El agua tibia sí que tiene un poder para relajarte y eso es precisamente lo que más necesito ahora, fue una semana agotadora, todos nos despertamos terriblemente temprano y nos acostamos demasiado tarde para mi gusto, ¿Qué clase de investigación toma tanto tiempo?, se supone que cada día descubrían algo nuevo en ''La escena del crimen'' (Porque técnicamente retener a alguien por la fuerza es un crimen), también que no era el primer caso reportado, con la única excepción de que el resto de sucesos terminaron peor, mutilaciones, desmembramientos e incluso un aborto practicado a una madre que fue dejada viva para quedar con el trauma, lamentablemente ella no recuerda nada de quién la atacó (Aunque dependiendo de por donde se mire es algo bueno), se dice que es por el shock, pero aún está la esperanza de que su memoria se recupere para ayudar a encarcelar a ese maldito loco.
¿Cómo me siento con esto?, debería tener miedo, un trauma, mirar para cada lado en la calle con total desconfianza... pero no es mi caso, bueno, considerando que no me llevé la peor parte (cofcofNaminécofcof), sólo tengo uno que otro rasguño que no es nada del otro mundo, también se podría decir que ese tipo fue ''Gentíl'' conmigo (dentro de lo que un villano sociópata puede ser), además me regaló una experiencia nueva, no cualquiera puede decir que estuvo un par de horas secuestrado por un maniático y salió ileso para contarlo... Aunque sí me dejó una especie de secuela que no puedo quitarme de la cabeza...
Ese Idiota
Con su sonrisa asquerosa
- Valor, Sora, valor... - Suspiré - ¡Aquí vamos! - Un agudo grito ahogado salió de mi boca, seguido de la expresión de risa y molestia de un pelinegro desde el otro lado de la puerta del baño.
- Termina ya, idiota. - Simple y directo, él siempre es así.
Salí del baño completamente indignado sin decir ni una palabra o siquiera cruzar miradas, nadie en esta casa parece respetar mi ritual matutino, ese último chorro de agua fría al ducharme me da el vigor necesario para despertar y además ayuda a combatir el calor, pero según Vanitas sólo es una molestia que podría ahorrarme para que él se duche antes, y para mamá, un resfrío en potencia.
Al parecer cada día aprendo mejor cómo organizarme, estoy terminando de desayunar diez minutos antes y no diez minutos después como solía hacerlo, además estoy más feliz que nunca de regresar a clases, esos interrogatorios del demonio me tenían de los nervios, siempre pienso en el caso de que de verdad me hubiera afectado, ¿Qué clase de malvada persona hace recordar un trauma de tan colosales proporciones a una víctima inocente?, es un acto despiadado, esa pobre mujer del aborto debió sentirse horrorizada cuando le dijeron que todas esas cosas pasaron y se las contaban cual cuento, dudo seriamente que lo haya creído.
Por otra parte, pasó algo muy raro.
O sea, tengo un hermano mayor, esta sociedad es un tanto precoz (Aunque pensándolo bien antes se casaban a los 15 años), somos adolescentes, hormonas y esas cosas, por lo que es normal que veas a tu hermano con otra persona a centímetros de su boca mientras está sobre él de un modo bastante sexual. Completamente normal si no fuera porque esa otra persona era Ventus y estaba con mi hermano... con Vanitas... Ya saben, el pelinegro malhumorado del cual ya sospechaba cierta asexualidad. Se podría decir que de todas las cosas que han pasado la última semana ésta fue la que más me descolocó (lo sé, un puto raro), y es que la impresión fue tal que o me caía de espaldas o simplemente lo ignoraba y fingía que no estaba rojo... Al final fue una mezcla de los dos, no pueden culparme y no sería capaz de culpar a alguien, me dio miedo. Seguido de eso, Vanitas tuvo la decencia de explicarme (ya que Ventus no paraba de balbucear frases incoherentes) que ahora él y Ventus eran pareja, que no planeaban que me enterara así y que por favor no le dijera nada al resto porque ellos querían hacerlo. No es como si pudiera reclamarles algo o comenzara un juego de extorsión, es Vanitas de quién estamos hablando y seguramente saldría perdiendo.
