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- buenas, chicos.- Sans había entrado de nuevo a mi bar con su sonrisa carismática, luego de tanto tiempo.
- Hola Sans.- Dijeron todos casi en coro.
- ¿Qué pasó que no venías Sans?- dijo la coneja que siempre acostumbraba beber hasta la casi la intoxicación.-
- ya saben, estaba muy ocupado trabajando.-
- ¿Con lo vago que eres?- Soltó Doggo, con una mirada sospechosa.- Seguro te debes haber quedado durmiendo durante toda la jornada.-
-sin embargo trabajo muy bien, mi jefe dijo que soy muy productivo.-
-¿Eh? ¿ ¿De qué trabajas ahora?? -
- tester de colchones- Y entonces todo el bar soltó una risa grupal. – Bueno no, ojalá. Hace poco anduve haciendo de vendedor y motivador en una fiesta, ¿No grillby?-
-Ah, sí…quisiera agradecértelo, no te lo había dicho antes porque te habías ido.-
- dame una ’mburguesa grillby.-
Entonces fui por la salida de incendio a la cocina a calentársela con mi horno de fuego mágico.
-Aquí estás….-susurré para mí mismo, pensando en Sans.- Me alegro de que no te hayas resfriado.-
- gracias por preocuparte.- oí detrás de mí, y al voltearme, lo ví.
- Veo que entraste por la salida de incendio aún sin estar incendiado.- Mientras ponía la carne con queso a calentar sobre la plancha.
- quería agradecerte personalmente por todo lo que hiciste por mí antes de la fiesta.- Y ponía los panes sobre la mesa junto con las rodajas de verdura.
-…No es nada.- Había vuelto a mirar la carne cocinándose, mientras el queso comenzaba a derretirse ligeramente.
- …es una pena que no haya ganado ese sorteo a pesar del dinero que gasté en cupones.-
- Siempre que quieras puedes quedarte trabajando luego de que cierro.-
- meh, paso.-
-…tu hamburguesa va a estar casi lista, ¿no quieres ir a la barra?...- Sentí en una de mis manos liberadas un suave toque. Era la mano de Sans estrechándose con la mía.
- luego quiero que hablemos con tiempo y en privado, cuando cierres.- Decía con su mirada desviada, y la sonrisa escondida entre la sombras.
- De acuerdo…- subí mi mirada a la hamburguesa, y al volver a bajar la mirada, él ya no estaba.
Al tener lista la hamburguesa, salí de la cocina, donde vi a Sans, dormido en la barra.
- Sans…-
-oh, gracias grillby, pero ya no tengo hambre.-
-¿Seguro?-
- buenop, quizás un poco.- La tomó, le derramó toda una botella de ketchup y de una mordida la consumió casi toda, dejando una mísera miga de pan.- guárdame el resto para después.-
-De acuerdo…-
-Hey Sans, ¿Por qué cada vez vienes menos al Grillby’s?-
- no te preocupes, pronto vendré en todos mis recesos de nuevo.-
El día había sido muy tranquilo, mi hija había venido del colegio con una amiga suya, habíamos charlado un rato, y luego, me dijo que iba a dormir en la casa de ella. Al llegar la medianoche, al ser un día de semana, el local dejó ir a mis clientes, hasta que había quedado casi vacío. Saqué mi escoba de paja sucia y vieja, y empecé a barrer el suelo de madera de mi bar, donde residía el polvo, ya retornando luego de la fiesta, unas croquetas para perro, y sin querer, unas hormigas.
-¡Grillby! ¡¿Qué está haciendo?!-
-Oh, lo siento Señor Antonio- dije a una de las hormigas- ya sabe usted que soy algo miope.- De hecho, no podía ni reconocer cuál de todas las hormigas era él, solo reconocía su voz.
-¡Podría haber lastimado a mi familia!-
-…Perdone…-
-¡Y no se le olvide pagar la renta!- El Sr. Antonio acomodó su corbata, y se fue dándome la espalda, junto con su familia. Ya recordé por qué no suelo limpiar este lugar.
