Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Viva la Vida por Sakebitai

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

Aqui viene lo prometido, he decidido aprovechar el tiempo y bueno, una vez que empiezo a escribir ya no paro, de nuevo el capítulo está más largo de lo que pensé, pero me gusta el resultado.

Sí, lo sé, qué es esto de actualizar seguido?, yo tampoco lo sé y me asusta.

Antes que nada... por favor, no me linchen en los reviews, advierto que puede que haya cierta parte que los deje un poco descolocados (por no decir otra cosa), pero les prometo que mejoraré, ésto aún es un trabajo en práctica.

 

Sin más, disfruten del VanVen y el AkuRoku ;)

- Ese tipo es un imbécil. - Se podía escuchar decir a un mal humorado pelinegro en la vuelta a casa.

- Vani, supéralo, ya pasaron dos horas.

- ¿De verdad, Ventus?, ¿De verdad?

- Trato de decir que pienses en otra cosa. - Dijo a la vez que tomaba la mano de su pareja para besarla. - Todo va a estar bien. - Vanitas suspiró.

- Tú no te das cuenta.

- ¿Darme cuenta de qué?

- De lo lindo que eres. - Ventus se colgó de su cuello mientras sonreía.

- Vanitas, te adoro. - El mencionado no pudo contenerse y abrazó al contrario.

- Yo también lo hago, mírate, eres tan lindo que cualquiera querría tenerte, sobre todo ese imbécil. - Ventus se descolgó un tanto decepcionado.

- Pensé que ya estábamos en otro rumbo con la conversación.

- Oye. - El mayor tomó el rostro del rubio. - Ponte de mi lado, fue horrible de ver.

- Pero si no hizo nada.

- Ventus, esa es la zona de peligro, unos milimetros más y ese idiota estaría muerto, ¿Qué hubiera pasado si hubieras abierto la boca de la impresión?, ¿has pensado en eso? - El menor se largó a reír.

- Vani, te desconozco, pareces una mamá histérica. - Dijo mientras se disponía a seguir rumbo a su hogar, a la vez que el otro lo seguía.

- No tiene nada de gracioso, estoy preocupado.

- Te ahogas en un vaso de agua, mira, dame la mano, hablemos de otra cosa y te pondrás mejor.

- No digas que soy un histérico, si hubiera sido al revés estarías peor. - Ventus apretó la mano del mayor.

- ¿Yo?, pff, no.

- Tu mano y tu expresión lo demuestran.

- No me hagas pensar cosas tan horribles, por favor.

- Ah, ¿Verdad?

- Es distinto, sabes que yo no te dejaría, además el único que se ha dado cuenta de mi existencia es Terra, el señor popularidad es otro.

- Sabes que no soy sociable, y aunque fuera como dices, nadie se ha atrevido a llegar tan lejos como ese tipo.

- ¡Que no hizo nada!

- ¡Pudo haberlo hecho!

- Ya, está bien, ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor?

- ... nada.

- ¿Te enojaste? - Ventus se detuvo a mirar a su pareja, mientras que éste sólo suspiró.

- No... pero necesito enfriar mi cabeza, no puedo pensar bien cuando se trata de algo así. - El rubio miró en todas direcciones, confirmando que no hubiera nadie conocido y luego lo besó discretamente.

- Hablas como si hubiera pasado muchas veces.

- Pero se siente horrible. - Dijo cabizbajo.

- Nunca había visto que perdieras lo ''cool'' por tanto tiempo.

- ¿Cómo que perdí lo ''cool''? - Fue un golpe bajo.

- Ya sabes, esa escencia de macho fuerte, los celos no son ''cool''.

- Pueden serlo si te desquitas.

- Tienes algo de razón, te viste increíble empujando a Terra.

- ¿Lo hice?

- Claro, seguro que todos se sorprendieron de ver cómo imponías respeto.

- ... ya veo. - Ahí estaba esa sonrisa ladina de orgullo, aunque no lo pareciera, Vanitas también tenía sus momentos de debilidad, momentos donde actuaba como un niño mimado buscando apoyo emocional, momentos donde sólo Ventus lo entendía y sólo él podía ver. Su acompañante sonrió victorioso por haber culminado la batalla.

- ¿Quieres venir a mi casa a ''refrescar la cabeza''?

- Estoy bien, pero quiero acompañarte, sé lo miedoso que eres.

- Te recuperas rápido.