- Sora, Van, sus amigos los están esperando. - Un cariñoso beso en la frente y un adiós fue lo que nos regaló mamá antes de que nos fuéramos.
- ¿Por qué vinieron? - Preguntamos con Vanitas al unísono.
- El otro día caminaste solo al colegio, se me ocurrió que era un buen modo de recompensarlo y como los demás accedieron... - Dijo Kairi con una sonrisa en su cara y procedió a tomarme del brazo.
- Ah, bueno, hola entonces. - Típico saludo entre amigos con unas cuantas sonrisas, o por lo menos hasta que me topé con la mirada de Ventus lo cual hizo que nos sonrojaramos al recordar... Eso.
- ¿A qué se debe esto? Sora, no me digas que "bateas para el otro lado".
- ¡Claro que no, Tidus! - Kairi estaba igual de sonrojada.
- ¿Qué tan segura estás, Kairi? - El comentario de Axel sólo empeoró las cosas, y ahora me sentía incómodo no sólo por recordar esa escena, sino porque creyeran que me gustaba Ventus cuando tenía a su novio desprendiendo un aura asesina a un paso de mí, Ventus tenía tanta vergüenza que estaba a punto de llorar.
- Sora, hijo, dejaste tu colación... ¿Pero qué te pasó tienes fiebre? - Genial.
- No, señora, lo que pasa es que Sora se acaba de encontrar con el hombre de sus sueños. - Maldito Tidus, lo destruiré.
Entonces, justo cuando creía que nada más incómodo podría pasar, Vanitas pareció perder la compostura y tomó suavemente a Ventus por su muñeca, acercó su rostro a él y frente a todos lo besó. Alguien debió tomarnos una foto, todos estábamos en silencio, Tidus y yo teníamos una expresión que bien podría ser la de una vieja chismosa indignada, las chicas miraban con una concentración increíble, como si tuvieran la respuesta a todas sus dudas entre sus lenguas, Axel y Roxas representaban a la perfección el concepto de "Pokerface", mientras que nuestra madre miraba con los ojos muy abiertos, tratando de entender la situación. Ventus por su parte estaba aún más sonrojado que antes y Vanitas recuperaba su imperturbable expresión.
- No quería contarles así, pero aproveché que estábamos todos aquí; Ventus no es el hombre de Sora, es mío, somos novios y así será por mucho tiempo, espero que nos entiendan.
Vanitas comenzó a caminar junto con Ventus y todos llevábamos una expresión de miedo, impacto e incluso ternura, mientras nuestra madre tenía una leve sonrisa en su rostro, supongo que hablarémos más tarde.
- Siempre lo supe.
- Como digas, Tidus, como digas.
♦♦♦
- Entonces alumnos, esa es la fórmula para el próximo examen.
- Tidus... Psst, ¿Qué dijo?
- Que dos más dos es cinco.
- Ahh... Oye, pero creo que eso está mal.
- Sora, ¿No te acuerdas de las otras lecciones?
-Ahh, verdad.
- Par de idiotas. - Axel bufó en voz baja.
- Y después preguntan por qué tienen notas tan malas.
- No recuerdo haber invitado a un rubio teñido a la conversación.
- Axel, no seas malo con mi Roxibú.
- ¿¡Roxibú?! Que puto asco. - Axel gritó y de pronto toda la clase reía mientras Roxas sólo se sonrojaba.
- Señor Flame, cierre la puerta por fuera. Y queda anotado en el libro por interrumpir mi clase y decir groserías.
- Muchas gracias, mientras más lejos esté de este par mucho mejor. - Cómo me gustaría ser tan directo como Axel...
- Luego de esa interrupción y para finalizar la clase hay algo... O mejor dicho alguien a quien presentarles... Adelante. - Seguido de ésto, entró a la clase un chico que se veía bastante grande, era alto, fornido y de tez morena, casi como yo, sus facciones eran finas pero masculinas a la vez y un cabello castaño de largo mediano adornaba su cara.