Apagué las luces y cerré la puerta con llave, dejando caer de las paredes algo de nieve luego del impacto de la puerta al cerrarse. Di un pequeño suspiro, y apoyándome en la pared, encendí un cigarrillo, cual posé en mis labios. Casi no pasó un minuto hasta que de nuevo, Sans apareció delante de mí.
-¿qué tal grillby?-
-…Hola Sans, ¿Qué tal estuvo tu día?-
-por ahí anduvo.-
De una bocanada, consumí todo mi cigarrillo, dejando ir el humo como chimenea.
-¿Quieres uno?-
- buenop.-
De mi chaleco, cual en un bolsillo tenía una caja, saqué dos cigarrillos, y los encendí con mi dedo.
-¿De qué querías hablar?- Comencé a seguir los pasos de Sans, hacia las cascadas.
-espera, aún no.- Le dio una pequeña bocanada al cigarrillo, y el humo lo expulsó por su nariz, y por de entre sus costillas.- eso va a dejarme olor.-
- ¿A ti tampoco te afecta el cigarrillo?-
- no puede dañarte lo que no tienes.-
- Ni quemarte lo que ya tienes en llamas, jé. Aunque no termino de entender cómo funciona tu cuerpo-
- nada más los usas porque se ven chido, ¿no?-
- Bueno, además de por el sabor, sí.-
- ¿a mí se me ven bien?-
- Sí.-
- te invito a mi casa.- Nos detuvimos frente a ella.
- Oh, no por favor, no te molestes.-
-vamos, yo siempre voy a grillby’s, es hora de que tú vayas a sans’s-
-…-
-pasa.- Sans me guiñó el ojo, y abrió la puerta, dejándome pasar antes. Y pude ver la pintoresca casa de Sans, cálida y simple, de tonalidades amarronadas.
- ¿Está tu hermano?-
- noup, fue a ver a mettaton al laboratorio.-
- Ah, sí, había oído que estaba en tratamiento por la batalla de Frisk.-
-…- Miró a un costado incómodamente, sin sacar la sonrisa de su rostro.
-¿De qué quieres hablar tan en privado?-
- es sobre… algo.- Cerró la puerta con llave.-
-¿Ah, sí?- Pasó de largo de mí, y se sentó en el sofá.-
-…- Se tomó un tiempo, y luego suspiró.- ¿creés que una persona que ha hecho muchas cosas malas merece una oportunidad?-
- …¿Has hecho algo así?-
-…no…solo pregunto, ¿sí? -
- Creo que eso depende… de qué tan arrepentido está y si está dispuesto a remediarlo.-
- ¿y si no se puede remediar?-
- Entonces supongo que cómo puede compensarlo.-
-… ¿cómo hiciste para pensar eso tan rápido?- se sentó a mi lado.
- Solo lo medité, ¿No lo habías pensado?-
- meh, paso.-
Bajé mi mirada, y lo vi a los ojos.
- …Te veo algo preocupado.-
-solo…-
-¿Sí?-
- solo necesito un de esos abrazos tuyos.- Empezó a tirar un poco de mi camisa con su mano, sutilmente, mientras miraba para el lado opuesto a donde estaba.-
- Oh, de acuerdo.- Lo rodeé con mis brazos mientras estaba de espaldas.- Si quieres que te lo dé bien date vuelta.-
Sans se sentía algo tenso, y pude notarlo mejor cuando se volteó.
- heheheh…- dijo en susurros.
