31.-Problemas en puerta.
—Yujiro y yo estuvimos ocupados todo el día…tiene demasiada energía—Expuso exhausto cayendo a la cama.
—Creo que tenemos que hablar… ¿Hasta cuándo pensabas decirme de la editorial Earth?
— ¿Huh?—Volteó a verme — ¿Quién te dijo de ello?
—OnoderaRitsu. Él me dijo que tenías una editorial. Haitani somos una pareja, pensé que ya habíamos pasado la etapa de ocultarnos las cosas. Si no vas a querer que esto funcione yo…
—Espera Haruhiko, yo si te iba a contar. Pero estaba esperando el momento. —Tomo mi mano, para apretarla. La sensación era extraña. —Quiero que funcione, por ello busque otra forma de ganar dinero. Tú padre hace mucho me dijo que no te merecía y busqué la forma en esos tres años de poderte merecer.
—…—Me sonroje demasiado, este tipo…—Tú no necesitabas de hacer eso. Porque me mereces de la misma manera que yo te merezco.
Sus manos se dirigieron en mi cintura para darme una clara invitación que gustoso acepte subiéndome a la cama. Posicionándome encima de él. Bese sus labios con demencia, acariciando su rostro.
—Ahhh…—Jadeé cuando metió su mano en mis pantalones. —H-haitani, Yujiro se podría despertar.
—No te preocupes, él está muy cansado para ello. Además—Su otra mano se estiró hasta uno de los cajones del mueble donde sacó un anticonceptivo. —Hace mucho que no lo hacemos.
—¡!
Comenzó a masajear mi miembro, haciendo que me estremeciera. Lo masturbó de manera lenta subiendo el paso a uno más rápido. Apoye mi peso en sus hombros, sosteniéndome de estos. Estaba erecto, un pequeño cosquilleo crecía en el. Avisando que algo quería salir. Hubo un movimiento brusco en mí cuando llegue al orgasmo, derramando mi semen sobre sus manos. Lo vi a los ojos, no había quitado la mirada de mí. Lo que provocaba que me caliente aún más.
Empujó con suavidad mi cuerpo para posicionarme boca abajo y bajarme la ropa por completo. Se daba el mejor espectáculo en semanas, después de todo no dejaba de desearlo. Quería tenerlo de todas las maneras posibles y aún más allá de estas. Abrió mis piernas
—Te ves estupendo. —Sonrió con morbosidad, sus ojos se guiaron hasta lo erecto que se había vuelto a poner mi miembro. Sin pensarlo mucho, se desabrocho el pantalón para sacarse su pene. Agacho sus caderas un poco, estando a la altura de las mías y junto ambos. Los froto de una manera pausada, con intensión de molestarme.
—Ahhh…eres terrible. —Apreté los dientes, evitando de esta manera que se despertará Yujiro por uno de mis gemidos. —Hasta en esto i-intentas, ahhh…m-molestarme.
—Mnm…—Unió nuestros labios para moverse más rápido, suspiré entre el beso sin llegar a romperlo. Mantuve el contacto en el acto, de pronto me sentí desnudo. Como si él estuviera viéndome entero, jamás me había sentido tan expuesto a una persona. Dejó lo que estaba haciendo para dilatarme. —Te deseo Haruhiko, cada día que paso contigo, me vuelvo más adicto a ti. —Su cara estaba completamente seria, llegando a avergonzarme.
—N-no digas cosas así. —Solté un sonoro grito cuando había comenzado a introducirse adentro, trate de morderme para evitar más ruido del que ya estábamos haciendo.
Volvió a embestirme presionando con ferocidad, encogiéndome por completo. Levante levemente mis caderas para impulsarlas hacia delante. Con gran fuerza cambie de posiciones. Estando arriba de él.
—Ngn…—Se adentró incluso más a mí. Mi rostro se contrajo mientras subía para bajar con rapidez. Hacía mucho que no tomaba esta posición tan… satisfactoria. —Demonios, es demasiado grande…haaaa…ahhh
—Nmn…tú lo haces así—Apretó mi miembro, volviendo a masajearlo. —Me gusta cuando tomas el control…ahhhh h-harás que no se me quite lo duro.
