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El cortesano, el noble y el príncipe. por Maby de Sagitario

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Notas del capitulo:

Bueno a decir verdad, esta pareja la descubrí hace tiempo leyendo varios fics es fanfiction en la que estaba esta pareja, me gustó y aunque no tiene mucho fandom bueno ahí va.

Muchas gracias por seguir este fic.

Comedor, casa de Sísifo Sagittarius.

—¿ te besuqueaste con el gemelo del Canciller?—interrogó

Regulus tan curioso como siempre.
Aioria casi escupe el jugo cuando su adorado primo mencionó frente a su tío, el beso acaecido durante la celebración de su cumpleaños número 16. Le dio un pisotón debajo de la mesa mientras Aioros se había quedado anonadado ante lo que había oído, ni qué decir de Sisifo, el soltero del reino tenía un tic en su ojo derecho.

—¡ Ouch, bruto!—se quejó mirándose el pie—mira por donde... upssss.

—¿ es eso verdad, hermano?—se aventuró a preguntar Aioros antes de que su tío comenzara con sus reproches de buen comportamiento y toda esa cosa.

—Regulus vió mal, yo no me besé con Kanon—se excusó nervioso.

—me llamas mentiroso—acusó el adolescente con un puchero—yo te vi—señaló sus ojos—vi cuando te lo besaste y él correspondió.

—¡ suficiente!—dijo Sísifo levantándose de sopetón visiblemente incómodo—sigamos comiendo, esta conversación no pasó.

Aioria respiró aliviado, se las cobraría al boca suelta de su primo cuando estén a solas.
Pero sin lugar a dudas había sido el mejor beso de toda su vida.
Trató de ocultar mientras devoraba su tostada, el sonrojo que se pintó en sus mejillas al rememorar la intensa mirada del gemelo de la mano derecha de Asmita. Temía que su tío no aceptara a Kanon Geminae como un potencial miembro de su familia.
Sísifo no quitaba la vista de su persona, estudiaba minuciosamente cada movimiento y gesto de Aioria, ahora que lo recordaba, Asmita el día anterior le había preguntado si no había alguien que estuviese interesado en Aioros y Aioria por que había recibido una petición de un muy estimado amigo suyo que se hallaba interesado en Aioria.
Claro que supuso que era Kanon Geminae, Capitán del ejército real, una mente brillante tal como Saga.
El problema era la descendencia. Él y sus cuestiones.
Terminado su desayuno, dijo que tenía asuntos muy importantes que hacer y que volvería al atardecer, para eso se llevaría a Aioros.

—Aioros.

El mayor de sus sobrinos se puso alerta ante su voz mientras dejaba a un lado su plato y se ponía de pie obviando que su hermano y primo tenían una guerra de miradas que fue dispersada por un carraspeo de parte de Aioros.

—chicos, dejen eso.

—escucha a mi primo—dijo Regulus.

—deja de mirarme como si fuera un reo.

—no es buena idea dejarlos tío—murmuró Aioros.

Sísifo negó, sabía que era típico de los dos hacer eso así que se despidió de los otros dos y se llevó a su sobrino a sus típicas actividades como Duque.
Al quedarse solos, Regulus tenía en mente sacar provecho de su descubrimiento por lo que haría una propuesta que Aioria no rechazaría.... ver a Kanon.
Poniendo la mejor cara de inocencia que derretiría a cualquiera, el menor se acercó sigilosamente a Aioria que junto a los sirvientes recogía la vajilla por que a él le gustaba ayudar con algunas cosas de su casa.

—¿qué quieres Regulus?

—hacer las pases.

Aioria lo miró sorprendido para después desternillarse de risa, Regulus frunció el ceño ofendido no entendía cuál era la gracia. Se desquitó dándole un patazo en venganza por pisarle el pie y por burlarse de su " sincera hacer las pases".
—hablo en serio.

 

—si es una de tus burlas, te juro que....