- ¿Recuperarme de qué? - Ventus lo golpeó en el brazo.

- Imbécil.

 

~~~

 

- Ese tipo es un imbécil. - Rechistaba un rubio con cara de pocos amigos al lado de un pelirrojo de ojos verdes que caminaba a su mismo ritmo, mucho más alto que él si puedo agregar.

- ¿Cuál de todos? - Trató de hacer sus bromas.

- El castaño. - Tal para cual.

- ¿Cuál de todos? x2

- El imbécil que divaga.

- ¿Cuál de todos? x3

- El que me cae mal.

- ¿Cuánto tiempo puedes seguir así?

- Te sorprendería. - Ambos rieron, sobre todo porque sabían que era verdad.

- Siempre puedes impresionarme, es verdad. Pero ahora en serio, ¿qué hizo?

- ¿Cómo que qué hizo?, Tidus siempre encuentra la mejor forma de dejarme en vergüenza, y yo que soy tan bueno con él, ojalá se muera pronto.

- No lo hace con intención... No creo que le de la cabeza. - Lo dijo mientras hacía su distintivo gesto en la cien de su frente, es increíble la cantidad de usos que tiene, incluso a Roxas le causaba gracia.

- Extrañaba verte hacer eso.

- Ahora todo te parece nostálgico, puede que no nos habláramos, pero sí nos veíamos.

- La única cara que tenías era como si todos los días te hubiera pasado algo malo, sólo abrías la boca para molestarme o bufar cual toro y los únicos gestos que hacían eran obscenos. Te desconocía.

- No hables mucho de desconocer... - Roxas sólo calló, se podía sentir su arrepentimiento, Axel sabía que estaba en el camino de meter la pata así que intentó otras opciones. - Oye, ¿Qué hora es?

- Tienes un reloj...

- No funciona.

- Lo estoy viendo funcionar.

- Pero dime la hora.

- No soy tu asistente.

-... - Axel suspiró por tratar de no hacer algo peor. - ¿Por qué eres tan difícil?

- Porque tienes un reloj ahí, no quiero sacar mi celular, está en la mochila. Además si no te la digo no vas a querer irte.

- ¿Cómo?

- Vas a ver la hora para irte, ¿verdad?

- ¿Crees que voy a querer quedarme con el tipo que no es capaz de siquiera darme la hora?

-... - Una vez más, Axel sintió que lo arruinaba, así que puso su brazo a la altura de los ojos del menor mostrando su reloj de cuero rojo.

- Roxas, ¿Qué hora es?

- Las 18:30

- ¿Y...?

- ¿Qué?, ¿Quieres la fecha?

- No, idiota. ¿Qué va a pasar?

- Axel, ¿qué te pasa?, estás raro.

- ¿Qué pasa en media hora?

- Van a ser las 19:00...

- Y...

-...

- ¿Qué va a pasar en e- El mayor fue interrumpido.

- ¡AH!, ¡La puesta de sol! - Su emoción era notoria.

- Estamos lentos parece...

- ¿Cómo esperabas que justo supiera que querías decirme eso?

- Antes lo adivinabas siempre.

- Estoy falto de práctica, pero no te preocupes, con el tiempo volverá.

- Ya espero, mientras tanto te invito un helado.

- ¡¿En serio?!

- ¿Qué pasa con esa mirada y esa voz?, ya no tienes 3 años.

- No me molestes. - Era imposible borrarle la sonrisa de la cara al rubio.

- Ven, vamos.

 

~~~

 

Las puertas de la casa se abrieron de par en par dejando entrar a los dos tortolitos, Vanitas se lanzó en el sofá cual muerto mientras que Ventus comenzó a recorrer toda su casa gritando el nombre de su gemelo. 

- Creo que mi hermano no está. - Dijo mientras miraba a Vanitas desde la escalera.

- ¿Sólo crees?  

- No seas pesado. - Exclamó mientras le lanzaba unas llaves al contrario, llaves que fueron atajadas con suma precisión. - Supongo que habrá ido a ''solucionar las cosas'' con Axel. - Su voz era pícara. - Fue un día muy pesado.

- Desagradable...

- ¿Yo? - Bromeó

- ... - Suspiró.

- Tu humor cambia demasiado rápido, pareces mujer. - Ventus se dirigió a la cocina y comenzó a sacar vasos. - ¿Qué quieres tomar?

