El ataque fue sorpresivo y cobarde, Kanon furioso increpaba a los centinelas que temblaban como animalillos acorralados ante la cólera del Capitán que por poco casi cae en el ataque.
Saga auna distancia prudencial inspeccionaba los daños ocasionados por un cañón proveniente de Giudecca que destruyó las tres cuartas partes del cuartel general.
—no nos dimos cuenta Sr.
Kanon se limpió la sangre que manaba de su frente y nariz mientras buscaba con la mirada a los demás soldados, pero de repente sintió que todo se le ponía oscuro y sin poder decir nada más cayó inconsciente.
—¡ Kanon!—la voz aterrorizada de Saga fue lo último que oyó.
Al conocer la noticia, Sísifo trató de detener a su atribulado sobrino que pugnaba por irse a ver el estado de Kanon, Aioria no entendía el por qué la férrea oposición de su tío hacia una relación con Kanon.
En esos momentos no importaba la aristocracia ni el linaje, sólo quería saber si él estaba estable.
—¡ Aioros!—miró a su hermano mayor suplicando con la mirada su ayuda.
—tío, si quieres lo acompaño—dijo Aioros con suavidad.
Sísifo posó su mirada sobre su sobrino mayor con reticencia, frunció el ceño inconforme mientras negaba silenciosamente.
Estaba molesto.
—saben cuales son mis planes con ustedes—murmuró sin despegar la vista de Aioria-no tengo nada en contra de Kanon ni de otro, pero esta familia es del mismo abolengo que las otras de este reino.
Pero Aioria ya no oía pues se había escabullido cual gato por entre Sísifo y Aioros en tanto Regulus le abría la puerta.
La confusión reinaba entre el ejército, quién le seguía a Kanon en orden era Julián Solo trataba de poner orden entre los soldados que solicitaban saber el verdadero estado de su superior. Oyó los gritos de algunos heridos y el vozarrón de Saga que increpaba la lentitud de los médicos para con los heridos, Kanon no estaba a la vista
—Aioria ¿ Qué haces aquí?—preguntó el mayor de los Geminae al notar su presencia.
—¿ No es evidente Saga?
—está inconsciente—respondió en voz baja.
—es necesario que lo vea.
—no, quiero problemas con tu tío.
—él no decide mi vida amorosa—refutó firme.
Saga se admiró de aquella seguridad, si así lo fuera con Mu ante Shion.
—sigueme.
Caminaron por un pasillo atestado de enfermeras y médicos que se abrían paso, llegaron hasta una habitación de paredes blancas sin ningún adorno o cuadro donde descansaba Kanon.
Tenía pequeñas cortadas en las manos y en su rostro, aún había rastros de sangre seca en su nariz lo cual le preocupó, la armadura había sufrido graves daños pero sin ella, tal vez Kanon hubiera muerto.
—está estable, Sus Señorías—dijo a modo de saludo un médico de cabellos castaños, que era el médico oficial del ejército, Dohko Libra.
—de acuerdo, gracias.
—Kanon—lo llamó.
Su semblante se hallaba pacífico y suavizado, Aioria suspiró con pesadumbre.
Se removió murmurando algo inintendible mientras abría sus verdes ojos y pestañeaba varias veces para tener una mejor visión de las personas que se hallaban ahí.
—¿ Saga?
—no, soy el fantasma de Saga—dijo este sarcástico-alguien vino a verte—señaló con la mirada a su derecha.
—Aioria—dijo en un susurro mientras se incorporaba—¿ Como...supiste...?
El mayor de los Geminae respiraba el sentimiento entre su hermano gemelo y Aioria Leons-Sagittarius, le gustaba esa relación, pero a Sisifo no y eso le preocupaba pues Kanon le había comentado cuanto quería y amaba al sobrino de Sisifo y una probable negativa heriría el corazón de su hermano.
—¿ Qué le viste?—preguntó incrédulo esa vez que le confesó lo que sentía por Aioria.
—no lo sé, Saga—dijo confuso—es sólo que me gusta.
—bien, sabes que no será fácil.
—lo sé...
—vine a verte, pues supe que te hirieron.
—estoy bien.
Saga sintió que sobraba ahí así que optó por retirarse dejando solos a Kanon y Aioria.
—creí que tu tío te amarraría a una silla.
Aioria se rió con ganas ante el comentario.
—quiso hacerlo, pero ya sabes... Lo dejé hablando solo.
Kanon tenía una pequeña duda.
—¿ De verdad te intereso?
Al más joven le tomó por sorpresa la pregunta.
—sí, te lo dije en la fiesta de Regulus.
Se sintió aliviado, aunque faltaba el otro paso...
Si de verdad lo amaba...
Hizo el esfuerzo por levantarse sin que su cuerpo se resintiera, Aioria quiso evitar que lo hiciera pero su fuerza de voluntad fue más grande que otra cosa.
