos después de haberlos tenido cerrados por el beso. Él me miró. Volvió a bajar su cabeza para unir nuestros labios, dando repetitivos besos.
El aliento se me fue por algunos instantes. Todo este tiempo había extrañado estar de esta manera con él. Se levantó para ir hacia el baño, hice lo mismo que él después de algunos minutos.
—Haruhiko ¡Quiero tener una cita contigo! —No dejaba de sorprenderme que no hubiera perdido el ánimo luego de todos los problemas que tuvimos entre nosotros. Luego de haber visto que estaba con otro hombre. A pesar de eso él… me amaba. Mis mejillas se tiñeron de rojo; acomodé rápidamente mi saco antes de mirarlo.
—Acepto tu propuesta. —Fui hasta donde estaba y le di un fugaz beso. Aunque lamentablemente no todo podía ser miel sobre hojuelas, y tenía que decirle que aún no había roto con Ryuchi—Pero antes de que tengamos esa cita, quiero hacer las cosas bien. Tengo que terminar apropiadamente con Ryuchi. Él no se merece esto.
Bufo molesto, sabía que tenía toda la razón. Me quedé pensando en la profundidad de mis palabras y en el riesgo de ponerlas en pie. Tenía que tener en cuenta que mi padre ahora haría todo lo posible para separarme de mi familia, y posiblemente intentaría cosas peores de las que hizo. Había pasado una semana desde que supe que mi sobrino en realidad era mi hijo. Y desde ese instante no había dejado de insistir por tenerlo, tal parecía que a Takahashi se lo había tragado la tierra. Estoy preocupado por mi hijo. La simple idea de no tenerlo me desagradaba. Quizás Takahashi si había dejado que pasará los mejores años con él, siempre estuve en todos los momentos de su vida: Su primera palabra, sus primeros pasos, su primer día de escuela. Tal vez era muy egoísta por quererlo por completo, porque me llamará “papá” a mí. O quizás mi instinto me guiaba hasta él. Volví a mí, mirando a el hombre que tenía enfrente y sabía que él no se iría y yo tampoco. Por primera vez sentía que todo saldría bien.
—Te esperaré. —No sabía por qué este hombre tenía la capacidad de ablandarme a tal grado de sentirme con el alma desnuda ante él. A nadie le permití ir más lejos, conocer tantas cosas de mí.
—L-lamento todo lo que te dije en el pasado. Dije cosas hirientes y realmente y-yo no medí mis palabras.
—Yo también te lastime mucho, además sabía que todo era porque estabas enojado conmigo, y te dije que no me iba a ir de tu lado. —Sostuvo fuertemente mi mano para llevarla a su pecho, dónde se sentían fuertes golpes—Iniciemos desde cero chico listo, en verdad quiero darlo todo por ti. Lo de Onodera jamás lo podré olvidar, él fue mi primer amor después de todo; pero lo que siento por ti es mucho más fuerte. Porque tú eres el amor de mi vida.
El pulso se me acelero tan rápido que jure por un momento, que se me saldría el corazón. Me di cuenta que Haitani también era el amor de mi vida, y que superaba lo que había sentido en el pasado por Takahashi. Que nunca te das cuenta cuan importarte puede ser algo hasta el último momento. Y que no importa cuánto tiempo pueda pasar, lo iba seguir amando igual. Con todas mis fuerzas.
—T-también te amo. — Ambos nos sonreímos en ese instante. Me avergoncé, yo no era una persona cursi—Eres el amor de mi vida, hoy y siempre.
Rato después de estar juntos él me dijo que se iría por cuestiones de trabajo y yo debía ir a hablar con Ryuchi, y a un proyecto nuevo en arquitectura. Salí de la casa con un terrible temblor en mi cuerpo. Maneje el coche con gran velocidad hacia el lugar citado y al llegar lo estacione cerca del parque público para esperarlo y al ver que no llegaba me baje del automóvil y me adentré al lugar. Estaba algo viejo por el pasar de los años aunque se mantenía en buena forma. Miré a mí alrededor como había varias familias comiendo juntas. Y extrañamente mi vista se fue hacia los juegos de niños, donde estaban muchos recordándome a Yujiro. Y de repente escuche un par de gritos, diciendo mi nombre. No sabía quién era pero insistía y voltee hacia ese lugar. Dándome cuenta que era mi pequeño “sobrino”.
—¡¡Tío Usagi-ani!!—Grito en cuanto me vio, sus ojos se hicieron y comenzó a saltar. No pude evitar sonreír de felicidad. Él corrió a pesar de que Takahashi lo quería detener. Había sentido muchos sentimientos y cada uno me había llegado a enloquecer de distinta forma pero ser padre era la más hermosa. Ni siquiera lo podía definir. —¡¡Tío Usagi-ani!! ¡Volviste!
Las personas se le quedaban viendo, pero a mi Yujiro no parecía importarle. No tardó mucho en recorrer aquel camino del parque para llegar hacia mí. Me sorprendió que me abrace tan fuerte.
—¡¡Te extrañe tío Usagi-ani!! Pensé que ya no me querías. —Giró su cabeza para arriba, note que sus ojos se cristalizaban. Me hinque para quedar a su altura, deshice el abrazo para hablarle.
—Yo te quiero mucho Yujiro, eres todo para mí. No debes pensar que algún día dejaré de hacerlo porque eso jamás pasará ¿De acuerdo? —Él asintió. Le sonreí, me alegra haberlo puesto de tan buen humor. Le subí poco a poco su gorra para quitársela, él me detuvo en el proceso.
—Papá Usagi-san dijo que si me quitaba la gorra los monstruos iban a venir por mí. Además mi color de cabello es feo. —Logré quitársela completamente. Su cabello se concentraba en un intenso rojo. Me hizo viajar por el tiempo, recordando cuándo estaba recién nacido, nunca imagine que tuviera ese tono de color, antes pensaba que sería café.
—Tu color es hermoso Yujiro. Desde ahora es mi color favorito. —Agarre uno de sus mechones y lo entrelace entre mis dedos.
— ¿¡De verdad!?—Se emocionó mucho por mis palabras. —Si a tío Usagi-ani le gusta, también me gusta a mí
—Jamás te mentiría. —Reí con sus revoltosas frases. Definitivamente lo quería, iba a recuperar todo el tiempo perdido a su lado. Quería decirle que era su padre, quería que me viera como tal. Escuchar de su boca decirme “padre”. Aplazar el momento era lo peor, debía hacerlo. Un impulso me tomo desapercibido. —Yujiro, tengo que hablar contigo. —Miré a lo lejos a Takahashi mirándonos detrás de un arbol. Sabía lo que iba hacer pero no venía a interrumpir el momento. —Hace cuatro años, tenía un bebé adentro de mí. Lo quería mucho, aunque no logró vivir o eso pensaba en ese tiempo. Yo sufrí mucho por eso, y cuando llegaste tú. —Yujiro no parecía entender lo que le estaba diciendo, trate de ir más rápido. Sin trabas. — Me recordaste a él, sentí por mucho tiempo que era tu padre aunque otra persona lo era. Sin embargo me di cuenta que aquel ser que había muerto siempre estuvo conmigo. Que siempre lo tuve a mi lado porque tú eres mi hijo Yujiro, y quiero tenerte conmigo