- Mi nombre es Terra Tsuyoi, un gusto.
- Señor Tsuyoi, tome asiento. Bueno alumnos, adiós. - Luego de la despedida vimos casi automáticamente a Van, Ven y Axel entrando por la puerta y dirigiéndose a nosotros.
- Así que... ¿Roxibú? - El pelinegro preguntó con una sonrisa socarrona, las personas que estaban cerca a él hicieron lo mismo.
- ¿Tan fuerte lo dije?
- El asco llegó hasta nuestro salón, incluso allá todos rieron.
- Así es mejor, ahora más gente sabe que eres mi Roxibú. - Naminé tenía los ojos brillantes.
-... Claro, y dos más dos es cinco. - ver la incomodidad en la cara de Roxas y la indignación en la de Naminé no tenía precio.
- Axel, deberías pensar mejor lo que haces, papá y mamá no estarán felices cuando les cuente ésto.
- Valió totalmente la pena, querida hermana.
- Hola. - La nueva voz que se nos había presentado hace unos instantes hacía acto de presencia, todos saludamos y sonreímos a nuestro estilo. - ¿Interrumpo algo?
- Claro que no, ven, Terra, ven. Mira, los teñidos son Ventus y Roxas, antes no podía diferenciarlos bien pero ahora sí, el gay es Ventus y el enamorado que da diabetes es Roxas. El alto, delgado y explosivo pelirrojo es Axel, puedes decirle flamita, él es hermano de la dulce y algo loca Kairi, la rubia es Naminé y la chica de pelo negro que se parece peligrosamente a las otras dos es Xion. El moreno despeinado es Sora y el Sora dark que da miedo se llama Vanitas, es el novio de Ventus, y como lo mejor va al final, yo soy el gran Tidus, el amigo que todos quieren tener. ¿Queda claro? - No sé cómo todos soportamos eso sin antes pegarle la paliza de su vida a Tidus, supongo que para mantener una buena impresión, aún puede que piense que todo es un chiste... Aunque es verdad.
- Ventus... ¿Tú no estás en esta clase? - Terra le preguntaba a un sonrojado Ventus.
- No, estoy en la Clase de al lado con Vanitas, ¿Cómo te diste cuenta?
- Créeme, no me habría olvidado de haberte visto. - Por enésima vez en el día todos quedamos perplejos y Vanitas comenzaba a emanar esa aura extraña, ¿De verdad estaba tratando de insinuarse?
- Terra, ¿Qué te parece si te enseño la escuela?, es bastante grande y una ayudita te vendría bien. - Naminé lo tomó del brazo mientras hablaba con un tono bastante... Extraño por llamarlo de algún modo, ni siquiera espero una respuesta y ya se llevaba a Terra. - Tienes grandes músculos, ¿Vas al gimnasio? - No pudimos escuchar más, abandonaron el lugar dejándonos una vez más con una cara de impacto, que día estamos teniendo.
♦♦♦
- ¡AAARGHHH! No entiendo qué está mal con esta fórmula. - Maldita tarea, no logro hacer ni un sólo ejercicio de matemáticas.
- Estúpido, dos más dos no es cinco. - Escuché que Vanitas me gritaba desde la habitación del lado, bendito sea mi hermano.
Claro, maldito Tidus.
Soy un idiota
El resto de ejercicios fue muy fácil después de esa ayuda, ordené mi mochila y me puse mi pijama para disponerme a acostar, cuando una figura sobre la rama del árbol de mi patio llamó mi atención... Una persona. No, no era sólo una persona.
Riku
Shock, quedé en estado de shock, no supe qué pensar, si gritar pidiendo ayuda o correr, tenía miedo y gracias a eso percibí que lo siguiente que pasó fue muy rápido, de algún modo él entró y se acomodó sobre mi, posó un dedo sobre mis labios y mientras me regalaba una de esas horribles sonrisas susurró en voz baja.
Vine por tí, Sora.
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