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El cortesano, el noble y el príncipe. por Maby de Sagitario

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Notas del capitulo:

Al fin KardiaxDégel.

Dégel aceptó sus sentimientos para con Kardia y este a su vez le correspondía, los rumores de que Asmita pretendía casarse con Kardia eran infundados y el sueño de Saga de ver unido a Indrapahts con Antares en el trono se esfumaron. Aunque existía la probabilidad de que al ser Dégel quién ya no era secreto de quien era el heredero de su pariente lejano Asmita terminara uniéndose en matrimonio con el rebelde Conde de Sargas.

La aprobación de Asmita era importante.

Seraphina había mostrado su verdadera cara al Conde de Vasilly y este sintiéndose herido y engañado rompió el compromiso y la desterró de su propiedad. La mujer no quería casarse, solo quería fisurar a los D´Acuario aparte de tratar de conquistar a su ex­-marido para tener riquezas y el título de Duquesa y por qué no… tener el trono. Pero antes debía alejar a Kardia de él, neutralizar a Krest y ganarse a Camus.

Milo había viajado solo a Antares, había surgido un imprevisto en la corte gracias a su tío y anterior regente del Concejo de Regencia que no reconocía a Calvera como la máxima autoridad después de Sus Altezas Serenísimas, volvería después de cuatro semanas hasta eso Camus se ocuparía de los asuntos de su familia, ya que al ser el único hijo de su padre y probablemente el último, este había puesto sus esperanzas en su hijo para la perpetuación de su genealogía.

Sin embargo…. Alguien aparecería para decir lo contrario….

Antigua casa Sagittarius.

Al ser Sísifo de una noble familia Ducal, su familia había sido dueña de cuatro casas, la última fue heredada apenas asumió el control de su patrimonio familiar como el último de sus dos hermanos. Aioros, Aioria vivían con su tío desde su niñez, Regulus prácticamente desde su nacimiento.

Ahora Aioria estaba en la tercera casa, la que parecía un pequeño castillo en medio de un bosque, el estar sin sus habitantes no le quitaba su antiguo esplendor, no había polvo pues de vez en cuando un pequeño grupo de personas se encargaban de su cuidado y limpieza ya que Sísifo tenía pensado una vez que entregara su título y deberes retirarse a vivir ahí.

r13; ¿qué haces aquí Aioria? r13;preguntó Cid Capricornio al ver al muchacho con la mirada fija sobre un antiguo cuadro.

r13;hago lo que mi tío no quiere…

No preguntó más pues sabía la respuesta.

r13; ¿Sísifo sabe que estás aquí?

r13;sólo mi hermanor13;respondiór13;mi tío no debe saber que estoy aquí por Kanon…

Comprendió que su amigo no aprobaba esa relación del todo.

Unos pasos se acercaron, Cid se ocultó mientras observaba al visitante acercarse a Aioria el cual lo abrazó como si no hubiera mañana.

r13;por lo que veo aún es clandestinor13;comentó el mayor de los dos.

r13;está molesto, no me dirige la palabra desde hace dos días.

Kanon suspiró apesadumbrado, Cid podía notar el agobio de Aioria.

r13;no tienes porqué agobiarter13;dijo en un murmullor13;además hay un protocolo que se debe cumplir.

Cid mejor se retiró sigilosamente, estar ahí de fisgón no era lo suyo. Además tenía otras cosas que hacer.

El terreno estaba difícil, no iba a hacer fácil con Sísifo si así era de férreo en oponerse a que Aioria tenga una relación con Kanon, como iba a reaccionar cuando él le dijera que lo amaba en secreto.

 

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Como Asmita le había delegado el gobierno, Saga recibió la visita de un mensajero del Reino de Giudecca quien traía consigo una carta de disculpa por lo acontecido días atrás en el cuartel del ejército. La misma escrita por la Canciller del mismo y firmada por el soberano de esa región solicitaba a Su Majestad Asmita una reunión para aclarar aquella penosa situación.

Saga tenía animadversión hacia ese reino, varias veces ciertos mercenarios provenientes de Giudecca habían tratado de atacar a notables de Indrapaths, entre esos su gemelo Kanon quién antes de ser ascendido a Capitán del Real Ejército de Indrapaths había sido su representante cuando él no podía.

Kanon había sufrido con el reciente, tres atentados.

r13; ¿qué piensas hacer? r13;la voz de Shion llegó a sus oídos.

r13;supongo que tengo que hacerlo yor13;respondió guardando la hoja.

r13;supones que es una trampa, lo sé porque noto tu incomodidad.

r13;mi hermano está heridor13;se levantó hacia la ventana mientras observaba el ir y venir de personas que caminaban alrededor de Rajishr13;dicen que la Canciller de Giudecca es más astuta que yo en política, así que no dudo de que planea algo.

En eso Shion no tenía dudas.

r13; ¿cómo esta Kanon? r13;preguntó Shion dejando a un lado el tema de la carta de Giudecca.

