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El cortesano, el noble y el príncipe. por Maby de Sagitario

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Notas del capitulo:

Tanto tiempo me perdí, disculpen de todo corazón. Sus reviews los contestaré de a poco, los cuales me motivan mas n.n

Espero que estén bien.

Seiya sino estaba cortejando a la Baronesa de Athens, Saori, estaba a la expectativa de algún panfleto, chisme o sátira que publicaban algunos de sus amigos. En especial de Hyoga del que últimamente se hablaba poco, algo insólito considerando que era una " celebridad" entre la gente del pueblo y la corte.

Un cuchicheo general se oía, unos negaban y otros reían burlonamente mientras sostenían entre sus manos un pedazo de papel rectangular cuyas letras aún estaban frescas.

—eso es tener agallas ni verguenza—comentó un joven que comerciaba telas—no crees, Pierre.

A quién llamó Pierre asintió.

—¿quién escribió eso?—preguntó Seiya acercándose.

—se hace llamar M Lacerta.

—me permite.

—claro—le extendió el papel.

Así estaba escrito.........

"Se hace llamar Su señoría,

pero yo digo que sólo es de nombre,

posee más fortuna que el rey

y con ella pretende comprar el amor de un príncipe

más este le dio una lección....

Antares ganó,

Helias perdió,

¿Ahora qué hará Su Señoría...?

Buscarse un nuevo amante

o mejor bajarse las ínfulas con un buen té,

ahora es el amante rechazado con mil pretendientes,

M. Lacerta.

Apostaba a que Hyoga no sabía nada. Más sinceramente este tipo de cosas lo tenían sin cuidado, le daban más " fama".

Tal vez deba hacerle una visita.

                                                                                                        *********************

Un molesto Sisifo se topó con la " desagradable sorpresa de ver a su sobrino despeinado y agitado, a Kanon semidesnudo y a Saga con cara de " yo no sé nada".

Indignado abandonó el casi destruido cuartel general para dirigirse a la propiedad de su gran amigo El Cid Capricornio que siempre estaba dispuesto a oírlo.

Este se sorprendió de verlo ahí, por lo que con un gesto dio a entender a Shura que se retirara, la usual expresión bondadosa y afable de Sisifo se hallaba apagada, en cambio tenía un tic en uno de sus ojos, un rictus en la esquina de su boca y apretaba los puños impotente.

—Sisifo ¿ estás bien?

Sísifo sacudió la cabeza negando.

—Sísifo—insistió El Cid.

—Cid—dijo sin levantar la vista—¿ crees que sea anticuado?

—¿ quién te dijo eso?

—sólo dime la verdad.

—no Sísifo, eres honorable y correcto, así te defino.

La angustia desapareció del atractivo rostro de Sisifo en el cual se dibujó su usual sonrisa, Cid suspiró aliviado al ver que la sombra que empañaba los azules ojos del Duque de Arkab.

—ahora ya estás mejor.

—si, gracias amigo.

Desde hacía algún tiempo El Cid sentía algo por Sísifo, pero se lo guardaba pues sabía que este era un poco dificíl en ese asunto.

—entonces.... ¿ que te aflijía?

—Aioria insiste en esa relación con Kanon Geminae.

El Cid no dijo nada, mejor se veía bonito y calladito.

—no dirás nada.

—pues de verdad ¿ quieres saber mi opinión?

Para él era valiosa la opinión de El Cid claro ignorando que este tenía el ojo sobre su persona. Si Sísifo no aceptaba lo que sentía, lo aceptaba y no insistía más.

—creo que deberías dejar que tus sobrinos tomen su propio camino, imponerles haría que ellos hagan lo que no quieres.

—pero... tenía planes para ellos.

—piensa lo que dije—puso una mano sobre su hombro—Aioria está enamorado de esa persona y debes respetar su decisión.

Sísifo pareció analizar las palabras de El Cid, quizá estaba siendo muy severo con su sobrino, pero primero tenía que conocer más a fondo al mencionado aunque Asmita al parecer iba interceder por Kanon.

Shura internamente rogaba que El Cid hablara sobre sus sentimientos hacia Aioros, pero viendo como estaba Sisifo, mejor en otro momento pues terminaría con paro cardíaco.

—¿sabes si alguien está interesado en Aioros?

Ganas no le faltaban de salir y decir.... yo.... pero sabía que iba a ser un gravísimo error, sin embargo El Cid supo contestar inteligentemente.