—Kanon Geminae—canturreó sosteniendo un papel con el sello del ejército—es un pase para que puedas verlo.
Como un niño deseoso de recibir su juguete por el que ha

esperado tanto tiempo, Aioria arranchó el papel con desesperación, efectivamente el sello del ejército y la firma de Kanon estaban estampadas ahí, ahora la cuestión era...¿ cómo lo había conseguido?
Regulus tenía sus métodos, el hecho de que sea tan joven no significara que anduviera en las andanzas de un noble, ya que contaba con un pasadizo secreto que iba desde su habitación hasta el jardín y posteriormente hacia el exterior. Si quería podía "fugarse" hasta antes del anochecer por que su tío Sisifo tenía la costumbre de llegar a esa hora y ver si estaban todos en casa.

—no sé como lo haces mocoso—murmuró maravillado—pero debes acompañarme.

—con gusto.
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—¿es soltero Su Señoría?

Kardia río con ganas ante la pregunta de aquella jovencita que se había colado en la sala privada de su habitación sin autorización. El Escorpio mayor se sorprendió por la presencia de la chica, pero automáticamente recuperó su habitual compostura dispuesto a responder todas las interrogantes.

—para qué quieres saber eso Mi Lady.

—porque no se le ve una esposa o la dejó en su tierra. Por cierto mi nombre es Alissa, Condesa de Bernadette—hizo una grácil reverencia.

—a decir verdad no, pero espero tener un consorte pronto.

Alissa no podía evitar mirar a Kardia, le parecía tan fuerte y guapo que sin pensarlo se colgó del brazo del Conde de Sargas, la diferencia de estaturas era evidente... Kardia con su metro ochenta y Alissa con su metro cincuenta y cinco, parecía una pequeña hormiga a lado de un gigante.

—es tan fuerte—acarició el fuerte y moreno brazo de Kardia que no intentó apartarla—pero las malas lenguas dicen que le gusta al Duque de Hydor.

Una de las perfectas cejas de Kardia se alzaron con gracia mientras buscaba entre los cientos de nombres grabados en su mente, el del Duque de Hydor, cuando al fin lo halló se dio cuenta que era aquel hombre de mirada violácea que pasó toda la cena mirándolo con interés. Sin duda alguna también se había sentido atraído por él.

—es el padre de mi cuñado—fue su respuesta.

—lo envidio.

—es sólo un honor.

El golpe de la puerta interrumpió el diálogo entre Alissa y Kardia, la muchacha se despidió cortésmente desapareciendo por la misma puerta por donde vino, pero antes dejó sobre la cama un pequeño papel pulcramente doblado, el objetivo de la joven había sido entregar un mensaje de parte de Dégel a Kardia, por lo tanto la parte en que se le colgaba era mera actuación para ver cómo reaccionaba.
Quién aguardaba al otro lado de la puerta era Milo que había venido sólo, como era costumbre, Kardia hizo una sutil reverencia y aunque no estuviese en Antares, él lo hacía por respeto.

—¡buenos días hermano!

—no te esfuerces en ser tan formal, Milo, sólo dime un ¡ hola!

El menor no estaba acostumbrado a ser tan desihibido, desde niño lo habían acostumbrado a ser formal dado a su puesto. Mucho más cuando fue prometido a Aspros Cástor.
Como si lo hubiesen invocado, el Archiduque de Alhena, apareció acompañado de Asmita, el paso de los años no había hecho mella sobre Cástor que mantenía una juventud tan fresca que nadie imaginaba que incluso era mayor a Dégel. Kardia se sorprendió de verlo ahí, Aspros sintió que la vida volvía a ponerle por delante a aquel jovencito rebelde que lo había cautivado y del que estuvo a un tris de llevárselo a su tierra.

—Kardia...

—¿se conocen?—indagó curioso Asmita.
Antes de que el Escorpio mayor respondiera, Cástor se adelantó.

—pudo haber sido mi consorte.

Kardia no sabía donde meterse, la penetrante mirada cobalto de Aspros lo estaba
" desnudando". Si supieran que casi se va a escondidas con él...

—yo era un mocoso de 16 años, no sabía lo que hacía.
Aspros sonrió amargamente ante aquellas palabras.

—bueno fue un placer verte, que pases bien—dijo Aspros despidiéndose.