Aún con el cuerpo dolorido, Kanon logró apresarlo entre la pared y él para besarlo con voracidad. La lengua experta del Capitán recorría cada rincón de la boca de Aioria que se había quedado sin aliento.
—Aioria...
—te amo...
Kanon rompió el beso al oír la confesión tan sincera, a decir verdad no creyó que el sobrino de Sísifo lo amara tanto como él lo hacía; aquello representaba una pequeña esperanza para convencer al Duque de Arkab, refiriendose a Sísifo, en aceptar su relación.
—no oíste, te amo—murmuró con los ojos brillantes de deseo—te correspondo.
Volvió a atrapar sus labios, poseído por un apetito sexual, Aioria despedazó las vendas que cubrían las heridas, golpes y hematomas que opacaban la vista de aquella piel que desde que supo cuanto amaba a Kanon deseaba ver en todo su esplendor.
Saga desde afuera ignoraba lo que pasaba ahí adentro.
Un pequeño espejo sería el testigo mudo.
Aioria cayó de espaldas sobre la pequeña cama y encima suyo un semidesnudo Kanon que apartaba cada prenda estorbosa de su amante, mordía, succionaba y saboreaba cada rincón sin dejar ninguno libre, Aioria envolvió sus piernas en la cadera de Kanon estimulando aún más su sexo ya despierto. Comenzó a prepararlo pues sería la primera vez del menor y no quería que fuera" traumante"
Aioria se removió incómodo cuando Kanon introdujo un dedo para dilatar su virgen entrada.
Cuando estuvo lo suficientemente lubricado, Kanon introdujo su pene que ya estaba hinchado y adolorido de tanta espera, Aioria estrujó las sábanas ante la dolorosa intromisión, Kanon lo retiró ante las muecas de dolor del menor que protestó.
—con calma.
Comenzó a repartir besos en la nuca, oídos y espalda mientras volvía a abrirse paso en el interior del cuerpo del Leons que arqueó la espalda. Las embestidas comenzaron suaves y cuidadosas para que el león se acostumbrara, luego a petición de este Kanon las acrecentó.
—ay estás estrecho...
—mmmm.
El sudor caía sobre el pecho de Aioria que abría más las piernas para darle más acceso a Kanon que había olvidado sus golpes y heridas pues el estar con la persona amada, paliaba lo que había acontecido momentos atrás.
Mientras tanto Saga.
Carraspeaba un tanto incómodo, los gemidos y gritos eran tan audibles que no sabía donde meterse, tenía la cara roja de la vergüenza, su hermano...
Sí Sisifo se enterara que su sobrino del medio había estado con Kanon... Uy mejor ni lo pensaba.
—nadie oyó nada ¿ Entendido?—dijo a los soldados que morían de risa al oír la apasionada sinfonía de su Capitán y el joven Barón de Algeiba, Aioria—son sordos, ciegos y mudos.
—sí, Su Señoría.
Volviendo con Kanon y Aioria.
La cama estaba desarreglada, crujía peor que carro viejo y los gemidos y jadeos que traspasaban la pared, Aioria tuvo que echar la cabeza hacia atrás y abrir la boca para que sus pulmones se oxigenaran pues sentía asfixiarse, Kanon tenía los ojos vidriosos.
El menor ya se venía entre ambos.
Aquella entrega estaba por terminar.
—Aioria....
—y-yo ya me vengo—dijo este.
—no.... espera—dijo con voz ronca Kanon.
Unas embestidas más y ambos se vinieron, Aioria entre ambos vientres y Kanon dentro suyo.
Un largo gemido salido de la garganta del mayor de los dos que cayó casi desmayado sobre el otro
—yo.... quisiera que mi tío te aceptara—dijo Aioria ya recuperado mientras se incorporaba—sino....
—no pienses en escapar—dijo adivinando sus pensamientos—puedo hablar con él y convencerlo.
Él alzó los hombros al sentirse descubierto.
—¿acaso lees mentes?
—podría decirse que si.....
Volviendo con Saga y los curiosos soldados.
Un soldado apareció a toda velocidad con el rostro compungido, Saga se alarmó al ver su expresión.
—¿qué pasa?
—Sisifo Sagittarius, está aquí y pide ver a su sobrino.
—distráelo—ordenó.
Se dispuso a tocar la puerta con apuro, Kanon la abrió con expresión enfurruñada, odiaba ser interrumpido. Saga entró como tromba mientras la cerraba con seguro, Aioria se sorprendió por la expresión del Canciller.
—tu tío está como mamá esperándote, mandé a un soldado a distraerlo.
Pero todo se salió de manos.....
—Aioria.......
—carajo.....
Sisifo sabía que estaba ahí, y no saldría de ahí hasta llevarse a su sobrino a rastras, pero ignoraba que estaba con Kanon en una habitación sin nada puesto....
—Aioria....
— ay no..... estoy muerto.
El fin estaba cerca....