- ... 

- Vanitas, ¿Qué quieres tomar? - Repitió más fuerte por si el otro no lo había escuchado, cosa que era bastante improbable.

- Sangre.

- Se me acabó ayer. - Trató de bromear una vez más, pero no hubo respuesta por parte del contrario.

- ¿Qué pasa? - Ventus sonaba triste, comenzó a acercarse hasta el sofá donde descansaba el mayor.

- Ya lo sabes.

- Pensé que ya lo habías dejado atrás. - Su voz comenzó a sonar tosca y seria.

- Ya ves que no.

- Vanitas, te dije que todo iba a estar bien. - El mencionado levantó su torso del sofá para poder mirar al otro a la cara.

- ¿Y qué pasa si no?, ¿Qué pasa si algún día decide que quiere ir por más?, ¿Podrás defenderte? - Ventus sonrió y para tratar de calmar a Vanitas puso su mano sobre su rostro.

- Vani, no lo hará, además siempre vas a estar ahí para defenderme. - Vanitas tomó la mano del contrario.

- Pero, ¿Y si no?, Ventus, el tipo te conoce hace dos semanas e hizo eso conmigo presente, ¿qué pasa si algún día te pilla desprevenido?, ¿si por algún motivo yo no estoy? - Apretó aún más la mano del menor. - ¿Qué pasa si te hace algo que no quieras?, no voy a poder soportarlo, ¿lo sabes? - Sus quejas fueron silenciadas por los labios del contrario en un tierno beso, mientras el mismo comenzaba a posicionarse sobre él, quedando ambos recostados en el sofá. Ventus tocó los labios del otro en un gesto para hacer que guardara silencio, mientras se disponía a hablar en un tono coqueto, dejando atrás toda sensación anterior, siguió jugueteando con ellos.

- Mi Vani, te preocupas demasiado. - lo besó. - Debes confiar un poco en mí, te prometo que no dejaré que él haga nada. - lo besó nuevamente. - Ahora mismo podríamos estar haciendo cualquier cosa, pero tú sólo te preocupas por él. - Ventus comenzó a mover sus caderas lentamente sobre las de el contrario, provocando que un suspiro saliera de ambas bocas.

- Vent- Con un dedo, el dominante tapó sus labios y no lo dejó continuar. Llevó su mano libre debajo de la polera del mayor y comenzó a acariciar su costado.

- Vani, no dejes que alguien así arruine nuestra felicidad. - Esta vez fue Vanitas quien se lanzó a besar a Ventus, un beso húmedo y mucho más lujurioso que el primero, mientras que con una mano afirmaba el cuello del contrario en un intento de profundizar el beso, sus movimientos de cadera no se detuvieron, y para que los mismos se sintieran aún mejor, el mayor bajó sus manos hasta el trasero del rubio, animando el vaivén y apretándolo de vez en cuando por puro deleite personal. Ventus continuó su tarea quitando la camisa del mayor, dejando al descubierto su torso a la vez que se sonrojaba por aquella vista, era un deleite y era todo para él, con uno de sus dedos comenzó a dibujar círculos alrededor de los pezones del contrario. - ¿Puedo?

 

- Todos tuyos. - Ventus bajó hasta uno de ellos mientras comenzó a pelliscar el otro, le dio una última mirada a Vanitas y con su lengua partió lamiendo en circulos al rededor, siguiendo el camino que previamente había dibujado con sus dedos, hasta que por fin llego a uno, sopló, lamió, mordisqueó y succiono a su antojo, eran un delicioso dulce nuevo para el rubio. Y para Vanitas la cosa no era distinta, tenía a su adorable rubio jugando con sus dos pezones mientras con su cadera hacía fricción en las partes de ambos, podía disfrutar de su sonrojado rostro mientras apretaba su trasero y acariciaba sus cabellos, los suspiros y gemidos ahogados no se hicieron esperar por su parte, era él el primero en sacar tales sonidos de su boca y no al revés como él siempre había pensado, nada podía ser mejor y aunque estuviera descubriendo un lado de Ventus donde parecía otra persona, no podía negar que le encantaba.

 

Quizás el día no era tan desagradable como pensaba, y quizás, sólo quizás, no fue tan malo que Terra hiciera lo que hizo.