- ¿De qué te ries?-
-nadap.- nos abrazamos en silencio un rato.- ¿la vida es muy injusta, no? algunos están en soledad sumergidos en la frialdad de la noche, y nosotros estamos aquí, cálidamente, juntos.-
- ¿A qué te refieres?-
-…heh, …hoy estás muy preguntón, ¿no?-
- ¿tanto?-
-heh…grillby, ¿te gustaría considerar esto como una cita?-
- ¿Para eso no deberíamos salir?-
- meh, demasiada planificación…. ¿quieres un café?-
- Bueno, me vendría bien.-
- ahí salen dos cafés… asegúrate de que no se escapen.-
-…-
- me gusta que se haga tan fácil. aquí tienes.-
- Vaya, qué veloz.- Tomé unos sorbos.-… Está frío.-
-oh, ¿es necesario calentar el agua?-
- Deja que lo hago yo.- Tome las tazas y las puse en la tetera.-
- ¿y qué me cuentas de tí?-
- Pues, al parecer sabes más que yo de mi propia familia, y mi padre “Fred Grillby”-
- heheh, me inspiré.-
-Al menos sabías que vine de Hotland.-
- era bastante obvio.-
- Aquí está el café.-
- bien, no los dejaste ir.-
- ¿Sigues con eso?-
- ese fuego mágico tuyo es genial, ni siquiera tuviste que ir a la cocina.-
- Gracias, toma, te recomiendo soplarlo antes de ingerirlo-
Nos sentamos de nuevo en el sofá, en el que pude contemplar mejor la casa, tranquilamente, miraba cada tanto a Sans, entre los saltos nerviosos de mis pupilas. A decir verdad, no sé qué esta preocupación que siento. Sé que le están pasando cosas por las cual está sufriendo… y no puedo hacer nada. El pulso de mis manos se había puesto tembloroso, y sin querer, el calor de mi frustración había hecho que rompiera la tasa.
-vaya.- Sans se levantó abruptamente.
- Oh, perdona.-
- no te hagas problema, se me suelen caer cosas. yo lo decía por tu chaleco.-
Al bajar más la mirada, noté que el café había caído sobre mí.
- Oh…-
- no te preocupes, puedo prestarte la ropa de papyrus.-
- Jajaja, no, gracias-
- ¿no es genial como se viste?-
- Quizá, pero no es mi estilo.-
- creo que deberías… quitarte el chaleco y la camisa, digo, para que se seque.-
Un escalofrío recorrió mi espalda.
- Creo que sería algo descortés.-
- no te preocupes, aquí no hay modales. mira, *burp*- se tiró un pequeño erupto.
- Ha, ¡Sans!-
-ahora estamos a mano.-
Empecé a desabrocharme la ropa, y Sans parecía haber desviado al mirada.
- ¿Seguro que no te incomoda?-
- obvio, incluso… lo contrario.- Había dejado mi chaleco y mi camisa a un lado, apoyadas en el brazo del sofá.
- Sans…-
-dime.-
- Creo que hay algo más de lo que deberíamos hablar.- puse mis manos sobre sus hombros y nos pusimos frente a frente.
- ¿tenemos qué?-
-Sans…-
-…- Su mirada se desviaba incómodamente hacia la pared.-
- Si esto es algo así como una cita… ¿Entonces ya sabes cuáles sin mis intenciones?-
- quizá…o sino…pudo haber sido una de mis bromas, ¿n-?- Sin poder evitarlo, impulsé mi rostro frente al suyo y le di un beso. -mmh…-
- Sans… Siéntate.- Lo acomodé sobre mi cuerpo, sentados cara a cara. Nos miramos intensamente, hasta que él entre risas acomodó mis anteojos.
-heheh…- Luego sus manos pasaron de estar en mis lentes a pasar sobre mi rostro. Dando unas pequeñas caricias y luego comenzó a besarme, con su hermosa sonrisa presente. Mis manos pasaron desde sus hombros a descender lentamente para empezar a acariciarle el cuerpo. Primero por encima de la ropa, y para luego comenzar a levantarla estando por debajo. - … grillby…- Una de sus manos también bajó y empezó a tocar mi abdomen.- estas…caliente.-
- Soy de fuego, ¿Qué esperabas?-
-heheheh…-
- Veo que aún estás para hacer bromas… Supongo que es porque no lo estoy haciendo bien.
Lo aproximé más junto a mi cuerpo. Saqué mi lengua de fuego, y abriendo gentilmente su boca, que no dejaba de sonreír. Una de mis manos comenzó a manosear su espalda baja, mientras la otra acariciaba su cabeza, presionándola a estar más cerca de mí. ¿Acaso finalmente podría demostrar aquel afecto que tengo hacia él?
-ah…grill…by…- Su voz grave comenzó a sonar ligeramente más aguda y suave. Tomé su mano que había quedado aprisionada entre nuestros dos cuerpos, y la bajé hacía mi cálida entrepierna.-…es…-
-… ¿Te gusta?...-
-pues, aún no la vi bien.- Dijo con una sonrisa pícara.