—muchos.

—bien.

Después de esa conversación El Cid quedó en silencio, alzó la vista y se topó con la azulina mirada de Sisifo, la desvió sintiéndose abrumado por la misma.

—creo que debo irme—dijo Sisifo mientras se aprestaba para irse—trataré de no molestarme.

—que pases bien....

Sabía cuan molesto se había ido Sisifo, él aún se había quedado con Kanon quién le había sugerido que lo dejara tranquilo hasta que su cólera se disperse. Regresó casi al anochecer, Aioros lo recibió preocupado y le comentó que su tío no había proferido palabra durante todo el día, estaba en su sillón favorito con la mirada endurecida y ni siquiera había querido entablar una conversación con su persona ni con Regulus.

—hice algo que no le gustó...pero es mi vida privada—acotó a su hermano que alzó una ceja sorprendido—si quiere decirme algo que lo diga, seguiré defiendo lo que pienso y siento.

Aioros entendió lo que quería decirle.

—sabes que no lo aprueba.

—pero yo no tengo las obligaciones que tú tienes como su heredero—dijo seguro—pero tú también no estas de acuerdo pero quieres complacerlo aunque odies casarte para dar herederos. Sé que alguien daría todo por estar contigo...

El mayor enmudeció ante esas certeras palabras, en verdad todo lo que decía era real, sabía de boca de Regulus que tenía un innato talento para espiar, que Sisifo trababa y ejecutaba alianzas tanto adentro como afuera del reino con familias con hijas de edad casadera. Nadie sabía a ciencia cierta por qué tanto empeño, aunque Albafika D'Pisces en una ocasión en una reunión privada con Asmita había revelado las razones de porque Sisifo quería que Aioros y Aioria se casaran lo más pronto posible... Él en un tiempo pasado, amó a una mujer la cual no había aceptado sus sentimientos, dejándolo como un amigo al que podía acudir, su corazón se había roto y entonces decidió ser el solterón del reino que halló en sus tres sobrinos los hijos que no pudo tener con esa persona cuyo nombre fue Sasha.

—no estas obligado a ceder a sus deseos...

—es mi deber—murmuró sabiendo que era oido—como dijiste soy su heredero y debo cumplir con mi papel.

Aioria lanzó el dardo aquel que esperaba...

—¿ Y Shura?

—¿ Qué?

—Aioria...—llamó Sisifo con voz apagada desde su posición—necesitamos hablar.

—permiso—pasó a lado de su hermano que trataba de digerir lo que acababa de oír.

Las cosas se iban a poner color de hormiga.

                                                                                                      ********************

—Ángelo es un inculto—refunfuñaba Afrodita mientras traía un bonito cuadro adquirido de manos de un pintor muy famoso—idiota, él cree que es sólo pintado por niños.

Albafika estaba oyendo todo el discurso molesto de su hijo, salió de donde estaba para ver lo que había traído. Ambos no eran cercanos a pesar de que eran padre e hijo, más parecían un par de extraños.

—Afrodita.

—ah, padre ¡ Mira!—señaló su adquisición con alegría genuina—¿ Te gusta?

—tienes buen gusto—admitió con sinceridad.

El más joven notó que su padre tenía las intenciones de decirle algo por lo que volcó su atención en Albafika que le hizo una seña para que se sentara.

—es una charla pendiente que tenemos desde hace años—dijo el bello Albafika—nose nada o casi poco desde tu niñez.

El menor siempre había creído que su padre era indiferente a él, de hecho pensaba que no lo quería como hijo.

Otrora pensaba que su trato era ese por que su madre había muerto horas después de haber nacido, pero Albafika no pensaba eso, es más le parecía lo más vil que un padre podría hacer... Culpar a su hijo. A decir verdad era su más grande orgullo, el heredero de la casa Condal Pisces.

—jamás hemos sido cercanos—admitió Afrodita en voz baja.

—las absorbentes actividades que he tenido derivaron en que me descuidara un poco de ti.

Cualquier otro hijo, enojado y resentido le hubiese gritado o dicho que sabía de su persona, más en cambio desglosó cada palabra y supo que Albafika quería recuperar el tiempo perdido como familia y empezaría desde aquel preciso instante.

—eso quiere decir que....

—ya no seremos extraños en casa.

Afrodita sintió un alivio, una alegría que en tiempos había sentido.... al fin eran una familia de verdad.... 

 

Notas finales:

Saludos :)


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