 

~~~

 

- ¿Cómo se dice?

- Gracias, mamá.

- Oye, por último papá.

- Regañarme por no decir las gracias no suena a algo que haría mi papá.

- Tienes un punto.

- ¿Sabes?, las bancas al borde de la playa no están mal, pero preferiría un lugar más alto para ver el atardecer.

- ¿Cómo cuál?

- No sé, algún edificio.

- Una vez fui de vacaciones a un pueblo y había una gran torre del reloj sobre una estación de trenes, podías ver todo el día el atardecer desde ahí sin nada que se interpusiera.

- ¿Ver el atardecer todo el día?, lo dijiste muy literal.

- Y es literal, en villa crepúsculo siempre es atardecer.

- ¡¿Cómo?!, ¡¿Eso se puede?!

- Te impresionas fácil.

- Pero es que no es normal, no me imagino dormir con el cielo así o despertarme mientras está atardeciendo... En realidad no hay mucha diferencia a cuando amanece, sólo el tono del cielo.

- Te apuesto un helado a que no sabes por qué la puesta del sol es roja.

- Mañana te lo pago. - Axel rió.

- ¿Tan rápido te rindes?

- Pero si no sé, y dudo que quieras tu helado ahora. Dime.

- Bueno, la luz del sol está compuesta por muchos colores, y de entre todos esos colores, el rojo es el que viaja más lejos.

- Qué interesante, ¿Por eso te teñiste?

- Soy pelirrojo natural, maldito envidioso.

- Tu raíz no dice lo mismo.

- Es en serio, ¿has visto a Kairi?, está en la genética. - Y una vez más ahí estaba su gesto característico, Roxas una vez más rió mientras quedaba absorto en su compañero, apreciando cada mínimo detalle.

- Te extrañaba más que la mierda.

- No seas tan romántico, por favor.

- Es que... De verdad, extrañaba que habláramos así, extrañaba molestarte, extrañaba que me invitaras un helado, extrañaba mucho venir a ver la puesta de sol contigo, nada es lo mismo sin tí.

- No creo que te des cuenta de lo que estás diciendo. - Trató de bromear, pero su felicidad era demasiada como para tratar de ocultarlo.

- ¿Acaso tú no lo hiciste?

- ¿Estás de broma?, aparte de extrañarte tenía que ver cómo andabas de meloso con esa bruja, fue horrible.

- ¿Tan celoso estabas?

- ¿No se me notaba?, puede que quizás no era para tanto, pero se había robado a mi persona, eso no se hace. - Roxas tomo la mejilla de su acompañante mientras, más que nunca en su vida, volvía a sonreír.

- ¿Así que soy tu persona?

- Sí...

- ¿Qué significa ser tu persona? - Axel enrojeció.

- Ésto debería ser al revés, ¿estás bien?, ¿Te duele algo?

- No desvíes el tema y responde.

- Significa... Significa que no puedes volver a hacer cosas así sin mi permiso... O por lo menos sin decirme, merezco saber qué es lo que pasa por tu cabeza, no es fácil tratar de adivinarlo. Sólo, sé sincero.

- Trataré de hacerlo lo mejor posible.

- Está bien por mí. - Ahora era Axel quien lanzaba una de esas sonrisas.

- ¿Axel?, ¿Sería mucho pedir que volvieras a hacer lo que hiciste en ese armario de conserjería?

- ¿Eso era lo que querías todo este tiempo? - Ahora estaba claro que esas sonrisas eran de idiota, un idiota enamorado que ahora se dedicaba a disminuir las distancias entre los labios de ambos.

- Fui sincero, además tú me provocaste y sí quería hablar de esas cosas.

- Creo que vamos a tener que hablar de un par de cosas más.

Y por fin la distancia disminuyó totalmente, sus labios se juntaron como en aquel instante, sólo que esta vez el rubio no sólo correspondió, sino que fue el primero en atacar.

Ni aunque el menor hubiera tenido un típico sueño pseudo húmedo, esos donde no pasa a más de simples caricias y algún que otro beso, o hubiera pensado sólo por curiosidad lo que hubiera sido darle un simple beso a su acompañante, nunca hubiera podido imaginarse en lo más mínimo la sensación que le provocaba, quizás porque antes no sabía que estaba loco por él, la experiencia no se comparaba en nada a los besos de una mujer, es verdad que eran más ásperos, más toscos, más rudos, pero eran los de Axel y nada en el mundo podría hacer que tuvieran un mejor sabor, para Roxas era descubrir un embriagante paraíso que no quería dejar ir.