- Entonces….- Saqué las manos de Sans, y empecé a desabrochar mi cinturón, dejando sonar aquel típico tintineo, que tan solo oírlo, parece haberle dado a Sans un hermoso escalofrío. Luego abrí mi cremallera, y le mostré mi pene a Sans.-
-oh… en mi vida vendiendo perros calientes he visto algo como esto- Sans se recostó dejando su cabeza entre mis piernas, frente a mi miembro.
-Haha, Sans… ¿aún chistocit-? Oh.-…Y comenzó a chuparlo, escondiendo un poco sus dientes. Cerré mis ojos, y no sé cómo, pude sentir su lengua acariciándolo, junto con unas encías, cuales al tocarse hacían el chispeante sonido de tacto entre el agua y el fuego, casi de forma insonora, al ser dentro de su boca. Mi miembro se agitaba y crecía de una manera que no había visto antes al seguir en contacto- …Sans…-
-…sabe bien…- Lo levanté de nuevo sobre mí, frente a mi miembro.- hey, aun no había terminado.- Era una especie de ectoplasma invisible, que nunca antes había sentido en él. Entonces, lo puse de espaldas a mi abdomen.- ¿qué vas a hacer?- Comencé a sacarle los pantalones, luego de que él se sacara la pantuflas, y comencé a acariciar entre sus piernas, para ver si sentía algo.- ahh…ah…- Maravillosamente, pude sentir el tacto de su pequeño miembro, su vello púbico, y sus testículos. El miembro rebotaba mientras se ponía cada vez más duro, y los dedos de los pies de Sans comenzaron a moverse eufóricamente, ante tales emociones. -ahhh….ahhhh, santo ketchup….- mi cálido tacto jugueteaba con su órgano, moviéndolo hacia arriba y abajo, pero sin llegar a mastubarlo. Y con un propósito.- ….grillby…grillby hazlo… házmelo…- Entonces vi de nuevo su rostro frente al mío. De nuevo él estaba sentado sobre mí, con las piernas abiertas, esperando porque lo penetrase.
- Sans…- tomé una de sus manos mientras lo acomodaba.-…Siempre ando preocupándome por ti, ¿Sabes? Quiero que estés bien, y quiero que estemos juntos…-
- entonces, supongo….-
- Te amo Sans.-
- lo sabía. aaahh…- Mi miembro comenzó a penetrarlo, aún de forma delicada, dolorosamente, abriéndose hacia mí.
- ¿Y tú…?-
-…eso ya lo sabes.- Dijo con una sonrisa que jamás había visto, indescriptible. Entonces comencé a moverme despacio, para no lastimarlo, aunque sin embargo veía la expresión dolorosa de Sans.
- …¿Estás bien? -
- duele…pero…ahhh… no… te atrevas a detenerte...-
-Sans…- comencé embestirlo más fuerte, metiéndome cada vez más en lo profundo de él. Mi duro miembro, estaba latiendo dentro su ano, dando grandes pulsadas de placer, uniéndonos estrechamente, y cada movimiento que hacía, podía sentir como se compenetraban nuestros cuerpos, mientras soltabamos pequeños gemidos casi al unísono.
- ahh….grillby….esto es…tan bueno…- Comenzó a mover su cintura de frente y hacia atrás, arriba y abajo, haciendo que mi miembro se moviese dentro suyo mucho más…- ahhh….grilbyyy…. dame….más….- se movía cada vez más rápido, sin dejar de perder el ritmo con mis impulsos, sintiendo como cada sector que rodeaba mi miembro es estrepitaba, fuertemente, hasta ya poder sentir su ano tocando la raíz de mi miembro-
-… Sans….mmh…-
- no…puedo más…ahhh…- De repente sentí escurrir un líquido cálido sobre mi rostro y mi pecho, cual ardía al contacto. Entonces saqué mi lengua para saborearlo.
-…¿Esto es ketchup? abrí mis ojos y vi que Sans había sacado una botella de kétchup de no sé dónde, y se la había puesto entre las piernas.-
-heheheh, caíste. con que relamiéndote, ¿eh?-
-¡Sans!- Comencé a abrazarlo fuertemente. Al fin podía ver sonreír a Sans de nuevo, y al fin podía hacerlo feliz.