Soltando un pequeño bufido, se apartó de la ventana mientras respondía al Vizconde de Aria.

r13;después de lo que hizo dudo que pueda recuperarse durante varias semanas.

Shion prestó atención a los gestos y el tono de voz de Saga quién prosiguió con su relato.

r13;seguramente ya todos saben que Kanon y Aioria Leo-Saggitarius son amantes. Sísifo los halló en actitud muy comprometedora.

Después del chisme de Hyoga siendo echado de Bluegard por Camus, su ex amante, la nueva que circulaba era la relación clandestina entre el “gran jefe del ejército y el sobrino intermedio del Duque de Arkab”. Todos tendrían un tema de conversación los días subsiguientes.

Sisifo estaba furioso con Aioria tanto que ni le dirigía la palabra, el joven no iba acceder a los deseos de su tío no iba a casarse contra su voluntad solo por los famosos herederos para perpetuar el linaje Ducal.

r13;con razón Sísifo no me saludó como normalmente lo hacer13;analizó Shion.

r13; ¿ves? Está molesto, si a mí solo me dice un seco “Buenos días Saga”.

r13;el único que puede convencerlo es Cid Capricornior13;dijo el Vizconde.

Saga asintió levemente, Sísifo como le había advertido a Kanon era “un hueso duro de roer”.

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Alcoba de Kardia Escorpio.

Entró disfrazado de sirviente a la alcoba de Kardia por medio de una serie de puertas secretas de Rajish Palace, al ver al Conde de Sargas se abalanzó a sus brazos buscando sus labios que atrapó con desesperación. Kardia enterró sus dedos en la suave cabellera de Dégel quien acrecentó el beso mientras se restregaba desesperado en el cuerpo de Kardia que mordió su labio inferior en señal de lujuria.

—Esconder estos ojos no fue fácil—murmuró separándose de su boca—permanecía todo el tiempo con la cabeza gacha.

—tienes tus mañas, Su Gracia.

— ¡Calla y hazlo!

Advertencia de lemon 7u7.

Kardia cerró las cortinas para más privacidad, nuevamente Dégel se abalanzó a devorar los carnosos labios del moreno que lo recostó sobre la mullida cama de sábanas de seda. El roce de las intimidades de ambos hombres arrancó varios gemidos que inundaban la habitación.

—Que diría tu padre si supiera que eres un salvaje en la cama—murmuró Kardia mordiendo su cuello.

Una risilla se escapó de la garganta del Duque de Hydor mientras sus manos se encargaban de despojar cada prenda que impedía sentir la piel morena del hermano de su yerno, cuando al fin logró sacar la estorbosa camisa, sus pupilas se dilataron al ver el increíble torso trabajado por años de entrenamiento secreto.

—eres hermoso.

Dégel mordió con lujuria el labio inferior en tanto su amante se encargaba de despojarlo de sus lujosas ropas, la admiración fue mutua, Kardia no podía creer que Dégel tuviera un hijo pues no lo parecía. Unos traviesos dientes se cerraron alrededor de una de sus tetillas mientras que una mano se había colado en su entrepierna acariciando su ya despierto e hinchado miembro que clamaba atención.

¿Cuándo en su vida, Dégel sentiría placer con otro hombre?

Ni en sus más osados sueños imaginó aquello.

—Desnúdate—ordenó el de ojos violetas.

Kardia obedeció mientras se quitaba el pantalón quedándose completamente desnudo, los ojos rivales se abrieron de sorpresa al verlo en todo su esplendor.

El de cabellos azules emitió una zurrona sonrisa al notar la sorpresa de Dégel, estaba estupefacto.

—eres un pecado…

—Tú más—dijo Kardia lanzándolo sobre la cama mientras terminaba de desvestirlo para subírsele encima—el Duque del pecado.

Enredó sus piernas en la cadera de Kardia quién lo preparaba para que aquella experiencia no sea “traumática”, ¡qué importaba si eran oídos!...

Una vez que estuvo dilatado, el escorpión comenzó a penetrarlo, el Duque arañó la espalda de su ahora amante ante tal intromisión, Kardia pensó que iba muy rápido por lo que se iba a retirar, más Dégel se lo impidió.

Narrado por Dégel.

Quiero saber qué se siente ser amado por un bellísimo hombre como tú, sé que en mi pasado tuve esposas, a la última la amé más su actitud hacia mí y hacia el hijo que esperaba me hizo que se apagara ese sentimiento. Me cerré al amor por años, me dediqué a la crianza de Camus porque él era mi único descendiente y quién tendría la responsabilidad de manejar las riendas de esta familia cuando yo ya no esté…

Veo tus hermosos ojos turquesas brillar de deseo, si… sé que mueres estar a mi lado y yo del tuyo…

Bésame con locura, tócame con desesperación…

El roce de mi piel con tu piel me eriza, me excita, me enloquece, te posicionas entre mis piernas y yo lanzo un suspiro que te excita más de lo que ya estás. Noto que tienes otros planes así que dejo que hagas lo que quisieras.