Cuando se volteó a mirar a Milo, este alzó los hombros quien sabe qué pasó por la mente del Archiduque. Puede ser que aún estaba enamorado de su hermano.
Tenían mucho de qué hablar por lo que solicitaron no ser interrumpidos.
                  ***********************

—Aioria , Regulus...

Los mencionados al reconocer esa voz balbucearon un par de incoherencias que El Cid no entendió, parecían nerviosos asustadizos cono si lo hubiese descubierto en una travesura de la que Sísifo no debía enterarse. Suspiró mientras abandonaba la pequeña galería donde se exhibían objetos traídos de otras partes entre esos espadas y en la que charlaba con otros caballeros interesados por estos letales objetos, acortó la distancia entre ambos jóvenes que se hallaban parados frente un puesto de frutas.

—no le digas a mi tío—comenzó Regulus.

—esta es la ruta que va al cuartel del ejército—dijo mirando a los dos mientras se cruzaba de brazos—a menos que...

—no vamos a enlistarnos, vamos a dejarle un mensaje del Canciller a el Capitán—dijo Aioria a sabiendas de que era la mentira más ridícula que había sobre la tierra—y tenemos prisa.

El Cid no creyó ni la coma de esta frase, Saga no mandaba recados a su hermano con otros nobles, para eso tenía un pequeño contingente de mensajeros que se encargaban de aquello. Había algo que los dos no querían que su amigo Sísifo se enterara.

Los estudió con detenimiento, Regulus no tenía esa típica sonrisa de oreja a oreja ni Aioria esa mirada férrea más bien le rehuía a su vista; los dos mentían y se encargaría de saber la causa. No necesitó averiguarlo pues la respuesta llegó en un santiamén en una persona.... Kanon que justamente aparecía seguido de varios muchachos.

—mi adorado tío no debe saber que vine aquí por Kanon—solicitó Aioria.

—no le gustan los secretos.

—es necesario este—intervino Regulus—creemos que no le simpatiza Kanon pues...

Con que ahí iba la cosa, su amigo no aprobaba del todo el interés de ambos jovenes, por eso últimamente se empeñaba en arrastrar a Aioros a todos los actos en palacio, reuniones, fiestas... más tampoco sabía que Aioros sentía un pequeño interés en su único sobrino Shura y Sísifo al no tener descendientes más que ellos, hijos de una hermana y hermano ya difuntos se apoyaba en conseguir perpetuar su sacrosanto y antiguo linaje. Tal vez debía conversar con él y persuadirlo que no era tan importante los herederos, ni el apellido ni las riquezas.

—está bien, pero en algún momento tendrán que decirle sus intereses.

Aioria agradecido sólo inclinó la cabeza respetuosamente.

—¿algún mensaje para Aioros?—dijo después de la reverencia—digo, Shura no quiere decirle algo.

—yo me encargo de eso, ¡ buenos días!—terminó el diálogo un poco turbado por esas palabras mientras la risa burlona de

Regulus lo siguió—los leones son astutos y perspicaces.

Ante el resto debían actuar como amigos que no se veían desde hacía tiempo, de hecho lo eran pero querían ir más allá de una simple amistad, sin embargo las circunstancias les impedían estar más cerca pues en ese preciso instante Kanon debía regresar a su puesto y sólo bastó un apretón de manos y palabras de saludo y despedida.

—uno de estos días iré a ver a tu tío—dijo levantando una esperanza—si me toca echar mano del poder de mi hermano para hacerlo, lo haré.

Regulus había quedado olvidado.

—yo... sólo quería verte hasta conseguí un sello...—le mostró el sello—sé que estás ocupado y lo entiendo.

Una sonrisa triste se formó en el bello rostro de Kanon que negó con la cabeza, nunca estaba ocupado para él pues lo amaba tanto como jamás lo había hecho y eso tenía que mostrárselo a Sisifo Sagittarius que no parecía creer del todo en sus sentimientos.

—me tengo que ir...

Incapaz de decirle algo más, Aioria le dio la espalda mientras jalaba a su primo que por primera vez no dijo nada gracioso o fuera de lo común.

—¡ adiós!



Notas finales:

Los nombres para los títulos nobiliarios, los saqué de los nombres de algunas estrellas de las contelaciones.

Saludos :)


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