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El cortesano, el noble y el príncipe. por Maby de Sagitario

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Notas del capitulo:

¡ Hola!
Como siempre agradecida con todas las lindas personas que siguen el fic con sus bellos y motivantes comentarios, Milkin_black, Leo no Cassiopeia, acuarioescorpio, Gea de acuario, Krona, Kiri Namikase y todos aquellos que coemntan y leen.
Ahora quiero aclarar pues ayer recibí un comentario de un fic que publiqué, que derivó que eliminara el fic que no es mi intención deformar a los personajes de cada fic que publico, como digo trato de hacer lo mejor posible y si a alguien le molesta la caracterización de los mismos, lo comprendo, cada autor tenemos un estilo de escribir. Yo simplemente los tomo para crear mis historias y a decir verdad respeto a los autores y lectores de este sitio.  Si eliminé algún fic, fue para remodelarlo y publicarlo mucho mejor más adelante.
Espero me comprendan n.n.
Basta de palabrería, ahora sí... El fic.
A los que les guste mi forma de escribir... ¡ Disfruten la lectura!

Al llegar a casa, Ikky fue a buscar a Shun y al dueño de casa, hallándolos en la habitación de este último quién lloraba desconsolado en el hombro de Shun.

—lo odio, Shun—se secó las lágrimas—todos se burlan de mi.
Ikky estuvo a un tris de darle un quiño(*), su amigo estaba derrumbándose como un edificio en llamas, antes Hyoga soportaba cosas como esas y más. Su fiereza y dominante personalidad se estaban perdiendo poco a poco.
—mejor me voy—dijo Ikky continuando a su habitación.
—¿por qué me hizo esto pequeño?—se preguntaba el bello rubio.
—tú sabes que ama a su esposo.
—Y.... YO ¿ QUÉ?—bramó indignado, más bajó la voz porque no quería que Shun lo tomara a mal por gritarle.
—hay muchas personas que quisieran estar contigo—dijo con su suave voz mientras tomaba su barbilla obligándolo a mirarlo—así que creo que deberías olvidar a Camus.
—aún puedo hacer que me quiera....

Shun no dijo nada más, Hyoga era terco y hasta que no consiguiera lo que quería, no estaría en paz.
Pasaron algunos días, Hyoga no se dejó ver por lo que comenzaron las murmuraciones y comentarios maliciosos. Shun, Ikky y Mime se encargaban de recibir a nobles que llegaban a " visitar" quien había ordenado no dejar pasar a nadie a excepción de Asmita y Camus.

Entre los que fueron a verlo se hallaban Saga Geminae, Afrodita, Ángelo, Saori y Asmita el cual trajo un médico pues creía que el joven había caído enfermo y qué mejor que el diagnóstico de un galeno de su confianza. La conclusión era que tenía cansancio y le recomendó descanso por varias semanas.
Isaac al conocer la noticia de la indisposición de Hyoga no esperó más y salió practicamente " corriendo" a visitarlo.
Camus por cortesía, lo fue a ver, pero sólo como amigo. Fue distante y seco pues el rubio trató de seducirlo.

—¿por que eres así conmigo?—reclamó empuñando la mano impotente.
—ya basta Hyoga—dijo Camus con más frialdad mientras se levantaba de una silla dispuesto a irse—vine aquí como un amigo.

El rubio se tragó su desesperación, de a poco perdía a Camus quién lo trataba ariscamente. Odió mucho más a Milo.
Trató de buscar una forma de retenerlo un poco más.

—¡ por favor! dame un beso tuyo—suplicó levantándose un poco.
—esto terminó Hyoga—dijo lanzándole agua fría a sus esperanzas—Milo es a quién amo de verdad.