Y el pelirrojo no se quedaba atrás, había que confesarlo, fueron múltiples las veces que se quedaba mirando a Roxas y Naminé mientras intercambiaban fluidos, no por el morbo, sino por tratar de imaginar cómo se sentía, tratar de pensar que en algún lugar de un universo paralelo él era quien tendría a su lindo rubio de esa forma, para su sorpresa no pasó mucho tiempo (consciente) para que su deseo se hiciera realidad, ahora él era quien tenía a Roxas inclinado de medio lado para poder alcanzar sus labios, mientras apoyaba una mano en su pecho y la otra en una banca frente a la playa, contenerse era difícil, su corazón latía a mil por hora y sus emociones sólo fueron reflejadas, además de en el beso, por una mano que acariciaba el rostro de su bello niño.

Ahora sólo se encontraban ahí, descansando uno sobre el otro, con un palo de helado húmedo en alguna de sus manos mientras miraban el atardecer.

- Wow, es mil veces mejor si no me rechazas.

- No te había rechazado, sólo no te correspondí.

- Ah, bueno, si lo pones así, ¿Quién podría enojarse?

- No es justo que hagas ésto, de verdad que no me lo esperaba.

- De verdad eres lento, todos podrían haberse dado cuenta, creo que si no lo decían era porque me tenían miedo.

- ¡No me digas así!, piénsalo desde mi perspectiva, de un momento a otro mi mejor amigo había empezado a tratarme mal ¿y se supone que debía concluir que era porque le gustaba?.. No calza mucho.

- Si hubieras pensado mejor te hubieras dado cuenta que fue desde que empezaste a salir con Naminé y no ''de la noche a la mañana''.

- Pero es que además, ahora... después de tantos años, justo ahora resulta que te gusto... es para no creerlo.

- No sé qué tan ''ahora'' fue, para ser sincero, cuando me di cuenta que quería estar contigo fue cuando ya no estabas.

- Vaya, los dos somos igual de idiotas. - Axel rió.

- ¿En serio?

- Sep, me pasó exactamente lo mismo, pero aún así no me dio para pensar que te gustaba o que quería... ''algo más'', sólo pensé en volver a ser como siempre fuimos.

- Quizás ya éramos novios desde antes. - Roxas rió.

- ¿Quién sabe?.. Oye, calma, ¿N-Novios?

- No pareces la misma persona de hace cinco minutos atrás.

- ¿Tú y yo?

- ¿Quiénes más?

- ¿De la mano?

- No, si no quieres.

- Haciendo cosas... - Roxas enrojeció. - cosas de novios.

- ¿Qué te pasa?

- No, nada, es que... no sé qué.

- Si estás tan en contra no puedo hacer nada.

- No es eso, es sólo que no me imagino la escena... además, si tenemos algún problema y decidimos terminar no volveríamos a hablarnos, no me gusta esa idea.

- ¿Por qué tendría que salir algo mal?, tú mismo lo dijiste, han pasado muchos años sin novedad alguna, todo va a estar bien. 

- ...Y~

- Y, ¿Acaso no te gustaría repetir lo de hace un rato sin tener que pedirme permiso?

- No sabes cuánto. - Roxas no iba a negarlo, él no era ningún experto, pero ese fue el mejor beso que alguien le haya dado, y aunque hubiera sido malo, esa sensación de satisfacción, desespero y cariño no podía igualarla nadie más que su acompañante.

- ¿Entonces?

- Maldición. - Por un segundo, Axel volvió a pensar que había metido la pata, y esta vez no tenía ni idea de cómo.

- ¿Qué pasa?

- Cuando Tidus se entere me va a hacer la vida imposible. - Axel rió, porque sí le hizo gracia y por el alivio que sintió.

- No te preocupes, lo golpearemos entre ambos. - Ahora Roxas era quien reía.

- Qué bonito es el amor. - El más alto se levantó de la banca a la vez que le extendía la mano al contrario para que se levantara.

- Vamos, el espectáculo acabó, te iré a dejar a casa.

- ¡¿En serio?!

- De nuevo esos gestos de niño de tres.

- Perdón, pero en serio, en serio te extrañaba.

Notas finales:

Como siempre espero que les haya gustado y que no me odien mucho xD Porque ya les digo que en la biblia dice que vendrán tiempos peores :V

Los veo en los reviews <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).