Bajas dándome besos por todo mi torso, ombligo hasta que me doy cuenta que tu objetivo es mi entrepierna que se erguía deseosa, la rozas con tus manos y yo gimo ante la descarga que siento en todo mi cuerpo, sonríes en tanto engulles sin premura mi sexo, clavo mis dedos en tu espesa cabellera en tanto mi garganta empieza a emitir guturales gemidos pues tu boca me traslada al olimpo y al infierno a la vez; siento que ya estoy por correrme así que trato de avisarte, pero no puedo más y termino en tu boca.

—t-te lo…

—Shhh—dices sonriendo—no me importa, eres exquisito.

Yo me sonrojo en tanto lanzas una potente carcajada.

—Me encantas, sabes que te amo desde el primer momento en que te vi—veo cuanta sinceridad en tus ojos al pronunciar esas palabras—quiero hacerte feliz.

Ante esas palabras bajo mi cabeza, en mi juventud sólo vivía para complacer los deseos de mi padre, en donde un matrimonio era visto como una alianza política para dar herederos a la familia, en donde el amor no existía o era nulo. Sufrí con cada hijo que perdí y por poco pierdo a Camus al cual le di todo el amor que tenía.

— ¿qué pasa Dégel? —pregunta Kardia al verme así vulnerable.

Ahora que soy más adulto comprendo que es hora de darme una oportunidad….

—yo también te amo—digo abalanzándome sobre ti sorprendiéndote—quiero estar contigo.

Entras a mí, no hay nadie que nos impida esta muestra, sé que a partir de ahora seremos tú y yo. Embistes contra mi cuerpo mientras tanto me aferro a las sábanas a las que estrujo al mismo ritmo que tus embestidas, muerdes mis labios y yo los tuyos con fuerza que sangran; sin embargo noto que frente a nosotros hay un espejo el que refleja todo lo que hacemos, tú te das cuenta y en vez de intimidarte, te mueves con más energía sacándome más gritos de placer. Mi sexo pide atención, diriges una de tus manos ahí ya que la otra está en mi cadera y lo masturbas sin compasión.

—Ka-Kardiaaaaa.

—ahhh, me apretas—dices echando la cabeza hacia atrás.

Ambos sudamos a mares, pero eso no nos importa porque nos estamos amando.

Los espasmos del orgasmo estaban manifestándose en mí así que en un rápido movimiento cambio de posición y yo quedo encima de ti, continúo lo que estábamos haciendo mientras el orgasmo estaba por hacer mella en mí y en ti también.

—Dégeeel—dices mi nombre en un poderoso gemido en tanto terminas dentro de mí y yo entre ambos.

Yo caigo exhausto sobre tu amplio pecho en donde tu corazón late desbocado, estampo un suave beso ahí tratando de calmar su loco acelerar.

—Has sido muy bueno—dices burlón.

—eso sonó extraño.

—eres inocentón ¿lo sabías?

—estuve casado cuatro veces, no tengo nada de inocente Kardia—aparto los rebeldes mechones mojados de tu rostro—ahora si quieres…

—ja, puedo ser tu quinto matrimonio.

Yo sonrió dándote la razón.

—no solo eso, también puedes ser mi consorte en el trono.

Te sorprendes ante esas palabras, tus ojos se abren de par en par, no sabías que yo era el sucesor de Asmita quién es mi lejano pariente.

—yo…no sé qué decir.

—sólo piénsalo, no tendrías necesidad de regresar a un lugar donde tus derechos aún no han sido devueltos del todo, sé mi Rey…

Te levantas como un resorte, veo confusión en ti y lo entiendo, te salí con esta propuesta así intempestivamente, sino aceptas lo comprenderé.

—Deja que hable con el mocoso y tú con Asmita, esta relación debe ser oficial—dices con seriedad.

Yo asiento a tus palabras.

— ¿entonces… lo pensarás?

—No necesito pensarlo, el mocoso se pondría quisquilloso si no le comunico lo que pienso hacer—dijiste mientras te vestías—tu hijo debe saberlo también.

—Por él no te preocupes—digo vistiéndome, una vez ya vestido sé que ya es hora de despedirnos y no quiero hacerlo—está de acuerdo.

Me conduces hasta la puerta de tu habitación, nos despedimos con un corto beso, no hay nadie a la vista, menos mal, pienso.

Encontré al amor de mi vida y no lo pienso dejar ir….

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¿?—ya pronto se sabrá que alguien más heredará de los D´Acuario….

¿?—será un escándalo para esa corte…

¿?—mi objetivo no es avergonzarlos, quiero mostrar que me equivoqué al guardar ese secreto…

¿?—lo dices porque ya sabes que es un Duque…

¿?—no sólo por eso, su hijo varón no le podrá dar descendientes, sé que está casado con un joven soberano de un Principado… esa persona es primogénita de Dégel D´Acuario, su heredera, su primera hija….

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Saludos :)


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