—Es lo que quiero. —Agarre su mentón para robarle un beso. Uno demandante. —Quiero estar siempre a tu lado.
Sus ojos se engrandecieron como sorpresa y su boca se llenó de expresividad, formando una curva sin falsedad. No sabría qué haría el día que no estuviera él a mi lado, quizás sólo seguiría pero quizás no. Un inevitable golpe se estrelló en mi pecho, dando las mismas repeticiones. Sonando con la misma fuerza de una tormenta.
Lo amaba a tal grado de sentirme extraño cuando él no estaba. Él se había vuelto para de mí como yo de él y no dejaría que nada nos quitará esto. Aunque mi padre intentará lo contrario.
Frunció el ceño para contraerse y correrse adentro del anticonceptivo, de la misma manera que yo lo hice sobre su vientre. Caí rendido en su pecho, respirando con dificultad. Mi pecho mantenía un ritmo pausado.
—Eso fue g-grandioso. —Beso mi nuca, aspirando el sudor de ella. —Eres perfecto.
Lo abrace muy fuerte, y recargué mi cabeza. Estaba realmente agotado. Antes de darme cuenta me quede dormido entre sus brazos. La noche nunca se sintió tan cálida como en ese momento.
Abrí mis ojos por la luz que salía de las ventanas, notando que estaba solo en la cama. Me levante de la cama, para vestirme e ir a la cocina. Había una nota en la mesa que decía que habían salido a comprar el desayuno. Me puse la bata rápidamente para cubrir mi desnudes
—Papi Haruhiko. —Vi la pequeña silueta de mi hijo en la puerta. Estaba con los ojos llorosos.
— ¿Qué pasó Yujiro? —Le hice la invitación con la mano para que viniera a acostarse a la cama, él se subió sin pensarlo dos veces. — ¿Soñaste pesadillas?
—S-sí…—Me abrazó de pronto, acaricie su cabeza tratando de calmarlo un poco. Usualmente sueña pesadillas, me preocupa eso. No es normal que algo te atormento con frecuencia.
—Todo está bien, sólo es una pesadilla. —Dejó de temblar y asintió, recargándose más en mi pecho.
Una extraña sensación provoco que me diera asco. Quizás se debía a lo que había comido en la noche. Vi como Yujiro cerraba los ojos lentamente. Me levanté al escuchar el timbre; seguramente sería Haitani. Dejé recostado a mi hijo, y fui directamente a la puerta. Debía de ser un despistado al haber olvidado sus llaves.
—Y bien Haruhiko ¿No me vas a invitar a pasar?—Dijo con burla. Sabía perfectamente todo lo que había hecho y aun así.
—Tú no eres bienvenido a mi casa, padre.
—Vengo a ver a familia “feliz” ¿Acaso no puedo?—Lo miré con enfado, estaba harto de huir de él. De todo lo que había pasado. —A quién intentas engañar Haruhiko, tú y yo sabemos que esa felicidad es solo temporal. Tú me perteneces, incluso ese bastardo de Yujiro.
Alcé mi mano lo suficientemente alto para darle un golpe por la ofensa que le había hecho a mi hijo, pero me retuvo el brazo poniéndolo en mi espalda y me empujó hasta topar con la pared, posicionándome de espalda.
— ¡Suéltame ahora mismo!—Su cara se posó cerca de mi oído y susurro.
—No vas a querer hacer ruido ¿Verdad? El pobre Yujiro se podría despertar. Es lamentable que casi no duerma, por sus pesadillas.
— ¿Qué tratas de decir? Tsk…No dejaré que arruines mi felicidad con mi familia—Él soltó una carcajada, logrando sacar un quejido de dolor tras torcer más mi brazo.
—Eres tan ingenuo, pero ¿Por qué no me invitas a pasar? Estoy seguro que mi nieto estará feliz de recibirme. —Sentí el filo de la pistola en mi costado. —Vas a obedecerme, si no quieres que le pase nada a tu esposo ni a tu hijo Haruhiko. Las cosas siempre salen como yo quiero. ya te lo había dicho.
Me obligo a que fuera por Yujiro, lo abrace con mucha fuerza. Antes de dar un paso más. No soporté el ardor producido por el golpe de la pistola. Todo se vino debajo de repente, las nauseas vinieron otra vez.