Una terrible cefalea martilló su cabeza con saña, gimió adolorido mientras se levantaba tratando de alcanzarlo, pero Camus ya se había marchado para no regresar nunca más. Los sirvientes se refugiaron en sus labores, por que su amo volvía a tener aquellos arranques de furia en los que desbarataba su habitación en medio de gritos de cólera, maldiciones e improperios, solo Shun podría calmar esos arrebatos de ira.
                      *******************
Su firma parecía de un iletrado, Calvera estaba perdiendo su santa paciencia, ni con diversos trazos proporcionados por los gramáticos de la corte, Kardia lograba una rúbrica decente, de un Conde del Principado de Antares.

—¡ ME RINDO!
—esto es una bobería—murmuró Kardia aburrido.
—¡ cómo demostrarás a esos nobles que eres un miembro de una familia real Kardia!....—señaló fustrada los garabatos desganados de Escorpio—a menos que debas firmar con tu nombre nada más—analizó como única salida.
—si como sea—agarró una jugosa y roja manzana de un cuenco—si eso te hace feliz.

La mujer puso los ojos en blanco mientras sumergía la punta de la pluma en el tintero y se la entregaba a Kardia.

—firma con tu nombre.

El resultado fue instantáneo, una perfecta y elegante firma con su nombre era lo que necesitaba para Kardia, contenta la llevó a mostrarla al Concejo de Regencia quién a regañadientes avaló la firma, de ahora en adelante, Kardia podría firmar cualquier documento con aquella rúbrica.

—ahora si, ya es hora de recuperar tus derechos....
                 ************************
Vió una sonrisa de superioridad en el rostro de Krest, Dégel imaginaba que era una de sus tantas jugadas politicas por lo que temió por su persona. Cambió de opinión al ver a Asmita acompañado de Saga con un pequeño cofre, que venían justo detrás de su padre.
Milo si sabía a qué se debía la presencia de Asmita en la propiedad de su familia política, cuando el soberano de una región ascendería de rango a uno de sus nobles, lo hacían en la intimidad de su casa y luego se enviaba con mensajeros la noticia para que todos tuviesen conocimiento del nuevo tratamiento, aparte de que debía publicarse en decretos. Él había nombrado algunos nuevos nobles durante su boda con Camus, ya que era tradición en Antares ascender o incorporar nuevos integrantes en la corte durante el cumpleaños o boda de su soberano o soberana.

—Su Majestad—comenzó el Conde de Bluegard reverenciando al rubio Virgo—¿ qué le trae por mi morada?
—no me reverencies, estimado—dijo con una pequeña sonrisa—ponte de pie.
—acabas de ascender un escalón más—dijo Krest orgullosísimo.

No entendía nada.
Saga sacó un documento del cofre, al desvelarlo Dégel casi trastabilla al comprobar que se trataba de un nuevo nombramiento.

—de ahora en adelante ya no serás Su Señoría—dijo Asmita—de hecho he decidido nombrarte como el nuevo Duque de Hydor, con opción a heredarlo a tu único hijo.

Trató de decir algo, pero sólo un silbido salió de sus labios, la sorpresa lo había dejado sin palabras. Ahora poseía dos títulos nobiliarios.... Conde de Bluegard y Duque de Hydor.

—Dégel D´Acuario I Duque de Hydor y XVIII Conde de Bluegard—dijo Saga extendiéndole el nombramiento que tomó con manos temblorosas—Su Gracia.

La ceremonia fue sencilla, sin tanto ademanes ni protocolos, al finalizar esta Asmita y Saga se retiraron a continuar sus labores.
Con una felicidad genuina, Milo felicitó a su suegro quién aún no procesaba lo acontecido minutos atrás, jamás pensó que su familia obtendría un Ducado, luego de casi dos siglos y dieciocho Condes, el sueño de los primeros D´Acuario se cristalizaba en Dégel.
Ahora Krest si podría presentarse a la corte, pues había obtenido lo que sus ancestros desearon.... estar por encima de los Condes....

 

 

 

Notas finales:

* Quiño: Golpe.

¡ Grande Jesús Barrero!


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